Description:Laura Queen era la secretaria. Melvin Adams era el detective. —¡Hola, preciosa! Lo era, desde luego. Con sus dorados cabellos peinados en alto, crespados a la moda, que lanzaban hacia los ojos un gracioso flequillo pleno de coquetería. Azules como el mar eran sus redondas pupilas, grandes, vivas, que recorrían el sugestivo trazado de las órbitas oblicuas. La nariz, de un trazo recto y respingón, deteníase ante unos labios gordezuelos, rojos, encendidos, que se curvaban en arca suave y atractivo. —Hola, jefe —respondió, inclinándose ligeramente cuando lo lógico era hacer todo lo contrario. Pero así, el cuadrado escote del jersey amarillo apuntaba la fugaz visión del inicio. Melvin, inclinándose a su vez; tomó con suavidad la barbilla en que culminaba aquel rostro ovalado y buscó los rojos labios con avidez.