Description:Jacques ignoraba lo que había ocurrido en el exterior. Sólo sabía que André no fue a relevarle. La luz se había apagado mucho antes; también se había acabado el agua, aunque al abrir el grifo, para llenar un vaso de papel, un chorro de vapor enrojeció sus manos. Atónito ante aquel hecho extraño, Jacques había cerrado rápidamente el grifo y luego se lamió instintivamente la mano. Tocó el grifo y notó que estaba caliente. Pensó en el teléfono. En la central debían estar informados del fenómeno. ¿Por qué, en vez de agua, salía vapor por la tubería del alimentador subterráneo? Jacques Binger había aceptado aquel trabajo, solitario y aislado, bajo el suelo de París, a más de dos mil metros de profundidad, debido a su carácter poco sociable. Le asqueaba lo que consideraba estupidez de la gente. Y permanecer en aquel lugar, enterrado en vida durante siete horas del día, le alejaba del mundo, del ruido, de la necedad humana.