ebook img

DICCIONARIO ENCICLOPEDICO DE EXEGESIS Y TEOLOGIA BIBLICA TOMO II (I-Z) PDF

880 Pages·2011·94.13 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview DICCIONARIO ENCICLOPEDICO DE EXEGESIS Y TEOLOGIA BIBLICA TOMO II (I-Z)

Basado en el Lexikon für Theologie und Kirche, 3~ edición Fundado por Michael Buchberger Directores de la edición Walter Kasper Konrad Baumgartner Horst Bürkle Klaus Ganzer Karl Kertelge Wilhelm Korff Peter Walter Walter Kasper DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE EXÉGESIS Y TEOLOGÍA BÍBLICA Marciano Villanueva Salas (edición, presentación y traducción) TOMOII I-Z 1 • 1 1 1 Herder Diseño de cubierta: Claudia Bada © 2011, Herder Editorial, S.L., Barcelona ISBN de la obra completa: 978-84-254-2556-l ISBN del tomo JI: 978-84-254-2726-8 La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente. Imprenta: Líberdúplex Depósito legal: B-16.908-2011 Printed in Spain, Impreso en España Herder www.herdereditorial.com Idolatría 793 estos pasajes, a menudo no se esta blecen distinciones entre los «ídolos» IDOLATRÍA mencionados y su imagen, mientras que al Dios verdadero se le adora, por el contrario, sin imágenes. l. ANTIGUO TESTAMENTO. 2. NUEVO TESTA La investigación del pasado ex MENTO. plicaba el problema de la idolatría l. ANTIGUO TESTAMENTO en general como una caída de Israel Con el concepto de idolatría (no ante los dioses del país de /' Canaán testificado en la Biblia hebrea como o por la influencia del panteón de término sintetizador y abstracto) se las correspondientes grandes poten señala de ordinario la adoración de cias (especialmente Asiria) y se con otros dioses, junto a o en lugar del sideraba que la norma del primer Dios único. Su designación (des mandamiento le había sido prescri pectiva) como ídolos pone en cla ta a Israel ya desde los comienzos. ro que deben ser despojados de su Hoy día se discute hasta qué punto dignidad divina. De acuerdo con la crítica bíblica a la idolatría no es ello, se encuentra en la Biblia una una retroproyección de la historia pluralidad de denominaciones sar de Israel a épocas anteriores, cuan cásticas (D'7'7\$ ["'IT/Tm] -nada-, por do la idolatría no constituía todavía ejemplo Sal 96,5; Is 2,8.18.20; t:l':¡l~i/ ningún problema (l' monoteísmo). [ª$abbTm] -cachivache-, por ejemplo Por otro lado, la evolución hacia el 2 Sam 5,21; Os 4,17; 14,9; t:J'71':;,i monoteísmo parece postular situa [gillü/Tm] -pedrusco, montón de ex ciones o presupuestos que actua crementos-, por ejemplo 2 Re 17,12; rían eficazmente como tendencias Ez 6,4ss.; t:l':,i1ji'i;l fsiqqü$TmJ-espanta monolátrico-monoteístas (¿antiguas jo- por ejemplo 2 Re 23,24; Jr 4,1; tradiciones sobre el éxodo, Elías, 7,30, etcétera), que, unidos a los ver Oseas?). Para la época preexílica bos corrientes para expresar la ve puede partirse de la existencia de neración cúltica («servir», «postrar varios lugares cúlticos compitien se», «seguir las huellas»), aluden a la do entre sí, con sus propias y diver adoración tributada a un falso dios. gentes tradiciones sobre epifanías de El frecuente uso del plural en estas Yahveh (no a priori y por doquier denominaciones es patente indicio carentes de imágenes ni rnonolátri de la antítesis concomitante entre el cas), Es preciso distinguir entre el Dios Uno YHWH y los «muchos», a culto de estos centros y las formas los que unas veces se menciona como de expresión de la piedad popular, «los otros» (primer mandamiento: en las que pudo haber desempeñado Éx 20,3/Dt 5,7) y otras se les llama, un importante papel el culto a una con fórmulas explícitas, «los [dioses] diosa (Jr 44) (l' Astarté), Aunque extraños» (p. ej., Jos 24,20.23). En debe contarse con una tradición an- Idolatría 794 tigua del culto a Yahveh sin imáge H. AssMANN (dir.), Die Gotzen der nes, y también eventualmente con Unterdrückung und der befreiende tendencias monolátricas tempranas Gott, Ms 1984; M.-TH. WACKER de la veneración de YHWH, pare y E. ZENGER (dirs.), Der eine Gott ce ser, con todo, que estos presu und die Gottin (QD 135), Fr 1991; puestos o tendencias sólo llegaron W. ÜIETRICH y M. A. KLOPFENSTEIN a conceptuarse como características (dir.), Ein Gott alleini, Fri 1994; distintivas de la fe en YHWH en NBL 1, págs. 895s. (B. LANG); una época en la que Israel pugna NHTHG2 4, págs. 266-272 (M.-TH. ba por conseguir una consolidación WACKER); TRE 23, págs. 237-248 interna, con ayuda, no en último (W. H. ScHMIDT); B. ]ANOWSKI y término, de delimitaciones frente N. LoHFINK (dirs.), Religions-Ge al exterior. Y todo esto acontece en schichte Israels oder Theologie des AT? la última etapa preexílica, duran (JBTH 10), Nk 1995. te el exilio y, sobre todo, en la fase Marie-Tberes Wacker postexílica. El topos de las «muje res extranjeras» que inducen a la 2. NUEVO TESTAMENTO idolatría (cf. 1 Re 11; Nm 25,lss.), Fuera del Nuevo Testamento y de la así como la polémica bíblica contra literatura paleocristiana, el término la idolatría descrita como «prosti griego para idolatría, Ei8mAOAatpía, tución» (;-¡J¡ [znhJ) ante sus dio es muy poco frecuente en los escritos ses (Éx 34,15s.) o «alejamiento de del judaísmo temprano y no figura YHWH» (Os 1,3; 4,12; 9,1; cf. en en los LXX. Se trata de un concepto general Os 1-3; Jr 2-3; Ez 16; 23), polémico de la predicación misional señala la tendencia (actualizada por del cristianismo primitivo sobre el la investigación) a sobreacentuar, terreno histórico-religioso de los dos mediante el adecuado lenguaje me primeros mandamientos del decálo-. tafórico, la participación femenina go, es decir, que se da por supuesto como la auténtica problemática. Al el ?' monoteísmo configurado por fondo se encuentra la significación el judaísmo temprano y el cristianis de la familia (y, por tanto, de la mu mo y dirigido contra el ? politeís jer), sobre la que, desde la llamada mo. E\'.omAov significa propiamente reforma deuteronomista, pero más imagen, copia; Ei8mAoAm:pía sería, acentuadamente en la época pos por consiguiente, veneración o ado texílica, recae, en cuanto portadora ración de las imágenes. La imagen de la fe en YHWH, una función de de los dioses pagana que represen creciente importancia para la iden ta la divinidad no representaría, tidad de Israel. por consiguiente, desde el punto • Bibliografía: H. D. PREUSS, Ver de vista del monoteísmo, otra cosa spottung fremder Religionen im AT sino a sí mismo, es simplemente un (BWANT 92), St y otros, 1971; ídolo, una copia. En Rom 1,18-32 795 Iglesia la idolatría es impiedad, injusticia, IDUMEA mentira y la raíz de todo mal. La /' Edom. idolatría es la negativa a reconocer a Dios y resulta, por consiguiente, inéxcusable. En los catálogos de vi IGLESIA cios (1 Cor 5,lOs.; 6,9s.; Gál 5,19ss.; l. LA IGLESIA EN EL ESPEJO DE sus TESTI Col 3,5; 1 Pe 4,3; Ap 21,8; 22,15) se MONIOS BÍBLICOS. 2. FUNDAMENTACIÓN ataca la idolatría y se la sitúa en el DE LA IGLESIA. 3. FORMAS Y ESTRUCTU mismo nivel que la lujuria, las bajas RAS DE LA IGLESIA EN DEVENIR. 4. NUEVAS pasiones, las rivalidades, la envidia, VÍAS PARA LA COMPRENSIÓN DE LA IGLESIA. la ebriedad, la gula, los celos, lama gia y cosas parecidas. Pablo tiene la l. LA IGLESIA EN EL ESPEJO . misma visión que el judaísmo: los DE SUS TESTIMONIOS BÍBLICOS dioses no existen (1 Cor 8,4; 10,19; Los escritos neotestamentarios no ha Gál 4,8), son hechuras humanas blan de los orígenes históricos de la (Rom 1,23). De ahí que, aunque el Iglesia y de su reclamación teológica judaísmo prohíbe comer, como im desde una distancia histórico-críti pura, la carne cultualmente ofreci ca sino que la describen tal como se da a los dioses, Pablo estima, por el va ce-realizando y adquiriendo cre contrario, que, dado que los ídolos cientes perfiles propios, a partir del son nada, la carne ofrecida a ellos no fundamento puesto por Jesús me es ningún tipo de idolatría y está, diante su proclamación del /' reino por tanto, en principio, permitida. de Dios y de la llamada de los discí Pero para no escandalizar a los dé pulos. Aunque de este modo se si biles en la fe y en la conciencia, que túa el peso principal del testimonio consideran idolatría comer esta car neotestamentario sobre el origen de ne, los fuertes deben renunciar a ella la Iglesia en la obra de la vida de Jesús (1 Cor 8,1-13; 10,23-11,1). Por otra y en el camino que esta Iglesia co parte, el apóstol rechaza estricta menzó a recorrer después de Pascua mente la participación en los ban bajo la acción eficaz del Espíritu del quetes cúlticos idolátricos, porque Resucitado, no por eso puede dejarse tras los ídolos están los demonios, de lado, para su correcta compren con los que el cristiano no tiene nin sión, la pregunta acerca de los pre gún contacto (1 Cor 10,14-22). supuestos y los antecedentes judíos • Bibliografía: EWNT l, págs. 936- en el Antiguo Testamento, así como 941 (H. HüBNER); D. BARTHÉLÉ lo concerniente a los condicionantes MY, Dieu et son image, P 1973, págs . sociohistóricos de su devenir. 109_-134; CH. HEIL, Die Ablehnung der Speisegebote durch Paulus (BBB 2. FUNDAMENTACIÓN DE LA IGLESIA 96), F 1994. El término «iglesia» (EKK11:r¡cria) Tbomas Kaut cuenta en el Nuevo Testamento con 796 Iglesia un total de 114 pasajes (como com La Iglesia surge a partir del movi paración, [)acnAeía 1:ou 0eou o 1:&v miento misional del cristianismo pri oupav&v aparece 96 veces), lo que le mitivo y más en concreto de la pro convierte en una de las palabras más clamación del evangelio, primero a frecuentes, cargada, además, de fuer los judíos y después a los gentiles, y de tes connotaciones teológicas. La sig la «obediencia de fe» (Rom 1,5) a la nificación de ÉKKA:r¡cría no se refiere llamada de Dios que brota del evan sólo a la «Iglesia total» sino también a gelio. La Iglesia es el pueblo de Dios la /' comunidad, es decir, a la Iglesia escatológico, convocado de entre to en un lugar concreto, por ejemplo dos los pueblos, que, hasta la parusía 1 Cor 1,2: 1:'f\ ÉKKAr¡cría 1:ou 0eou de Cristo, intenta dar respuesta a la 't'TI oucrn ÉV Kopív0C\)) y algunas veces reclamación de Dios sobre su creación también a la /' comunidad doméstica y conferirle validez en el mundo. (así Flm 2). Para la introducción de A la fundamentación teológica le este término como designación· de la corresponde así una fundamentación comunidad de los que creen en Cristo cristológica, en cuanto que la acción debe recordarse en primer lugar el uso divina fundamentadora acontece en lingüístico del Antiguo Testamento, Jesucristo, y más en concreto en su y más en concreto el de los LXX. Al muerte y resurrección. Con esta ac sintagma ÉKKA.r¡cría 1:ou 0eou, fre ción fundamentadora divina deben cuente en el Nuevo Testamento, le co coordinarse los primeros plantea rresponde en el Antiguo el de «asam mientos que pueden percibirse ya en blea del pueblo de Yahveh» (;ii;-¡, ?;J~ las acciones terrenas de Jesús. Llama [q•hal JHWHJ). La palabra neotesta a los discípulos a su seguimiento y mentaría «Iglesia» o respectivamente elige de entre ellos a /' Doce «para «comunidad de Dios» asume el con que estuvieran con él y para enviar cepto veterotestamentario de /' pue los a predicar» (Me 3,14). Este nú blo de Dios como asamblea popular mero de doce permite descubrir que convocada por Yahveh y reunida ante su misión estaba destinada a las doce él y lo prolonga (cf Heb 2,12 con la tribus del pueblo de Israel. La co cita de Sal 22,23 LXX). Con todo, munidad de discípulos agrupada en en el Nuevo Testamento la ÉKKA torno a Jesús se convierte en el mo r¡cría convocada por Dios y congre delo anticipado del pueblo de Dios gada en su presencia no aparece como escatológico que, después de Pascua, simple prolongación hístoricosalvífi se realiza, de acuerdo con el cometi ca del pueblo de Dios del Antiguo do y la promesa del Resucitado (Mt Testamento (cf. Rom 9,25s.), sino 28,18ss.; Le 24,46-49; Hch 1,8) bajo como nueva fundación escatológi la forma universal de ÉKKA.r¡cría de ca de Dios en virtud de la actuación judíos y gentiles. salvífica de Cristo «por nosotros» A partir de esta génesis de la Igle (Rom 8,34). sia, que debe ser entendida en tér- 797 Iglesia minos plenamente históricos, se cual en la que Pedro se ha converti comprende también la «sentencia do en garante de la «tradición apos fundacional» de Jesús de Mt 16,17ss. tólica» en virtud de la llamada de Aunque no puede ignorarse la pre Jesús. Para esto le capacitan, a él y a tensión del evangelista de presentar «los Once», las palabras alentadoras una exposición acorde con los he de Jesús tal como se consignan al fin chos reales, debe también tenerse del evangelio («Estoy con vosotros muy presente su intención literaria todos los días hasta el fin del mun configuradora. Sólo aquí, en el v. 18 do», Mt 28,20b), así como la prome y en el pasaje vecino de 18,17 (ahora sa a la Iglesia de que «las puertas del en el sentido de «comunidad» refe Hades no prevalecerán contra ella» rida a la comunidad local concreta), (Mt 16,18d). 'se encuentra, en el conjunto de los evangelios, la palabra EKKA T]CTÍa con 3. FORMA Y ESTRUCTURAS la significación de «Iglesia total». La DE LA IGLESIA EN DEVENIR investigación exegética ha aludido, a) El devenir de la Iglesia se sitúa con razón, a la peculiaridad literaria desde el principio bajo la acción del del logion, sólo transmitido en toda Espíritu Santo. Así lo ve sobre todo su integridad por Mt (vs. 17-19), no Lucas en los Hechos - en correspon por Me ni por Le (así especialmente dencia con la actuación de Jesús por Vogtle), y aún más a la tensión en la fuerza del Espíritu (cf. Le 4, 18.21). tre la idea de Iglesia, que «no es una En el acontecimiento de Pentecostés característica de Jesús» y la procla (Hch 2) consigue la comunidad reu mación, tan propia de él, del reino nida de los discípulos orientación e de Dios. Pero una interpretación crí impulso para su misión a los pue tica histórica puede admitir que la blos. Es el Espíritu Santo quien di proclamación del reino de Dios de rige los pasos y los caminos de los Jesús siguió siendo para sus discí misioneros que anuncian el evan pulos, también después de Pascua, gelio y quien conduce a la Iglesia el horizonte global de comprensión a numerosos oyentes de la palabra. en el que surge la Iglesia como por Pablo contempla desde otra pers- tadora de aquella proclamación. La pec"-t iva, aún más originaria, el don sentencia de Jesús acerca de la «edi del Espíritu otorgado a los creyen ficación de mi Iglesia» sólo alcanza tes como elemento constitutivo del su singular significado en virtud de ser de la Iglesia. Así, de modo espe su referencia a Pedro. Esta afirma cial en 1 Cor 12: en el bautismo y la ción -con su clara afinidad intencio fe son incorporados, por medio del nal con la sentencia de la misión que único Espíritu, como miembros en el Resucitado encomienda a Simón un solo cuerpo, el /' cuerpo de Cristo Pedro en Jn 21,15ss. - es una mirada (12,27). La concepción de la Iglesia anticipada sobre la Iglesia postpas- inserta en la metáfora del cuerpo de 798 Iglesia Cristo es más tarde expresada, en Cristo, en el que asimismo ha fun Col y Ef, con ayuda. de esta misma damentado Dios la «nueva alianza» metáfora, en un concepto: la Iglesia (1 Cor 11,25; Le 22,20), también es el «cuerpo de Cristo» (Col 1,24; aquí con valencia eclesiológica. Ef l,22s.), «edificado» en virtud de e) La forma interna, espiritual, de la los «dones» del Resucitado y de los Iglesia no queda reducida al espa servicios prestados por cada uno de cio interior sino que se exterioriza sus miembros (Ef 4,7-16). en los contextos de su entorno so b) Con el concepto de la Iglesia como cial y frente a él. Forman parte de cuerpo de Cristo se pone bajo clara este entorno judíos y gentiles, que luz no sólo su carácter de comuni no son elementos extrínsecos a la dad sino también, y sobre todo, su Iglesia. Bien al contrario, esta Iglesia vinculación -de fundamental im se convierte en.comunidad formada portancia- a Cristo. A través de esta precisamente por judíos y gentiles y vinculación recibe también la Iglesia ha reconciliado en sí ambas partes, su acuñación específica de «ser-pue a partir -según Ef 2,13- de la obra blo-de-Dios». La Iglesia no es l' pue de reconciliación de Cristo. blo de Dios simplemente a causa de El problema de la aceptación de una continuidad ininterrumpida con los gentiles no en virtud de la circun Israel. También aquí aflora la re cisión y de la ley, sino en virtud de lación, henchida de tensión, de la la fe en Jesucristo, y la consiguiente primera Iglesia entre los judíos de convivencia de judíos y gentiles en Jerusalén y los centros de la misión una sola Iglesia, fue el tema en torno paulina. Sólo en contadas ocasiones al cual giró el llamado l' Concilio se aplicó inmediatamente a los cris de los apóstoles, h. el 48 d.C. tianos, en la época inicial, el concep (cf. Hch 15,1-29; Gál 2,1-10). Las to de pueblo de Dios, por ejemplo en decisiones allí adoptadas se mantu Rom 9,25 (asumiendo a Os 2,25) y vieron en vigor en el curso ulterior 1 Pe 2,9s. (cf. Éx 19,5s.), y siempre en de la evolución de la Iglesia. Pero contextos cristológicos. Los cristianos ya los caps. 9-11 de Rom permiten son «pueblo de Dios» en cuanto «san advertir claramente que debía darse tificados en Cristo» y «llamados a ser por descontada la oposición de un santos» (1 Cor 1,2 y otros), como «ele Israel que no reconocía a Jesús como gidos de Dios» a causa de «la entrega Mesías, si bien la intención básica de su Hijo» (Rom 8,32s.). Estas de de este pasaje no es acentuar la ex nominaciones, emparentadas con la clusión de Israel, sino justamente su teología veterotestamentaria del pue salvación final por la insondable mi blo de Dios, reflexionan, cada una a sericordia de Dios. su propia manera, sobre la temática La Iglesia se muestra hacia el ex del nuevo comienzo de la historia del terior también, y no en último tér pueblo de Dios en el acontecimiento mino, a través de las estructuras mi-

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.