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El anclaje sociocultural de la experiencia emocional PDF

28 Pages·2004·0.16 MB·Spanish
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You can quote this articles as: Basabe,N., Páez, D., Valencia, J., González, J.L., Rime, B. , Pennebaker, J. & Diener, E. (1999). El anclaje sociocultural de la experiencia emocional de las naciones, Boletín de Psicología, 62,7-42. El Anclaje Sociocultural de la Experiencia Emocional de las Naciones: un análisis colectivo N.Basabe*, D.Páez*, J.Valencia*, J.L.González**, B.Rimé***, J.Pennebaker**** & E.Diener***** *Universidad del País Vasco ** Universidad de Burgos *** Univ. de Lovaina **** Univ. of Texas at Austin ***** Univ. of Illinois Resumen Se analiza la relación entre variables ecológicas (latitud), socio-económicas (Índice de desarrollo humano) y características culturales de países de Hofstede (Individualismo, Masculinidad, Evitación de la incertidumbre y Distancia de poder). El estudio se basa en dos grandes muestras de estudiantes sobre las experiencias emocionales (n=2955 correspondientes a 26 países de Pennebaker et al. (1996) y 5142 en 32 países recopilada por Diener et al. (1998), y por una tercera muestra (n=24.196, con 24 países de Lynn y Martin, 1995) que recoge las puntuaciones de extraversión y neuroticismo concebidos como índices de afecto positivo y negativo. Se realizan análisis de nivel colectivo, empleando a los países o naciones como unidad de análisis y variables colectivas y medias agregadas. Los resultados confirman que las culturas con una alta evitación de la incertidumbre puntúan alto en neuroticismo, ansiedad y se relacionan con baja deseabilidad social, alta intensidad y alta frecuencia de emociones negativas, lo que sugiere que se produce una tensión entre la experiencia subjetiva emocional y las normas emocionales percibidas. La feminidad cultural se relaciona con la energía emocional, la expresividad, el bajo neuroticismo, la baja frecuencia de emociones negativas y la alta frecuencia de emociones positivas. Las culturas de alta distancia del poder se asocian al neuroticismo, la alta ansiedad y la alta frecuencia de emociones negativas. Por otra parte, vivir en países con climas fríos, el mayor desarrollo socio-económico y el valor cultural individualismo se relacionan parcialmente con una mayor emocionalidad y con la introversión. Abstract Subjective emotional experience reported in two large college students sample (N=2.955 and 5142) from 26 and 32 countries, and EPQ's scores on extraversion and neuroticism from 24 countries (N=24.196), conceived of as indexes of positive and negative affect, were correlated with ecological (latitude), social (Human Development Index) and cultural characteristics of the nations (Individualism, Masculinity, Avoidance Uncertainty and Power Distance nation scores in Hofstede's dimensions). Collective level analyses, using nations as units and collective variables and aggregate means as data, confirm that high uncertainty avoidance cultures score higher on neuroticism, anxiety and are related to high intensity and high frequency of negative emotions. Uncertainty avoidance was also related to higher social desirability and intensity of positive emotions, confirming that these cultures shows a highly emotional profile, not restricted to negative affect. Cultural femininity was related to emotional energy, lower neuroticism, lower frequency of negative emotions and higher frequency of positive emotions. Higher power distance cultures were associated with neuroticism, higher anxiety and high frequency of negative emotions. Cold climate, socio-economic development and individualism were partially related to higher emotional intensity and introversion. 1 Dra. Nekane Basabe (Profesora Titular) Facultad de Farmacia Dpto. Psicología Social Universidad del País Vasco Paseo de la Universidad 7 01006 Vitoria. (E-Mail: [email protected]) Dr. Darío Páez (Catedrático de Universidad) Facultad de Psicología Dpto. Psicología Social. Universidad del País Vasco Apartado de correos 1249 20080 San Sebastián. (E-Mail: [email protected]) Dr. José Valencia (Profesor Titular) Facultad de Psicología Dpto. Psicología Social. Universidad del País Vasco Apartado de correos 1249 20080 San Sebastián. (E-Mail: [email protected]) Dr. José Luis González (Profesor Asociado) Facultad de Humanidades y Educación Universidad de Burgos C/ Villadiego s/n 09001 Burgos (E-Mail: [email protected]) Dr. Bernard Rimé (Profesor de Universidad) Faculte de Psychologie Université Catholique de Louvain 20, Voie du Roman Pays 1348 Louvain la Neuve BELGIUM (E-Mail: [email protected]) Dr. James W. Pennebaker (Profesor de Universidad) Department of Psychology University of Texas Austin TX 78712 USA (E-Mail: [email protected]) Dr. Ed Diener (Profesor de Universidad) University of Illinois 603 East Daniel Street Champaign, IL 61820 USA (E-Mail: [email protected]) 2 INTRODUCCION Este artículo presenta una reflexión sobre los determinantes socio-culturales de la experiencia emocional subjetiva. En otras palabras, examina cómo la intensidad y el bienestar emocional subjetivo están determinados por el desarrollo socio-económico y por una serie de dimensiones culturales. Además de estudiar el anclaje de creencias sobre la vivencia afectiva, este artículo lo hace desde una perspectiva colectiva: se examina el anclaje de las creencias medias de un colectivo, en este caso la nación en su posición social y en su posicionamiento global en ciertas dimensiones culturales. Se trata de un análisis holístico o colectivo, que pone en relación un agregado de medidas subjetivas (la media de afectividad positiva de una muestra nacional de individuos) con indicadores macro-sociales estructurales (el nivel de desarrollo socio-económico) y con indicadores macro-sociales subjetivos (agregado o media de valores sobre dimensiones culturales de la nación extraído de otras muestras). Esta perspectiva de análisis colectivo se ha desarrollado recientemente en el área de las representaciones sociales, aunque era frecuente en la Psicología Cultural y la Antropología Psicológica. FACTORES SOCIOCULTURALES QUE PREDICEN LA EXPERIENCIA EMOCIONAL COLECTIVA El artículo trata, como hemos indicado, sobre los determinantes socio-culturales de la experiencia emocional subjetiva media de las naciones. Busca contrastar cómo la emocionalidad positiva y negativa media de las naciones está determinada por la estructura socioeconómica y los valores culturales. Ciertas teorías clásicas sobre las diferencias emocionales entre naciones se analizan desde la perspectiva de investigación empírica actual. Las diferencias emocionales entre países se analizaban en el pasado como parte del "carácter nacional". Filósofos clásicos y de la Ilustración han derivado frecuentemente el "carácter nacional" del clima, éste incluye los factores ecológicos (Jahoda, 1992). Una "teoría" sobre las diferencias entre culturas del Norte y del Sur puede encontrarse en los escritos de Poseidonos en el primer siglo a. de C., este autor opone los nórdicos, germánicos o celtas que viven en climas fríos, que se caracterizan por un exceso de emocionalidad, con los mediterráneos o sureños, que viven en climas moderados, gobernados por el logos o el control emocional y la reflexión. Poseidonos atribuye estas diferencias a factores climáticos y ambientales y propone que si los nórdicos emigran al sur podrán aprender a controlar sus impulsos emocionales (Jahoda, 1992, pp. 11-12). En el S.XVIII Montesquieu postula que el clima moldea el carácter nacional en un sentido opuesto: los climas cálidos hacen a los sureños más sensibles a las emociones, defiende una teoría sobre la influencia del clima en la experiencia emocional que representa la oposición metafórica entre el Norte=frío-tenso-racional y el Sur=caliente-relajado-emocional (Bourdieu, 1980). A pesar de las fuertes críticas hacia Montesquieu como un ejemplo de retórica de cientificidad que presenta un conjunto de estereotipos ideológicos de otra manera (Bourdieu, 1980), autores contemporáneos han defendido la existencia de influencias climáticas en la cultura. Siguiendo la tradición proveniente desde este autor hasta los románticos, la antropología mediterránea reciente postula que entre los europeos del sur domina una cultura pasional y violenta, con un complejo extravagante de virilidad, con un síndrome del honor y la vergüenza, la desconfianza endémica (miseria-amoral familismo) y un tipo de relaciones patrón-cliente corrupto (Pina-Cabral, 1989; Gilmore, 1990; Fernández, 1987; Llobera, 1987). Según Robbins, de Walt y Pelto, las culturas de climas muy calientes tienden a ser "relajadas", mientras las culturas de climas fríos serían "tensas" (Triandis, 1995, p. 53). Pennebaker et al. (1996) confirman parcialmente la hipótesis de Montesquieu comparando norteños y sureños de varias naciones. En el "viejo mundo" y en el hemisferio norte, los nórdicos se perciben como menos emocionales que los sureños. La gente que vive en el sur señala ser más expresiva emocionalmente que aquéllos que viven en las regiones nórdicas, sugiriendo que hay un núcleo de verdad en el estereotipo de los sureños más emocionales. Pero al mismo tiempo, los filósofos clásicos y de la Ilustración señalan la debilidad de las interpretaciones puramente climáticas. Factores como las instituciones sociales se combinan con el determinismo climático. Hume piensa que las causas ecológicas, incluido el clima, son relativamente poco importantes para explicar el carácter nacional: atribuye estas diferencias de la experiencia emocional a causas morales, que Jahoda llama factores sociales y económicos (Jahoda, 1977). La psicología social transcultural actual también combina el determinismo ecológico, social y cultural (Jahoda, 1992). CULTURA Y REPRESENTACIONES SOCIALES DE LAS EMOCIÓNES La cultura se concibe como un conjunto de conocimientos denotativos (lo que es o creencias), connotativos (lo que debería ser o actitudes, normas y valores) y pragmáticos (cómo son las cosas o roles procedimentales), compartidos por un grupo de individuos que tienen una historia común y participan en una estructura social. Los valores compartidos juegan roles claves para el funcionamiento psicológico de los individuos - en la experiencia emocional. Los valores culturales centrales se reflejan en los textos y en las conductas colectivas (Inkeles & Levinson, 1969; Schooler, 1996; Triandis, 1995; Markus, Kitayama & Heiman, 1996). Inkeles y Levinson (1969) plantean que hay cuatro problemas básicos que todas las culturas han de afrontar: a) la relación 3 con la autoridad;b) la concepción del yo o de la persona; lo que incluye la relación entre la persona y la sociedad y la concepción de la masculinidad y feminidad; y c) los conflictos y su resolución (expresión versus inhibición de las emociones, incluyendo el control de la agresión). Hofstede (1991) en su trabajo sobre los valores ha identificado empíricamente (por medio del análisis factorial colectivo con las naciones como unidad de análisis y las medias como puntuaciones) una solución de cuatro dimensiones, que coincide con los cuatro problemas sociales básicos de Inkeles y Levinson. Con datos de encuesta de empleados de IBM de 53 naciones y regiones del mundo recopilados en los años setenta señala cuatro dimensiones a través de las cuales pueden ordenarse los valores dominantes de las diferentes naciones. Hofstede denomina a las cuatro dimensiones: Distancia de poder, Individualismo-Colectivismo, Masculinidad-Feminidad y Evitación de la Incertidumbre, siguiendo el modelo de los cuatro problemas de Inkeles y Levison. La distancia de poder plantea hasta qué punto los miembros menos poderosos de los grupos aceptan las desigualdades de poder. Países de baja distancia de poder son Dinamarca y Nueva Zelanda, países de alta distancia de poder serían Malasia y Guatemala. La dimensión de Individualismo-Colectivismo se refiere a la prioridad dada a la persona o al grupo o al colectivo (a menudo a la familia extensa). Países colectivista son Guatemala, Indonesia y Taiwan y países individualistas USA y Europa del oeste. La masculinidad-feminidad afecta al grado en que las culturas marcan la máxima distinción entre hombres y mujeres. Las culturas masculinas enfatizan las conductas estereotípicas de género y los valores dominantes como el éxito, el dinero, la competición y la asertividad. Las culturas femeninas no enfatizan las diferencias de rol de género, no son competitivas y valoran la cooperación y el cuidado de los débiles. Países masculinos son Japón, Austria y México, países femeninos son los países escandinavos, Países Bajos, Chile y Costa Rica. La evitación de la incertidumbre se define como el grado en que la gente se siente amenazada por las situaciones ambiguas, que intentan evitar por medio de códigos y creencias estrictas. Las naciones de alta evitación de la incertidumbre, como Grecia y Portugal, son emocionales, buscan la seguridad y son intolerantes ante la incertidumbre. Las naciones con baja evitación de la incertidumbre, como Jamaica y Dinamarca, son más relajadas, aceptan más los riesgos y son más tolerantes. A pesar del hecho de que las encuestas se realizaron hace ya más de 20 años y de que algunas naciones cambian su posición en estas dimensiones (por ejemplo, Chile cambia su puntuación de feminidad), las puntuaciones de Hofstede muestran una alta validez concurrente con la investigación trans-cultural actual (Miller-Loesi, 1995; Bond & Smith, 1996; Fernández, Carlson, Stepina & Nicholson, 1997). El capítulo sobre aspectos transculturales de la 4ª edición del Handbook de Psicología Social también concluye que el individualismo y la distancia de poder serían dos dimensiones culturales importantes que influyen sobre los procesos psicológicos (Fiske, Markus, Kitayama & Nisbbett, 1996). Otros autores encuentran empíricamente que la feminidad cultural (Arrindell et al., 1997; Páez & Vergara, 1995) y la evitación de la incertidumbre son dos dimensiones que afectan fuertemente a la afectividad (Lynn & Martin, 1995). Vamos a examinar brevemente la teoría y los datos sobre las relaciones entre las dimensiones culturales y dos dimensiones emocionales básicas: intensidad y placer-displacer. El individualismo cultural contempla una representación social de la persona independiente. Las culturas colectivistas enfatizan las relaciones (parentesco), la conformidad y la armonía en el pensamiento, los sentimientos y la acción (Hofstede, 1991; Markus, Kitayama & Heiman, 1996; Kagitcibasi, 1994; Fiske, Markus, Kitayama & Nisbett, 1996). Las culturas individualistas promueven la introspección y se centran en las experiencia internas. Por el contrario, las culturas colectivistas no centran su atención en el yo interno. La mayoría de los hechos salientes de la experiencia emocional son externos e interaccionales (por ejemplo, ¿cómo las acciones de uno afectan a los otros?). La evidencia sugiere que la experiencia emocional se siente, percibe y se expresa más intensamente en las culturas individualistas que en las colectivistas (Markus & Kitayama, 1991; Scherer, Matsumoto, Walllbott & Kudoh, 1988). Por ejemplo, el individualismo correlaciona con la intensidad percibida de cólera, tristeza y miedo en fotografías de expresiones faciales (Matsumoto, 1991). La alta intensidad de las emociones negativas ego-centradas, particularmente la cólera, puede amenazar la armonía social en las culturas colectivistas y una serie de normas restringen los sentimientos internos y la expresión abierta de las emociones negativas en las relaciones íntimas (Markus & Kitayama, 1991). Stephan, White y Cabezas (1996) encuentran que la gente de una cultura individualista (USA) se siente más cómoda expresando las emociones negativas que la gente de una cultura colectivista (Costa Rica). A nivel colectivo, el individualismo cultural correlaciona con el bienestar subjetivo, cuando se controlan los altos ingresos, los derechos humanos y la igualdad (Diener, Diener & Diener, 1995). El componente afectivo de bienestar subjetivo se relaciona con el relativo a la experiencia emocional de placer-displacer. Desde este punto de vista, la investigación previa sugiere que el individualismo se relaciona con altos niveles de emociones positivas. La feminidad-masculinidad cultural se refiere al relativo énfasis en la armonía interpersonal y la comunión opuesto al logro individual y la instrumentalidad, hecho que caracteriza las diferencias de género. Los valores dominantes en las culturas femeninas son el cuidado de los otros y la igualdad. Los roles sociales de género tienden a subrayar las relaciones cálidas, se permite que tanto hombres como mujeres sean emocionales y se centren en las relaciones interpersonales (por ejemplo, ser tierno y modesto). Una cultura masculina enfatiza el 4 éxito material y el desempeño. Los roles de género son claramente distintos: los hombres se supone que son asertivos, duros y no-emocionales y simultáneamente agresivos; las mujeres se supone que son emocionales, tiernas y protectoras. La masculinidad cultural correlaciona con la segregación de género en la educación superior de los países desarrollados (Hofstede, 1991; Smith & Bond, 1993). Una importante consecuencia potencial de los valores culturales de feminidad es la obligación de dar apoyo emocional y de hablar o compartir sobre las emociones. Un estudio transcultural que compara países americanos (México y Chile) y europeos (Bélgica y España) confirma que la dimensión cultural masculinidad-feminidad era más importante que el individualismo- colectivismo para explicar la varianza de la experiencia emocional. Países femeninos (Chile y España) tenían altas reacciones internas (síntomas fisiológicos y reacciones mentales), altas reacciones expresivas y conductuales y más compartir social de las emociones que los países masculinos (Bélgica y México) (Paez & Vergara, 1995). Scherer (1997) con una muestra grande de países encuentra resultados similares: las culturas femeninas muestran un alto nivel de reacciones emocionales internas. Arrindell et al. (1997) encuentran que las culturas femeninas ricas muestran mayor bienestar subjetivo o más experiencia emocional placentera. La distancia de poder se refiere al grado en que las culturas nacionales esperan y aceptan que el poder esté desigualmente distribuido en la sociedad. En las culturas con alta distancia de poder una importante distancia emocional separa a los subordinados de las autoridades. Se valora el respeto y la formas de deferencia ante las personas con alto status (p.e. los padres, los mayores, etc.); el jefe ideal es un autócrata paternal o benevolente. En las culturas con baja distancia de poder las relaciones con otros son menos dependientes del status de los demás; la deferencia formal y el respeto se muestran raramente (Hofstede, 1991). En las culturas con alta distancia de poder las personas pueden ser menos expresivas emocionalmente, porque en dichas culturas la expresión social de la ira, el malestar y la alegría excesiva significa falta de respeto. Estudios previos han sugerido que las personas que viven en culturas de alta distancia de poder (p.e. México) puntúan menos en reacciones internas ante emociones negativas, sugiriendo un bajo perfil emocional y una cultura emocional más estoica (Paez & Vergara, 1995). Matsumoto (1989) señala que las personas de culturas con alta distancia de poder perciben menos intensidad de emociones negativas (ira, miedo o tristeza) en fotografías en las se expresan facialmente emociones, que los sujetos de culturas con baja distancia de poder. La gente que vive en países con poca distancia de poder se siente más libre para mostrar emociones negativas ante los superiores sociales sin miedo a represalias. La importancia de suprimir las emociones amenazantes de status se minimizan porque las diferencias de status son pequeñas (Matsumoto, 1991). Arrindell et al. (1997) encuentran, a nivel colectivo, que la distancia de poder está asociada a menos bienestar subjetivo o a experiencias emocionales displacenteras. Finalmente, la evitación de la incertidumbre se refiere al grado en que los miembros de una cultura se sienten amenazados por situaciones desconocidas. Las culturas con fuerte evitación de la incertidumbre enfatizan los roles formales y el control social. Estas culturas se caracterizan por una fuerte necesidad de predictibilidad; frecuentemente (p.e. Grecia) tienden a ser más ansiosas y expresivas: está socialmente aceptado elevar la voz y expresar las emociones no verbalmente; las emociones son externalizadas. En culturas con baja incertidumbre la ansiedad es relativamente baja, las personas no necesitan preocuparse excesivamente por prever la conducta ni por evitar las ambigüedades; la agresión y las emociones en general no se supone que deban expresarse; las emociones se internalizan (p.e. Gran Bretaña). Estudios anteriores confirman que la evitación de la incertidumbre está relacionada con mayor ansiedad y con menor bienestar o experiencias emocionales displacenteras (Arrindell et al., 1997; Hofstede, 1991). En resumen, los datos disponibles y un análisis teórico del individualismo cultural, distancia de poder y masculinidad cultural apoyan el supuesto de que la intensidad y la experiencia emocional placentera son mayores en las culturas individualistas, con baja distancia de poder y femeninas. Tanto los datos como la teoría sugieren que la evitación de la incertidumbre se asocia a mayor intensidad y experiencia emocional displacentera. FACTORES ECOLÓGICOS Y ECONÓMICOS DE LAS DIMENSIONES CULTURALES Y SU INFLUENCIA EN LAS EMOCIONES Las dimensiones culturales están parcialmente asociadas a los factores ecológicos y económicos. Por ejemplo, la latitud geográfica predice el 43% de las diferencias entre culturas en distancia de poder en el estudio de Hofstede. Una alta latitud (p.e. climas fríos) contribuye a menor distancia de poder, junto con el alto poder adquisitivo. El individualismo está fuertemente relacionado tanto con el desarrollo económico como con la alta latitud geográfica (p.e. países con climas fríos y moderados tienden a ser culturas individualistas, mientras que los países con climas calientes tienden a ser colectivistas). Los datos de Hofstede sugieren que el incremento en el desarrollo económico causa el individualismo; cuando aumenta la riqueza, la gente tiene acceso a los recursos que les proporcionan mayor privacidad y elecciones individuales, reforzando el individualismo. Por otro lado, en el pasado, en los climas fríos y moderados, debido a los recursos escasos y a la menor densidad de población, la supervivencia de la gente dependía más de la iniciativa personal, lo que reforzó el caracter individualista de esas culturas (Hofstede, 1991). Es importante destacar que ambas dimensiones culturales predicen una menor intensidad 5 de las emociones negativas para las personas que viven en climas cálidos, lo opuesto a la predicción de Montesquieu. A diferencia del individualismo y de la distancia de poder, la feminidad-masculinidad cultural y la evitación de la incertidumbre no están relacionadas con el nivel de desarrollo económico del país o con la latitud geográfica. La feminidad cultural es independiente de la latitud: se encuentran países femeninos en países con climas cálidos (p.e. Costa Rica), moderados (Chile) y fríos (Holanda). Ello significa que la influencia de la feminidad cultural y la evitación de la incertidumbre en el conocimiento y la experiencia emocional es relativamente independiente de los factores económicos y ecológicos (Hofstede, 1991). Con respecto a la influencia del desarrollo económico y a la experiencia subjetiva de las emociones, Wallbott y Scherer (1988) encontran que los ingresos bajos se relacionan con una mayor intensidad de la experiencia emocional. Dos estudios a nivel colectivo muestran que los ingresos altos se relacionaban con el bienestar subjetivo o la experiencia emocional placentera, cuando se controlan otros factores socioculturales (Diener, Diener & Diener, 1995; Arrindell et al., 1997). El propósito de este estudio es correlacionar las medias de autoinformes de emociones con las características ecológicas o climáticas, socio-económicas y culturales de las naciones a las que pertenecen las muestras. A pesar de las complejidades y dificultades que supone diferenciar la cultura de la estructura social, intentaremos probar los efectos de la ecología (p.e. clima), la estructura social (p.e. desarrollo socio-económico) y la cultura (p.e. síndrome de valores) sobre la experiencia emocional. La capacidad de predicción de las diferencias nacionales en la experiencia emocional colectiva o media a partir de las dimensiones culturales nacionales y de factores como el clima y la economía van a ser examinados con datos recogidos en tres estudios (en 26, 24 y 32 naciones). Las naciones se tratarán como unidades de análisis y las medias nacionales como puntuaciones y la experiencia subjetiva emocional se correlacionará con las variables socioculturales. Siguiendo la tradición holocultural, las culturas serán tratadas como unidades y las puntuaciones colectivas de las variables se relacionarán con las demás (Bond, 1991; Schlegel, 1994). Nuestro primer propósito será probar la hipótesis (controlando las características climáticas y socio-económicas) según la cual las puntuaciones colectivas nacionales de individualismo, baja distancia de poder y feminidad se asociarán a una mayor emocionalidad subjetiva media, especialmente para las emociones positivas. Las culturas de alta evitación de la incertidumbre podrán relacionarse también con una alta emocionalidad, especialmente de emociones negativas. Un segundo objetivo es probar la idea de Hume, los efectos del clima sobre las emociones desaparecen cuando se controlan las dimensiones culturales y sociales. ESTUDIO 1: DETERMINANTES DE LA EXPRESIVIDAD, ANSIEDAD, ENERGÍA EMOCIONAL E INHIBICIÓN Método Países y participantes. Este estudio reanaliza los resultados de un estudio transcultural extensivo de cuestionario. La metodología general empleada en esta investigación se encuentra en Pennebaker, Rimé y Blankenship (1996). Las 26 naciones son las incluidas en el estudio de Pennebaker et al., a las que se han añadido la información cultural y socio-económica (véase tablas 1 y 2). La muestra final está compuesta por 2955 personas (70% mujeres) con una media de edad de 22.56 años (SD=5.73 años). Procedimiento y Medidas Variables dependientes: se emplean los auto-informes de emociones. Los participantes señalan el grado en que se perciben emocionalmente expresivos (expresividad), ansiosos (relativo al afecto negativo), con energía emocional (afecto positivo) e inhibidos (relativo a la inhibición emocional). Véase Pennebaker, Rimé y Blankenship (1996) para una descripción más detallada del cuestionario. Variables Predictoras Factores climáticos. Se recoge la latitud en valor absoluto empleada en el estudio de Pennebaker, Rimé y Blankenship (1996). Una latitud absoluta menor significa climas cálido-calientes. Confirmando la validez de la latitud absoluta como indicador del clima, una investigación trans-cultural encontró un primer factor de variables climáticas que era una reflejo directo de la distancia del país al Ecuador. Los países con altas puntuaciones en dicho factor tienen días cortos, temperaturas generales altas y lluvia masiva en un período corto de tiempo (Scherer, 1997). Estos resultados sugieren que la distancia del Ecuador (latitud absoluta) es un buen índice climático. El clima cálido se relacionaba, en análisis previos comparando meridionales con septentrionales de cada país, con una mayor emoción autoinformada (Pennebaker, Rimé & Blankenship, 1996). Factores históricos y geográficos. Viejo mundo versus Nuevo mundo se incluye del estudio de Pennebaker, Rimé y Blankenship (1996), en dicho estudio el nuevo mundo se asociaba a una mayor emoción auto- informada. (El viejo mundo incluye Eurasia y Africa, y el nuevo América, Oceanía y Sud-africa). Factores socio-económicos. Indice de Desarrollo Humano: la medida del IDH nacional combina 3 componentes básicos de desarrollo humano: longevidad (esperanza media de vida de la nación), educación (tasa de alfabetización y población escolarizada) y nivel de vida (Producto Nacional Bruto por persona). El IDH es la mejor medida de desarrollo, mejor que otras más limitadas como el Producto Interior Bruto o la renta per cápita 6 (Cordelier & Didiot, 1997). Las puntuaciones de IDH de cada nación se obtienen de las Naciones Unidas- Programa para el Desarrollo (NDP). Los derechos humanos y altos ingresos correlacionan a nivel colectivo con el bienestar subjetivo en el estudio de Diener, Diener y Diener (1995). Factores culturales. Hofstede (1991) proporciona los datos de los 26 países del estudio de Pennebaker, Rimé y Blankenship (1996) en las dimensiones culturales de individualismo-colectivismo, masculinidad- feminidad, distancia de poder y evitación de incertidumbre. Dichas puntuaciones se basan en los cuestionarios suministrados a empleados de IBM a nivel mundial en los años setenta. Estas puntuaciones muestran validez convergente con las encuestas de valores y los estudios transculturales actuales (Schwartz, 1995; Smith & Bond, 1993). Por ejemplo, las puntuaciones de Hofstede y las de Triandis de individualismo correlacionan entre sí (r=.83). (Los datos de Triandis son de 1995, descritos en Diener et al., 1995). Altas puntuaciones significan más individualismo, masculinidad, evitación incertidumbre y distancia de poder (véase tabla 1 para las puntuaciones nacionales de clima, sociales y culturas de los países de los 3 estudios recogidos en este artículo). ------------------------------ Tabla 1 aquí ------------------------------ Resultados Dimensiones climática, geográfica, cultural y emociones: análisis colectivo. Primero, examinaremos las relaciones entre los factores predictores y las emociones a nivel colectivo. Con las puntuaciones por países de latitud, posición geográfica (nuevo versus viejo mundo) y las puntuaciones de Hofstede obtenemos los coeficientes de correlación de Pearson a nivel colectivo, de cara a contrastar las relaciones entre clima (latitud), índice de desarrollo humano, situación geográfica del país y dimensiones culturales (véase tabla 2 para las medidas de emociones). ------------------------------ Tabla 2 aquí ------------------------------ Con las naciones como unidad de análisis y las medias como puntuaciones se hallan las correlaciones entre los factores socioculturales y las emociones. La tabla 3 presenta las correlaciones entre cada uno de los predictores (dimensiones de la cultura nacional, clima, geografía e IDH) y las variables criterio. ------------------------------ Tabla 3 aquí ------------------------------ El clima frío se asocia a menor inhibición o más desinhibición emocional (r=-.45, p£ .03). Nuevo mundo se relaciona con más inhibición (r=.56, p£ .01), con la energía emocional (r=.35, p£ .09) y con menor ansiedad (r=- .35, p£ .09). El índice de desarrollo humano (IDH) no está relacionado con las variables criterio. La evitación de la incertidumbre se asocia a mayor ansiedad (r=.51, p£ .01). La feminidad cultural se asocia a la expresividad (r=-.36, p£ .06) y a la energía emocional (r=-.30, p£ .09). La distancia de poder se asocia a la alta ansiedad (r=.39, p£ .05). El individualismo se relaciona negativamente a la inhibición o se asocia a la mayor desinhibición (r=-.35, p£ .09). Se han realizado también análisis de regresión múltiple para separar los efectos del clima y de las dimensiones culturales para predecir la experiencia emocional y recordar que el índice social no se relaciona con los auto-informes de emociones. Se realizan 4 regresiones múltiples-método por etapas (stepwise) (véase tabla 3). Los coeficientes de regresión confirman que la feminidad cultural se relaciona con la energía emocional y marginalmente con una mayor expresividad ( beta=-.36, p£ .05 y beta=-.35, p£ .09 respectivamente). La masculinidad cultural se relaciona marginalmente con una mayor inhibición (beta=.28, p£ .10). La mayor evitación de la incertidumbre muestra una asociación significativa con la ansiedad (beta=.51, p£ .01). Finalmente, la situación geográfica del nuevo mundo muestra una asociación significativa con la inhibición y la energía emocional (beta=.51, p£ .01 y beta=.40, p£ .05 respectivamente). Discusión Analizando las diferencias emocionales entre países, el clima frío aparece especialmente asociado a la mayor emocionalidad, específicamente a una mayor desinhibición, desconfirmando las ideas de Montesquieu y confirmando las asunciones de Poseidonos. Sin embargo, es importante destacar, como señalara Hume, que las dimensiones culturales explican las relaciones entre clima y emocionalidad auto-informada a nivel colectivo. Los datos bivariados muestran que la evitación de la incertidumbre y la distancia de poder se asocian con mayor ansiedad, la feminidad cultural con la expresividad, la desinhibición y la energía emocional y el individualismo se relaciona con la desinhibición. Los resultados son congruentes con la mayor intensidad emocional de las culturas individualistas, el clima emocional positivo de las culturas femeninas y el malestar de las culturas con alta distancia de poder y evitación de la incertidumbre. En los resultados de Hofstede la evitación de la incertidumbre y la feminidad cultural no se relacionaban con la latitud y el desarrollo socio-económico; sin embargo, los países con puntuaciones bajas en el índice de desarrollo humano son generalmente aquéllos de menor individualismo, climas cálidos y más distancia de poder. Por este motivo el IDH y el clima se usan como variables control cuyos efectos son eliminados en los análisis multivariados. Los análisis multivariados confirman particularmente que las culturas 7 femeninas son sociedades más emocionales y que la evitación de la incertidumbre muestra una asociación congruente con la ansiedad. El individualismo se asocia a menor inhibición, confirmando parcialmente el clima más emocional de las sociedades individualistas. La distancia de poder no aparece relacionada con la emocionalidad en los análisis multivariados. Finalmente, las culturas del nuevo mundo muestran un alto nivel de inhibición y energía emocional - y esta asociación es independiente de los efectos de las dimensiones culturales. El optimismo relacionado con las sociedades inmigrantes, particularmente en Norte-América y Australia, podría ser una explicación. A pesar de las limitaciones de las medidas (medida de un único item; muestra de estudiantes), la evidencia confirma que las puntuaciones medias nacionales correlacionan bien con las medidas sociales y culturales - véase Lynn y Martin (1995) para resultados similares con las puntuaciones únicamente de ansiedad de Hofstede -. El siguiente estudio replicará dichos resultados con muestras más amplias y medidas más fiables. ESTUDIO 2: DETERMINANTES DEL NEUROTICISMO Y LA EXTROVERSIÓN COMO INDICES DE AFECTO POSITIVO Y NEGATIVO Para superar las limitaciones metodológicas anteriores (medida de un único item; muestra de estudiantes) y para contrastar la estabilidad de los resultados previos, se van a correlacionar los factores ecológicos, sociales y culturales con la extroversión y el neuroticismo medidos mediante el Cuestionario de Personalidad de Eysenck (EPQ) basado en un número alto de items (30) y en muestras grandes (la menor con n=430). El neuroticismo se define como una dimensión de personalidad caracterizada por la tendencia a experimentar emociones negativas, incluidas la ansiedad, hostilidad y depresión. La extroversión incluye calidez, gregarismo y tendencia a experimentar emociones positivas (Ozer & Reise, 1994). El neuroticismo y la extroversión son claramente dimensiones emocionales y pueden concebirse, en parte, como índices de afecto positivo y negativo. De hecho, la investigación correlacional y experimental ha encontrado consistentemente que la extroversión se asocia a más afecto positivo y el neuroticismo a más afecto negativo (Diener & Larsen, 1993). Altas puntuaciones en neuroticismo y extroversión representan alto afecto desde este punto de vista. Algunos autores critican los estudios de Eysenck por el tipo de análisis factorial realizado para probar la similaridad estructural de las diferentes versiones del EPQ (van de Vijver & Leung, 1997). Sin embargo, algunos estudios han empleado estas puntuaciones para probar las relaciones entre los correlatos sociales, el "carácter nacional", el bienestar y la salud mental, confirmando la validez de constructo trans-cultural de las puntuaciones EPQ a nivel colectivo (Arrindell, Hatzichristou, Wensink, et al, 1997; Lynn & Martin, 1995). Con respecto a las relaciones entre las dimensiones culturales y rasgos de personalidad, Smith y Bond (1993) vinculan teóricamente la evitación de la incertidumbre con la inestabilidad emocional (o neuroticismo en términos de Eysenck) y al individualismo con la extroversión. Se supone que el individualismo se asociaría a la extroversión dado el énfasis de éste a abrirse a la experiencia y a las relaciones sociales fluidas. El colectivismo supondría una conducta consistente con la introversión (timidez y modestia). Confirmando el ajuste entre los valores culturales dominantes y las dimensiones de personalidad, los chinos extrovertidos se ajustan mejor a la cultura individualista que los introvertidos. Por el contrario, los occidentales introvertidos expatriados a culturas colectivistas muestran mejor ajuste que los extrovertidos (Moghaddam, Taylor & Wright, 1993). Ser amable y confíado con la gente, un aspecto de la extroversión, se asocia al individualismo: las personas de USA son más confíadas y asumen que las otras personas se comportarán de manera amable más que los sujetos de culturas colectivistas como Japón (Yamagishi & Yamigishi, 1994). Empíricamente el neuroticismo se relaciona con la evitación de la incertidumbre (Lynn & Martin, 1995; Arrindell, Hatzichristou, Wensink, et al., 1997). Nuestra hipótesis es, replicando ideas y resultados previos, que la menor distancia de poder, el individualismo, la baja evitación de la incertidumbre y la feminidad cultural podrían relacionarse con la mayor extroversión (p.e. alto afecto positivo) y que la alta evitación de la incertidumbre, la distancia del poder y la masculinidad podrían relacionarse con el alto neuroticismo (p.e. afecto negativo). Método Países y participantes. Este estudio reanaliza los resultados de un estudio sobre las diferencias nacionales en extroversión, neuroticismo, psicoticismo y correlatos sociales. La metodología general desarrollada en este estudio es presentada por Lynn y Martin (1995), que recopilan las medias de 37 naciones en extroversión y neuroticismo medidas por el Cuestionario de Personalidad de Eysenck (EPQ). Las muestras varían de una n=430 a n=1476. Las 24 naciones estudiadas aquí, a las que se han añadido los valores de las variables culturales, geográficas y climáticas figuran en la tabla 4. La muestra final está compuesta de 24.196 sujetos. Procedimiento y Medidas Variables dependientes: se han empleado las medias nacionales de extroversión y neuroticismo medidas por el EPQ. Las versiones nacionales del EPQ tienen diferente número de items, dicho problema se ha resuelto prorrateando todas las escalas sobre 30 items. Véase Lynn y Martin (1995) para una descripción más detallada del estudio. 8 Variables Predictoras. Las variables predictoras son las mismas que en el estudio previo. Factores climáticos. Se emplea la latitud absoluta. Menor latitud significa climas calientes-cálidos. Factores históricos y geográficos. Viejo mundo versus nuevo mundo tal como se ha descrito en el estudio de Pennebaker, Rimé y Blankenship (1996) Factores socio-económicos. Se ha empleado el Indice de Desarrollo Humano (IDH) como índice de desarrollo socio-económico. Factores culturales. Hofstede (1991) proporciona los datos de los 24 países del estudio de Lynn y Martin en las dimensiones culturales de individualismo-colectivismo, masculinidad-feminidad, distancia de poder y evitación de incertidumbre. ------------------------------ Tabla 4 aquí ------------------------------ Resultados Dimensiones climática, geográfica, culturales y emociones: nivel colectivo de análisis. Primero, se examinan las relaciones entre los factores predictores y las medidas emocionales a nivel colectivo. Empleando las puntuaciones del país de latitud, posición geográfica (nuevo versus viejo mundo) y las puntuaciones de Hofstede, se analizan las correlaciones de Pearson a nivel colectivo de cara a contrastar las relaciones entre clima (latitud), IDH, situación geográfica, dimensiones culturales y diferencias nacionales en extroversión y neuroticismo. Empleando las naciones como unidades de análisis y las medias como puntuaciones, se exponen las correlaciones entre los factores socioculturales y las puntuaciones del EPQ. La tabla 5 muestra las correlaciones entre cada una de las variables criterio y los predictores (latitud, IDH, situación geográfica, dimensiones culturales). ------------------------------ Tabla 5 aquí ------------------------------ El clima frío se asocia a la introversión (r=-.43, p£ .02). El índice Viejo/Nuevo mundo no se relaciona con las variables criterio. El IDH se relaciona con la introversión (r=-.60, p£ .01). La evitación de la incertidumbre se asocia al neuroticismo o al alto afecto negativo (r=.35, p£ .07). La masculinidad cultural se asocia al neuroticismo o afecto negativo (r=.41, p£ .02). La distancia del poder se relaciona marginalmente al neuroticismo (r=.35, p£ .07). El individualismo no está relacionado con las variables criterio. Se realizan análisis de regresión múltiple para separar los efectos del clima y las dimensiones culturales (distancia de poder, individualismo, masculinidad y evitación de la incertidumbre) sobre la experiencia emocional. Se realizan bajo el método de estimación por etapas (stepwise) (véase tabla 5). Los coeficientes de regresión confirman que la feminidad cultural se relaciona con el bajo neuroticismo o que la masculinidad se relaciona con el neuroticismo (beta=.40, p£ .05). La evitación de la incertidumbre está asociada al neuroticismo como se esperaba (beta=.35, p£ .10). El alto nivel de desarrollo económico o IDH muestra una asociación significativa con la introversión (beta=-.60, p£ .01). La distancia del poder muestra una asociación significativa marginal y por problemas de multicolinealidad el coeficiente beta se invierte respecto al coeficiente de correlación de Pearson. Cuando la distancia del poder se excluye el coeficiente beta del IDH se mantiene estable (véase la tabla 5-extroversion-1 y extroversion-2). Discusión Con respecto al clima, la posición geográfica y el desarrollo socio-económico los resultados son diferentes de los del primer estudio. Las culturas del nuevo mundo no muestran una mayor extroversión, como se producía en el caso de la energía emocional en el primer estudio. Analizando las diferencias emocionales entre países, es el clima frío el que se relaciona con la introversión o la menor emocionalidad, confirmando las ideas de Montesquieu y desconfirmando las asunciones de Poseidonos. Sin embargo, es el IDH el que explica las relaciones entre clima e introversión. En otras palabras,los países pobres son más extrovertidos y este resultado no puede explicarse por las dimensiones culturales - la extroversión no se relaciona en los análisis bivariados con ninguna de las dimensiones culturales -. Los resultados muestran la validez convergente de los factores culturales, específicamente la feminidad cultural, la evitación de la incertidumbre y la distancia del poder. La evitación de la incertidumbre y la distancia del poder se asocian con la mayor ansiedad en el primer estudio y con el neuroticismo en este segundo estudio. La feminidad cultural se relacionaba con la energía emocional en el primer estudio y aquí lo está con el menor neuroticismo. Los resultados son congruentes con el clima emocional positivo de las culturas femeninas y el malestar de las culturas con alta distancia de poder y evitación de la incertidumbre. El individualismo no aparece relacionado con la emocionalidad tanto en los datos bivariados como en los análisis multivariados. El individualismo no se relaciona con la extroversión. Una cultura individualista como la de USA posee una alta puntuación en extroversión, sin embargo, éste no es el caso general. Los análisis holoculturales desconfirman que el individualismo se relacione con la extroversión y el colectivismo con la introversión. 9 Para concluir, el primer y segundo estudio multivariado confirman parcialmente que las culturas femeninas son más positivas emocionalmente. Los resultados también sugieren que las sociedades con baja evitación de la incertidumbre y baja distancia del poder tienen un clima emocional más positivo y que la influencia del individualismo en la experiencia emocional se ha exagerado. En este momento pueden sugerirse algunas cuestiones: ¿cuáles son las relaciones entre la intensidad y el placer de las experiencias emocionales?. Por ejemplo, el bajo neuroticismo y la alta energía emocional de las culturas femeninas: ¿significan que lo placentero prevalece sobre lo displacentero de la experiencia emocional o significan que la intensidad de la experiencia emocional es mayor o significan que la intensidad es mayor para las emociones positivas y menor para las emociones negativas?. En otras palabras, ¿cómo podemos explicar el clima emocional positivo de las culturas femeninas, de baja distancia del poder y de baja evitación de la incertidumbre?. Desde un punto de vista socio-cultural, la disponibilidad situacional de las experiencias emocionales y las normas emocionales o la evaluación de la experiencia afectiva y su expresión son dos mecanismos a través de los que la cultura influye en la experiencia emocional. El siguiente estudio trata de comprender cómo las dimensiones culturales se relacionan con la deseabilidad, frecuencia e intensidad de las emociones. Influencia cultural en la experiencia emocional: normas, frecuencia e intensidad. Desde un punto de vista socio-cultural, los valores culturales centrales están reflejados en los escenarios y conocimientos culturales. Específicamente, por medio de las normas y prácticas, las culturas configuran la realidad psicológica. Frecuentemente, en la investigación trans-cultural suelen diferenciarse las explicaciones culturales y socio-estructurales. Una explicación cultural considera que los patrones de la experiencia emocional emanan de las normas y valores compartidos. Una perspectiva socio-estructural explica los patrones de conducta social por medio de las contingencias y restricciones situacionales contemporáneas, lo que produce la experiencia emocional (p.e.: la frecuencia presente de las situaciones emocionales, la estructura económica, el medio ecológico) (Miller-Loesi, 1995; Schooler, 1996; Triandis, 1995; Markus, Kitayama & Heiman, 1996). En otras palabras, los patrones de la experiencia emocional reflejan tanto la influencia normativa de valores y la estructural o las restricciones situacionales - parcialmente autónoma respecto a los valores culturales (Bierbrauer, Meyer & Wolfradt, 1994; Schooler, 1996). Sin embargo, los valores culturales influyen en la vida emocional proporcionando esquemas colectivos específicos en los que los miembros del grupo cultural se socializan para sentir una disposición psicológica habitual. Por ejemplo, Kitayama, Markus y Lieberman (1995) encuentran que los escenarios o situaciones positivas de la cultura de EEUU refuerzan más la auto-estima que las situaciones japonesas y que las personas japonesas son menos propensas que las americanas al auto-ensalzamiento. La alta intensidad emocional subjetiva podría reflejar tanto la internalización de la cultura emocional (qué emociones son estimadas en una cultura), como la accesibilidad cultural de escenarios emocionales (probabilidad de situaciones positivas o negativas; prevalencia de escenarios emocionales públicos o privados, etc.). El objetivo de nuestro tercer estudio es contrastar las relaciones entre las dimensiones culturales, la intensidad y la prevalencia de las emociones positivas y negativas. Este estudio podría servir asimismo para contrastar la explicación normativa/situacional de las influencias culturales en la emocionalidad. ESTUDIO 3: DETERMINANTES SOCIOCULTURALES, SITUACIONALES Y NORMATIVOS DE LA INTENSIDAD EMOCIONAL. Método Países y participantes. El estudio analiza a nivel colectivo los datos de otro estudio extensivo trans- cultural con cuestionario. La metodología general de dicho estudio es descrita por Suh, Diener, Oishi y Triandis (1998). Las 32 naciones estudiadas son aquéllas incluidas en el estudio de Suh, Diener, Oishi et al. (1998) para las que hemos encontrado información cultural y socio-económica (véase tabla 6). La muestra final está compuesta por 5142 estudiantes (70% mujeres) con una media de edad de 21.26 (SD= 6.3 años). Procedimiento y Medidas Variables Dependientes. Se emplearon auto-informes de deseabilidad, intensidad y frecuencia de emociones negativas (cólera, miedo, tristeza y culpa) y cuatro emociones positivas (orgullo, alegría, afecto y contento o satisfacción). La frecuencia se supone que refleja las prácticas comunes de una cultura o sociedad o la frecuencia de escenarios emocionales. Los participantes primero puntuaban la frecuencia con que experimentaban emociones y sentimientos ("durante el pasado mes, ¿cuántas veces ha sentido cada emoción?) puntuando de nunca (1) a siempre (7). El coeficiente alpha a nivel colectivo para los 4 items sobre frecuencia de emociones es de alpha=.87 para las emociones negativas y de alpha=.83 para las positivas. El segundo grupo de cuestiones pregunta a los sujetos acerca del grado de intensidad en que experimentan las ocho emociones y sentimientos (Cuando experimenta esta emoción, no importa cuán frecuentemente, típicamente ¿cuán intensa es su experiencia emocional?), variando de nada (1), a extremadamente intensa (7). El coeficiente alpha para los 4 items que miden la intensidad de las emociones es de alpha=.80 para las emociones negativas y alpha=.91 para las positivas. 10

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creencias sobre la vivencia afectiva, este artículo lo hace desde una perspectiva colectiva: se .. La muestra final está compuesta por 2955 personas.
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