Description:San Martín era, sin discusión alguna, el héroe nacional de los argentinos. Tal unanimidad tenía una faceta negativa, ya que había originado una corriente admirativa adocenada y deformadora. Así, se había inventado el "santo de la espada", nimbado de una moralina laica y una pedagogía civilista, que, con sus fastidiosas reiteraciones, había provocado una indiferencia muy generalizada en torno al Gran Capitán. Entre los eufemismos más destacados de esa tendencia estaba el del "ostracismo" del General, sin que nunca se supiera quiénes habían sido los enemigos que lo expatriaron, y por qué causas.Advino la Guerra de las Malvinas, y, tras la derrota del 14 de junio de 1982, un clima derrotista invadió toda la cultura argentina. En un ambiente de corrupción pública extendida, se puso de moda la negación de la heroicidad. Dentro de ese contexto decadente, aquellos escritores sanmartinianos acartonados fueron reemplazados por estos otros, que aquí se denominan "chatarreros". Se trata de sujetos que, con el pretexto de "humanizar" al Héroe, se dedican a enlodar su imagen y calumniar su memoria. Quieren desmontar al general de la estatua que le erigieran las sucesivas generaciones de argentinos, sacándole el "frío del bronce". Por esa faena de "desbronceado" se los tilda de "chatarreros". En ese sentido, el año pasado, se ha asistido a un genuino concurso para ver quién profería mayores insultos sobre Don José: bastardo, onanista, borrachín, opiómano, cazador de fortunas, masón, agente inglés, ingrato conyugal, adúltero, pseudo-monárquico, ladrón de dineros públicos, y militar inepto, es lo menos que le han dicho.Se imponía una respuesta a tanta basura periodística. Ese es el objetivo de este libro, que elige para ilustrar su portada, precisamente, la figura ecuestre de San Martín en el monumento del Cerro de la Gloria, de Mendoza, cual antídoto al chatarrerismo.Uno de los puntos centrales de la investigación aquí contenida es el de haber establecido el origen histórico de la difamación, primeramente expuesta en las páginas del "Hurón", periódico soez, editado por Carlos de Alvear y José Miguel Carrera en el Montevideo ocupado por las fuerzas brasileñas. Esa es la génesis de las "suciedades asquerosas", proferidas contra San Martín y que hoy, en este país "globalizado", se vuelven a repetir. Empero. acá no solamente se defiende la efigie del "Jefe ilustre del pueblo argentino", sino que el autor incursiona en temas muy poco transitados, entre los cuales cabe destacar a la verdadera conducta de Gran Bretaña frente a la guerra de la Independencia americana, las reales ideas políticas del Libertador, y su situación patrimonial.Original es su concepción cuyano-americana de la empresa sanmartiniana.De todo ello, surge un panorama novedoso promovedor de una desmitificación polémica.El lector puede aceptar o discutir las conclusiones de esta obra. Lo que no puede, o mejor, no debe, es permanecer indiferente ante este gran debate intelectual.