Efectos del TLC Colombia-EE.UU. sobre el agro - Los rosTros - Efectos del TLC Colombia-EE.UU. sobre el agro - los rostros - Aurelio Suárez Montoya Efectos del TLC Colombia - EE.UU. sobre el agro - Los Rostros - © Aurelio Suárez Montoya ISBN: 978-958-58522-3-5 OXFAM en Colombia Calle 36 No. 16 - 20 PBX 288 27 81 Bogotá D.C., Colombia www. Oxfam.org PLANETA PAZ Calle 30 A No. 6-22 Of. 2701 PBX 340 23 00 Bogotá D.C., Colombia www. planetapaz.org Primera edición: abril de 2015 Bogotá D. C., Impreso en Colombia Diseño y producción editorial: Torre Gráfica Limitada Impresión: Corcas Editores SAS Este documento fue elaborado para Oxfam y Planeta Paz por Aurelio Suárez Montoya. Su contenido no necesariamente refleja la opinión de Oxfam y Planeta Paz. Contenido Presentación 3 1. La resistencia agrícola de los afrodescendientes en el norte del Cauca 11 2. “Lo que gasto es más de lo que gano” 21 3. Lázaro Salazar, 25 años conviviendo con las crisis del arroz 27 4. ¿Fenalce, se frustrará el gremio en el empeño de seguir produciendo comida? 35 5. “No somos competitivos frente al maíz de Estados Unidos” 45 6. Ramiro Camacho, los quebrantos casi insalvables de la ganadería de doble propósito 51 7. Amanda Cifuentes, desplazada por la economía agrícola 61 8. Elizabeth Alvarado, tras 500 pesos de ganancia por cada libra de pollo orgánico 69 9. Hernán Parra, como Sísifo, empezar una y otra vez en el agro 75 10. Querubín Rueda, desde la infancia, atado al agro 83 Conclusión 89 Presentación Desde 2004, el propio Ministerio de Agricultura de Colombia identificó “productos agropecuarios que enfrentarían serios riesgos” con el Tratado de Libre de Comercio de Colombia con los Estados Unidos1. Con él, decenas de analistas, académicos y dirigentes políticos, gremiales y sociales coincidieron en advertir sobre los graves quebrantos que sufrirían los productores nacionales rurales. Posteriormente, Oxfam (Garay, Barberi, Cardona) impulsó estudios que “estimaron” los impactos previsibles —con énfasis en la economía campesina— a partir de los resultados de la negociación, en la cual “no se tuvo en cuenta ni el reconocimiento de las asimetrías (…) ni la supuesta importancia política de Colombia, ni la corresponsabilidad de los Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo (…) negociaron el tratado teniendo en cuenta solo consideraciones de tipo comercial”2. En 2013, luego de más de un año de vigencia del TLC con Estados Unidos, de nuevo a instancias de Oxfam (Barberi y otros), en el documento “Expec- 1 Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, “El Agro colombiano frente al TLC con Estados Unidos”. Introducción. 2 Garay L.J., Barberi F., Cardona I., “Impactos del TLC con Estados Unidos sobre la economía campesina en Colombia”. ILSA. 7 tativas frustradas”, se construyó un “índice de riesgos y un sistema de alertas” que empezaban a pronosticar “importantes caídas de la producción nacional, y consecuentemente en los ingresos de las familias campesinas”3. No obstante, más allá de cifras y datos económicos, Oxfam y Planeta Paz encontraron conveniente documentar con testimonios concretos —siguiendo la secuencia— de distintos productores que de facto hayan padecido los quebrantos previstos. Dar testimonio vivo de los hechos concretos. Para decirlo de forma gráfica, “ponerles rostro” a las realidades vividas luego de dos años largos de vigencia del TLC. Tal interés resulta más pertinente en tanto las movilizaciones agrarias de 2013 y 2014 dieron un campanazo de aviso sobre la grave crisis, con elementos coyunturales y estructurales, que soporta la agricultura nacional. Casi medio millón de productores, entre los cuatro grandes paros transcurridos durante esos dos años, protestaron de manera vehemente por su situación microeconó- mica de quiebra y estrechez. Se identifican, como factores comunes a todos los sectores, una merma en los ingresos por la caída de los precios, en algunas ramas como consecuencia adelantada de las importaciones baratas; el alza de los costos de insumos y el entrampamiento en créditos impagables. Vale destacar que, si bien están incor- porados tanto géneros tropicales como transitorios, el efecto del TLC sobre varios de ellos se agrega a males estructurales que padece el agro nacional por muchas décadas. El TLC ha sido un factor detonante. El presente trabajo sobre casos específicos que documenten la realidad agropecuaria del país permitirá verificar los pronósticos y desarrollos acerca del Tratado y abrir un gran debate sobre ellos. Constituirán un paso más dentro del proceso de seguimiento pero cuyo efecto no es ya posible aislar del todo con otros tratados suscritos y vigentes, como en el caso de la cadena láctea, en la cual tienen incidencia seis acuerdos, o como en el fríjol, afectado tanto por el de Estados Unidos como por el de Canadá. Como se trata de un capítulo consecuente con los estudios previos, en espe- cial con el de 2013, se decidió enfocarse en aquellos géneros en los cuales se han encendido ya las alertas tempranas. Por lo tanto, se seleccionaron cinco sectores colocados en condición de riesgo y con indicios serios en la caída de la produc- ción y los ingresos. Ellos fueron: la cadena láctea, el arroz, el maíz blanco, la avicultura (carne de pollo) y el fríjol. 3 Oxfam, “Expectativas frustradas”, noviembre 2013. 8 Aurelio Suárez Montoya Para tener un panorama integral de los impactos en cada cadena se decidió incorporar a distintos tipos de productores. En la cadena láctea, Ramiro Camacho, ganadero medio de Caparrapí, que persiste en la actividad buscán- dole variantes a su economía, y Amanda Cifuentes, campesina productora de Sotaquirá, cuya permanencia en su parcela está prácticamente en entredicho. En la cadena avícola, Elizabeth Alvarado, pequeña avicultora de pollo orgánico, y Hernán Parra, que puede ubicarse en una escala productiva mayor, ratifican las amenazas vaticinadas. Para el maíz blanco, tanto Fenalce, Federación Nacional de Cerealeros, como Miguel Martínez, indígena de Córdoba, manifestaron la enorme dificultad de enfrentar la competencia desigual con las importaciones subsidiadas. En cuanto al arroz, los afrodescendientes de Guachené, el empresario del Meta, José Erney Vargas, y el agricultor familiar, Lázaro Salazar, coinciden en la pérdida cada vez mayor de una rentabilidad mínima para este cultivo. Y Querubín Rueda, prototipo del minifundio nacional del fríjol, cultiva cada vez menos por el temor a sufrir detrimentos insalvables. Este cuadro de dificultades va acompañado de una actitud de resistencia de todos los protagonistas —los verdaderos— de este libro. De ahí su título original* de “Un pulso incierto”, que no es sólo el de ellos sino el de todo el sector agropecuario colombiano, casi sin excepción. La metodología consistió en realizar una entrevista in situ y hacer una semblanza de cada persona, cuya característica común —dicho sea de paso— es tener el agro como el centro de su vida. La tierra y los frutos que de ella han podido obtener para su sustento, y para alimentar a Colombia, han sido su voca- ción y su proyecto de vida. La lectura del texto permite corroborarlo. También se utilizó una encuesta sobre aspectos económicos, ambientales y sociales que han rodeado su vida y su producción entre 2012 y 2014, con el fin de evaluar de forma multidimensional los impactos del Tratado. A partir de ahí, se pudo condensar un análisis microeconómico para cada caso. Bueno destacar que las contabilidades carecen en casi todos los casos de registros adecuados sobre todo del lado de los costos, en el cual muchos no son tenidos en cuenta, tales como el de oportunidad de la tierra o el valor del trabajo propio. Las incon- sistencias que haya, que en nada demeritan el cuadro general expuesto, pueden atribuirse a esta circunstancia. * nota del editor: Un pulso incierto. Los agricultores colombianos se resisten a ser avasallados por los TLC, título con el cual el autor presentó originalmente su investigación. 9 Efectos del TLC Colombia-EE.UU. sobre el agro - Los rostros -
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