Description:Era dulce y bonita, largos cabellos dorados. No tendría más allá de los veinte años. —¿Es usted Stuart Douglas, el detective privado? —me preguntó con una voz casi angelical. Le dije que sí y me hice a un lado para franquearle el paso al interior de mi oficina. Una vez nos acomodamos en mi despacho, con la luz del mediodía entrando a chorros por el amplio ventanal que daba al Lincoln Park, ella dijo: —Estoy preocupada por Amos.