Karlfried Dürckheim El Camino déla trascendencia M ensajero KARLFRIED DÜRCKHEIM EL CAMINO DE LA TRASCENDENCIA El hombre en busca de su integridad i Ediciones Mensajero Quedan prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduc ción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimien to informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alqui ler o préstamo públicos, así como la exportación e importación de esos ejemplares para su distribución en venta fuera del ámbito de la Unión Europea. Traducido al castellano por Concha QUINTANA de la versión francesa "La Voie de la transcendance. L'Homme á la recherche de son intégralité” Título original en alemán: “Uberweltliches Leben in der Welt” © Verlag Hans Huber, Berna (Suiza) © Ediciones Mensajero S.A. - Sancho de Azpeitia, 2 - 48014 BILBAO Apdo. 73 - 48080 BILBAO (España) ISBN: 84-271-2041-9 Depósito Legal: BU.-467-1996 Imprime-, Imprenta Aldecoa. Pol. Ind. Villalonquéjar. C/. Condado de Treviño, s/n. Naves C.A.M. n.Q 21 - 09001 Burgos INDICE pázs- PROLOGO...................................................................... 7 PREFACIO. Falsos antagonismos........................ 11 FINALIDAD.................................................................... 17 Madurez..................................................................... 19 Transparencia........................................................... 47 Forma........................................................................ 81 EL CAMINO................................................................... 95 La vía iniciática......................................................... 97 Experiencia y fe................................................. 97 Trascendencia inmanente................................ 103 Dirección iniciática y terapia........................... 108 Oriente y Occidente................................................ 113 Zen....................................................................... 113 El hombre universal......................................... 117 La sombra............................................................ 119 Espíritu oriental y espíritu occidental........... 120 Sentimiento religioso oriental y occidental.. 123 5 Págs. Yin y Yang.......................................................... 126 Ser esencial y persona...................................... 132 El peligro oriental.............................................. 137 Experiencia del Ser y Fe.................................. 142 EL EJERCICIO.............................................................. 147 Los tres aspectos del Camino......................... 148 Expansión de la conciencia............................. 158 La experiencia de lo numinoso...................... l6l La trinidad del SER............................................. 169 Lo numinoso y los sentidos............................ 171 Lo numinoso en la forma................................ 178 Prácticas meditativas......................................... 184 Lo numinoso en el amor................................. 192 EL FRUTO...................................................................... 201 Altruismo................................................................... 203 El hombre y su prójimo................................... 203 El sentimiento altruista del médico................ 213 El prójimo en la psicoterapia.......................... 222 Vejez y madurez....................................................... 231 Acompañar a aquél que va a morir..................... 241 6 PRÓLOGO Nuestro tiempo se caracteriza por las profundas modificaciones que el hombre ha llevado a su modo de vivir y que se han hecho posibles al pro ducirse un explosivo desarrollo en las ciencias y las técnicas, vislumbrándose todavía en el horizonte nuevos progresos. Sin embargo, hay que reconocer que este progreso, demasiado unilateral, de la vida material, provoca el deterioro en nuestra vida espi ritual. A la creciente madurez en el plano técnico de los dos últimos siglos, se asocia una inmadurez de graves consecuencias, pues nos aparta del ver dadero centro de la vida. El hombre occidental se halla ciertamente ligado a ese centro por la reli gión, y en especial por la fe cristiana, en la que vivía enraizado. Pero de hecho son muchos los que han perdido en gran parte este apoyo, y la visión limitada que acabamos de enunciar no ha sido compensada. Frente a esta situación, Karlfried Graf Dürckheim aporta una ayuda eficaz por la posibili dad que el hombre tiene de vivir la experiencia del 7 núcleo espiritual cuando practica asiduamente un ejercicio que le despierta a ella y que, poco a poco, le va haciendo madurar. Su propuesta a este res pecto asocia las tradiciones místicas de Occidente, en las que el maestro Eckhardt ocupa un lugar fun damental, con las prácticas meditativas de Extremo Oriente, principalmente las del budismo Zen. Karlfried Dückheim se familiarizó con estas prácti cas durante su estancia de diez años en Japón. El no intenta en absoluto que el hombre europeo se haga budista, sino que desarrolle en él una expe riencia interior conforme a su propia estructura. Se trata de llegar a ser transparente a lo trascendente, de que se haga presente el irradiar espiritual en lo secular y, más particularmente, que el hombre haga realidad su integridad humana. En otros tér minos, que el Sí-mismo, presente en el yo profano de cada uno de nosotros, llegue a infiltrar en éste lo que corresponde a la verdadera madurez. En esta total profundidad se produce el encuentro de aquellos que han alcanzado un sentimiento de fra ternidad humana cuando viven esta experiencia. Dan testimonio de la misma actitud frente a la muerte, que retira al hombre de su vida temporal para encaminarle hacia la gran Vida sobrenatural. El otro, el prójimo, puede ayudar en este tránsito cuando ya se ha avanzado lo suficiente en el cami no de la experiencia de la transparencia. Para el cristiano, el libro de Dürckheim puede ser una fuente importante de sugerencias. En reali dad, la experiencia que nos ocupa no excluye en modo alguno la fe, y el ejercicio que la prepara puede ayudar a una viva profundización de ésta. No se trata en absoluto de alejarse de la fe, o de sus tituirla por una experiencia. Tampoco el ejercicio ocupa el lugar de la gracia divina. De hecho, la fe completa la experiencia en el sentido en que nos per mite acercarnos, sin ambigüedades, a la espiritualidad y a lo divino. Prof. Dr. Johannes Lotz S.J. 9