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DIABLO Y POSESION DIABOLICA PDF

111 Pages·2011·0.616 MB·Spanish
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DIABLO Y POSESION DIABOLICA CARLOS ARBOLEDA MORA (dir). UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA FACULTAD DE TEOLOGIA. MEDELLIN- COLOMBIA 2005 1 PRESENTACION En los últimos años, ha renacido el interés por el diablo. Quizás por influjo de la posmodernidad, vuelven los fantasmas del pasado. La búsqueda de lo sobrenatural lleva a que se mire también a lo morboso, lo fantástico, lo irracional, lo patológico y lo desviante. En épocas de racionalismo calculante, también se hacen presentes el irracionalismo y la emotividad sea como resistencia al frío racionalismo o como búsqueda de otras alternativas para la humanidad . El diablo es uno de esos elementos que hoy hacen parte del cine, la música, el arte, la vida cotidiana, la religión... Sea como compañero de viaje, como enemigo, como objeto de adoración, como inspirador, el diablo está presente en el momento actual de la cultura. Son variadas las formas de su presencia: posesión diabólica, sectas satánicas, brujería, el carnaval. El Grupo de investigación Religión y cultura de la Universidad Pontificia Bolivariana ha venido acercándose a este fenómeno con el fin de tener una visión más objetiva y seria que permita un análisis de la cultura en este aspecto. Con este fin, filósofos, siquiatras, teólogos, historiadores... vienen trabajando para aportar elementos teóricos y críticos a la comprensión del nuevo satanismo de los siglos XX y XXI. Con la colaboración de Colciencias y de la UPB, se han realizado estas búsquedas. En este texto se presentan algunos resultados que, más que conclusiones, son aperturas a nuevas indagaciones y llamados a proponer nuevas interpretaciones. Es un fenómeno muy vasto pues implica las posesiones diabólicas, los grupos juveniles satanistas (o pseudosatanistas), la brujería, la música rock, los nuevos movimientos religiosos satánicos, etc. Y cada uno tiene sus propias características ideológicas, culturales y regionales. De ahí que haya que seguir mirando el fenómeno atreviéndose a formular conceptos hermenéuticos y aún, formas de enfocar su manejo socio-cultural. Carlos Arboleda Mora Director Grupo Religión y Cultura. UPB. 2005. TABLA DE CONTENIDO TEOLOGÍA, CIENCIA Y POSESIÓN DIABÓLICA C A ARLOS RBOLEDA 2 O T RLANDO AMAYO EL DEMONIO: SU NATURALEZA Y ESENCIA G S P ONZALO OTO OSADA 1. ASPECTOS BÍBLICOS Y PASTORALES DE LA LLAMADA “POSESIÓN DIABÓLICA”. G L Z UILLERMO EÓN ULETA ASPECTOS SOCIOCULTURALES DE LA POSESION L E U IGIA UGENIA RIBE O T RLANDO AMAYO 2. “TRASTORNO DE TRANCE Y POSESIÓN VS POSESIÓN DIABÓLICA EN EL ÁREA METROPOLITANA DE MEDELLÍN”. C A . ARLOS RBOLEDA EL PENSAMIENTO ACTUAL DE LA IGLESIA CATOLICA SOBRE EL EXORCISMO C A ARLOS RBOLEDA 3. EL SATANISMO COMO EXPRESION DE LA PRECARIEDAD DE LA SOCIEDAD. Carlos Arboleda Mora. 3 TEOLOGÍA, CIENCIA Y POSESIÓN DIABÓLICA * CARLOS ARBOLEDA * ORLANDO TAMAYO Se puede deducir que la posesión es tan antigua como el hombre, así lo muestra la pintura mural de la cueva de Lascaux donde se representa un chaman practicando un hechizo para la caza y lo importante de esta pintura para el caso es la “Posesión” del animal a través del uso de su cornamenta. Aunque queda entendido que el ritual es hacia la supervivencia, sí llama la atención la existencia en la mente primitiva de la posibilidad de posesión. Esto sucedía hacia el año 25.000 A. C1. La enfermedad se concebía con frecuencia como “Posesión demoníaca” o de los espíritus de los muertos, que atrapaban y ataban a las personas. De esta manera el demonio Utuku, era el responsable de la Epilepsia; el demonio Lamasu un ser alado, era el responsable de la muerte perinatal de la madre y el hijo (al chuparle a éste último la sangre). La ira de los dioses se tenía que aplacar con oraciones, agasajar con ofrendas y destruir una figura representativa. La siquiatría ha sido una de las últimas especialidades que se han incorporado al campo general de la medicina. Esto se ha logrado desde hace aproximadamente unos 170 años. Antes de ésto, las enfermedades mentales se encontraban en el terreno de la filosofía, y mucho antes, desde la época primitiva hasta la Edad Media, el enfermo mental era ignorado, o tratado por medio de castigos o exorcizado. Desde  Sociólogo de la Universidad Gregoriana de Roma. Master en historia de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. Actualmente es profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana. Director del Grupo de Investigación “Religión y Cultura” de la misma Universidad. Director del Secretariado de Ecumenismo de la Arquidiócesis de Medellín. Ha publicado Adolescentes y Satanismo, Secum, Medellín 1999; El pluralismo religioso en Colombia, Secum, Medellín 1999; El politeísmo católico, UPB, Medellín 2001; además de numerosos artículos en diversas revistas. * Médico cirujano de la Universidad de Antioquia. Especialista en Psiquiatría de la misma Universidad. Profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana. Entre otros ha publicado: Cocaina. Project Initiative on cocaine. Key informan study. Colombia Bulletin of World Health Organization. Consolidated International Report l994; Generalidades sobre farmacodependencia. Documento para programa de prevención en salud mental. Servicio Seccional de salud de Antioquia, Medellín l998. 1 MAUL, STEFAN; WESTENDORF, WOLFHART: Primeras teorías médicas: entre la magia y la razón. En “Crónica de la Medicina”, n. 1, Plaza Janes, Barcelona 1993, 16. 4 que se tiene noticia de las primeras creencias de los hombres primitivos, ha sido común encontrar en las diversas culturas, la certeza de que las enfermedades mentales (y muchas otras enfermedades) eran enviadas por los dioses. Además toda clase de desgracias eran atribuidas a acciones del diablo. También era común en las culturas primitivas de que, para el tratamiento, era necesaria la liberación de poderes divinos, uso de artes mágicas y especialmente el poder atribuido a la pronunciación de determinadas palabras, fenómeno que parece ser común a todas las religiones del mundo, ya sea en forma de gritos, encantamientos, órdenes a los espíritus para que abandonen al pacientes, exorcismos o plegarias a través de fórmulas penitenciales por las que se solicita el perdón a la divinidad ofendida. A menudo, estas palabras van acompañadas de movimientos como imposición de manos, gestos y danzas rituales realizadas por el chamán. Así mismo, en plan preventivo, se han utilizado objetos mágicos, amuletos, talismanes que simbolizan el poder, y fetiches que representan a la deidad protectora. Todos estos recursos evidencian el concepto de la enfermedad atribuida a fuerzas externas, con explicaciones simples de causa y efecto, que implícitamente desconocen las posibilidades de causas internas de tipo bio-sicológico o externas de tipo social. Sin embargo, no podemos desconocer en algunas de estas formas primitivas del manejo de la enfermedad, el fundamento de algunos recursos terapéuticos actualmente utilizados por la siquiatría como la sicoterapia y la hipnosis. Entre el 2000 y 1001 A.C. se intentó a través de la demonología explicar la causa de las enfermedades y sus síntomas, modelo desarrollado y sistematizado en Mesopotamia pero difundido popularmente en todo el mundo. Entre el año 1500 – 1050 AC para la medicina oriental, la enfermedad se considera castigo enviado de antepasados o encantamiento de seres malvados. Un general rebelde Chang Hsiu sostiene, hacia el año 2200 A.C., que la enfermedad es un castigo legítimo, por el mal comportamiento del enfermo. Se originan también los ritos en masa y las conversiones. Sacerdotes especiales, designados por el símbolo WU, actuaban como exorcistas y llevaban a cabo ceremonias especialmente dirigidas a hacer propicios los ancestros. En la cultura del Valle del Indo, se hallan amuletos en las excavaciones lo que permite deducir que medios de curación y prevención mágica eran los más usuales. Con la colonización por los indoeuropeos arios, se impone el tipo de medicina basado en la demonología. Bajo este concepto, la demonología atribuye cualquier cambio del cuerpo sin causa exterior reconocible, a la intervención de seres sobrenaturales demonios o espíritus, de tal manera que la única manera para evitar estos procesos era mediante el cumplimiento de las reglas sociales y leyes religiosas. Cuando alguien estaba poseído por el demonio se le consideraba impuro además de contagioso. El espíritu protector se había retirado. En esta misma cultura se conocían diferentes maneras para hacer salir los demonios y ahuyentarlos alejándolos de la casa mediante rituales. Los conjuradores moldeaban en arcilla las figuras de los demonios y a ellas les hacían ofrendas de alimentos y otras cosas. Luego estas figuras eran juzgadas por el dios sol y el Shamash (dios de la Justicia), se destruían y enterraban sus restos. Para esta cultura existían el demonio Asakku, o también Pazuzu, que ocasionaba fiebre y enflaquecimiento, y el Ahhazu se manifestaba a través de enfermedades del hígado. 5 En la cultura india, para los vedas en su Atharva-veda (700 A. C.), el origen de las enfermedades se consideraba igualmente un castigo divino provocado por espíritus malignos, Takman es el dios responsable de la fiebre. La manera de alejar estas enfermedades era mediante oraciones, conjuros y amuletos. En la Biblia hacia el año 1060 A. C., se menciona la peste de los filisteos como un castigo de Dios por haber saqueado el templo y el Arca de la Alianza: “Y la mano del Señor cayó en desgracia sobre la gente de Asdod y sus valles con la peste” Grecia y Roma La creencia popular era que las alteraciones mentales estaban originadas en causas sobrenaturales. Se consideraba que las personas que las sufrían estaban bajo la posesión de espíritus malignos personificados en las diosas Manía y Lisa2. Pero allí, en Grecia se tuvo una visión positiva de la posesión. - -Dionisio tomaba posesión de sus bacantes. - -Apolo poseía a las pitonisas de Delfos. Estas posesiones se daban para actividades religiosas extraordinarias. Era una invocación (eporcizein) del poder divino para anunciar la voluntad de los dioses. Pero también hubo un acercamiento científico al caso de los poseídos.En el siglo V A.C., Hipócrates de Cos (hacia el 460 A. C.) dijo que la locura era una simple enfermedad del cerebro dando origen a un tratamiento misericordioso de los afectados. Estas mismas enseñanzas fueron asumidas por sus hijos Dracón y Tesalos y su yerno Polibio. En su introducción a su tratado de la epilepsia, Hipócrates afirma :” Yo no creo que esta enfermedad llamada sagrada, sea más divina o sagrada que cualquiera otra enfermedad. Sin embargo, ha sido considerada así por aquellos que siendo humanos, la observan con ignorancia o sorpresa”3. Veamos una rápida panorámica: - Siglo I A.C.: Areteo continúa las enseñanzas de Hipócrates. - Siglo I D.C.: Sorano (Soranus) continúa las enseñanzas de Hipócrates y Areteo, Galeno por su parte insiste en el tratamiento humano de los “Insanos”. - Siglo II D.C.: Artemidoro de Daladis, se dedica a la interpretación de los sueños al igual que las visiones y los oráculos. - Siglo III D.C.: Celius Aurelianus dice que la locura es enfermedad cerebral y su tratamiento debe ser gentil y tierno. - Siglo VI D.C.: Alejandro de Tralles da las indicaciones para el tratamiento de la melancolía. 2 MORA, G. Tendencias históricas y teóricas en siquiatría. En FREEDMAN, A.M,; KAPLAN, H.I. Tratado de siquiatría, Salvat Editores, l982. 3 Ibid., 17. 6 - Siglo VII D.C.: Paul de Aegina insiste en la necesidad de un tratamiento suave. Al declinar el imperio romano, reaparecieron la demonología y el exorcismo como posibilidades terapéuticas persistiendo hasta la llamada Era Moderna4. Durante esta época oscurantista sobresale Francis Bacon quien reconoce las funciones de la mente como importantes en el orden natural del universo. En la época moderna hacen su aparición Chiaruggi en Italia (1759-1820), Philippe Pinel en Francia (1745-1826), Daniel Tuke en Inglaterra (1827-1895) y Dorothea Dix en Estados Unidos (1802- 1887), los cuales, en general, promovieron la eliminación de las cadenas y los castigos en el tratamiento de los enfermos mentales y mejoraron su cuidado, llegando a proponer hospitales mentales de puertas abiertas. Otras culturas En la literatura sagrada de los orientales se extendió la idea del influjo diabólico en las enfermedades mentales En las tabletas de la Mitologia de Asiria, se explica cómo expulsar los malos espíritus que causan la enfermedad. La teología persa fue más explícita (por su concepción dualista). De estas culturas se nutrió el pueblo de Israel. Así el caso de “melancolía” de Saúl, es interpretado como causado por un espíritu malo, lo que actualmente se diagnosticaría como un trastorno afectivo bipolar. Otras enfermedades mentales originadas por espíritus son descritas en el Talmud (epilepsia) y suicidios. En el mundo islámico, se creía en los “Djins” que fueron según la creencia, los primeros habitantes del planeta. Como eran hechos de fuego, eran peligrosos, inquietos apasionados y movedizos como la llama. También se convertían fácilmente en seres de diferente apariencia, dragones, monstruos y sí muy malos, en Shayatin (plural de Shaytan) es decir, en demonios. Estos se mostraban como los seres más violentos y agitados, podían tener descendencia (pues tenían los dos sexos). Están al servicio de Alá y son los más grandes enemigos del hombre. Los Djins son causantes de la inspiración, el trance y de ciertas posesiones. Los poetas tienen un djin a su servicio. Iglesia Católica En la iglesia católica la posesión fue siempre considerada como efecto del espíritu del mal. Por eso desde Lucas comienza a usarse el verbo Exorcisein (conjurar a salir) Y en los primeros Padres de la Iglesia, se referían al poder de expulsar los diablos como prueba del origen divino de la religión cristiana. Generalmente en la Iglesia, del siglo I a la Edad media, se consideraban como posesiones las enfermedades no explicables por la ciencia de su tiempo (epilepsia, perturbación mental, neurosis, sonambulismo...): 4 NOYES, A.P; KOLB, L.C. Siquiatría clínica moderna. La prensa médica mexicana, México l966. 7 - Justino (+1659): Estas personas son “energúmenos” (es otro el que actúa en la persona posesa). - Clemente de Alejandría (+215): el demonio habla a través del poseso. - Minucio Felix (200): Para salir el demonio se debe decir su nombre. - Orígenes (185-254): elabora las categorías: Hay posesión total (sobre la razón, los sentidos y el comportamiento) y posesión parcial (sólo sobre el comportamiento). - Zenón de Verona (S IV) considera que los criterios para identificar el poseso son: deformación del rostro, girar de ojos y espumarajos, aullidos y llantos. - San Agustín (350-430) enseña la importancia de la introspección para el conocimiento del siquismo humano e hizo otros aportes importantes a la sicología5. - Casiano (360-430) dice que el aire está lleno de demonios. Se acentúa en esta época la opinión neoplatónica de los espíritus radicados en el aire elemental. El aire oscuro y caliginoso evoca la imagen de las tinieblas y de figuras espantosas. Casiano recomendaba recibir la eucaristía como remedio contra la posesión. En esto está de acuerdo con el Concilio de Orange (446) que recomienda la comunión a los posesos, pero en contra del Concilio de Elvira (306) que excluía a los energúmenos de la Eucaristía y del Sínodo de Ancyra (314) que los expulsaba de la Iglesia. Se perfilan así dos tendencias en el tratamiento de los posesos: una que sugería misericordia y ternura, y otra que recurría a los tratamientos duros y al exorcismo. Entre los que sugerían la misericordia están Nemesio de Emesa (s. IV), Código Lombardo (s. VII), Agobardo de Lyons (s. VIII), Regino abad de Prum (s. X). Entre los que estaban por la severidad tenemos a Michel Psellus (s. XII) que afirmaba que los demonios al tener cuerpos fríos, buscaban cuerpos calientes de hombres o de bestias para poseerlos. Guillermo de Auvernia (+1200) distingue entre enfermedades curables por el médico y la posesión curable por el exorcista. La máxima expresión de la enfermedad mental como consecuencia de la obra de los espíritus o de los demonios, se encuentra en la obra de Jakob Spranger y Heinrich Kräemer llamada el Martillo de las brujas o “Malleus maleficarum” (1487- 1489). Estos dominicos alemanes habían sido encargados por Bula del Papa Inocencio VIII, de realizar las tareas necesarias para identificar, castigar y exterminar a las brujas6. Juan Luis Vives, considerado el fundador de la sicología moderna, nació en Valencia España (1492-1540), en su libro “De anima et vita”, refuta el contenido del Malleus Maleficarum y califica a las denominadas brujas como enfermas. 5 DE LA ROCHE, E.A. Lecciones de historia de la siquiatría, Edición Laboratorio Synthélabo, Colombia l999. 6 DE LA ROCHE, E.A. o. c., BUSTAMANTE, J.A.; SANTA CRUZ, A. Siquiatría transcultural, Editorial científico-técnica, La Habana l975. 8 Posteriormente Johannes Weyer (1515-1588), en su obra “De prestigiis daemonum”, reafirma el criterio de enfermedad en las manifestaciones evidenciadas en las llamadas brujas. Paracelso (1493-1541), dentro de los muchos temas que le ocuparon, escribió la obra “Sobre las enfermedades que alteran la razón”. Para él, la enfermedad mental no es consecuencia de posesión demoníaca, sino que está producida por causas naturales y su tratamiento debe estar en manos del médico, opinión claramente avanzada para el espíritu de la época7. La Reforma Protestante La Reforma protestante aceptó básicamente las tesis sobre la brujería y la posesión diabólica. Lutero creía que sus enfermedades y sueños eran cosa del demonio. Las moscas que no lo dejaban leer y las ratas que perturbaban su sueño, eran demonios. La enfermedad mental era causada por el diablo y él mismo exorcizó a varios individuos. Una idea característica suya es interpretar el descenso de Cristo a los infiernos como una lucha cuerpo a cuerpo entre Cristo y Satán para conquistar a éste. Calvino también creía en las molestias directas de Satanás a los creyentes. Comienzo de una visión científica Prácticamente hasta el siglo XVI, la posesión diabólica fue asunto de la teología. En 1541, a partir de Paracelso, la medicina comienza a desconfiar de la posesión diabólica. En 1787, en Hodden Bridge, Lancaster, un médico aplicó choques eléctricos a unas muchachas con convulsiones. En l80l en el hospital Charite de Berlín se trató con opio a otras convulsionarias. Ya Pinel (1745-1826) había dicho que la posesión y el exorcismo eran simples patrañas8. En el siglo XIX, Charcot y Richer (Les demoniaques dans l`art. Paris, l887) compararon los síntomas de la posesión diabólica con los de la histeria9. J. de Tonquedec10, afirma que la Iglesia nunca ha exigido que se crea en la existencia de posesiones diabólicas pues no es una verdad revelada. Charcot (1825-1893) distingue en la gran histeria cuatro fases (epileptoide, grandes movimientos, alucinatoria, delirio final) que coinciden con los síntomas de posesión como arrebatos, rigidez, excitación motriz, convulsiones, parálisis, anestesia, conducta intrigante, y que se presenta en personas lábiles, sicópatas, con estancamientos en estados infantiles. W, Th. Winkler (Die hysterische fenhlhaltung. Munich, l958) indica así mismo que los rasgos del histérico (sugestionabilidad, refugio en la enfermedad, búsqueda de compasión y cuidados, dependencia de los espectadores) son parecidos a los que presenta la sintomatología del poseso. 7 DE LA ROCHE, E.A. o. c. 8 Cf. E.H. Ackernecht. Kurze Geschichte der Psyquiatrie, Stuttgart l957, 42ss. 9 Cf. RICHER, P. Etudes cliniques sur la grande hysterie ou hystero epilepse, París, l885. 10 TONQUEDEC DE J. Les maladies nerveuses ou mentales et les manifestations diaboliques, París, l938. 9 Pierre Janet (1859-1947) fue un investigador infatigable de los fenómenos presentes en la llamada neurosis histérica disociativa. Bajo la protección de Charcot en la Salpetrière de París, estudió muchos pacientes que sufrían lo que él denominó “disociación”, para considerar ciertos estados de la conciencia que se expresaban clínicamente como personalidades alternantes, fugas, anestesias y otros fenómenos histéricos. Escribió “L`automatisme Psychologique” (1907) y “Etat mental des Hystèriques” (1896), en los cuales describió y clasificó estos síntomas en forma no igualada hasta el presente11. S. Freud (1856-1939)12 analizando un caso de posesión diabólica, indica que el diablo es el sustituto inconsciente de ciertos aspectos de la personalidad paterna que inspira, en el neurótico, sentimientos inconscientes de carácter ambivalente. Se puede amar y odiar a una persona y, en este caso, el padre sería la imagen tanto de Dios como del diablo. La iglesia católica sigue aceptando lo dicho por el Ritual Romano de 1614 acerca de los signos de la posesión diabólica: glosolalia, criptognosis, fuerza descomunal y aversión a lo religioso. En el nuevo ritual de exorcismos (22 de Noviembre de l998) se acepta la realidad de la posesión diabólica pero atendiendo primero a los dictámenes médicos y sicológicos. Las posturas teológicas entre los cristianos hoy son: - Los teólogos evangélicos liberales toman distancia crítica. - Los teólogos católicos aceptan la doctrina oficial de la iglesia pero con la mediación de la medicina y la sicología. Aunque algunos remiten todos los casos a la siquiatría y niegan la posibilidad de la posesión diabólica. - Los teólogos de los grupos carismáticos y pentecostales (tanto católicos como protestantes) son acríticos. La siquiatría transcultural, por su parte, afirma que el presupuesto de la posesión diabólica es la creencia en el diablo propia de una cultura. Por eso no hay ateos posesos en cuanto no tengan una raíz cultural religiosa. Hay culturas en que la posesión es algo cultural y religioso (por ejemplo, santería, culto zar, chamanismo...). Y es una enfermedad histórica pues se presenta en tiempos y culturas concretas. Desde el punto de vista de la siquiatría clínica, los fenómenos histéricos y disociativos, habían perdido interés desde el comienzo del siglo XX y posteriormente a los estudios de Charcot, Janet y Freud. Pocos casos aparecen descritos en la literatura. Pero en los últimos años, ha vuelto el interés al aumentar los casos de posesión, trance y al renacer, en los medios religiosos, la demonología. En las clasificaciones de enfermedades siquiátricas aparecidas antes de las primeras décadas del presente siglo, las alteraciones sicógenas de la memoria y de la conciencia, se consideraban como parte de las denominadas histerias. Con la 11 NOYES, A.P; KOLB, L.C. Siquiatría clínica moderna. La prensa médica mexicana, México l966. 12 FREUD, S. Una neurosis demoníaca en el siglo XVII (1923 ((1922)). Obras completas, v. XIX, Amorrortu Editores, Buenos Aires l996, 67-106. 10

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