Alanna Gibbs ha conseguido huir de sus secuestradores, volver a casa y despedirse de su mejor amiga ante una tumba vacía. Llena de ira y de presión, acepta el trato que le ofrece su padrastro Ronald; Encontrar a su padre y recuperar el dinero que éste le robó al verdadero Vikram. Pero ella no podrá llegar hasta Gael sola, necesitará la ayuda de las personas que la alejaron de su vida cotidiana durante meses.
Bloody no está dispuesto a caer una vez más ante las promesas de un nuevo mafioso que insiste que es el verdadero Vikram, pero tampoco tiene pensando en pasar toda su vida en prisión. Buscará a su viejo jefe en México, siempre y cuando el supuesto Vikram acceda a ayudarlo en un par de problemas que tiene pendientes y no lo dejan dormir por las noches.
Bloody no asume tener que reunirse con la chica que lo volvió loco. Aún así, intentará acercarse a Alanna incluso cuando ella está junto a su nuevo novio, Raymond, el cual no tardó en aparecer en la vida de ambos.
¿Podrán admitir que se desean por encima de todos los problemas que causó Gael y Shana? O, ¿Alanna seguirá sintiéndose traicionada por la persona que la secuestró y la deseó sin darse cuenta?