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Diálogo de la dignidad del hombre; Razonamientos; Ejercicios PDF

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Fernán Pérez de Oliva Diálogo de la dignidad del hombre Razonamientos Ejercicios Edición de M.1 Luisa Cerrón Puga CATEDRA LETRAS HISPANICAS Ilustración de cubierta: Leonardo da Vinci, Retrato de un músico Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el art. 534-bis del Código Penal vigente, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva autorización. © Ediciones Cátedra, S. A., 1995 Juan Ignacio Lúea de Tena, 15. 28027 Madrid Depósito legal: M. 32.559-1995 I.S.B.N.: 84-376-1370-1 Printed in Spain Impreso en Gráficas Rogar, S. A. ■ifol. Ind. Cobo Calleja. Fuenlabrada (Madrid) ■ & D H 5 0 f «1^ *^ M éViN Indice Introducción............................................................................. 9 Fernán Pérez de Oliva, retrato de un humanista.............. 11 I. Vida.................................................................................. 11 II. Obra ................................................................................. 23 La accidentada difusión de las obras de Pérez de Oliva .. 43 I. Ediciones, ampliaciones y traducciones..................... 43 II. La condena del Santo Oficio....................................... 57 Nuestra edición........................................................................ 67 I. Descripción de las fuentes............................................ 67 1. Fuentes manuscritas................................................. 67 2. Fuentes impresas ....................................................... 72 3. Traducciones.............................................................. 81 4. Ediciones antiguas.................................................... 92 II. Criterios de edición ...................................................... 94 Bibliografía................................................................................ 99 Diálogo de la dignidad del hombre. Razonamientos. Ejer­ cicios ....................................................................................... 109 I. Diálogo de la dignidad del hombre ............................ 111 II. Razonamientos............................................................... 169 Razonamiento hecho en la oposición a la cátedra de filosofía moral ............................................................ 171 Razonamiento sobre la navegación del río Guadal­ quivir ........................................................................... 188 III. Ejercicios......................................................................... 205 De las potencias del alma y del buen uso dellas............ 207 Triunfo de Cristo en Jerusalén. (Sermón para el domin­ go de ramos)............................................................... 217 De la sabiduría de Dios dada....................................... 234 Apuntes para un sermón............................................... 237 Dialogus Ínter Siliceum, Arithmeticam et Fanam.... 239 Poesías .............................................................................. 244 7 I L Introducción A mi madre, siempre i Fernán Pérez de Oliva, retrato de un humanista I. Vida La biografía de Pérez de Oliva aparece a nuestros ojos como una brillante carrera universitaria truncada a muy temprana edad; prácticamente todo lo que de él sabemos se refiere a sus estudios o a sus aspiraciones académicas, y casi todo sale del Razonamiento hecho en la oposición a la cátedra de fibsojia moral1. 1 La investigación sobre los pocos datos que de la vida de Pérez de Oli­ va se conocen ha sido la ocupación fundamental de la crítica hasta hace bien poco. Se basa toda ella en las palabras del propio Oliva, en las noti­ cias que da su sobrino Ambrosio de Morales al editar las Obras de 1586, y en las pocas lineas de Nicolás Antonio en su BibliotbecaNova, I: 386. El es­ tudio más importante al respecto es el de Atldnson (1927), «Hernán Pérez de Oliva. A biographical and critical study», que sintetiza y renueva las aportaciones de Alonso Cortés (1925), «Datos acerca de varios maestros salmantinos. I. El Maestro Hernán Pérez de Oliva»,y de Espinosa Maeso (1926), «El Maestro Fernán Pérez de Oliva, en Salamanca». A estos estu­ dios habían precedido las investigaciones de Rezabal y Ligarte, Biblioteca de los escritores que han sido individuos de seis Colegios Mayores, Madrid, Sancha, 1805: 239-248; y de Esperabé Arteaga (1917), Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca, II: 18-20. Menéndez Pelayo, en «Páginas de un libro inédito. Pérez de Oliva. (El Maestro Fernán)» (1875), resume todo lo conocido hasta su momento sobre el autor. Interesantes son los estu­ dios de Henríquez Ureña (1914), «El Renacimiento en España: el maestro Hernán Pérez de Oliva», y (1967) «Hernán Pérez de Oliva», en Plenitud de España. Estudios de Historia de la cultura. Los estudios más recientes al res- 11 Nació hacia 1494 en Córdoba; su padre, que era un hom­ bre culto* 2, se ocupó de su enseñanza hasta que tuvo catorce años y le envió a Salamanca a estudiar. En esta universidad estuvo tres años, y pasó luego a la recién estrenada Complu­ tense, en donde permaneció por espacio de un año. Inmediatamente después, en 1512, se fue a París, a la Sor- bona, donde fue discípulo de Martínez Silíceo; tres años más tarde, un tío suyo que estaba al servicio de León X (el papa Médicis), lo llevó consigo a Roma. La muerte de su tío, acaecida en 1518, le obliga a regresar a España3, pero muy pronto volvemos a encontrarle en Pa­ rís «do leí tres años diversas leciones entre ellas las Éticas de Aristóteles»4. Durante este tiempo recibe una pensión del Papa Adriano VI y, desfavorecido otra vez por la fortuna, a la muerte de éste tiene que volver, definitivamente ya, a su patria. Estamos en 1524. Reside en Córdoba hasta 1526, en que es llamado por la universidad salmantina para ejercer como sustituto del Maestro Margallo y de Martínez Silíceo. En 1529 es elegido Rector y en 1530 aspira a la cátedra de Filosofía Moral, oca­ sión para la que escribe el citado Razonamiento; en la oposi­ ción es derrotado por fray Alonso de Córdoba, antiguo pro­ fesor suyo. Un mes más tarde gana la cátedra de Durando. En los últimos años de su vida, le encontramos colabo­ rando estrechamente con los colegios del Arzobispo Fonse- ca (es colegial fundador y hasta Rector de uno de ellos), y pecto son los prólogos que G. Geoige Peale pone a sus ediciones del Teatro (1976) y del Razonamiento sobre la navegación dd Guadalquivir (1987: 9-24); y el estudio de José Luis Fuertes Herreros: «Pérez de Oliva: reconstrucción biográfica», en la edición conjunta de la Cosmografía nueva, (1985:27-68). 2 Había escrito una obra geográfica titulada La imagen del mundo. «Quod ineditum mansit, forte iam deperdítum» (ApudN. Antonio, I: 386). 3 El camino de vuelta lo hace deteniéndose en algunas ciudades italia­ nas: para Pérez de Oliva el viajar era una experiencia intelectual tan nece­ saria como el estudio. Así lo declara en el citado Razonamiento. 4 Razonamiento de oposición, pág. 176. Se trata, no obstante las exagera­ ciones de algunos críticos, de una ayudantía o cargo similar, pues no fi­ gura en el Registrum Nominatorum de la Sorbona (años 1518-1525). Para más datos sobre la biografía del autor, véanse las notas al texto corres­ pondientes. 12 tropezamos con el único dato de su vida que escapa a la tra­ yectoria universitaria: por unos pleitos a causa de un testa­ mento del que Pérez de Oliva había sido nombrado alba- cea, sufre cárcel durante unos días. Muere prematuramente el 3 de agosto de 1531, en Medina del Campo. Hasta aquí, los datos escuetos de lo que sobre su vida sa­ bemos. Veamos ahora la interpretación de los mismos. En el Razonamiento por él leído en marzo de 1530, con motivo de su fallida oposición a la cátedra salmantina de filosofía moral, Pérez de Oliva traza un detallado curriculum vitae que, aunque inútil para convencer al tribunal que había de juzgarle, es un excepcional testimonio de la formación y as- E¿raciones culturales de uno de nuestros más conspicuos umanistas. Su retrato, trazado como quien se mira en el espejo de un filósofo ideal, busca el concierto entre saberes científicos, elocuencia y experiencia de vida virtuosa, devol­ viéndonos una imagen que, ya en su momento, Ambrosio de Morales y Cristóbal cíe Villalón5 no dudaron en caracte­ rizar como la del perfecto rhetor. Muy otra es, sin embargo, la interpretación recientemente ofrecida por J. L. Fuertes Herreros y por el grupo de profesores salmantinos que, ex­ humando unos textos latinos de carácter científico no in­ cluidos por Morales en las Obras de su tío, resaltan su con­ dición de filósofo nominalista y de cosmógrafo, minimi­ zando su profesión de letrado. Esta inédita y polémica perspectiva6 invita tanto a repensar la figura intelectual de Pérez de Oliva como su función pública, pues de ella se concluye que la calificación de humanista se le aplica sólo 5 Morales en su edición de 1586; Villalón en el retrato que del Maestro hace en El Scholastico, donde Pérez de Oliva resulta ser encamación viva de las virtudes morales, intelectuales y académicas. 6 Según Fuertes Herreros (1985:32), Morales presentaba a Oliva desde un ángulo sesgado: «canónico, muy en consonancia con las polémicas e intereses propios del momento, situándose en una actitud letrada oficial que pretendía del ejercicio de las letras en el entramado administrativo, po­ lítico y religioso, más beneficios, honra y fama, que el podía provenir del cultivo y desarrollo de la ciencia, dentro de la jerarquía de valores del Im­ perio». 13 en virtud de lo que de científico hubo en su actividad, o sea, la enseñanza de las materias contenidas en los textos latinos ahora publicados —unos apuntes probablemente emplea­ dos en sus sustituciones del Maestro Silíceo entre 1526 y 15277—, y su participación en las tareas de remodelación arquitectónica, estatutaria y académica de la Universidad de Salamanca8. La cuestión exige una elucidación o acuerdo previo sobre qué sea un humanista —ese sayo pardo bajo el que crece de todo y todo bueno por definición. Empecemos por estable­ 7 De entre los textos destaca la Cosmografía nueva, un tratado tolemaico muy interesante pero cuya exagerada iluminación podría desenfocar, agi­ gantándola, la imagen que del Mundo —del Viejo y del Nuevo— tuvo nuestro autor. C. FÍórez Miguel (1985:20-22) señala que el punto más im­ portante de la obra es la aceptación del paradigma de esfericidad de la tie rra, lo que es novedoso para las fechas que corren (1526 ó 1527), y resalta su modernidad por la importancia que concede a la experiencia y la conjetu­ ra. Sin embargo hay un paso al principio del libro II, «De los descubri­ mientos de los antiguos y los modernos» que parece contradecirlo pues no queda claro quién le merece más crédito a Oliva, si lo leído o lo visto: «Así pues, aun reconociendo sus propios méritos a unos y otros, en modo algu­ no confundiremos los hallazgos de la antigüedad con los descubrimientos de los modernos, aunque aquellos nos han sido transmitidos con la preci­ sión del arte, estos, en cambio, sólo por conjetura de la posición (cum sint illa ex arte tradita, bec tamen modoposiüonis coniectura)» (1985:142-143). La Cosmografía sería conveniente analizarla a la luz de las «notas» prescritas por F. Rico acerca de la geografía humanista en España: «El nuevo mundo de Nebrija y Colón. Notas sobre la geografía humanística en España y el contexto intelectual del Descubrimiento de América», en Nebrija y la intro­ ducción del Renacimiento en España (III Academia Literaria Renacentista), Sala­ manca, 1983, págs. 157-185; (y su versión italiana de 1984). 8 Vid. al respecto Fuertes Herreros (1985: 50-52). En cuanto a los textos, C. FIórez Miguel y P. García Castillo (1983) editan su De natura lucís etlu- minis-, y con J.L. Fuertes Herreros y L. Sandoval Ramón (1985) la Cosmo­ grafía nueva, que incluye el De magnete líber unus. Todos ellos, además de una Perspectiva pendiente de publicación, los encuentran en el Ms. e. II. 15 de la Biblioteca del Escorial (Cfr. infra la descripción del mismo). Menén- dez Pelayo comentado de pasada estos textos en La Ciencia Española, en Obras Completas 58-60, Madrid, CSIC, 1953 (I: 44, 48, 105, 209; II: 421; III: 65, 89). El De Magnete había sido exageradamente loado por Cayetano Alberto de la Barrera en «El Maestro Fernán Pérez de Oliva, sabio cordo­ bés, inició en el primer tercio del siglo XVI el descubrimiento de la Tele­ grafía electro-magnética», Rev. de Ciencia, Literaturay Artes, 5 (1859), pági­ nas 348-350. 14

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