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“El amo de la jaula”. El pensamiento religiosode Pto Baroja PDF

23 Pages·2004·4.32 MB·Spanish
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“Elamode lajaula”. Elpensamiento religiosode PtoBaroja Jesús Maria Lasagabaster Universidad de Deusto RESUMEN: La actitud de Barojaante Diosy lo religioso tienecomo base su agnosticismo existencial yfilosófico ysuformacióncientíficapositivista. Desdeaquípartelacrítica,agresiva aveces,que Barojahacedeunareligión incompatibleconla cienciay deunasformashipócritas y dominantes dereligiosidad-qu.e v&encamadasen laIglesia comoinstitución yen el clero. Baroja nuncasometeesta actituda unarevisión seriay cuando parecehacerlo atravésde las crisisreligiosasde(osprotagonistas dealgunasdesus novelas —Caminodeperfección, Elcura deMonleán, LaLeyendadeJaundeAbate esmásbien comojustificacióny confirmación ..—, deesaactitudagnóstica. SUMMARY: The attitude of Baroja before God and religion is based on existential and philosoficalagnosticismandbackground inscientificpositivism.Itisfrom thisfoundation that Baroja postured and developed a highly critical position against unifying religion witb ihe scíencesandagaínstthe Churchasaninstitution.Barojaneversubntitted hisattitudeto anytype ofseríousrevision, anOevenwhen Barojaappearstobere-evaluatingbisposition(through bis protagonistsstruggleitt sorneofbisnovels —Caminodeperfección,ElcuradeMonjerin, La LeyendadeJa,¿ndeAbate ...~-i werealizeeventuallythaitheposition thaiBaroja istaking is onlyafurtherjustificationofbisagnosticattitude. “El amo de lajaula” esel título de uno de los treintay tres cuentos que constituyen Vidassombrías, elprimer libro publicado porBaroja, exactamente, enel año 1900. Laanécdotadeeste brevísimo cuento, apenas unapágina en laediciónde las Obras Completas’, esmuy simple: Unjoven estudiante, gravementeenfermo, que le pide a Dios contoda su almaque,si hade morir,sea dedía, al sol, porque lanoche, diceeljovenen susplegarias en laiglesia,«me horrorizas. Dios no escuchala súplica yel protagonista delcuento muere al anochecer, cuando «todavíaquedabaen el poniente lasuaveclaridad del sol». Esta brevísimahistoria se remata con uncomentariodel narrador/Baroja que dice así: Hubo un tiempo glorioso en que El nos ola y las imágenesdelasvirgenes yde los santosse nos aparecían en las grutasdelatierrayenlasolas del mar;pero como esciertoque estamos en decadencia y quecaminamos alaperdición, yano nos atiende. Los hombres,en sujaula,han gemido, han rezado, han gritadotanto, que han vuelto sordo alamo, alamode lajaula. Por esononos oye. ‘E. Baroja,ObrasCompletas,Madrid, l974~I9802,tomo VI,pp. 1006•1007.Lascitas remitenaestaedición,comoOC., seguidodcl númerodetomo. ‘Ru, 2 (1997) 76 ‘Elamode lajaula EselsilenciodeDios,queplaneasobreun mundosecularizadoyqueplanea también sobre una literatura que es imagen de ese mundo. El silencio de Dios es precisamente el subtitulodel tomo primero de esa importante y conocida obra de CharlesMoeller titulada LiteraturadelsigloXXy cristianismo2 Bajoesteepígrafe colocael autor autores comoCamus, Gide,Huxley, SimoneWeil, Graham Greene, Julien Greene,Bemanos. En algunos casos,es éste deDiosun silencioensordecedorquealborotalas esferasydejaalhombreen elvértigodesupropiadesorientación esencial. En otros, el vaciode lapalabradeDiosvamareando unarutaqueelhombretratadeescudrifiar y de seguir, tras de una voz reconocible, que existe y que dama, aunque no sc escuche todavía... ¿Dónde situaríamosaesehombre enjaulado deBaroja, gimiente hastadejar sordoasu amo, el imperturbable amo de lajaula? Dios no es un silencio en la obra de Baroja; pero tampoco es una voz escudriñada,escuchaday recibida.Haypersonajes barojianosque creen oirlavozde Dios, más alláde la proyección de sus ilusiones o de suscarencias —el Femando Ossorio, de Caminodeperfección, el hermanoBeltrán,de Elnocturnodelhermano Beltrán, el JavierOlarán, de Elcurade Monleán Pero esta actitud de inquisición o de escucha dificilmente parece correspondersecon unaactitud ocon una necesidadsentidadel autor.Elhombre Pío Barojaparecevivir, nosé sicómoda,pero desdeluego no problemáticamente,en un mundo que funciona precisamente sobre el silencio de Dios. Y si en la obra de nuestro escritor, bastantes novelas, libros de carácter memorial o artículos, es relativamente frecuentelapresenciadeltema religioso, noeselsilenciode Dios, sino másbien lo que, ajuicio delautor, senosquierehacerpasarcomopalabra suya, lo queconstituyeelobjeto delacrítica, severasiempre, feroz muchasvecese injusta en ocasiones,desdelaquePío Barojaterminaexpresandosuposición anteel problema de Dios, y, sobre todo, antelas concreciones históricas y culturalesde la creencia religiosa. Hay un texto que recogen casi todos los autores que se han ocupado de estudiareste aspectoen laobray el pensamientobarojiano yqueyotambién voya recordar aquí, porqueme parece bastante significativo,como puntodepartida. En ellibro de carácter ensayístico y memorial Juventud, egolatría (1917), Baroja recuerda una anécdota personal, de su infancia en Pamplona, a la que él mismoatribuye una importanciadecisiva ensuactitudreligiosaposterior. Habíamos salido del Instituto y habíamos estado presenciando unos funerales. Después entramos tres o cuatro chicos enlacatedral. A mímehabíaquedadoel sonsonete de (...) los responsoseneloídoe ibatarareándolo. De pronto salió una sombra negra por detrás del confesionario, se abalanzósobre mí y me agarró conlas manos delcuello,hastaestrujarme. Op. cit Madrid, 1964~(1’cd. 1955) Jest~sMaría Lasagabaster 77 Yoquedéparalizadode espanto. Eraun canónigo, gordo y seboso, que se llamabadonTirsoLarequi. Baroja remataelrelatodeesta escenainfantilen lacatedral dePamplonacon este significativocomentario: Ese canónigo sanguíneo, gordo y fiero, quese lanza a acogotara un chico de nueveaños, es paramí el símbolo de la 3 religión católica ¿Se trata de unaconclusión exagerada? Tal vez, pero de hecho marcó el espíritudelniño Barojaen relaciónal sentimiento religioso, porque elescritor repite elrelatodeestaescenaenFamilia, infanciayjuventud(1944),el primer libro desus memorias, escrito casi treinta años después de Juventud, egolatría; y en las dos versiones comenta: Aquellaescena íbeparamí,dechico, unode losmotivos demi anticlericalismo. Y también a la niñez de Baroja pertenece otrasignificativa escena queel escritorrelataenLas horassolitarias: En San Sebastián,cuandoyoerachico,hablaenfrentede casaun señorque sellamabadon Femandoyquedecían queera protestante. Esteseñorsalíaal balcón aleerun libro y echabamigas de pan a las golondrinas, que tenían un rosario de nidos en el alero. Cuandosemarchódon Femando, elamo dela casafue con un paloy quitó todos losnidos. Así que en el diccionario de la infanciayo tenía estos sinónimos: «Protestante: hombrequelee un libro y le gustan los nidos dc las golondrinas. Católico: hombre que no lee nada ytira los nidosdelas golondrinas». (p. 311) El anticlericalismoesseguramente laversiónmás conociday mástópica de laactituddePío Barojahacia loreligioso.Larajón es, sin duda,que setrata deun motivo muy recurrente en los textos barojianos,yque da pie alos comentarios y afirmaciones más acres y desaforados, entre los que se refieren directa o indirectamente al tema religioso; pero no tendría ningún rigor, ni responderíaa la verdad, pretenderexpresarlaactitud de Baroja antelafe —más en concreto, la fe católica— y su expresión en formas de religiosidad, como la de un vulgar comecuras. ‘OC., V,pp. 194-195. 78 “El amo de lajaula” Volveremossobreestepunto. Bástenosdemomentorecogereltestimoniodel propioescritor, de su libroLas horassolitarias: Apesar delo que crean algunos de mi,yo nosoy de los anticlericales furiosos. Si a mi no me molestan, yo tampoco molesto. Yonotengode loscurasuna ideaal estilo El Motín; no creo que sean viciosos, mujeriegos, etc... Al menos, en el País Vasco no lo son (ji Sus defectos son los defectos del país y de los dogmasque defiende. Y esta misma idea, casi con las mismas palabras, es puesta en boca del personajeJosé Larrañaga, un dobledel autoren muchos aspectos, en la novelaLos amores tardíost Decualquiermanera,marcadamás omenos poresebrutal encuentrocon el canónigopamplonés, enconnivencianaturalmentecon otrascircunstancias, la visión queel niñoBarojaparecetenerdela figurade Diosquedaráteñida irremediablemente de una especie de apriorística irracionalidad, que el Baroja adultonunca someterá seriamente aun procesode desinteresadaautocrítica 6 En laeducación deBarojano hay, por losdatos que tenemos, espacio para loreligioso. En lanovelaAventuras, inventosymi.xt?ficacionesdeSilvestreParadox, todalacrítica ve remintscencias autobiográficasen laspáginas quededica el escritor a lainfanciade Faradox en Pamplona. No hay lamás mínima alusión alo religioso. El protagonista deLasensualidadpervertida, el vasco Luis Murguía, otro doblede Baroja, muestradesde lainfancia unatotal indiferenciareligiosa. En La caverna delhumorismo se nos relataotraescena significativa, que, curiosamente, sedesarrollatambiénen lacatedral de Pamplona.Guezurtegui —otro aliasde Baroja—se paseaporel claustrode lacatedralde Pamplona. Es lahora de Vísperasy el rumordel órgano, apuntaGuezurtegui, «tienegrandeza pero amí (...), no meproducesensación íntima”. Yañade: Notengoenlamemoriarecuerdoninguno queme inspire respetoo simpatíaporestasceremonias. Creoque paramíestoes tan extraño comolo seríaunafiesta budista. No sé cómo he podido expulsar toda la clericalina heredada de los antepasados...’ Cuando en Familia, injánciayjuventudBaroja rememora la figurade su madre,recuerda sobretodoel momentodesu muerte, ocurridaen Vera de Bidasoa 40?.,l,p. 1375. (¿Ir. E. Pérez, “Los curas en Baro~a”, ¡ha Baroja. Elescritory la critica, Madrid, 1974, p182. p. 481. JesúsMaría Lasagabaster .79 en 1935, cuandoelescritortieneyasesentay tres años: Yo no pude nunca saber hasta qué punto llegaban las ideasreligiosas de mimadre. Antes demorir, mi madre llamó, por intermedio de mi cuñada, alpárroco de Lesaca,don FélixEcheverri, quelaconfesó y lediolacomunión ylaextremaunción. Al verlayo, laencontré muyserena. Elpárroco don Félix me llamóapartepara decirme envozbaja: -Esun almapura. La fraseme impresionóprofundamente.« En la formación intelectual de Baroja hay que señalar la orientación racionalistay positivista de la ciencia en el final del siglo, que es elmarco en que nuestroescritor vaconstruyendo su visión del mundodesde sus añosde estudiante de medicina en Madrid y la influencia, sobre todo en una primera época, del pensamiento de Nietzsche Esto lleva ineludiblemente a Baroja a hacer un ~. planteamientocontradictorio de larelación entre religióny ciencia: Laciencianopuede estarnuncadeacuerdo íntimocon la religión, ni lareligión con laciencia ‘~. Noes que Barojaseaun«adorador” de la ciencia,perono puedeaceptar una religión que no puede menos de ser, por definición, anticientifica. Si en la visión barojiana del mundo hay, ya desde las primeras obras, un substrato fácilmente identificable de nihilismo,en lo que respectaa su posición frente a la creencia, el resultado no puedemenos de seruna posiciónexplícitamenteagnóstica. Barojanunca se consideró asi mismo ateo —aunque «esode ateo,yo no lo consideré como un insulto, sino comounhonor», nosdirá enJuventud egolatría—, sinoque se define siempre como agnóstico: A mí, cuando me preguntan qué ideas religiosas tengo, digo que soyagnóstico’’ Y másadelante, continúa: ahoravoyaañadirque,además, soydogmatófogo. Mi primer movimiento en presencia de un dogma, sea religioso, ‘OC.,VII, p. 525. (.fr. aesterespectola obrade (Ii. Sobejano,NietzscheenEspaña,Madrid, 1967 Intermedios, O.C.,V,p. 700. OC.,V, p. 158. go “Elamo de lajaula” politico o moral, es verla manera demasticarlo odigerirlo (...) Estaposición agnósticaes la más decente que puede tomaruna persona. Yanosólolasideasreligiosasestándescompuestas,sino que loestá lomás sólidoy lo más indivisible. A travésdelprotagonista desunovelaElcura deMonle¿n, Barojacontempla y acepta laaridezy latristezade un mundovaciadodepresencias absolutas: Para el hombre de hoy, el punto de vista indiferentey agnóstico es el que mejor lecuadra. Es triste si setomaen serio y si no se tomaen seriono es menos triste. Verel mundocomo un campode ceniza,donde nada tiene remedio, y cuyo final es hundirse en el abismo de la muerte para siempre, no es muy halagador. Estaes laidea deun europeo pesimistade Occidente ydeunbudistade Oriente. Eluno adorna sudesolación con una sonrisayel otro con unas cuantas prácticas supersticiosas, pero en el fondoes igual ‘~. Noparece, pues,legítimoni rigurosoconsideraraBaroja comoateo. Una vez masessu personaje JoséLarrañaga el que,en Las veleidades delafortuna, sehace portavoz del escritor,en un breve diálogo con su amigo Stolz: ¡l-lum! Me pareceque está usted en elgrupode losateos. - Más bien entre los agnósticos.. - ¿Cuáles laraízde esteagnosticismobarojiano?ParaFélix Bello,nohayduda de queaBarojasu agnosticismo leviene de sus principios relativistas y racionalistas que le impedían dar un valorabsoluto a lasteorías unitarias sostenidas porhipótesis. ‘~ Pl ~ ~. a 5,1v3t¡ciSmo parece serunaauL’wu que vac.c so’ en ¡a v¡ua ue Baroja, desdesiempre enel Baroja adulto,y que nunca es sometidaa un procesorigurosoy sistemático deautocrítica. Lascrisis directao indirectamentereligiosasde algunos personajesbarojianos—FemandoOssorio en C’aminodeperfección, Jaun deAlzate en La leyenda de Jaun de Alzate, el hermano Beltrán o, sobre todos, el cura de Monícón,en lanoveladeestetítulo—no soncrisisconel sentidode agonía, de lucha interioryexteriorque tienen,porejemplo, lospersonajes de Unamuno—pensemos en San Manuel Bueno,mártir— son más bien constataciones, por no decir demostraciones por la víade laexistencia,de unaposición adoptadade manera ‘O. CVI. p. 868. “F. BelloVázquez, Pío Baroja. El hombreyelfilósofo, Salamanca, 1993, p. 313. JesúsMaría Lasagabaster 81 definitiva yque no sólono va a cambiar, sinoque ni siquieravaa sersometida a verdadera revisión, ya que la solución es sólo una y se conoce de antemano: la imposibilidad de lafe, delacreencia, cuando es sometidaaun proceso racional de reflexión. Comomuybienha señalado CarmenIglesias: El escepticismo religioso de Baroja es la consecuencia lógica de su agnosticismo filosófico. No siente ninguna dependenciacon la divinidady, si algunavezobservamosen él alguna tendencia mística, ésta resulta promovida por motivos líricos como laNaturaleza o la música, nunca por sentimientos religiosos. En último caso, esta especie de religiosidad podría 4 definirsecomounpanteísmocósmico,alejadodetodaortodoxia’ En realidad, no hay en Baroja una inquisición desinteresada o sentida íntimamente dela legitimidadde lo sobrenatural y de la fe, y mucho menos de su necesidad. No hay en Baroja —~como si la hay en Unamuno— una inquietud religiosa, un planteamiento de la creencia como decisivo problema esencial y existencial auntiempo. Este agnosticismo de raíz filosóficale lleva aBarojaa rechazarno sólo el cristianismo, sinotodas lasreligionespositivas. Lareligión, cualquierreligión, está por tanto asentadaen lamentira, nos diráenJuventud, egolatría, en esas mentiras que son necesarias, másexcitantes, mástónicasyhastamássanas que laverdad para sostenerlasbambalinas delmundoyde lavidade lasociedad. Lasreligionesincluso sejustificaríanporquesirvenpara reformarlosbajosinstintos delhombreyporque estimulan la imaginacióndelos artistas. Esdecir, loreligiososeexplicaría, más que sejustificaría, según Baroja, por Tazonesmorales oestéticas. pero nuncapor razones propiamente religiosas, ya que el dato religioso queda evidentemente fuera de la racionalidadde locientífico. Pero es indudable que laactitud de Baroja ante la religión en general y la religión católica en particular tiene también una clara razón moral, entendido el término en un sentido amplio. Si a Baroja le afectalo religioso,no es porque se sienta concernidopor la ineludibilidad de una respuesta personal a la cuestión. Si hayalgo positivo en las religiones, seria, comohemos dicho, sucapacidad paratransformar el mundo, para hacer mejores a los hombres. Es decir, es en todo caso la dimensión moral de la creencia loque aBaroja lepuedeparecer menos irrelevante de lafe; perodehecho la experiencia que Barojatienede lacapacidadtransformadorade lareligión —en concreto de la católicaen la sociedadespañola de sutiempo— es hartonegativa y ellonohacesinoconfirmarlapostura intelectualquefrentealoreligiosohaadoptado de manera irrevocable. ‘ C. Iglesias,Elpensamiento dePíoBaroja, ideas centrales, México, 1963, p. 101. “Elamo de lajaula 82 Evidentemente, las religiones no han mejorado los instintos del hombre; casi se puede creermás bien que los han empeorado. La esencia cristiana, evangélica, es tan escasa en el catolicismo o protestantismo iberos, que se puede decir que es nula. ‘~ De ahí que la presencia de lo religioso en la obra del escritor vasco se convierta de hecho en una crítica, despiadada crítica casi siempre, de las materializaciones moralesde lafeenlavidade laIglesiacatólicayde loscristianos. El anticatolicismo, el anticlericalismo, de Pío Baroja es sobretodo de raíz moral, muchomás quefilosóficaoreligiosapropiamente. Eseldivorciotan profundo que percibeentreel idealcristiano que dicen representar los curasy su conducta, tal como él la ve, o cree verla, en sumomento histórico y político. Por eso, la critica religiosa en Baroja es una crítica fundamentalmente espaflola, es decir, dirigida directamentealrostro queofrece asu consideración laprácticareligiosa ymoral de loscatólicosespaÑolescontemporáneos, ysobretodo de aquéllos,curas,obispos, que encarnande manera más prominente, lafe católica. Es mucho menos frecuente,en cambio, unplanteamiento directoteórico odesde unaperspectiva menos moralista y más directamente religiosa de la creencia. La novela El cura de Monleón es seguramenteel lugar donde más espacio se concede a unplanteamiento teórico o mejor, de carácter intelectual/existencial, del valorde la revelación, de los dogmas o de lafigura histórica de Jesús deNazaret, confrontados con lacríticacientíficay racionalista de la religión a finales del siglo XIX y con los logrosde las ciencias naturales ode lamismahistoria. Aunque luegovolveremossobre elprotagonista de la novela,digamos ahoraque Barojaplanteael problemateniendo ya de antemano sabidasusolución, que noesotra quelaque sededuce del pensamiento de filósofos como Nietzsche o Schopenhauer o de teólogos ohistoriadores de la religión como Renan, Loisy o Strauss. No es casualidad seguramente que el textoanticlerical por excelencia de Baroja sealanovelaCésaronada, cuyaprimeraparte sitúaprecisamente elautoren la Romavaticana, bajoel pontificadodePíoX, queendocumentos comoel Sy/labus o la encíclica Pascendi había salido decididamente por la integridad ortodoxa del dogma y de laexégesis católica oficial, condenando sin paliativos las tesis de la teologíay de laexégesis modernista. En Césaronada (1910),y através delpersonajede César Moncada, sobrino deun cardenal de la Curia,asistimos aunavisión, sin dudadesegundamano, de lo queeralavidade laIglesiaen losaltosambientesvaticanos. Pordebajo de lacrónica, cuculademanera indisimuladapara ellector, una caricaturahechaen bloque y sin matices, lo cualindudablemente reduce laeficacia de lacrítica. Elcurade Monleán,escritadieciséis añosdespuésysituadaen el PaísVasco, es de algunamanera la otra cara de lacrítica que Baroja proyectasobre la Iglesia, vistatambién bajo el pontificado de Pío X, peroahoraatravés de ladefensa ode la aceptaciónqueel protagonistade lanovela,desde laangustia deunaprofundacrisis espiritual, hacede lastesismodernistas condenadaspor elpontífice. “Veque~osensayos, OC.,V, p. 1008. JesúsMaríaLasagabaster 83 En lacríticaque de lareligión hace Baroja, hay queseñalaruna distinción quenuestroescritoeestablececon relativafrecuenciaentrecatolicismoycristianismo: La tesis barojiana es que el catolicismo es una claraperversión del cristianismo primitivo. Y tres son las razones principales que le llevan a Baroja a afirmar el carácter perverso del catolicismo y, por lotanto,a rechazarlo: en primer lugar, su fundamento semítico. Barojacontrapone elAntiguo yel NuevoTestamento: En el AntiguoTestamento se ve unasociedaddominada por una teocracia poderosa: la Iglesia, los doctores reinan. En cambio,enelNuevoTestamento, Jesucristoatacaa laIglesiay las leyes no tienen valor, según El, al lado de la intuición de la verdad, de la luz, etc. La impresión que se obtiene es que, de seguiral pie de la letrael espíritu delos Evangelios,no debíade haber Iglesiani intermediarios entreDios y el hombre. Cristoes la parte máshumana deljudaísmo. Locristiano es unaselección 6 y unadepuración sentimental de lojudío.’ Barojaesfuertementeantijudio —es lajudíaunaraza«sensual, materialista, de unamentalidadbaja»,nosdiceenLa cavernadelhumorismo— yen sucríticade la Iglesiacatólicaveaéstacomounaversiónjudaizante, (através sobre todode San Pablo), contrariaaloque fueel verdadero espíritudeJesús. Barojarechazademaneratajante todoloquehay de dogmático en laIglesia católica. Primeramente, ladimensióndogmática de los contenidos de la fe, loque se traduce en una posición intelectual conservadora, anticientífica y opuesta a toda evoluciónytambién el dogmatismoen lasactitudes y en los comportamientos dela Iglesiaoficialy de susjefes, quese expresan en intoleranciaeimposición. El cura —dice en Las horassolitarias— va viendo que los dogmas religiosos cristianos están heridos de muerte y se encuentrarodeado deenemigos. Elcuracogeel hisopoyrodeado de sus fieles tiene que formar el cuadro. Todo lo modemo es enemigo suyo: el libro, el periódico, el tren, el telégrafo, el cinematógrafo; todo, en fin, según ellos va contra la Iglesia y tienenrazón. Laciencia hadesmoronadoa lasreligiones... Baroja rechaza también y con virulencia el peso político de la religión católica, ejercido a través del poder de la Iglesia y de sus representantes más caracterizados, el clero. Podríaverse, aeste respecto,en Lashorassolitarias,el capítulotitulado“La sotana en el horizonte”, donde la críticadel catolicismo sevuelve ahacer desde los trespuntos de vista señalados:científico, moraly cultural. Porfin,paraBarojael catolicismoestáen conflictocon laNaturalezaycon ElcuradeMonleón, OC., VI, p. 847. ‘~ 84 “Elamo de lajaula” lavida, destruye la fuerzavital, laexpresión de lo instintivo humano;el dogmay la moral católica,asentada según Barojaen la noción depecado, hacen esencialmente triste lavida del cristiano, que se mueve más por el terror que por el amor. Esta oposición entre lovital y lo religioso queda muy bien expresadaen un pasaje de Caminodeperfección,cuandoelprotagonista, FemandoOssorio,entraen lacatedral deToledo: Comenzaron acruzarporel claustroalgunoscanónigos vestidosde rojo; sonaron las campanasenel aire. Secomenzóa oir lamúsica del órgano, que llegabablandamente, seguida del rumor de los rezos y de los cánticos. Cesaba el rumor de los rezos, cesaba el rumor de los cánticos, cesaba la música del órgano y parecía que los pájaros piaban más fuerte y que los gallos cantaban a lolejos convoz más chillona, Y al momento estos murmullos tomaban a ocultarse entre las voces de la sombría plegariaquelossacerdotesen el coroentonaban al Dios vengador. Era una réplica que el huerto dirigíaa la iglesia y una contestación terrible de la iglesiael huerto. En el coro los lamentos del órgano, los salmos de los sacerdotes, lanzabanun formidableanatemade execración y de odio contra la vida; en el huerto, la vida celebraba su placido 7 triunfo, sueterno triunfo.’ Comomás arribahaquedado señalado,en lacrítica quePio Baroja hacede la religión, lo más visible, y lomás tópico,es sin duda su sistemático, furibundo y despiadado anticlericalismo; es aquí sobre todo donde Baroja materializa su disentimientonosólointelectual o filosófico, sinosobretodovitalypasional de todo loquees expresiónde lafe católicay de su encamaciónen la Iglesia históricadesu tiempo. El textoanticlerical porexcelenciade PíoBaroja essu novela Césaronada (1910), cuya acción se sitúa, como yaha quedado dicho, en la Romavaticana del pontificado dePío el mismo Baroja—como hemos tenidoocasión de vermás X. Si arriba—matizasu actitud anticlerical, algunosestudiososrelativizan efectivamente elanticlericalismo barojiano,explicándolo, másquecomo unaposiciónapriorística y fisiológicacasi de su espíritu cáustico frente alas cosas de la religión, como una consecuenciadesu experienciadel clero, del español,sobre todo, que, al menos en su gran mayoría, no da motivos para la comprensión y la piedad y menos en un espíritu agnóstico y críticocomoel de Baroja. Lain Entralgo,es muyseverofrentealaposiciónantirreligiosadePíoBaroja: La incontinencia anticlerical y anticatólica de Baroja —dice en La generación del noventa y ocho.—, abiertamente brutal y blasfematoria entantas ocasiones, es bien conocida;tan “ Caminodeperfección, OC.,VI,p. 330-331.

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RESUMEN: La actitud de Baroja ante Dios y lo religioso tiene como base su podido encontrar fines divinos ohumanos en Orión o Sirio?>2.
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