Ante la dura realidad que supone la ausencia de un ser superior, la humanidad sufre una transformación inevitable. La muerte de Dios da paso a un universo apocalíptico lleno de situaciones inquietantemente re-conocibles: los padres se dedican a adorar a sus propios hijos dándoles un poder monstruoso; los adolescentes sellan un pacto suicida; una guerra entre dos facciones divide al planeta.