Pág. 2. ¿Lo más importante en mi vida? ¡La Salud! 5. El Cáncer ¿Se puede prevenir? 14. Cambiando mi estilo de vida: Aprendiendo a comer de forma saludable 25. Despensa anti-cáncer vs Despensa pro-cáncer 28. Un poco de hindú, un poco de chino, un poco de árabe: Pequeños gustos que salvan vidas 35. Comencemos a cambiar: El valor de las especias 39. Frutas anti-cáncer. Recetas Frutales 49. Verduras anti-cáncer. Recetas de Ensaladas y otras delicias 64. Cereales integrales. Recetas con mucha fibra para prevenir el cáncer. 73. ¿Por qué evitar la carne? Recetas de carnes contra el cáncer 86. Pescados y mariscos anti-cáncer. Recetas marinas. 94. Legumbres anti-cáncer. Recetas combinando maravillas. 100. Aprendiendo a deleitarte sanamente Asistiendo a un seminario de Educación Comunitaria donde nos explicaban la mejor manera de relacionar e integrar a las personas, se me ocurrió hacer una pequeña encuesta en mi propio hogar. El objetivo era comprobar si los miembros de una misma familia tenían maneras diferentes de ver la vida y analizar por qué. De esta manera, todos escribimos en un pequeño cartón nuestras respuestas, las pusimos en una caja y luego cada uno debía sacar una de las tarjetas e identificar al que lo había escrito. La pregunta fue: ¿Qué es lo más importante en tu vida? Mamá, sonriendo, leyó: La satisfacción personal. Esta fuiste tú. Y era cierto, soy de las que piensa que disfrutar de lo que hacemos nos rodea de energía positiva ayudándonos a vencer cualquier obstáculo. Papá leyó muy serio: Tener un buen trabajo para mantener a mi familia. Este fue tu hermano. Y era cierto, mi hermano es muy responsable y piensa que una buena economía es la base de la estabilidad familiar. Mi hermano leyó, algo conmovido: Cuidar de mis hijos. Esta fue mamá. Y era cierto, nadie como una madre para ponerse en segundo plano por sus seres queridos. Era mi turno, pero al mirar la ficha que tenía en las manos quedé sorprendida, decía simplemente: Una buena salud. Todos miramos a la abuela que había permanecido callada. Ella argumentó sonriendo: Sin una buena salud, nada de lo que ustedes escribieron sería posible. El problema es —continuó abuela— que nunca pensamos que podemos enfermarnos, siempre decimos «a mí no me va a tocar», pero en estos últimos meses, cuando estuve cuidando a mi amiga Blanca, comprendí la verdad. Ella estaba allí, luchando contra el cáncer con tantas ganas de hacer cosas, con un trabajo satisfactorio, con unos hijos maravillosos, con una economía estable y, sin embargo, no podía disfrutar de nada. Así que, cuando venció la batalla, decidimos juntas cambiar nuestro estilo de vida y comenzar a cuidarnos más. Me costó mucho tiempo entenderlo, pero ahora lo sé ¡Lo más importante en la vida es la salud! Las sabias palabras de mi abuela dejaron su huella en mí, investigué un poco y comprendí que tenía que trabajar para fijar esta idea en la mente del resto de mis familiares y así, como decían en el seminario, «Integrar nuestros esfuerzos por el bien común». Descubrí que una alimentación adecuada puede prevenir la aparición de numerosas enfermedades, entre ellas, más del 50% de los tipos de cáncer conocidos hasta la fecha. Este libro es la muestra de lo que aprendimos y logramos: Vitalidad, vigor, fuerza y salud. Y sólo variando nuestra dieta diaria ¡Increíble! yo creo que realmente vale la pena. ¿Realmente conocemos lo que es el cáncer? Día tras día repetimos esta palabra sabiendo que es una enfermedad que está atacando a gran parte de la población mundial y que existen muchas instituciones científicas y médicas dedicadas a investigar cómo curarla, pero no es suficiente. El primer paso para cambiar nuestro estilo de vida es entender a qué nos enfrentamos, entender QUÉ ES EL CÁNCER. Una célula que resulta ser “muy mala compañía” Para que nuestro cuerpo funcione perfectamente todos sus elementos deben dar lo mejor de sí y estar coordinados; cada célula tiene un tiempo de vida útil, luego del cual es desechada, como es el caso de las de la piel, o sufre apoptosis (muerte celular programada), mientras nuevas células pasan a ocupar su lugar. Así ocurre constantemente en cada uno de los tejidos de nuestro organismo. Ahora bien, en ocasiones, ante determinados factores la célula deja de funcionar como el resto del tejido u órgano donde se encuentra, muta (su ADN cambia) y comienza a dividirse descontroladamente dando lugar a masas de células anormales que destruyen a sus vecinas e interfieren con el funcionamiento del tejido donde se encuentran. Estas masas o tumores continúan creciendo mientras desarrollan vasos sanguíneos que las proveen con los nutrientes necesarios e incluso son capaces de migrar hacia otras regiones del cuerpo a través de la sangre o la linfa. El proceso puede repetirse una y otra vez hasta que fallan varios sistemas de órganos, algo que no es compatible con la vida. Claro que esta es una manera muy sencilla de ver un proceso complejo, pero básicamente así es como actúa el cáncer. Entonces, ¿Todos somos potencialmente susceptibles de desarrollar un tumor maligno? Sí, todo está en que nos expongamos repetidamente a uno o más de los factores que pueden provocar estas mutaciones y crear las condiciones para su desarrollo, es decir, activar esa primera celulita y dejarle el camino libre para infectar todo nuestro cuerpo. Existen en la actualidad más de 200 tipos de cáncer y las causas de su aparición no han sido totalmente aclaradas aún, pero se considera que es una enfermedad resultante de la interacción de múltiples factores: ambientales, genéticos, fisiológicos y alimentarios, los cuales te presento a continuación. Factores de riesgo del cáncer Exposición a agentes cancerígenos como sustancias químicas y radiaciones ionizantes Cada día estamos expuestos a más de 4000 sustancias químicas que aparecen en nuestros análisis de orina y sangre. Estas sustancias provienen de pesticidas, insecticidas, cosméticos y tantos otros productos con los que interactuamos habitualmente de forma consciente o inconsciente y al ser metabolizadas en nuestro hígado se convierten en agentes cancerígenos con capacidad potencial de lesionar al ADN de las células. Por su parte la exposición a altos niveles de radiaciones ionizantes tanto naturales (rayos solares, sustancias radiactivas) como artificiales (provenientes de lámparas, radiadores, fábricas) puede ocasionarnos daños en la piel, disminución de los glóbulos rojos y los leucocitos, depresión del sistema inmunológico y alto riesgo de infección, lo cual se encuentra relacionado con la aparición de tumores malignos. Hábitos alimentarios inadecuados Se ha comprobado que existe una relación directa entre la nutrición y la prevención del cáncer. Nuestra dieta occidental se caracteriza por el predominio de azúcares refinados, harinas blancas, alimentos fritos, carnes rojas y embutidos, mientras que carece de suficientes cantidades de vegetales, frutas y fibra. Esta forma de alimentación puede favorecer la acumulación de sustancias cancerígenas, potenciar el desarrollo de los tumores y entorpecer el funcionamiento del sistema inmunológico. Tabaquismo La inflamación crónica producida por el humo de cigarros y tabacos en el tejido pulmonar es aprovechada por las células cancerosas desarrolladas en los pulmones para asegurar su crecimiento. La inflamación facilita la proliferación de estas células y también la creación de vasos sanguíneos que alimentarán el tumor. Resultan afectados tanto los fumadores activos como los pasivos. Otras investigaciones han indicado que el humo de cigarros y tabacos contiene aminas heterocíclicas (AHC) que pueden dañar el ADN. Este proceso sólo ocurre luego de ser metabolizados por enzimas específicas del cuerpo, cuya actividad varía en dependencia de cada organismo y determina los riesgos de sufrir cáncer debido a estas sustancias. Alcohol El alcohol puede causar estragos en todos los órganos, principalmente el sistema nervioso, el hígado y el corazón, no es extraño entonces que incremente el riesgo de cáncer gastrointestinal, hepático y de mama. Obesidad Este desequilibrio metabólico se encuentra relacionado con el exceso de grasa, el desarrollo de un estado de pro-inflamación y de un paulatino aumento de la resistencia a la insulina (lo cual provoca que cada vez sea necesario liberar una mayor cantidad de ésta). Cuando en el organismo se libera insulina, también se segrega IGF (factor de crecimiento parecido a la insulina) y ambos potencian los procesos de inflamación que estimulan el crecimiento de tumores malignos. Es por eso que el sobrepeso se asocia con un riesgo aumentado de cáncer de seno (entre las mujeres post-menopáusicas), colon, sistema reproductor, esófago, vesícula biliar, riñón y páncreas. Sedentarismo La ausencia de ejercicio físico no solamente causa propensión a la obesidad si no también problemas óseos, cansancio general y deposición de grasas en el
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