4543 El acoso de las fantasi?as:CUESTIONES DE ANTAGONISMO 26/9/11 16:56 Página 1 Nuestra época está infestada de fantasmas: existe un antagonismo Breve historia del neoliberalismo cadavezmayorentreelprocesodeabstracciónaceleradadenues- 66 Akal Cuestionesdeantagonismo David Harvey Otrostítulospublicados tras vidas –sea en el ámbito del universo digital o de las relaciones mercantiles– y el diluvio de imágenes pseudoconcretas que nos Adam Smith en Pekín Europa y el Imperio Giovanni Arrighi rodean.Anteestasituación,elpensamientocríticotradicionalhabría Antonio Negri procuradodescubrirlasraícesdelasideasabstractasenlarealidad Descartes político, o de la social concreta, pero, en la actualidad, el método adecuado es el La destrucción de los judíos razonable ideología europeos inverso:partirdelaimagineríapseudoconcretaparallegaralospro- Antonio Negri Raul Hilberg cesos abstractos que estructuran nuestras vidas. Medianteejemplosqueabarcandesdelasdiferenciasnacionalesen La soledad de Maquiavelo Los contornos del declive Louis Althusser eldiseñodeinodoroshastalacibersexualidadylasrepuestasdelos Robert Pollin intelectuales a la guerra, pasando por las sexualidades transgreso- París, capital de la modernidad ras y la música de Robert Schumann, Žižek explora las relaciones Bienvenidos al desierto de lo Real David Harvey Slavoj Žižek entre fantasía e ideología, el modo en el que la fantasía anima y SE estructuraelgocealtiempoqueprotegedesusexcesos,larelación lal La economía de la turbulencia Parecon. Vida después del va del concepto de fetichismo con la seducción fantasmática y las for- global oc capitalismo Robert Brenner mas en las que la digitalización y el ciberespacio afectan a la cate- jo Michael Albert goría de subjetividad. Para los iniciados, El acoso de las fantasías Žs Piel negra, máscaras blancas será un recordatorio bienvenido de por qué adoran los textos de ižo Más allá de «El capital» e Frantz Fanon Žižek; para los nuevos lectores, será el comienzo de una larga y kd Michael A. Lebowitz e fructífera camaradería. Arqueologías del futuro Discurso sobre el colonialismo l Fredric Jameson a Aimé Césaire s Slavoj Žižek es profesor investigador en el Instituto de Estudios Sociales de Ese sexo que no es uno Liubliana (Eslovenia) y profesor invitado de la Nueva Escuela de Investigaciones f Fábricas del sujeto / ontología de la a Luce Irigaray subversión Sociales de Nueva York. En Ediciones Akal ha publicado Repetir Lenin (2004), n Antonio Negri Dinero, perlas y flores en la Bienvenidos al desierto de lo Real (2005), Leon Trotsky. Terrorismo y comunismo ta reproducción feminista (ed., 2009), Mao Tse-tung. Sobre la práctica y la contradicción (ed., 2010), Lenin s Nazismo y revisionismo histórico í Mariarosa Dalla Costa reactivado (con S. Budgen y S. Kouvelakis, 2010), Maximilien Robespierre. Virtud a Pier Paolo Poggio s yterror(ed.,2011)yEndefensadecausasperdidas(2011). Crítica de la razón poscolonial Crisis de la clase media y Gayatri Chakravorty Spivak posfordismo «El intérprete más insultantemente brillante, no sólo del psicoanálisis –de Sergio Bologna hecho,detodalateoríaculturalensuconjunto–,quehaconocidoEuropa El futuro del sistema de pensiones en las últimas décadas.» Robin Blackburn El asalto a la nevera. Reflexiones Terry Eagleton sobre la cultura del siglo XX Lenin reactivado Peter Wollen Slavoj Žižek, Sebastian Budgen y «Sinmiedoalaconfrontaciónyconunosconocimientosdelasimbología Stathis Kouvelakis Espacios del capital. Hacia una pop prácticamente ilimitados.» geografía crítica The Times En defensa de causas perdidas David Harvey Slavoj Žižek «Žižekdespliegaenestetextounateoríadelfuncionamientodelaideolo- De la esclavitud al trabajo Mercaderes y revolución gíaposmodernaqueamenudocortaelalientoporsualcanceyagudeza.» asalariado Robert Brenner Postmodern Culture Yann Moulier-Boutang Commonwealth. El proyecto de una Espéculo de la otra mujer revolución del común Luce Irigaray Michael Hardt y Antonio Negri ISBN 978-84-460-2772-0 Palestina / Israel La invención del pueblo judío 9 788446 027720 Virginia Tilley Shlomo Sand www.akal.com Akal Cuestionesdeantagonismo Estelibrohasidoimpresoenpapelecológico,cuyamateriaprimaprovienedeunagestiónforestalsostenible. 66 C u e s t i o n e s d e a n t a g o n i s m o Diseño de interior y cubierta: RAG Traducción de Francisco López Martín Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes sin la preceptiva autorización reproduzcan, plagien, distribuyan o comuniquen públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte. Título original: The Plague of Fantasies © Slavoj Žižek, 2011 © Ediciones Akal, S. A., 2011 para lengua española Publicado originalmente por Verso (The imprint of New Left Books) Sector Foresta, 1 28760 Tres Cantos Madrid - España Tel.: 918 061 996 Fax: 918 044 028 www.akal.com ISBN: 978-84-460-2772-0 Depósito legal: M-38.453-2011 Impreso en Lavel, S. A. Humanes (Madrid) El acoso de las fantasías Slavoj Žižek Introducción Imaginémonos en la situación que desencadena los típicos celos masculinos: de repente, me entero de que mi compañera ha mantenido relaciones sexuales con otro hombre. Bueno, no pasa nada, soy un ser racional y tolerante, lo acepto… pero, luego, irresistiblemente, surgen imágenes que empiezan a dominarme, imágenes concretas de lo que han hecho (¿por qué ha tenido ella que lamerle precisamente ahí?, ¿por qué ha tenido que abrirse tanto de piernas?), y estoy perdido, sudoroso y agitado; mi paz se ha esfumado para siempre. Este acoso de las fantasías del que habla Petrarca en Mi secreto, esas imágenes que nublan nuestro razonamiento, han llegado a sus últimas consecuencias en los medios audiovisuales del presente. Entre los antagonismos que caracterizan nuestra época (la mundialización de los merca- dos frente a la afirmación de los particularismos étnicos, etc.), quizá el más impor- tante de todos sea el antagonismo entre una abstracción que cada vez determina en mayor medida nuestras vidas (bajo el aspecto de la digitalización, de las relaciones especulativas de mercado, etc.) y el diluvio de imágenes pseudoconcretas. En los venerables tiempos de la Ideologiekritik tradicional, el método crítico por antono- masia consistía en remontarse desde las ideas «abstractas» (religiosas, jurídicas…) hasta la realidad social concreta en que tales ideas tenían sus raíces; hoy día, cada vez resulta más evidente que al método crítico no le queda otro remedio que seguir el camino inverso y pasar de las imágenes pseudoconcretas a los procesos abstractos que, en la práctica, estructuran nuestra experiencia vital. En este libro se estudian, de modo sistemático y desde un punto de vista lacaniano, los presupuestos de este «acoso de las fantasías». El primer capítulo («Los siete velos de la fantasía») traza los contornos del concepto psicoanalítico de fantasía y hace es- pecial hincapié en el modo en que la ideología siempre se apoya en una base fantasmá- 5 tica. El segundo capítulo («¿Amar al prójimo? ¡No, gracias!») trata de la ambigua relación entre fantasía y goce, del modo en que la fantasía anima y estructura el goce, al tiempo que sirve de coraza protectora contra los excesos de este. El tercer capítulo («El fetichismo y sus vicisitudes») se centra en el callejón sin salida al que aboca el concepto de fetichismo, considerado como un caso paradigmático de seducción fan- tasmática, desde sus orígenes religiosos hasta sus convulsiones posmodernas. El últi- mo capítulo («El ciberespacio o La insoportable clausura del ser») aborda directa- mente la cuestión del ciberespacio, considerado como la versión más moderna del «acoso de las fantasías», con el propósito de esbozar una respuesta a la pregunta por los efectos que el imparable avance de la digitalización tendrá en la categoría de sub- jetividad. Los tres apéndices que acompañan a esos cuatro capítulos analizan tres ejemplos de la irrepresentabilidad de lo Real, considerada como la otra cara de la mo- neda del «acoso de las fantasías»: el fracaso demostrado por los intentos de represen- tar el acto sexual en el cine («De lo sublime a lo ridículo: el acto sexual en el cine»); la inscripción de la subjetividad en la descomposición de la línea melódica en la música («Robert Schumann: el antihumanista romántico»); y la forclusión del contenido de la ley moral en la ética moderna, es decir, kantiana («La ley inconsciente: hacia una ética más allá del bien»). 6 I Los siete velos de la fantasía «La verdad está ahí fuera» Cuando, hace un par de años, la revelación de la supuesta «inmoralidad» de la conducta privada de Michael Jackson (sus juegos sexuales con niños menores de edad) asestó un golpe a su inocente imagen de Peter Pan, que hasta entonces lo había mantenido al margen de diferencias (o cuestiones) sexuales y raciales, algunos comen- taristas mordaces plantearon una pregunta que caía su peso: ¿a qué viene tanto albo- roto? ¿Es que lo que ahora se conoce como «la cara oculta de Michael Jackson» no estuvo siempre a la vista en los vídeos que acompañaban a sus discos, repletos de imá- genes de violencia ritualizada y de gestos obscenos (sobre todo en el caso de Thriller y Bad)? Lo inconsciente no se esconde en profundidades insondables, sino que está en la superficie, o, para decirlo con el lema de Expediente X, «La verdad está ahí fuera». Al analizar el modo en que la fantasía se relaciona con los antagonismos intrínsecos a toda construcción ideológica resulta sumamente fructífero centrarse, como acabamos de hacer, en la exterioridad material. ¿Acaso la yuxtaposición de los proyectos arquitec- tónicos de Adolfo Coppede (1928) y Giuseppe Teragni (1934-1936) para la Casa del Fascio (sede local del partido fascista), de estilos opuestos entre sí (pastiche neoimperial en el caso del primero, invernadero transparente de aire vanguardista en el caso del se- gundo), no muestra la contradicción intrínseca al proyecto ideológico fascista, que abo- ga al mismo tiempo por una vuelta al corporativismo organicista premoderno y por una insólita movilización de todas las fuerzas sociales en pro de una rápida modernización? Mejor aun es el ejemplo de los grandes proyectos de edificios públicos de la Unión So- viética de la década de 1930, sobrios bloques de oficinas y muchos pisos de altura rema- tados por una gigantesca estatua del Nuevo Hombre o de una pareja: en apenas un par 7 de años se puso de manifiesto la tendencia a construir edificios de oficinas (lugar de trabajo real de la gente de carne y hueso) cada vez más austeros, reducidos a servir de mero pedestal de estatuas de dimensiones sobrehumanas. ¿Acaso esta característica ex- terna y material del diseño arquitectónico no revela la «verdad» de la ideología estalinis- ta, en que la gente real, de carne y hueso, queda reducida a mero instrumento, es sacri- ficada para convertirse en el pedestal del fantasma del Nuevo Hombre del futuro, monstruo ideológico que aplasta bajo sus pies a los hombres reales de carne y hueso? La paradoja es que, si en la Unión Soviética de la década de 1930 alguien hubiera dicho sin tapujos que la visión del Nuevo Hombre del socialismo era un monstruo ideológico que aplastaba a la gente real, de inmediato se le hubiera encarcelado. Sin embargo, se permi- tía manifestar tal cosa –e incluso se animaba a ello– mediante el diseño arquitectónico… De nuevo, «la verdad está ahí fuera». Así pues, no solo afirmamos que la ideología im- pregna los estratos de la vida cotidiana supuestamente ajenos a la ideología, sino que la materialización de la ideología en la materialidad externa revela antagonismos intrínse- cos que la formulación explícita de la ideología no puede permitirse el lujo de reconocer: por lo visto, para que una construcción ideológica funcione «con normalidad», debe obedecer a algo así como a un «demonio de la perversidad» y desplegar en la exteriori- dad de su existencia material el antagonismo que le es intrínseco. Esta exterioridad, en la que la ideología se materializa de forma directa, también se oculta bajo el disfraz de la «utilidad». Es decir, en la vida cotidiana, la ideología anida sobre todo en la referencia, aparentemente inocente, a la pura utilidad. No hay que olvidar nunca que, en el universo simbólico, el concepto de «utilidad» es de índole reflexiva, es decir, que entraña siempre la afirmación de la utilidad como significado (por ejemplo, un hombre que viva en una gran ciudad y sea propietario de un Land Rover no solo vive de forma sensata y «con los pies en la tierra»; sucede más bien que es propietario de un coche como ese para señalar que su vida se rige conforme a una actitud sensata y «con los pies en la tierra»). El maestro insuperable de ese tipo de análisis fue, desde luego, Claude Lévi-Strauss, cuyo triángulo semió- tico sobre la preparación de los alimentos (crudos, asados, hervidos) demostró que la comida sirve también como «alimento para el pensamiento». Probablemente to- dos recordemos la escena de El fantasma de la libertad, de Luis Buñuel, en la que se invierten las relaciones entre comer y defecar: los comensales se sientan en sus ino- doros alrededor de una mesa mientras conversan agradablemente y, cuando tienen ganas de comer, preguntan en voz baja al anfitrión: «¿Dónde están… ya sabe?», y se meten sigilosamente en una pequeña habitación que hay a sus espaldas. Así pues, se tiene la tentación de proponer la idea, complementaria a la de Lévi-Strauss, de que la mierda también puede servir de matière-à-penser: ¿acaso los tres tipos ele- mentales de inodoro no forman algo así como un contrapunto o un correlato excre- menticio al triángulo culinario de Lévi-Strauss? 8 En un inodoro alemán tradicional, el agujero por el que desaparece la mierda cuando tiramos de la cadena está en la parte frontal, para que primero podamos olerla e inspeccionarla, no sea que presente síntomas de alguna enfermedad; sin embargo, en el típico inodoro francés el agujero se encuentra en la parte posterior, para que la mierda desaparezca lo más rápidamente posible; por último, el inodoro anglosajón (inglés o estadounidense) presenta algo así como una síntesis, una media- ción entre esos dos polos opuestos: la taza del inodoro está llena de agua, de modo que la mierda flota en ella y resulta visible, pero no se presta a la inspección. No es de extrañar que Erica Jong, en el célebre repaso a los diferentes inodoros europeos con el que comienza su medio olvidada Miedo a volar, afirme burlonamente: «En los inodoros alemanes está la verdadera clave de los horrores del Tercer Reich. Un pue- blo capaz de construir inodoros como esos es capaz de todo». Es evidente que no cabe explicar el diseño de ninguno de esos modelos ateniéndose a criterios pura- mente utilitarios: salta a la vista que presentan cierta concepción ideológica del modo en que el sujeto debería relacionarse con los desagradables excrementos que proceden del interior de nuestro organismo. Por tanto, por tercera vez, «la verdad está ahí fuera». Hegel fue uno de los primeros que interpretó la tríada geográfica Alemania- Francia-Inglaterra como expresión de tres actitudes diferentes ante la existencia: alemán es el rigor reflexivo; francés, el apresuramiento revolucionario; inglés, el moderado pragmatismo utilitario. Desde un punto de vista político, se puede inter- pretar la triada afirmando que lo propio de lo alemán es el conservadurismo; de lo francés, el radicalismo revolucionario; de lo inglés, el liberalismo moderado. Por último, desde el punto de vista del predominio de una de las esferas de la vida social sobre las otras, la poesía y la metafísica alemanas se oponen a la política francesa y a la economía inglesa. La referencia a los inodoros no solo nos permite discernir la misma tríada en el ámbito más íntimo de la consumación de la función excrementicia, sino también sacar a la luz el mecanismo que subyace a esta tríada y que se manifiesta en tres actitudes hacia el exceso excrementicio: la ambigua fascinación contemplativa; el intento apresurado de deshacerse del exceso des- agradable tan rápidamente como sea posible; la solución pragmática que trata al exceso como un objeto ordinario que hay que colocaren el lugar que le correspon- de. Así pues, nada más fácil para un profesor universitario que afirmar, en una mesa redonda, que vivimos en un universo posideológico; en cuanto concluya la acalorada discusión y el profesor vaya al baño, estará de ideología hasta las rodi- llas. El valor ideológico de tales referencias a la utilidad queda atestiguado por su carácter dialógico: el inodoro anglosajón solo adquiere pleno significado en virtud de su relación diferencial con los modelos francés y alemán. Si disponemos de tantos modelos de inodoro es porque existe un exceso traumático que cada uno 9