El camino a través del desierto: 40 dichos de los padres del desierto

113 Pages·9.364 MB·Spanish

Desclée De Brouwer
EL CAMINO A TRAVÉS
DEL DESIERTO
40 DICHOS DE LOS PADRES DEL DESIERTO
ANSELM GRÜN
EL CAMINO A TRAVÉS
DEL DESIERTO
40 DICHOS DE LOS PADRES DEL DESIERTO
DESCLÉE DE BROUWER
BILBAO - 201 O
Título de la edición original:
Der l~leg durch die Wilste. 40 Weisheitssprüche der ¼lüstenvater
© 2000 by KarmclinLánské Nakladatels tvf, s.r.o.,
Kostelní Vydrí, Czech Repubhc
www.kna.cz
Traducción:
María del Carmen Blanco M.oreno
© EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2010
Henao, 6 - 48009 Bilbao
www.edesclee.con1
[email protected]
n1
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Irnpreso de España - Printed in Spain
ISBN: 978-84-330-2395-7
Depósito Legal: BI-1101/2010
Impresión: RGM, S.A. - Bilbao
ÍNDICE
11
lNTRO:DUCCIÓN
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
PRIMERA PARTE
APOGTEMAS: DICHOS DE LOS PADRES
DEL DESIERTO
1. [APO 4] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
E L PECADO
2. [APO 6] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
L A SERENlDAD
3. [APO 103]. . . . . . . . . . 21
L os DESEOS DE LA CA.RNE
4. [APO 500] . . . . . 23
E L EJERCICIO DE LA VIGILANCIA
5. [APO 505] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
L A RENUNClA
6. [APO 510]... 27
EL CONOCJMIENTO DE UNO MISJ\~O
7. [APO 741] . . . . . . . . . . . . . 29
EL ORDEN EXT:ERIOR
8. [APO 771] . . . . . . . . . . . . . 31
E L CORAZÓN AMANTE
9. [APO 1128] . . . . . . . 33
L A ORACIÓN PURlFICADORA
10. [APO 385] . . . . . . . . . 35
L LEGAR A SER UNO MISMO
11. [APO 597] . . . . . . . . . . . . . . . . 37
L A MISERICO'RDIA
12. [APO 17 64] . . . . . . . . . . . 39
EL DIÁLOGO CON D IOS
13. [Bu /[ 190] .................. 41
L A ANGUSTIA
14. [N 10] .................... 43
L A CONVERSIÓN
15. [N 377] . . . . . . . . . . . . . . 45
L A CERCANÍA DE DIOS
16. [N 396] . . . . . . . 47
L A TENTACIÓN QUE ROBUSTECE
17. [N 573]. 49
L A PROTECCIÓN DEL MEDlO ESPIRITUAL
18. [Bu JJ 192] ...... 51
L A ORACIÓN QUE ACOMPAÑA
19. [APO 639] . . . . . . . . 53
L A PATERNIDAD ESPlRITU/\L
20. [APO 1151] . . . . . 55
L A SUBDIV1S1ÓN DEL TRABAJO
SEGUND PARTE
DICHOS DE EVAGRIO PÓNTICO
21. 11] 59
EL EXAMEN DE LOS PENSA.MIENTOS [CARTA
22.
EL DIÁLOGO DE LOS SENTCMTENTOS
27] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
[TRATADO PRÁCTICO
23.
L A DTSTINCJÓN DE LOS DEMONIOS
43] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
[TRATADO PRÁCTICO
24.
EL ENCUENTRO CON LOS DEMONIOS
50] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
[TRATADO PRÁCTICO
25.
L A CLARIDAD DEL CORAZÓN
83] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 7
[TRATADO PRÁCTICO
26.
L AS TRES PA.RTES DEL ALMA
86] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
[TRATADO PRÁCTICO
2 7.
EL LIBRO DE LA NATURALEZA
92] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
[TRATADO PRÁCTICO
28. 4] . . 73
L A RELACIÓN CON LAS PASIONES [ORACIÓN
29. 16]. . . . . . 75
E L ÁNGEL DE LA SANACIÓN [ORACIÓN
30. 17] . . . . . . . . . 77
L A LIBERTAD JNTERlOR [ORACIÓN
31.
U NA NUEVA RELACIÓN CON LOS DEMÁS
20] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
[ORACIÓN
32. 21] . . . . . . . 81
L A OFRENDA MJTTGADORA [ORACIÓN
33. 22] . . 83
L A ACTITUD HACIA LAS OFENSAS [0RAC!ÓN
8
34. 30] . . . . . . 85
E L ÁNGEL DE LA QUIETUD [O RACIÓN
35. Dros 34] . . . . . . . . . 87
L A VOLUNTAD DE [ORACTÓN
36. 45] . . . . . . . . . 89
L A VERDAD DE LA V1DA [0RAC1ÓN
37. 69] . . . . . . . . . . . . 91
E L SILENCIO PURO [ORACIÓN
38. 80] . . . . . 93
EL ANGEL DE LA CONFIANZA [ORACIÓN
39. 122] . . . . . . . . . . . . 95
L A PAZ INTERIOR [0RACIÓ1V
40. D1os y
L A UNTÓN CON CON LOS DEMÁS
123 125] . .. . . . .. . .. ... ..... .. 97
[ORACIÓN Y
99
CONCLUSIÓN: L A VIDA QUE PROCEDE DEL DESIERTO . . .
103
GLOSARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
107
B lBLIOGRAF.ÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
9
INTRODUCCIÓN
Entre los siglos III y VI d.C., innumerables monjes
poblaron los desiertos de Siria y de Egipto. El desierto
ejercía una fascin ación si11gular sobre personas que que
rían emprender un camino espiritual. En aquella época,
el desierto era considerado morada de los demonios. Los
monjes querían de1-rotar las fu erzas de las tinieblas en su
propio reino, para hacer brillar en él la lt.1z de Cristo.
Creían que a través de su ascesis el mundo podía devenir
más luminoso e íntegro. Antonio fue el primero que se
atrevió a adentrarse en el desierto, hacia el año 270 d.C.
Le siguieron otras personas, para las cuales la Iglesia de
masas se había vuelto demasiado «permisiva». Querían
vivir las palabras de Jesús con la misma radicalidad con
que se entendieron originariamente.
A primera vista, los antiguos monjes encarnan una
espiritualidad qt.1e hoy nos resulta extraña. Pero si consi
derarnos con mayor atención sus dichos, descubrimos
que gozan de actualidad. Hablan por experiencia y no
teorizan sobre la naturaleza del ser ht1mano, si110 que
l,an experimentado en su cuerpo lo que significa ser per
sonas, cómo es el itinerario hacia Dios, qué camino IJega
a la meta y cuál conduce al abismo. Por este n1otivo,
multitudes de buscadores de consejo aOuían en aquella
11
época hasta los desiertos de Egipto d.esde Italia y Grecia
para buscar a los «abba» -que fue el non1bre que muy
pronto recibieron los padres o patriarcas- y recibir de
ellos orientación para la vida.
Las respuestas dadas por los monjes a las preguntas
de sus visitantes fu eron recogidas primero en forma de
tradición oral y fueron reagrupadas finalmente en la
colección de los Apophthegmata Patrum, los «dichos de
los Padres». Tan1-bién hoy las palabras de los Pach·es del
desierto nos llegan directamente al corazón. No se trata
de discutir sobre ellas. Hay que afrontarlas. Nos tocan
en lo más l1ondo del alma y percibin1os: «Sí, ésta es la
verdad. Así devenimos seres ht1manos. Así es Dios».
Las palabras de los Padres del desierto respiran sabi
duría y benevolencia. En ellas no se moraliza, no se acu
sa con el índice levantado. Los monjes ven los peligros
que amenazan al ser ht1mano y, sin embargo, están lle
nos de optimismo. Creen que no estamos condenados
sin más a repetir nuestro pasado o a su[Tir durante toda
nuestra existencia por causa de las heridas q11e nos han
causado a lo largo de nuestra vida. Podemos trabajar
sobre nosotros mismos. Podemos dejar atrás nuestro
pasado y emprender el camino hacia Dios. Somos llama-
,
dos a hacernos uno con Dios. Esta es nueslTa dignidad
1nás alta.
No obstante, en este catnu10 de unió11 con Dios encon
tramos nuestra propia verdad, que no siempre es agra
dable. Pero aun cuando los monjes hablen con gran rea
lismo sobre los abismos del alma, se expresan, sin
e1nbargo, de u111nodo muy optimista sobre la fuerza que
Dios ha dado al ser humano. No somos simplemen te
víctimas de la educación recibida, de la sociedad. Pode-
12
mos Juchar para obtener la vida. Somos llamados a
luchar por la vida . Y nt1estra vocación es llegar a ser uno
con Dios en la contemplación, a fu11dirnos con él en un
éxtasis de am.or.
El camino para devenir seres humanos y hacernos
t1na sola cosa con Dios es ap asionante. E11 este camino
encontramos las simas de nuestra alma. Nada hun1a.no
nos es ajeno. A lo largo de este camino 110 necesitamos
sólo resistencia y el espíritu de Dios, sino también un
gra11 sentido del ]1u111or. Necesitan1os valor para bajar a
lo profundo de nuestra humanidad. Debemos mirar son-
1ientes y serenos los nun1erosos intentos de fuga con los
cuales desearíamos evitar al Señor. Pero podemos tam
bién estar seguros de qt1e Dios nos acompaña siempre y
en todas partes, tan1 bién cuando huiro.os de su presen
cia. Él no nos a bandona, no pierde nunca la paciencia
para con nosotros. Por este motivo podemos partir de
nuevo una y otra vez, para encontrarlo y para descubrir
en su amor la vida que l1a pensado para nosotros. Por
que Dios es tan pacien te co11 nosotros, también los
Padres del desie11:o vuelven una y otra vez a reconducir
nos con amor al camino que lleva hasta él.
Para la redacción de este libro he elegido veinte de
entre los más de mil dichos de los Padres del desierto,
que tra11sparenta11 algunos elementos de la sabiduría de
los primeros monjes y pueden ayudarnos en nuestro
camino espiritual. En la segunda parte toma la palabra
exclusivamen te Evagrio Póntico. Evagrio es el autor
espiritual más significativo del siglo IV. Era tm griego
co11 una extraordinaria preparación teológica, que vivió
en la soledad del desierto su deseo de Dios, escrutando
en los abisinos de su alma. Se dio ctienta de que nadie
13