Galilea es una mujer viuda de Constantinopla que trafica con reliquias sagradas para sacar adelante a su familia. Su mundo se vuelve del revés cuando, en un puerto de la ciudad, atraca un barco mercante con toda la tripulación ahorcada y descubre que uno de los marineros es su propio hijo con el que no mantenía muy buena relación.
Mientras cunde el pánico entre la población, que teme que las muertes sean la señal de que algo maligno se cierne sobre los habitantes, Galilea, movida por la culpa y el deseo de justicia, tendrá que averiguar si la muerte de su hijo es producto de la brujería o, por el contrario, se trata de una conspiración para hacerse con el trono. Para ello, no dudará en hacer saltar todos los resortes del poder. Dará con los responsables, aunque tenga que remover los cimientos del Imperio Bizantino.