ebook img

Diálogos de amor PDF

171 Pages·2012·20.51 MB·Spanish
by  
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview Diálogos de amor

---------1 León Hebreo TECHOS/ ALIANZA de Diálogos amor Director: Josa JIMÉNEZ Traducción de ;';! David Romano Introducción y notas de Andrés Soria Olmedo Alianza Editorial Título original Dialoghi d'amore (1535) Diseño decubierta: Ángel Uriarte Índice EnlaColección Metrópolis: 1."edición, 1986 INTRODUCCIÓN Pág. 9 EnlaColección Neometrópolis: 2."edición, 2002 I. Elautor . 9 n. El libro 11 1Il. Difusión de losDiálogos 1)' IV. Estructura de laobra '" 17 V. Los Diálogos de amor como tratado . 22 l. La Universidad del amor............ 22 2. Origen del amor ,......... 26 3. Estética yteología 32 BIBLIOGRAFÍA 37 DIÁLOGOS DE AMOR DIÁLOGO PRIMERO ................•...................................................................................... 43 DIÁLOGO SEGUNDO 85 DIÁLOGO TERCERO 169 ÍNDICE ONOMÁSTICO 341 Reservadostodoslosderechos.Elcontenidodeestaobraestápro- tegidoporlaLey,queestablece penasdeprisión y/omultas, ade- más de lascorrespondientes indemnizaciones por daños yper- juicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, entodooenparte,unaobraliteraria, artística ocientífica, osutransformación, interpretación oejecu- ciónartística fijada encualquier tipodesoporte ocomunicada a través decualquier medio, sinlapreceptiva autorización. © EDITORIAL TECNOS (GRUPO ANAYA,S.A.),2002 Juan Ignacio LucadeTena, 15-28027 Madrid ISBN: 84-309-3910-5 Depósito Legal: M.45.028-2002 Printed inSpain. Impreso enEspaña porClosas Orcoyen, S.L. Polígono Igarsa. Paracuellos deJarama (Madrid) [7] Introducción 1. ELAUTOR No esmucho lo que sabemos de Judá Abravanel, llamado León Hebreo l. Nació enLisboa entre 1460 y 1470. Supadre, Isaac Abravanel, gran comen- tarista bíblico, tuvo mucha influencia en sueducación. En 1483, sevio obli- gado ahuir a Sevilla, patria de sus antepasados, por haber conspirado con- tra el rey Juan II de Portugal, afavor del duque de Braganza, llegando aser intendente de los tributos reales en esta ciudad. Judá reunió con él en 1484. El edicto de expulsión de 1492 da lugar aque.la familia abandone España, aunque al parecer el rey Fernando intentó conservar a Isaac y León como consejeros definanzas acambio deque elhijo deLeón fuese bautizado. Final- mente, León manda asuhijo aPortugal y setraslada aNápoles con el resto de los suyos. Según testimonio del médico Amatus Lusitanus (1568), sedebe aLeón Hebreo una obra, De coeli harmonía, hoy perdiga, compuesta «scholastico stilo» ydedicada «divini Mirandulensis Pici» (muerto en 1494). Esto ha lle- vado aalgún biógrafo asostener que León serelacionó con Pico della Miran- dola en Florencia al principio de su estancia en Italia. Otros, más cautos, suponen que asimiló la cultura hebraica napolitana, representada por Elia del Medigo (1463-1498), maestro de Pico, y JochananAlemanno (1435 ó 38-1503) y entró en contacto con los humanistas napolitanos G. Pontano, M. Equicola y fray Egidio de Viterbo. En 1495 Carlos VIII de Francia conquista Nápoles, ymientras supadre acompaña al rey Alfonso II a Sicilia y se establece en Corfú, León se tras- lada aGénova, donde también florecen los «studia humanitatis»; allí quizá trabaja en la redacción de los dos primeros diálogos (la acción del tercero Cf.S.Caramella, ensuedición delosDialoghi d'amore, Bari, 1929,pp.4 I3-414; I.Sonne, 1 lntorno alta vita diLeone Ebreo, Florencia, 1934; C. Gebhardt, «León Hebreo: suvida ysu obra», Revista de Occidente, XLIV (1934), pp. 231-273; XLV (1934), pp. 1-46, 131-161, Y ahora los documentos ynotas de laexcelente edición de G. Manuppella, Lisboa, 1983.Ade- más, A. Soria Olmedo, Los Dialoghi d'amore de León Hebreo: aspectos literarios y cultu- rales, Granada, 1984. [9] I • !Ii;.·.·.~.. \ ,\ e!..,'¡ lOO CI I'.:,.,1) to cO. (D c-vf:-"~ 10 DIÁLOGOS DE AMOR o iNi~On'ZrC~I6~: 11 -,¡ transcurre en 1502, según indica el textoV En 1501 se encuentra en Bar- rito suo proprio atutti icontenuti ideali di Leone, di qualunque provenien- letta, adonde le llega un salvoconducto del rey Federico de Nápoles, invi- za essi fossen» 4. tándolo atrasladarse de nuevo al Reino, con su padre. A pesar de que estas Cuestión subsidiaria, aunque reveladora, es la de su conversión al cris- fechas son seguras, Sonne las interpreta suponiendo que laestancia de León tianismo, suscitada por una frase de la segunda y tercera edición (Venecia, en Génova fue menos prolongada de loque secree; apoya sutesis en lacon- 1541, 1545): «Dialoghi di amore, composti per Leone medico, di natione tinuidad de los lazos con su familia, de acuerdo con la costumbre hebraica, Hebreo, et dipoifatto christiano», que no aparece en la primera edición ni yjuzga en cambio más importante.l~ presencia de L~ó,nen.Barletta, donde en las siguientes a partir de la veneciana de 15495 (la crítica la considera los Abravanel continuaron al serVICIOdel Gran Capitán, SInhacer uso del una interpolación debida arazones de censura), yen un paso del texto refe- salvoconducto. En 1503 Isaac se dirige a Venecia, y León con él, perma- rido alainmortalidad: «...Enoc yElías ytambién San Juan Evangelista fue- neciendo allí hasta 1504, en opinión de Sonne. Otros (Gebhardt, Carame- ron inmortales en cuerpo y alma» que la crítica considera también in- 6, lla)piensan que León estuvo enNápoles desde 1501hasta 1506, como médi- terpolado, aunque figura en laprimera edición yen uno de los manuscritos. co personal del Gran Capitán, que era virrey desde 1503, y que habría Por otro lado, el sentido general de la obra no deja lugar a dudas De este 7. marchado aVenecia en 1506, cuando el Gran Capitán cae en desgracia y modo el interés se desplaza hacia el texto, en el contexto en que fue leído. gobierna personalmente el rey Fernando. Desde estas fechas los datos son inciertos. Se sabe por elprimer editor de los Diálogos, Mariano Lenzi, que en 1535, fecha de la edición, el autor había muerto ya. En el prólogo de la 11. ELLIBRO traducción de Carlos Montesa (1584) parece aludirse asupresencia en Ro- ma, y C. Dionisotti, en un artículo fundamental, notifica lacontribución de Para la fecha de redacción sólo poseemos los hitos de 1502 (referencia un Leoni Judei, con un epigrama en hebreo, auna Raccolta di Lachrime in interna del texto) y 1535 (fecha de la primera ediciónj.Entre ambos pue- M Antonine Columna (Roma, 1522), de laAcademia Romana. den incluirse tres códices del Diálogo tercero, el Harleiano 5433 del British En cuanto a la obra, se conservan algunas composiciones poéticas en Museum (yaestudiado por Dionisotti), elBarberiniano Latino 3743 yel Patet- hebreo, de contenido religioso' y los Dialoghi d'amore. A su través no es ta 373:10s dos de laBiblioteca Apostólica Vaticana, los cuales,junto con el fácil retratar alautor, figura renacentista pero con trazos «extraterritoriales» Libro de 1'amore divino ethumfJllO,quereproduce elDiálogo segundo (impre- (por emplear el concepto de G. Steiner); quizá la semblanza más ajustada so sin fecha ni lugar, aunque quizá entre 1531 y 1.~35,y en Siena, precedi- sea ladel citado 1.Sonne: «...non intendiamo certo dimenomare I'influenza dopor una carta donde seaportan datos en favor délaexistencia de un cuar- troppo evidente del Rinascimento nel pensiero filosofico diLeone ...ma ere- todiálogo sobre losefectos delamor,nunca publicado seintegran porprimera 8, diamo questa influenza non vada intesa nel senso materiale, che certe sue vez en lareciente edición de G. Manuppella. ((:; idee siano state costituite da quelle del Rinascimento, prese dall' Accade- mia platonica o di tale o tal altro suo esponente, ma che il Rinascimento come nuova mentalitá, nuovo stile di vita edi pensiero abbia dato un colo- Op. cit., p. 35 4 YaSaitta,op.cit.,pp.90-91 aclara estepunto. Recientemente 1.V.dePinaMartins, «Livros 5 quinientistas sobre oAmor», Arquivos do Centro Cultural Portugés, París, 1(1969), p. 82, «Según laverdad hebrea estamos enelaño 5262 delprincipio de laCreación» (p. 179). 2 corrige los errores de algunos investigadores: E. Solmi (Benedetto Spinoza eLeone Ebreo, Según Caramella, esta fecha corresponde aseptiembre de 1501 ó 1502 (op. cit., p.425). El Módena, 1903) yG. Gentile (Studi sul Rinascimento, Florencia, 1936, pp. 118-128) atribu- ms. Harleiano 5423, que copia eldiálogo I1I,dice «cinque mila duecento trentadue anni del yen lafrase «et dipoi fatto christiano» alaedición de 1535; G.Fontanesi (11problema dell'a- principio della creazione», sibien un corrector ha añadido sobre «trenta» un «settanta» (cfr. more nell 'opera di Leone Ebreo, Venecia, 1934) atribuye sin fundamento eltítulo Dialoghi Carla Dionisotti, «Appunti suLeone Ebreo», Italia medioevale eumanistica, II(1959). Hay d'amore composti per Leone Medico Hebreo ala segunda edición aldina (p. 83), y1.Festu- dudas, por tanto, sobre lafecha de redacción; loscríticos dan un espacio cuyo término aquo giére (Laphilosophie de l'amour de Marsile Ficin et son injluence sur la littérature fran- es laalusión alas recientes navegaciones deportugueses yespañoles alhemisferio meridio- caise auXVI siécle, París, 1941), elúnico que acepta --con cierto retraso- lahipótesis de la nal(Vasco deGama, 1497;Cabral, 1501),ycuyo término adquem sería lanoticia dada aIsaac conversión (p. 87). por un amigo suyo sobre las investigaciones de León acerca de los mitos clásicos ybíblicos P 204. De hecho, Caramella saca de sutexto lamención aSan Juan (p. 279), así como (co~te~idas en losdiálogos IIyI1I)en 1506 (cf. Cararnella, cit., p.425, YG. Saitta, «La filo- 6 D.Romano, quien traduce esta edición. sofia diLeone Ebreo», Filoso/la italiana eumanesimo, Venecia, 1928, p. 89). «Como quiera que yo soyjudío, me adhiero aesta segunda vía, porque es verdadera- Caramella lastraduce enlacitada nota; vid. ahora M.Augusto Rodrigues, «Aobra poé- 7 • 3 mente teología mosaica» (p. 400). tica deLeño Hebreu. Textohebraico com versáo enotas explicativas», Biblos (Coimbra), LVII (1981), pp. 527-595. 8 Cf. Elena Ofelia Bellinoto, «Un nuevo documento sobre losDialoghi d'amore de León Hebreo», Arquivos do Centro Cultural Portugués, VII (1973), pp. 399-409. 12 DIÁLOGOS DE AMOR INTRODUCCIÓN 13 dé Para resolver el problema, muy discutido, Ía lengua original en que tione Hebreo et dipoifatto christiano ...Figliuoli diAldo, reimpresa en 1545 fueron escritos los Diálogos, habria que partir de un hecho seguro, afirma- con elmismo título yen lamisma casa. La tercera edición aldina setitula ya do por Dionisotti: la lengua es la de un toscano, toscanos son los persona- Dialoghi d'amore, composti per Leone Medico Hebreo (1549), igual que la jes que rodean laaparición delaobra, que sólopuede explicarse por elencuen- cuarta (Venecia, 1552)ylaquinta (Venecia, Isepo Guglielmo Vicentino, 1588). tro de un t:jscritortoscano con lapersonalidad de León Hebreo, «prepotente Según S.Caramella lacuarta edición aldina constituye labase delas siguien- e a lui remata». Por los años en que se!?ublicó, los escritos de índole doc- tes,aparecidas enVeneciaytituladas Dialoghi d'amore diLeone Hebreo Medi- trinal en lengua vulgar tenían carácter dc/fxperimento, acontracorriente de co, di nuovo corretti eristampati, Domenico Giglio (1558), Nicola Bevilac- una tradición que sesirve siempre del latín; salvo el Commento dePico, edi- qua (1562), Giorgio deCavalli (1565), Bevilacqua (1572), Bonfadino (1573), tado por Benivieni en 1500, las obras de Ficino, Pico y Diacceto permane- Giovanni Alberti (1586) y Bevilacqua (1587, 1607). cen manuscritas hasta comienzos del siglo XYI: en 1526 se imprime enJ~pJ's3 Otra señal de este éxito es el ennoblecimiento del texto mediante su tra- ma el Panegirico de Diacceto, cuya lengua se parece a la de los Diálogos ducción al latín por Juan Carlos Sarraceno (Venecia, 1564). Conviene ade- por proximidad cronológica, y.cuyo contenido es también semejante, fren- más recordar que esta abundancia editorial seencuentra arropada por elauge te a las obras coetáneas no toscanas, que se distinguen por recurrir a auto-¿r,,' de la lengua vulgar en la Italia del Concilio de Trento y por la expansión de ridades toscanas y por la retórica latinizante y humanística, precisamente la industria librera, que de artesanado pasa aorganizarse como premanufac- los rasgos que faltan en losDialoghi, obra singular por lafrescura de su len- tura, ygestionada amenudo por un nuevo tipo de intelectual para quien ya no guaje y la ausencia de estilo.' .•.. esimprescindible larígida formación grecolatina que distinguía alosprime- Sin embargo, Manuppella, alhilo de sulabor ecdótica, matiza este vere- ros humanistas: personajes como L.Dolce, L.Domenichi, B.Varchi oS.Spe- dicto, observando que aveces aparecen expresiones que se apartan del tos- roni se mueven en un mundo menos especulativo que sus predecesores (los cano ycoinciden con e~esr~~ol yelportugués. A.u~q~elosejemplos no abun- filósofos florentinos, elriguroso Aldo Manuzio ),aunque más enconcreto con dan, pueden ser testimómo de un sustrato ibérico sobre un traductor la demanda de un público lector ya bastante amplio y diversificado 11. cuidadoso. De todos modos, el libro hace su entrada en la literatura italia- Los Diálogos de amor coexisten con los numerosos tratados de amor na y europea bajo esta forma lingúística ilust¿'e. que aparecieron desde los años cuarenta hasta fines del siglo XVI. Aunque pertenecen auna estirpe independiente de laencabezada por GliAsolani de Bembo (1505) yEl Cortesano (1528) de Castiglione, que se ligan directa- III. DIFUSIÓN DE LOS DIALOGaS mente al platonismo florentino, y a un mundo, el de las cortes septentrio- nales, que sedeshace amediados de siglo, en elplano de larecepción seali- «Si tratáredes de amores, con dos onzas que sepáis de lalengua toscana, neanjunto aestas obras ofrecen un código doctrinal relativamente distinto 12; toparéis con León Hebreo, que os hincha las medidas.» Desde el punto de de latradición italiana, pero asimilable sindificultad alataracea deelementos vista de laobra cervantina, esta frase del célebre prólogo del Quijote esinse- platónicos, neoplatónicos, herméticos y cristianos que constituye el «pla- parable de un sutil entramado irónico 9: del lado de León Hebreo, un testi- tonismo renacentista». A este platonismo difuso, de segundo grado, que monio preciso de lafunción asignada alosDiálogos de amor por lagente de impregna contintes particulares diferentes formas literarias ydepensamiento, letras de toda Europa durante los siglos XVI y XVII. Aljuicio de Cervantes sirven los Diálogos de amor como fuente directa omediata. puede añadirse una gavilla que da fe del éxito de la obra. Empezando por la Desde su aparición son consumidos activamente por los que tratan de vitalidad editorial (además deladifusión encopias manuscritas): Dialogi d'a- amores: C. Tolomei los elogia en sus cartas (1542), Nicoló Franco (Dialo- more di maestro Leone medico ebreo..., Roma, 1535 Las siguientes edi- go dove si ragiona delle bellezze, 1542) los usa sin citarlos, el Aretino 10 ciones sonvenecianas: Dialoghi d'amore, composti per Leone medico, dina- (JIFilosofo) losparodia, los critica A. Camuzio (De amore atquefoelicitate), 9 ~f.las observaciones de M. de Riquer en elprólogo de suedición, Barcelona, 1975, y 11 Vid.C.Dionisotti, «La letteratura italiana nell'etá del concilio diTrento», Geografia e Kathenne M. Shea, «La cita prologal cervantina teferente alas obras de Hebreo yFonseca, storia della letteratura italiana, Turín, 1967, pp. 227-254, yA. Quondam, «Mercanzia d'o- ¿burla oelogio?, Anales Cervantinos, XVII (1978), pp. 69-75. .. nore, mercanzia d'utile. Produzione libraria elavoro intellettuale aNapoli eVenezia nel Cin- lO Cf U.Koppen, Die Dialoghi d'amore des Leone Ebreo in ihrenfranzosischen Uber- quecento», Libri editori epubblico nell 'Europa moderna, a cura di Armando Petrucci, setzungen, Bonn, 1979, pp. 180-200, y,sobre todo, lamuy completa «súmula bibliográfica» Bari,1977. de Manuppella, ed. cit., vol. Il, pp. 356-460). Dionisotti, «Appunti ...»,p. 420. 12 •• • 14 DIÁLOGOSDEAMOR INTRODUCCIÓN 15 G. Betussi (JIRaverta, 1544) y Tullia d'Aragona (Dialogo dell'infinitá di lographia universal» deAbravanel, su definición del amor como unión con amare, 1547) los integran en sus propias obras con viveza (en el Raverta, elobjeto que nuestro entendimiento juzga por bueno, suidea de que elcono- por ejemplo, cristianizando algún concepto); G. Muzio, A. F.Doni, B.Var- cimiento debe preceder al amor, y el Corto tratado sobre Dios, el hombre chiyotros cultivadores delgénero mixto delostrattati d'amare cuyas ramas ylasalvación desu alma. Más problemáticos son los influjos sobre lostipos 13, se extienden hasta las sesiones de lasAcademias, donde se apura la casuís- de amor que aparecen en laEtica. En suma, como en elcaso de Bruno, León tica 1\prolongan la presencia de los Diálogos en la literatura italiana a lo Hebreo parece ser un elemento más dentro de la formación de un sistema largo del siglo XVI. filosófico muy diferente 18. Las sacudidas delBarroco vanrelegando nuestro libro aun segundo plano Alespañol fueron traducidos entres ocasiones: Venecia, 1568,por Gue- -más consistente cuando se trata de usos literarios- hasta arrumbarlo a della Yahia (Los Diálogos de amor deMestre LeónAbarvanel médico yfiló- lazona delocurioso oloanecdótico. Mientras enEspaña sus efectos sedejan sofo excelente), Zaragoza, 1584(pero aprobaciones de 1582),por Carlos Mon- sentir con amplitud, en Francia, tras ser traducido dos veces, por el Señor tesa (Philographia universal de todo el mundo, de los diálogos de León Du Pare Champenois y por Ponthus du Tyard, citado por Ronsard (Oda a Hebreo ...) y Madrid, 1590, por el Inca Garcilaso (La traducción del Indio Carlos IX) yotros menores, lo vemos sometido aljuicio escéptico de Mon- de los tres Diálogos de amor...). taigne, extensible atoda una clase de libros: «Les sciences traictent leschoses Hay constancia de la obra, en italiano otraducida, en algunas bibliote- trop finement, d'une mode trop artifficielle et differente a la commune et cas: la de Barahona de Soto, la del arquitecto Juan de Herrera, la de Ber- naturelle. Mon page faiet l'amour etl'entend. Lisez luy Leon Hebreu etFicin: nardino de Rebolledo 19; lo encontramos en las Indias 20 y por último en los on parle de luy, de ses pensées et de ses actions, et si, il n'y entend rien... Indices inquisitoriales, a partir del de Sandoval (1620) que los prohíbe en Laissons la Bembo et Equicola» 15. vulgar y en latín «donec prodeat expurgatio» 21, la cual puede comprobarse Sin embargo, todavía Schiller escribe a Goethe en 1797 interesándose en elIndex español de 163222, mientras que el portugués de 1624 los veta a por las notas de astrología y mitología contenidas en el diálogo 11,a través causa del resbaladizo sentido de las fábulas platónicas y hebraicas 23. de u~ compendio ~eartes .cabalísticas ypor esa vía esotérica los Diálogos En elaspecto de suuso como fuente, elpanorama estan amplio que sólo 16, termman por nutnr el honzonte brumoso de la Weltanschauung romántica. puede ser esbozado aquí; Bonilla y San Martín tiene «vehementes sospe- En lahistoria de lafilosofía, losDiálogos reposan tras elGiordano Bruno chas» dequeVives sesirviera de losDiálogos para sus especulaciones sobre de Degli Eroici flfrori y Lo Spaccio del/a bestia trionfante donde se han el amor en el libro III de De anima et vita, y Damasio de Frías se inspira en 17, apreciado expresiones y distinciones idénticas, con semejante sentimiento algunos puntos marginales para componer su Dórida (1593), único ejem- de aspira~ión hacia Dios y de efusión de lo divino en el Universo, aunque plo voluntario de importar elmodelo italiano de los trattati d'amore, mien- ya el conjunto de una obra como la de Bruno se orienta hacia la crisis de la tras Cervantes en La Galatea y sobre todo Montemayor en laDiana hacen idea del cosmos que cimenta la de León Hebreo . .Tambi~n se h~tenido en cuenta esta obra como precedente de Spinoza, quien poseia un ejemplar. Sehan encontrado concomitancias entre la «phi- Vid.las citadas obras de Solmi, Carvalho, Saitta y Gebhardt, yahora P.O. Kristeller, 18 «Stoic and Neoplatonic Sources of Spinoza's Ethics», History ofEuropean Ideas, 5(1984), pp.I-15. Cf. F.Rodríguez Marín, Luis Barahona de Soto, Madrid, 1903. La lista dice «Leone iv ,Cf.Kóppen, op.cit.,pp.20-21; Manuppella, vol.1,pp.601-608; P.Lorenzetti, Labellez- Hebreo medico» y Rodríguez Marín supone un poco arbitrariamente que se trata de latra- 13 za e1a.m~renei trattati del Cinquecento, Pisa, 1917, Yelprólogo de M. Pozzi alreprint de ducción deGuedella Yahiaodel Inca (p. 545) Yatribuye también aLeón Hebreo un libro, De Tratf,at¡d am.oredel Cinquecento, ed. por G. Zonta (1912), Bari-Roma, 1980. natura de amore, que seguramente es de Mario Equicola (p. 534); F.1.Sánchez Cantón, La E.G~~mrecuerda que en 1558laacademia deFerrara anunciaba conprogramas impre- librería deJuan de Herrera, Madrid, 1941; M."Concepción Casado Lobato, «La biblioteca S?Su~a sesion «sull'amore diDio per lecreature, quale sia,come sidistribuisca», L'Umane- de un escritor del siglo XVII: Bernardino de Rebolledo», RFE (1973), pp. 229-328. stmo italiano (1947), Bari, 1981, p. 146. 20 O. H. Green, 1.Leonard, «On the Mexican Booktrade in 1600: aChapter in Cultural ::Essais, I1I,5(Ed. M. Rat, París, 1958, p. 98). History», HR, IX (1941), pp. 1-4I. . Cf. Caramella, op. cit., p.438; Gebhardt, op. cit., p. 158.Para ladifusión en Inglaterra 21 Index librorum prohibitorum et expurgatorum ... Bernardi de Sandoval (Madrid, vid., por ejemplo, J. M. Steadman «Harington and Leone Ebreo (Judah Abravanel)» ZRPh MDCXX): «León Hebreo, Diálogos oFilografia universal de todo el mundo, en castellano, 75 (1959), pp. 346-348. ' , oen otra lengua vulgar». 29 :7 Vid.J.deCarvalho: «Leáo Hebreu, filosofo», Obra completa, 1,Lisboa, 1978, pp. 154- 22 Novus index... D.Antonii Zapata (Sevilla, MDCXXXII), p. 275 para las ediciones en 7, J. Ch. Nelson, Renaissance Theory ofLove Nueva York 1958 yla selección de textos vulgar, p.722 para lospárrafos suprimidos de laedición latina. deBruno acargo de 1.Go,m.ez de Llan-o, Mundo,'magia, memo"ria, Madrid, 1973. 2] E.Asensio, «Dos cartas desconocidas del Inca Garcilaso», NRFH, VII (1953), p. 588. 16 DIÁLOGOS DE AMOR INTRODUCCIÓN 17 que sus pastores discutan de amor con palabras de León Hebreo; también lismo. Sin embargo, conviene recordar que sobre la historiografía moder- lohan leído predicadores como elagustino Cristóbal de Fonseca (cf. su Tra- na pesa aún laopinión de Menéndez Pelayo, en cuanto alainfluencia de los tado del amor de Dios, citado por Cervantes alIado de losDiálogos), mitó- Diálogos. El crítico montañés opinaba que la tendencia a armonizar plato- grafos como Sánchez de Viana (Anotaciones sobre los quince libros de las nismo y aristotelismo era una constante en la filosofía española, desde los Transformaciones de Ovidio..., 1580) y Baltasar de Vitoria (Teatro de los árabes yhebreos medievales hasta losfilósofos renacentistas yque elpunto 28 dioses de la gentilidad, 1620)2\ poetas y autores teatrales Yaen el siglo álgido de tal tendencia secentraba en León Hebreo, platonizante yjudío es- 25. pasado, Valera, amigo de Menéndez Pelayo, alrecrear enMorsamor (1899) pañol, cuya figura le entusiasmaba hasta el punto de colocarlo por encima la clásica «novela de aventuras», introduce aun anciano a quien los prota- deFicino; notitubea enafirmar elcarácter español de losDiálogos yendedu- gonistas defienden de la furia antisemita en Lisboa, que resulta ser el pro- cir de la fecha de redacción incluida en el texto (1502) su influencia sobre pio León Hebreo, cuyos Diálogos se ponderan y se emplean, en perfecta los Asolanas y el Cortesano (1516 y 1528), obviando las dificultades que reconstrucción arqueológica se desprenden de la distinta genealogía de cada una de estas obras. 26. Para los Siglos de Oro, la lista anterior podría ampliarse muchísimo si Esta concepción quizá exagerada, junto a la escasez de otras obras del atendiésemos alas glosas y empleos de pasajes concretos, pues el lugar de mismo tipo, ha llevado a historiadores posteriores -salvo excepciones- losDiálogos en laliteratura española, donde secuenta con unnúmero mucho areferirse casi exclusivamente aCastiglione y aLeón Hebreo siempre que más corto de diálogos otratados de amor", es relativamente más importan- fuese menester hablar de neoplatonismo, contaminando aveces susjuicios te que en la italiana; alavez elplatonismo renacentista, auténtica «filosofía con consideraciones deducidas deunpresunto «Volksgeist» español: asípara popular» delsiglo XVI (enafortunada expresión deMenéndez Pelayo) seaden- L. Pfandl el espiritualismo innato de los españoles los impulsaría apreferir tra en elsiglo XVII. Soporte de una de las «matrices ideológicas» de lareno- el cristiano Castiglione aljudío León 29; en cambio, para A. Parker sería el vación renacentista, el libro convive durante el Barroco con el neoaristote- tono religioso sincero yprofundo de la obra de León el factor decisivo para producir en el alma española un efecto más intenso que el frívolo Cortesa- no",Especulaciones abstractas deeste tipo difícilmente contribuyen aescla- recer la función de estos libros en la vida cultural de la época. Cf.A. Bonilla, Luis Vivesy lafilosofia del Renacimiento, Madrid, 1903, pp. 471-472; 24 E.Asensio, «Damasio de Frías y suDórida, diálogo de amor. El italianismo enValladolid», NRFH, XXIV (1975), pp.219-234; F.López Estrada, Estudio crítico deLa Galatea deMiguel de Cervantes, LaLaguna deTenerife, 1948, ysuedición deLa Diana, Madrid, 1946, pp. 194- IV. ESTRUCTURA DE LA OBRA 201; G. Stagg, «Plagiarism inLa Galatea», Filologia romanza, VI (1959), pp. 255-276; Fon- seca, Primera y segunda parte del tratado de amor de Dios...,Madrid, Luis Sánchez, 1620, El énfasis sobre la difusión de los Diálogos sejustifica porque los lec- pp. 5, 7, 30; para los mitógrafos, A. Soria Olmedo, «Posada antigua de la Philosophia (Los tores vanmarcando losmomentos enque sudoctrina seacomoda asusexpec- Dialoghi d'amore como manual mitográfico )>>,El Crotalón, Anuario de Filología española, 1(1984), pp. 819-829. Vid.entre otras cosas, para Pedro de Padilla, Lope, Tirso, O.H. Green, España y latra- 25 dición occidental, Madrid, 1969,4 vols.; Ch.V.Aubrun, «Idées deLope deVegasurlesysteme «Siempre lamisma tendencia alarmonismo entodos losgrandes esfuerzos delaMeta- 28 dumonde», Mélanges offerts dMarcel Bataillon par leshispanistesfrancais, Burdeos, 1962, fisica española, lo mismo en Aben Gabirol que en Raimundo Lulio, lo mismo en Sabunde pp. 304-317. Lope deVega, La Dorotea, ed. S. Morby, Madrid, 1968; Mateo Alemán, Guz- que enLeón Hebreo oenFoxMorcillo.» «De lasvicisitudes delafilosofia platónica enEspa- mán deAlfarache. ed. F.Rico (La novela picaresca española, l, Barcelona, 1967); L. Bara- ña» (1889), Ensayos de crítica filosófica, Santander, 1948, página 77. hona de Soto, Las lágrimas deAngélica, ed. 1.Lara Garrido, Madrid, 1981; San Juan de la «Tengo, además, laabsoluta impresión de que los españoles del siglo XVIse inspira- 29 Cruz, Poesía, ed. de Domingo Ynduráin, Madrid, 1983; A. Valbuena Briones, «Calderón y ban más gustosa yfundamentalmente en el Cortigiano, mucho más próximo asusentimien- los diálogos de amor», Calderón y lacomedia nueva, Madrid, 1977. Para Antonio de Eslava tocristiano, que noenelpagano Platón yeljudío León Hebreo, aun enaquellos casos enque, vid. ahora Julia Barella Vigal «Las noches de invierno deAntonio de Eslava: entre el folklo- eruditamente humanistas, citan algriego» (Historia de laliteratura nacional española en la reylatradición erudita», Príncipe de Viana, XLVI (1985), pp. 513-565. Incluso, através de Edad de Oro, Barcelona, 1933, página 35). distintas mediaciones, puede rastrearse ladoctrina deLeón enBécquer: Cf.1.M."Díez Taboa- «Se trata de un tono religioso sincero yprofundo, muy lejos de todo optimismo com- JO da, «El tema de launión de lasalmas ylasfuentes delarima XXIV de Bécquer», Rl.it,XLVI placiente, ypor ello Hebreo llegó aejercer en España una influencia más profunda yperdu- (1984), pp. 43-87. rable que Castiglione. Este tono de sufrimiento subyacente convierte sufilosofia del amor en 26 Fue publicada en 1899; cf. laed. de 1.B.Avalle Arce, Barcelona, 1970, IlI, 2."parte, un puente entre el neoplatonismo y la forma de amor cortesano del siglo XV»,«Dimensión p.119. del humanismo en España», La época del Renacimiento, vol. dirigido por D.Hay, Barcelo- 27 Cf. elfundamental capítulo de laHistoria de las ideas estéticas en España (1884), de na, 1980, p.243. Vid.ahora A.A.Parker, ThePhilosophy oflove inSpanish Literature, Edim- Menéndez Pelayo (ed. de Santander, 1947, vol. I1),dedicado alosplatónicos del siglo XVI. burgo, 1985. 18 DIÁLOGOS DE AMOR INTRODUCCIÓN 19 tativas intelectuales. Al no poseer una originalidad muy marcada el apre- 31 el diálogo 11,no tan vaga que no contenga un eco mínimo del plátano del cio de esta obra se debe a una conjunción feliz de factores formales y de Fedro y de la recomendación de Sigonio de situar los coloquios en «rusti- contenido. capraedia». Este detalle yotros permiten alinear estos diálogos c0t;llafami- /Entre los formales importa la estructura dialogística, mucho más rígi- liaplatónica (que Sigonio distingue de la ciceroniana), y en especial con el da que la de otros diálogos renacentistas, es cierto, pero hábilmente cons- tipo dediálogos de «cognitio», alestilo de lasexplicaciones del Timeo, mo~e- truida y en todo caso acorde con las exigencias de una época entre cuyos lo de artificio expositivo a través de la relación entre un maestro y un dis- rasgos distintivos, en loliterario, secuenta eldiálogo como género ideal para cípulo. plasmar opiniones singulares, verdades particulares que suponen la ruptu- El núcleo de lo que Sigonio llama «contentio» se organiza en los Diá- ra con el sistema paradigmático del saber medieval. /. logos sobre la base de las breves preguntas de Sofía y las pormenorizadas Según los tratadistas contemporáneos, el diálogo es vehículo de la opi- respuestas de Filón, según un procedimiento al que, por otro lado, quizá no nión, de las cosas que pueden ocurrir o no, diferentes de los asertos apo- seaajena laformación judaica delautor,pero queentodo caso sepuede encua- dícticos de laciencia seencuentra amedias entre filosofía, retórica ypoe- 32; drarenlatradición platónica, continuada enalgunos aspectos por laescolástica sía, en una encrucijada ya lejana del rígido debate medieval y previa a la medieval. Pero los Diálogos no son escolástica disfrazada sino verdaderos constitución de las formas discursivas aptas para las nuevas ciencias 33. diálogos renacentistas. Aparte de que Filón alterna a veces sus exposicio- Además, diálogo y materia amorosa van de la mano, según opiniones nes con el empleo del método «obstétrico», inductivo, al modo socrático, cualificadas añadamos que la vieja tradición de los «dubbi» y «ragiona- 34; sedebe poner de relieve que los Diálogos poseen un marco muy funcional, menti amorosi» (presente en losDiálogos de amor). cuyo carácter coloquial y muy acorde con la estética renacentista, según recordaba De Ruggiero ", es evidente, sepone de moda en el ámbito de lasAcademias dominadas por Marco yexposiciones doctrinales dotan al diálogo de un doble registro, los «intelectuales nuevos» que constituyen la primera franja de receptores deamor ysobre elamor, locual determina asuvez un doble comportamiento de nuestro libro y obtendremos un diseño del ambiente literario donde se 35 de los esquemáticos personajes: Filón esprimero enamorado y luego maes- desenvolvieron los Diálogos. tro, Sofía amada y después discípula, lo que en el plano formal se traduce Confrontando su estructura con la preceptiva de Carlo Sigonio (1562) en el paso de cierta elasticidad estilística -en el marco- a la rigidez del se observa una neta falta de atención a las exigencias del «decorum» en la sistema de preguntas y respuestas. Esta duplicidad, que en general corres- «praeparatio», marco previo a la «contentio» o debate propiamente dicho. ponde aladistribución de«praeparatio» y«contentio», concilia las opiniones En efecto, no senombra el tiempo ni el lugar, salvo una pequeña alusión en dispares de los críticos sobre el carácter de los personajes, «netamente abs- tractos» para Menéndez Pelayo, simbólicos yportadores deunprograma cul- tural (según Pina Martins Filón, «amor», ama a Sofía, «sabiduría», sin lle- gar a poseerla nunca), «seres de carne y hueso y no sólo espíritus» para Esopinión de1.N.Rodrigues, «Afilosofia deLeáo Hebreu. Oamor eabeleza», Revis- 31 taportuguesa defilosofia,5(1959), páginas 349-386. Gebhardt ". 32 Para losproblemas del género, vid. 1.Lara Garrido, «Los Diálogos de lamontería de El análisis del marco de losDiálogos revela que las normas del compor- Luis Barahona de Soto como realización genérica», Analecta malacitana, II(1979), pp. 49- tamiento amoroso, uno de los temas centrales de diálogos y tratados del si- 69,asícomo 1.Ferreras, Les dialogues espagnols duXVI siécle oul'expressionlittéraire d'une nouvelle conscience, París, 1985,pp. 977-1075. Cario Sigonio, Dedialogo liberoCaroli Sigo- glo XVI, no están excluidas de este texto: mientras en aquellos se encuen- ni mutinensis opera omnia edita et inedita..,aLudovico Antonio Muratorio ...conscripta ..., tran explícitas, o ejemplificadas mediante la inserción de poemas, en los Milán, 1637, cols. 435-488, yL.Mulas, «La scrittura del dialogo. Teorie del dialogo tra Cin- Diálogos seencuentran implícitas enlas actitudes de losinterlocutores, simi- que e Seicento», Oralita escrittura nel sistema letterario, Roma, 1982, pp. 245-263. Ahora lares en algunos aspectos a la estructura actancial que se ha señalado para A. Prieto, Laprosa española del siglo XVI, Madrid, 1986, pp. 99-114. el soneto petrarquista y a las descripciones psicológicas sobre el com- Cf. M. Pozzi, op. cit., pp. X-Xl. 38, 33 «...ilparlare del\o arnore, massimamente filosofando (vagando per logran mare del\a portamiento de los amantes debidas a Ficino. 34 sua essenzia) ediinsegnarla desiderando odiparer diinsegnarla, non édisdetto ~Idi~logo», Sperone Speroni, Apologia deidialogi (1578), en Trattatisti del Cinquecento, Milán/Nápoles, 1978, alcuidado de M. Pozzi, p.698. La Critica, XXV (1927), p.396. Vid.C.Vasoli, «Le Accademie fra Cinquecento e Seicento e illoro molo nel\a storia 36 35 Respectivamente, op. cit.•pp. 13,98 Y 136. del\a tradizione encic\opedica», Universitá, Accademie eSocietá scientifiche inItalia einGer- 37 Vid.A.García Berrio, «Estatuto delpersonaje enelsoneto amoroso del Siglo deOro», mania dal Cinquecento alSettecento, ed. por Laetitia Boehm yE.Raimondi, Bolonia, 1981, 38 pp.81-117. Lexis(Lima),julio 1980.P.O.Kristel\er, Lafilosofia diMarsilio Ficino, Florencia, 1953,pp.308 Yss. r--- ---1 20 DIÁLOGOS DE AMOR INTRODUCCIÓN 21 Desde el comienzo mismo se abre el debate amoroso que constituye el pre debe preceder al uso de la 1?ráctica, ya que en los homb.r~s es la razón hilo conductor de los tres diálogos: «Filón.-El conocerte, Sofía, me pro- la que dirige el obrar. Como quiera que has dado al~Ul~anoticia del <l:mor.., duce amor y deseo. Sofía.-Filón, esos afectos que te produce el conocer- parecería que falta lo principal si faltase el conocmuento de su ongen y me, me parecen discordantes. Quizá sea lapasión lo que te hace hablar así» de sus efectos. De manera que, sin dilación, debes completar lo empeza- (p. 3). do y satisfacer el resto de mi deseo. Si, como dices, me ~mas rect.ament~, El amor y el deseo, sus semejanzas y diferencias, son objeto de la pri- debes amar más el alma que el cuerpo; luego, no me dejes amedio carm- mera discusión teórica, suscitada por Sofía; de sus palabras, con una som- no de tu alto y digno conocimiento» (p. 225). Filón, al responder, reitera bra de coquetería, sededuce que elpaso del ámbito de laconversación amo- sus obligaciones de enamorado: «Es imposible resistirse, Sofí~. Cuando rosa al de la teoría general sobre el amor sejustifica con toda naturalidad: creí haberte cerrado todas las vías de huida, huyes por un camino nuevo. «No puedo negar que el entendimiento suave y puro tiene más fuerza para Por ello, espreciso que haga lo que tú quieras. La principal razón para ello conmoverme que tu amorosa voluntad. Y,aldecir esto, no creo causarte inju- estriba en que yo soy el amante y tú la amada; tú debes darme la ley y yo ria al estimar en ti lo que más vale, ya que, si me amas como dices, debes debo cumplirla» (pp. 225-226). procurar aquietarme elentendimiento yno excitarme elapetito. Por lotanto, En eldiálogo 1,elmarco conduce sinviolencias auna especulación sobre dejando aparte todo lo demás, resuélveme mis dudas» (p. 5). la naturaleza del amor al actuar sobre la realidad. Basándose en la Etica a A su vez, la respuesta de Filón redondea la situación que desencadena Nicómaco, Filón distribuye la función del amor y el deseo en las cosas úti- el desarrollo de todo el libro: «Aunque mi razón está inclinada a hacer lo les, deleitables y honestas, según una combinatoria que liga lo deleitable y contrario, me veo obligado aacceder atu petición, acausa de la ley que los lo honesto en el amor y el deseo, y lo útil, lo deleitable y lo honesto en el vencedores amados han dictado alos esforzados yvencidos amantes» (p. 5). deseo inicial yen elamor después de laposesión, para definir elamor como No es descabellado pensar que las exposiciones teóricas de Filón están «afecto voluntario degozar con unión lacosa que hemos considerado buena» determinadas por el marco 39, puesto que responden adudas que Sofía plan- (p. 12), en una primera síntesis platóni~o-art~stotélica, donde se~nde en la tea como amada, según un modelo bien familiar alatradición literaria occi- noción de deseo la idea de la tendencia al bien. Llama la atención en esta dental, el del «service d'amOUD>impuesto por la dama al caballero deseo- tipología de los amores la gran importancia concedida a la fantasía como so de obtener sus favores, iniciado en la literatura provenzal, continuado en puente entre los sentidos internos y los exter~os, elemento capaz de ~rbar parte por los «stilnovisti» y aún en uso en las culturas cortesanas del Rena- el deseado justo medioen lo útil y en lo deleitoso, lazo entre lo sensible y cimiento, aunque alarigidez medieval haya sucedido lafórmula, aunque la lo inteligible También es notable elpredominio del amor divino, siempre 40. «situacion cortés» se haya matizado por obra del petrarquismo. honesto, cuya virtud no consiste en eljusto medio, sino en el desenfreno. Un artificio literario une marco ydebate, de modo que los asuntos prin- Deesta manera elprimer diálogo recorre una parábola que vadel amor huma- cipales de cada diálogo, la distinción entre amor y deseo (1),la universa- no al divino, para descender al plano de la conversación am~rosa, cuando lidad del amor (II) y el origen del amor (III) son abordados mediante el elamante Filón sefigura que encaman en Sofía algunas de las Ideas expues- mismo procedimiento, pues cada interrogatorio de Sofía cumple una deuda tas anteriormente. La amada conserva la clave de la prosecución del deba- de servicio amoroso. En un párrafo del diálogo III se expresa con clari- te, almantener una actitud ambigua que ha sido comparada con la de Laura dad la divergencia entre los interlocutores que justifica toda la conversa- ante su cantor". ción sobre el amor. En él entra en juego además el aspecto simbólico de Esta estructura semejante a dos anillos concéntricos (el de dentro más los nombres, a que se refería Pina Martins. Dice Sofía: «... ¿no ves tú que pedagógico, suavemente apasionado el de fuera) serepite en los diálogos II lo que yo te pido es la teoría del amor, mientras que tú me exiges la prác- y III de modo simétrico, con una armazón «abierta» (aunque el diálogo sea tica del mismo? No puedes negar que el conocimiento de la teoría siem- «cerrado» en cuanto alo doctrinal), pues sólo la satisfacción del deseo oun rechazo definitivo daría fin ala dialéctica interna de la obra. ~o hay.inconveniente, como prefiere 1.Ferreras, en que el marco constituya sólo un 39 andarnio funcIOnal alservicio de lamateria debatida, con tal que seadvierta ladiferencia de Vid.R. Klein, «L'immaginazione come veste dell'anima inMarsilio Ficino eGiorda- 40 t<?noy«comportamiento» de los personajes en elmarco yla«contentio», así como elartifi- no Bruno», Laforma e1'intelligibile, Turin, 1975, pp. 45-74 (hay trad. es~añol~). Cl? que enlaz.aambos registros enellibro [vid. lareseña de1.Ferreras aA. Soria Olmedo, Los Cf Luigi Baldacci, Ilpetrarchismo italiano nel Cinquecento, Milán/Nápoles, 1957, 41 Dzaloghl ...ctt., en Criticón, 31 (1985), pp. 165-179]. pp. 54Yss. 22 DIÁLOGOS DE AMOR INTRODUCCIÓN 23 V. LOS DIÁLOGOS DE AMOR COMO TRATADO cuya combinación da lugar atodas las formas del mundo de la generación y corrupción. . l. LA UNIVERSALIDAD DEL AMOR En un plano más general, estos amores se resumen en el que SIente la materia primera, «meretriz», por todas las formas, como respectivos hem- La c~ítica, de Mené?dez Pelayo a~ebhardt, Garin yR. Marcel ha pues- braymacho, según unatradición platónica que llega aLeón denuevo median- to de reheve 10excepcional de este hbro en el conjunto de los tratados de te la Guía deperplejos (111,8). sugénero, alcentrar ladiscusión enelalcance cósmico delamor ensamblando La tierra, teatro de los sucesivos amores de lamateria prima con los ele- l~noción de dese~ de bellez~ con la de «deseo de cosa bueda», para refe- mentos y de éstos entre sí, cuyo fruto es el conjunto de las formas natura- nrse al amor de DIOSa sus cnaturas, que es deseo del bien de ellas no del les, se une al cielo. Femenina, quieta en su centro, la tierra recibe el semen suyo. Recoge bajo un solo conjunto de relaciones el impulso «horizontal» del cielo, originado por su continuo movimiento, 10cual produce todos los de~aI?or humano y el «yertical» de Dios hacia los seres creados, porque su géneros, especies e individuos del mundo sublunar. El cielo (sigue León a objetivo es trazar elpohedro de la «filografía universal» en todas sus face- Platón yMaimónides) separece aun hombre. Sus miembros -astros ypla- t~s. Pa~aello se ~urte,demodelos procedentes de una varia tradición cuyo netas- corresponden a los del cuerpo humano. El propio hombre, como smcretismo vamas alla delaarmonía platónico-aristotélica: seresumen ade- simulacro de todo eluniverso, se emplaza en el centro del mapa de las sim- más ?e esta~ corrientes transmitidas por los árabes y hebreos medie~ales, patías 4\ en el mundo corruptible, el celeste y el angélico. El concepto de doc~nas yejemplos deastrol?~ía, exé~esis alegórica ycabalismo. León sigue microcosmos, aunque tomado deMaimónides, comparte con eldePico della cammos paralelos a los de Ficino y PICO,con quien podría establecerse un Mirandola una tradición común en muchos aspectos. Sin embargo, mien- estrecho parentesco pero en su obra quizá 10más destacable sea el carác- tras Pico acentúa la libertad potencial del hombre, León 10sitúa en un cen- 42; terdevulg~za~ión, debido entre otras cosas alaforma deexposición, simple- tro inestable, pues el intelecto y el alma humanas pueden compararse al sol mente descriptiva, de las teorías. Una razón más para abordar losDiálogos ya la luna. La luz del sol indica la luz divina, y por tanto la capacidad del tal .como se leyeron, como un coloquio renacentista, no como un tratado al entendimiento posible para fundirse con la divinidad, según nos recuerda el estilo ?e las (~~ummae» m~dievales. También bajo el prisma de la materia testimonio de quienes murieron por un beso de Dios. La inconstante luna dan la Imp~esIOnde haber SIdoestampado para elpúblico que 10acogió con representa alalma, compuesta, según Platón, de loMismo yloOtro (Timeo, calor. En CIertomodo, pueden considerarse una pequeña enciclopedia que 35 a) y según interpreta nuestro autor, de la unidad y estabilidad que da el pone al alcance de los lectores una accesible teoría erótica con sus saberes intelecto, y de la diversidad y mutación de la materia. conexos. El parangón entre elalma yla luna sedetalla en las fases yeclipses, que ~~tratar de lau~iversalidad del amor, León, basándose en nociones de significan los grados de interposición de lo material entre el alma y el inte- la~lslca, lafo;1e~af!slc~yDel alma aristotélicas, através de la Guía deper- lecto, correspondiente al amor bifurcado propio del alma: femenino hacia plejos deMaIm~n~des ,de laque toma trozos enteros, dibuja unmapa cuyos el cielo, masculino hacia la tierra. El mito del carro del Fedro y el discurso paralelos y meridianos son las distintas formas del amor que enlaza todas en El Banquete sobre la acción del amor como procreación en la belleza se las partes y elementos del universo en todas direcciones: hay amor natural someten aun orden cósmico presidido por el matrimonio entre cielo y tie- e?~re los cu~tro elementos, sus compuestos y los vegetales, hay amor sen- rra. El alma desea parir en el mundo sublunar la belleza del intelecto, con- SItIVO,propiode los animales, y amor racional y voluntario, exclusivo del cebida en el mundo angélico y participada al celeste. Cada hombre puede hombre. En ,:"Irtuddel amor natural los elementos ysus compuestos buscan escoger el abandono completo de uno de los dos mundos o mantenerse en ellu~ar propio y elreposo. Tierra, agua, aire, fuego, amor y odio son desde equilibrio. Empedocles --citado por León a través de Aristóteles- los seis factores De tejas arriba, León agota las posibilidades de la simpatía universal. En glosa de la idea pitagórica y aristotélica del cielo como animal perfecto 19 V~d.deFicino, Inco~vivium Platonis sive deamare, ed.R.Marcel, París, 1956(reprint, 42. doi:)¡;/d. ah~r~la~ra~uccIóndeRocío delaVillaArdura (Madrid, 1986)dePico d~llaMiran- . '19ehominis dignitate, Heptaplus. De ente et uno escritti vari, ed. de E.Gann, Floren- 44 Cf. E. Garin, Storia dellafilosofia italiana, Turín, 1966, pp. 598 Yss.: E. Garin, Gio- CIa, 42. vanni Pico della Mirandola, Florencia, 1937; E.Anagnine, G.Pico della Mirandola. Sincre- de V/~.Le Guide des.égarés, traducción ynotas de S.Munk, París, 1970 (reimp.), y Guía tismo religioso-filosofico. Bari, 1937; F.Rico, Elpequeño mundo del hombre. Variafortuna 43 perp ejos, ed. de DaVIdGonzalo Maeso, Madrid, 1983. de una idea en las letras españolas, Valencia, 1970.

Description:
Quizá sea la pasión lo que te hace hablar así». (p. 3). El amor y el deseo, sus semejanzas este deseo remanente no debe causar a los bienaventurados pasión por care- cer de él, ya que le es imposible al hombre cada uno de ellos como espacio de mil. * Vino, en hebreo, es «yayin», (N. del T
See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.