Copyright © 2012, Rodolfo Martínez Copyright © 1993, Rodolfo Martínez por «La carretera» Copyright © 1998, Rodolfo Martínez por «El alfabeto del carpintero» Primera edición: Noviembre, 2012 Ilustración de portada: © 2012, Juan Miguel Aguilera Diseño de cubierta: Sportula SPORTULA www.sportula,es [email protected] Este libro es para tu disfrute personal. Nada te impide volver a venderlo ni compartirlo con otras personas, por supuesto, y nada podemos hacer para evitarlo. Sin embargo, si el libro te ha gustado, crees que merece la pena y que el autor debe ser compensado recomiéndales a tus amigos que lo compren. Al fin y al cabo, no es que tenga un precio exageradamente alto, ¿verdad? La carretera El alfabeto del carpintero Prólogo: Camino de los arrendajos azules Un aprendiz encuentra al carpintero 1 .La felicidad es una jeringuilla cargada 2. Donde las calles no tienen nombre 3. Tieso como un torniquete, seco como un tambor fúnebre Un aprendiz busca al carpintero 4. Investigaciones privadas 5. ¿Hay alguien ahí fuera? 6. Aparentamos que todo está bien 7. Toma el largo camino a casa 8. Conversaciones casuales 9. Escóndete en tu concha (¿en buena compañía?) 10 .En buena compañía (¿escóndete en tu concha?) Casino, poemas de Álber Álbrez Una cronología de Drímar Sobre el autor Sportula El camino sigue siempre adelante. No recuerdo quién dijo eso. Pero es cierto, sigue sin detenerse, siempre recto, estrechándose con monótona lentitud en el horizonte. Sigue y no se detiene. Tampoco yo. En estos momentos me rodea el desierto, arenas calcinadas y un sol abrasador a ambos lados de la Carretera. Todo llano, como un mar oxidado y sólido. Apenas un par de horas antes, árboles inmensos dejaban caer sus ramas flácidas en el asfalto (si es que esta materia alienígena es asfalto; al menos se comporta como si lo fuera). Luego, todo rastro de verde desapareció, el aire se volvió seco y ardiente y el desierto se extendió ante mí. Por años que viva nunca me acostumbraré. Es lógico, al fin y al cabo, este mundo no fue diseñado para humanos, ni por ellos. Ayer encontré algo que parecía una gasolinera. Quizá lo fuera, quién sabe. No me detuve mucho; después de todo, mi misión no es contemplar el paisaje, sino simplemente recorrer