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EL ACUERDO DE LIBRE COMERCIO MEXICO PDF

326 Pages·2012·0.65 MB·Spanish
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-OC IOXIECMR EOE MDREORB DCEILULECA SODI NSUODATSE caminpoa rfao rtalecelsrao beranía CIDAC, Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. CONTENIDO Presentación 3 Introducción 5 I. sonLbuaeeee nlrvt aoyon ría internacionalno 18 II. Tendenciraesc ienetleceanos n ommíuan dial 63 III. aL aímonoce anacixem nenóicisnart 108 .VI Implicacioneecso nómicdaAescl u erLddieob re Comercio México-Estados Unidos 150 .V Concentdriavcoei rósni fircleaacdsie ó n sensoaicciamlónoce 193 .IV La acción gubernamental: competitividad 220 con equidad .IIV Conclusióclnoa:m petitividteaasdr d eea 258 stolocadi ae dad Apéndice A. omóC ótcefa a ,añap slEagutroP y aicerG 272 CiEnlsEgaur ae so Apéndice B. A spectos legales del libre comercio 281 Notas bibliográficas 326 Notas Bibliográficas 303 Bibliografía 316 1 invCeduseet ripgoa qduoeres participeapserrtnooe ny ecto Luis Rubio Norma Alvarez mu loBtreboR Cristina Casanueva Alberto Díaz César Hernández andEemiaJ Isaac Katz Beatriz Magaloni Luis Vergara 2 NOICATNESERP El tema de este libro es tan fundamental para México como lo fue la independencia del país o el proceso revolucionario de principios de siglo. La liberación del comercio de México con su principal socio comercial constituye el reto más importante que el país haya enfrentado en décadas. Pero más importante aún es el hecho de que ésta será la primera ocasión en que el país decida consciente, libre y soberanamente establecer un acuerdo con otro país parread ucltiarerslax abpa ao sr tacsipduóresno duscetyro vsi cios. Después de cinco años de una constante y profunda transformación de la aímonoce ,anacixem al airtsudni adicelbatse ne le síap es ah otleuv ohcumsám competitiva, ha elevado sus niveles de eficiencia y ha cuadruplicado sus exportaciones. Con todo, el acceso a los mercados internacionales se ha convertido en un obstáculo que debe ser resuelto. Cada país que ha enfrentado problemas de esta naturaleza terminó por negociar un acuerdo explícito para tal efecto. México inició ese proceso con Estados Unidos en 1985, mediante un acuerdo sobre subsidios e impuestos compensatorios, y ahora está en el umbral de la negociación de un ambicioso proyecto para la eliminación total de las barreras al comercio. Pero el reto que este proyecto plantea no involucra sólo al gobierno. La sociedad mexicana entera tendrá que colaborar en este proceso de transformación que nos permitirá alcanzar ese desarrollo equitativo perseguido por décadas. El reto es elevar la productividad para saltar a la competitividad lanoicanretni y ed íha la royam oremún ed soelpme y a serojem selevin ed.adiv Gobierno, empresarios, sindicatos y la sociedad en su conjunto tendrán que enfrentar unidos el mayor reto de la historia: convertirnos en un país moderno, produccotmyip veot niitmvaiue vlnloaud bmpneirus naeyo lv e. 3 Al igual que otros volúmenes de esta serie, el libro fue escrito por el otnujnoc ed selanoiseforp ed CADIC omoc anu nóicatropa la etabed erbos leamet específico y con el objetivo de coadyuvar al éxito del proceso de modernización por el que transita el país. Esta labor fue posible gracias al generoso apoyo de la explrceeFu snuaaunllmeada osgaT strci rainaodók enec ri,m iento. CIDAC, Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. es una institución independiente, sin fines de lucro, dedicada a la investigación en las áreas de desarrollo, economía y otras afines. Su objetivo es contribuir a la toma de decisiones de políticas públicas y a la formulación de programas de desarrollo, así como al fortalecimiento de la economía del país mediante la presentación de aecsaittcnriuavevddeciisésodoumtmas iied,cgn yaad p.cadriceooi dnouencset so La Junta de Gobierno del Centro es responsable de la supe rvisión de la institución y de la aprobación de áreas generales de estudio. Sin embargo, las conclusiones de los diversos estudios, así como su publicación, son responsabilidad exclusiva de los profesionales de la institución. Los estatutos del Centro establecen: "La Junta de Gobierno tiene por función primordial la de hacer posible la consecución del objeto social, bajo las condiciones más favorables, salvaguardando en todo momento la independencia de criterio de los profesionales y de sus actividades de investigación y docencia, así como las de sus publicaciones. La Junta de Gobierno conocerá y opinará sobre los proyectos de investigación que hayan concluido los profesionales del Centro, pero en ningún caso será su función la de determinar, controlar o influenciar el desarrollo ni el contenido de los proyectos de investigación o de las conclusiones a que éstos lleguen". Luis Rubio F. 4 INTRODUCCION Dos procesos -diametralmente opuestos- han caracterizado la realidad y la retórica sobre el comercio exterior de nuestro país. Por una parte, desde hace décadas se ha hablado de diversificar el comercio exterior, de encontrar nuevos mercados y de entablar relaciones comerciales con los más diversos países del orbe. Por otra, la realidad ha ido imponiendo sus condiciones: la concentración de nuestro comercio exterior crece y se afianza. Si sumamos las importaciones y las senoicatropxe euq somazilaer noc sodatsE sodinU y ,ádanaC atluser etnediveeuq los objetivos formales de diversificación del comercio exterior no han tenido sentido alguno de realidad. Más aún, la frontera norte experimenta un proceso que alguien hace años calificó de "integración silenciosa" y que entraña una creciente concentriandcteielór nc acmobmieorr eqcauienleaxui lteez elcpsar oat iníro sor . Los dos procesos -retórica y realidad- han provocado reacciones muy peculiares por parte de los gobiernos mexicanos a lo largo del tiempo. Por una parte ha habido una especie de amnesia voluntaria: simplemente se ignoraba la naturaleza de los procesos económicos que ocurrían en la frontera y sus posibles implicaciones sociales y políticas. No faltaron estudios académicos o periodísticos que mostraban la evolución de una nueva realidad pero, en lo fundamental, la política gubernamental se limitó a aceptar lo obvio. Esta política llegó a extremos absurdos, sobre todo en el sexenio 1982-1988, cuando más del cincuenta por ciento del total de las nuevas fuentes de empleo se generaron en el sector industrial de la zona fronteriza y, sin embargo, poco se hizo para fortalecer a la industria maquiladora. En ese periodo, el país enfrentaba la más severa recesión económica del México moderno, la que se hubiera podido aligerar a través de un fuerte impulso a la industria fronteriza, no sólo por la creciente importancia política que esa zona cobraba, sino sobre todo por su importante función en la provisión 5 de empleo. A pesar de ello, no se realizaron inversiones significativas en infraestructura ni se buscó favorecer un crecimiento más rápido de la industria fronteirnidzeap,ee nvdiisdbeueensnnt teedefimesine cmnietodesi atos. La postura gubernamental respondía a una realidad nacional no menos tangible que el crecimiento económico de la frontera. México se ha debatido a lo largo de su historia entre un mayor acercamiento al poderoso vecino del norte o mantener una prudente distancia. El tamaño y la historia imperial de Estados Unidos -con sus devastadores efectos sobre el territorio nacional en el siglo pasado- siempre han sido de consideración medular en la política exterior de México. Un mayor acercamiento económico nunca ha dejado de ser tentador - capaz que nos enriquecemos en el camino-, pero la prudencia siempre orilló a los gobiernos mexicanos a mantener una lejanía que garantizara la soberanía nacsiuolpmnarmoidal iebseelaeejrid lq: sloeóe u g rzn eo a. La realidad mundial, sin embargo, ha venido cambiando a una velocidad tal que nos ha dejado inmersos en un proceso desconocido donde se presentan, simultáneamente, dos realidades incontrovertibles. La primera es una tendencia miunnhtdlaeiacra idlae pendeenccoinaó empsrniaeetcígfrlsaasuieae ene sdr;ae lo absoluto de las opciones que enfrentan los países que hoy no son integrantes activos de procesos de globalización económica. En la medida en que la aímonoce laidnum es evleuv adac zev sám etneidnepedretni y le otneimicerc económico se relaciona cada vez más con la participación en los procesos internacionales de producción y comercialización, los países que queden fuera acabarán siendo pobres y no por eso más soberanos. Esta realidad internacional es tan absoluta, que su lógica ha llevado a la mayor transformación de la historia política reciente del mundo en regiones como Europa Oriental, donde la desintegración del bloque soviético viene acompañada de un proceso de rápida incorporación de esos países y de la propia Unión Soviética a la economía 6 internaiqccnuiuqdeoauolidnlefpocacla uc aroalei sns,rdoesp aen te eiolstra.u ye Para México, los cambios internacionales están teniendo efectos muy claros y muy marcados. También en México hay dos realidades nuevas e incontrovertibles. Por una parte, un proceso real y comprobable de globalización económica a lo largo de la frontera; por la otra, una situación económica interna que reclama cambios profundos y, como parte de ellos, una estrecha participación en los mercados comerciales e industriales del mundo. Hacia el final del siglo veinte, México se enfrenta a un ámbito internacional nuevo donde las definiciones económicas y políticas son cambiantes y donde las decisiones de política del onreibog on neneit etnedecerp .elbisop reiuqlauC osruc ed acitílop rop le euqes opte entraña riesgos y oportunidades imposibles de cuantificarse ex-ante .eidaN sabe lo que depara el futuro porque las realidades que nos circundan no guardan paralelo alguno con épocas pasadas. Lo único que se puede precisar es lo que ocurre en este momento. Todo el resto es mera especulación sobre el futuro. Pero lo que ocurre hoy en día no debe ser despreciable, ya que indica las principales directrices que adoptan las diversas naciones. Todas ellas constituyen ejemplos de posibilidad e indicadores de probabilidad. Ninguna, sin embargo, es garantía para nuestro propio devenir. Actualmente, dos grandes procesos caracterizan al entorno que nos circunda: la tendencia hacia la integración económica y la conformación de bloques comerciales, y la transformación en la naturaleza de la soberanía de las naciones. Es en el contexto de estos procesos donde debemos ubicar el tercer dato fundamental para nuestros propósitos: la realeicdoandó ombiMjcéeaxdt ieic voa. 7 bleoLcqoousne ósm icos La creciente vinculación de los procesos productivos a través de la frontera México-Estados Unidos no es privativa de nuestra región. Todo el mundo ha venido avanzando en un proceso de creciente integración económica a lo largo de las últimas décadas. Los países europeos desde hace cuarenta años iniciaron la formalización de la integración económica y, a pesar de los avatares naturales de una dinámica tan compleja, están cada vez más cerca de integrar un mercado común que abarque la mayor parte de la Europa continental. La lógica de los europeos ha sido muy simple: ningún país puede avanzar en su desarrollo económico si no se vincula estrechamente con los otros. Para países como Alemania o Francia, que en los años cincuenta tenían niveles muy similares de desarrollo, la integración era una proposición económica muy natural. En términos políticos la integración desafiaba las definiciones más arraigadas de soberanía - porque no sólo se proponía una integración comercial, sino la creación de un mercado común, lo que implicaba la creación de entidades e instituciones supranacionales que gradualmente sustituirían a sus equivalentes a nivel nacional. Podría argumentarse que los fr anceses y los alemanes estimaban que su igualdad económica básica garantizaba que ninguno de los dos países absorbería al otro y que, por lo tanto, el problema de soberanía era, relativamente hablando, un asunto irrelevante. En realidad, el asunto de la soberanía fue siempre el más prominente; ninguno de los integrantes del primer grupo en favor de la integración europea tenía la menor intención de ceder su soberanía a la Comunidad Económica Europea. Pero todos los integrantes reconocían que el concepto ancestral de soberanía -definida en términos del Estado nacional- no tenía por qué verse afectado al unificarse sistemas de aduanas u otras instituciones y entidades de carácter más bien económico que político. Más aún, para los países que 8 nabaznava ne ase nóiccerid are adac zev sám etnedive euq le omsimanided Alemania sería cada vez mayor y que, sin embargo, la creciente desigualdad económica entre los países no representaba, a ojos de los demás, una afrenta a la aínarebos onis nu olumítse la ollorrased .ocimónoce eD arto amrof on aíres explicable que países relativamente débiles y económicamente atrasados como Grecia, Portugal y España se mostrasen deseosos de participar en la integración económica europea. Aunque no tan avanzados como los europeos, los paí ses socitáisanéibmat nah odinev odnargetni sus saímonoce ed anu arenam adipár y .aretrec soLsám diversos procesos industriales japoneses están vinculados con Corea, Tailandia, Malasia y China. Las relaciones económicas entre estos países son crecientes y representan una proporción tan elevada de su comercio como la que nosotros somatnemirepxe noc sodatsE .sodinU etsE levin ed dadivitca etnemetnedive entraña una interacción más allá de lo económico: intercambios culturales, negociaciones sobre aduanas, relaciones universitarias, turismo, etcétera. El otro gran bloque comercial en el mundo es el que se constituyó vía la amrif ed nu odreucA ed erbiL oicremoC ertne sodatsE sodinU y .ádanaCsabmA naciones mantenían un comercio creciente y vital para el desarrollo económico; una no podía vivir sin la otra. Sin embargo, para los canadienses el tema de la integración económica era tan controvertido como lo es para los mexicanos. Los canadienses enfrentaban dos problemas idénticos a los nuestros: por una parte observaban cómo crecía la proporción de su comercio con Estados Unidos -y cómo se integraban las economías de ambos países- sin que tuviera el menor efecto sobre la política oficial encaminada a diversificar su comercio exterior. Por otra parte, las dimensiones de su comercio con Estados Unidos les hacían temer el potencial proteccionismo norteamericano. Después de décadas de interminable debate, Canadá optó por negociar un tratado de libre comercio. A diferencia de los 9

Description:
ensambladores a constituirse en proveedores de partes y componentes para la industria japonesa. La producción japonesa está incorporando no HOAGLAND, J. "Europe's Destiny", en Foreign Affairs. Vol. 69, No. 1, 1990. HOFFMANN, S. "The European Community and 1992", en Foreign Affairs.
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