Description:El vestíbulo del Hotel Corona se había llenado de gente a la salida de los teatros. El gran reloj que había por encima del mostrador del conserje señalaba las doce menos veinte. El conserje contempló, serenamente, a la muchedumbre de alegres visitantes que se dirigían al jardín que el hotel tenia en la azotea. El Corona era conocido como una de los lugares más animados de Manhattan. Grandes hombres de negocios lo frecuentaban. El empleado había visto muchas caras conocidas entre los circunstantes. Cada ascensor que subía a la azotea iba atestado de clientes. En el Corona el negocio era siempre bueno. Un hombre alto, de edad madura, entró en el vestíbulo. Resultaba excelente su figura con su inmaculado traje de etiqueta. Andaba haciendo girar un bastón ligero, y mirando a su alrededor con gesto de aburrimiento.