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Diosas, rameras, esposas y esclavas mujeres en la antigüedad clásica PDF

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Diosas, rameras, esposas y esclavas MUJERES EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva autorización. 1.a edición: 1987 2.a edición: 1990 3.a edición: 1999 © Sarah B. Pomeroy de la presente edición © Ediciones Akal, S. A., 1999 Sector Foresta, 1 28760 Tres Cantos Madrid - España Tel.: 91 806 19 96 Fax: 91 804 40 28 ISBN: 84-7600-187-8 Depósito legal: M. 16.407-1999 Impreso en MaterPrint, S. L. Colmenar Viejo (Madrid) DIOSAS, RAMERAS, ESPOSAS Y ESCLAVAS MUJERES EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA Traducción: RICARDO LEZCANO ESCUDERO -ükül- A la memoria de John Day CUADRO CRONOLOGICO (Muchas fechas son aproximadas) (Fechas a. C.) Grecia EDAD DEL BRONCE 3000 1184 Fecha tradicional de la caída de Troya 1200 Caída de Micenas EDAD BARBARA 1000-900 Cerámica protogeométri- ca 900-700 Cerámica geométrica 800 Alfabeto fenicio Homero 700 Hesíodo EDAD ARCAICA Simónides Safo 594 Gobierno de Solón 545-510 Tiranía de Pisístrato 500 490-479 Guerras Persas 458 Esquilo, «La Orestíada» 451-450 Leyes de Pericles sobre ciudadanía 441 Sófocles, «Antígona» Aspasia 431-404 Guerra del Peloponeso 411 Aristófanes «Lisístrata» EDAD CLASICA 405 Muerte de Eurípides 459-380 Lisias 429-347 Platón 428-354 Jenofonte Demóstenes, Aristóteles «regnum» 359-336 Filipo II de Macedonia Praxiteles «Venus de Cni- do» «regnum» 336-323 Alejandro 323 316 Muerte de Olimpia EDAD HELENISTICA 270 Muerte de Arsínoe II 30 30 Muerte de Cleopatra VII Roma 753 753 Fecha tradicional de la fundación de Roma por Rómulo EDAD ARCAICA 509 509 Expulsión de los reyes, fundación de la Repú­ blica 493 Culto de Ceres en el Aventino 451-450 Fecha tradicional de las XII Tablas 264-241 Primera Guerra Púnica REPUBLICA 234-149 Catón el Viejo 218-201 Segunda Guerra Púnica 195 Revocación de la Ley 169 Ley Voconia 133 Tribunado de Tiberio Graco, comienzo de cien años de discordias civiles 106-43 Cicerón 95-46 Catón el Joven ULTIMA REPUBLICA 84-54 Catulo 70-19 Virgilio Propercio, Tibulo, Sulpi- cia, Livio 44 Asesinato de Julio César 43 a. C.- Ovidio 17 d. C. 42 Oración de Hortensia 31 Derrota de Antonio y Cleopatra en Actium «regnum» 27 a. C.- Augusto (después conoci- do como Octavio) 14 d. C. (Fechas d. C.) «regnum» 14-37 Tiberio 29 Muerte de Livia, viuda de Augusto Valero Máxi­ mo «regnum» 37-41 Cayo (Calígula) «regnum» 41-54 Claudio 50-120 Plutarco «regnum» 54-68 Nerón 59 Asesinato de Agripina, madre de Nerón 61-112 Plinio el Joven «regnum» 69-79 Vespasiano «regnum» 79-81 Tito 79 Destrucción de Pompeya y Herculano «regnum 81-96 Domiciano Tácito Juvenal IMPERIO «regnum» 96-98 Nerva «regnum» 98-117 Trajano Sorano «regnum» 117-38 Adriano (esponsa, Sabi­ na) Apuleyo «regnum» 138-61 Antonino Pío (esposa, Faustina la Vieja) Au- lio Gellio «regnum» 161-80 Marco Aurelio (esposa, Faustina la Joven) IMPERIO «regnum» 180-92 Cómodo «regnum» 193-211 Septimio Severo «regnum» 211-17 Caracalla 217 Muerte de Julia Domna «regnum» 218-22 Heliogábalo 222 Muerte de Julia Soaemia «regnum» 222-35 Severo Alejandro 226 Muerte de Julia Maesa «regnum» 285-305 Diocleciano «regnum» 306-37 Constantino «regnum» 527-65 Justiniano INTRODUCCIÓN Concebí este libro cuando me preguntaba qué es lo que hacían las mujeres mientras los hombres actuaban en todas las áreas en las que los erúditos clásicos han puesto siempre especial énfasis. La arrolladora preferencia, antigua y actual, por la historia política y militar, sumada a la habitual fascinación de la historia intelectual, ha obscurecido el papel de aquellas personas que estaban excluidas por el sexo o la clase social de la vida política e intelectual de sus sociedades. La «gloria de la Atenas clásica» es un lugar común en la tradi­ cional aproximación a la historia de Grecia. La producción intelec­ tual y artística de Atenas fue, hay que admitirlo, deslumbrante. Pero raramente ha habido una discrepancia tan grande entre los lo­ gros culturales que una sociedad ha podido ofrecer y la participa­ ción de las mujeres en esa cultura. ¿Oyó alguna vez Jantipa los diá­ logos de Sócrates sobre la belleza y la verdad? ¿Cuántas mujeres leyeron realmente las historias de Heródoto y de Tucídides? ¿Qué hacían las mujeres en vez de esto? Y lo que es más importante, ¿por qué parecía ser tan importante para los atenienses el estable­ cer una diferencia tal entre la cultura de los hombres y la de las mu­ jeres? Cuando las diosas paganas eran, a su manera, tan poderosas como los dioses, ¿por qué el estatus de las hembras humanas era tan bajo? La «grandeza de Roma» es otro axioma de la historia antigua. La visión de la historia de Roma ha tendido siempre a destacar la actuación política de la sociedad de los varones, que había ganado y gobernado un imperio. Las mujeres romanas, en la práctica, no estaban excluidas de la participación en la vida social, política y cul­ tural en el mismo grado que las griegas, aunque la opinión domi­ nante de los eruditos, de que finalmente algunas mujeres romanas fueron emancipadas, necesita revisión. En comparación con las mu­ jeres de Atenas, algunas mujeres romanas parecen estar amplia­ mente liberadas pero jamás la sociedad romana animó a las muje­ res a que se dedicaran a las mismas actividades que los hombres de su misma clase social. Este libro abarca un período de más de quince siglos. La sec­ ción de los Griegos comienza con las leyendas y la mitología de la Edad del Bronce que rodean la caída de Troya, tradicionalmente fijada en el año 1184 a. C., y prosigue a través de la Edad Bárbara y el período Arcaico al mundo Clásico del siglo V a. C. y el perío­ do Helenístico. El período Romano cubre la República y la transi­ ción al Imperio con el advenimiento de Augusto en el año 31 a. C., y termina con la caída de Constantino en el 337 d. C., pero se centra en el final de la República y principios del Imperio. Mi deseo es es­ cribir una historia social de la mujer durante los siglos que abarcan los mundos griego y romano. No existe en inglés ningún libro que trate en forma comprensible este tema. He tenido que tomar difíciles decisiones en cuanto a cuales eran las fuentes antiguas más apropiadas para su utilización en este es­ tudio. La evidencia disponible es arqueológica y literaria. Los testimonios literarios presentan graves problemas para el historiador social. Las mujeres están presentes en casi todos los gé­ neros de la literatura clásica, aunque a menudo los autores propen­ den a distorsionar la información. Junto con unos pocos retazos de poesía lírica, el resto de la literatura de la antigüedad clásica fue toda escrita por hombres. Además, hay tintes de misoginia en gran parte de la literatura antigua. Los diferentes géneros de la poesía antigua varían en cuanto a relevancia para el historiador social. ¿Cuántos de los satíricos o de los amantes rechazados que se des­ hacen en poesías elegiacas sobre la mujer podrían ofrecer una evi­ dencia aceptable para el historiador moderno? Creo que es también necesario evitar conclusiones definitivas sobre la mujer griega del período Clásico a partir de las descripciones de las heroínas de la Edad del Bronce en la tragedia griega. Las tragedias han sido exa­ minadas de modo que suministrasen evidencias para las actitudes de ciertos poetas hacia las mujeres —en ellas el poeta revela sus ideales y fantasías respecto hacia las mujeres— pero las tragedias no pueden ser. utilizadas como una fuente imparcial para interpre­ tar la vida de una mujer de tipo medio. La comedia griega, por otra parte, tanto la clásica como la helenística, muestra gentes ordina­ rias más bien que héroes y heroínas, por lo que constituye una fuen­ te más importante para el historiador social. Entre autores en prosa, historiadores, biógrafos y oradores se encuentra la más sólida y extensa información sobre la mujer. Aun­ que Heródoto y Tucídides constituyen fuentes pobres sobre las vi­ das de las mujeres griegas, historiadores posteriores y biógrafos se encuentran a menudo fascinados por las actividades y personalidad de mujeres famosas. Por supuesto, muchos historiadores antiguos, influenciados por su ideal femenino, se entregan a amargas diatri­ bas sobre las mujeres reales que están describiendo. Los numeró­ lo sos discursos que sobreviven de la antigüedad suministran también un valioso material acerca del papel de la mujer y su estatus legal, aunque, por supuesto, tengan cierta predisposición polémica. Final­ mente, los escritos de antiguos filósofos son muy útiles, ya que la mayor parte de ellos proponen puntos de vista morales sobre mu­ jeres enraizadas en la sociedad de su tiempo, bien los acepten o los rechacen. Además de la historia, biografía, oratoria y filosofía, por lo que respecta al período romano existen extensas colecciones de textos legales y comentarios jurídicos. La literatura latina, las car­ tas de Cicerón y Plinio son fructíferas fuentes en cuanto a las vidas privadas de las mujeres dentro de sus clases sociales. La historia antigua ha sido básicamente, en un grado conside­ rable, el estudio de una clase dirigente. Las mujeres de las que te­ nemos conocimiento a través de la literatura de la antigüedad son en su mayor parte las que pertenecían o estaban asociadas con los grupos de élite de la sociedad, por su poder o su intelecto. Debe también tenerse en cuenta que existe mucha más información dis­ ponible sobre mujeres que fueron famosas, tanto por su bondad como por su maldad. Me ha parecido que mi tarea era la de exa­ minar la historia dq todas las mujeres y evitar el poner especial én­ fasis en las clases superiores y en su literatura. No existe mucho ma­ terial utilizable pero he sido muy auxiliada, en cuanto a los roma­ nos se refiere, por la reciente publicación de varios trabajos erudi­ tos de historiadores que incluyen mujeres y gentes de las clases más bajas en sus estudios. Son muy útiles para la reconstrucción de la vida privada de la mujer las evidencias que ofrecen las bellas artes, escultura, vasos pintados, frescos y figuras femeninas en tumbas y medallas, así como los objetos usados por la mujer —por ejemplo, ornamentos, utensilios de cocina, telares y muebles. Evidencias escritas que no podrían clasificarse como literatura pueden ser halladas en los «graf- fiti» de viejos edificios así como en inscripciones de antiguos mo­ numentos. Los documentos escritos en papiros son una de las fuen­ tes principales para el estudio de aspectos legales, económicos y so­ ciales de la vida de las mujeres en las épocas griegas y romana. Aun­ que la mayor parte de los papiros existentes proceden de Egipto, estos textos recogen las actividades de las mujeres griegas, roma­ nas y egipcias que vivían en dicha región. Entre los papiros hay car­ tas, documentos legales, oraciones, y hechizos escritos por y para mujeres. Estos textos son los equivalentes de las cartas y diarios que han constituido las fuentes principales para reconstruir las vi­ das de las mujeres en épocas posteriores. Es necesario que hoy se escriba la historia de las mujeres de la antigüedad, no sólo porque es un aspecto legítimo de la historia so­ cial, sino porque el pasado ilumina problemas contemporáneos en las relaciones entre hombres y mujeres. Aun cuando la tecnología científica y las perspectivas religiosas distingen claramente la cultu­ ra antigua respecto a la moderna, es muy significativo el dato de la

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