Description:Los tanques soviéticos, seguidos de la infantería, estaban entrando en la ciudad. Al otro lado del Vístula habían estado ondeando las banderas rusas durante varios meses, pero ahora ondeaban ya en el interior de la capital.La destruida y heroica Varsovia era como un inmenso cementerio donde montañas de cadáveres se pudrían y eran devorados por las ratas. Aquellas montañas de cadáveres estaban formadas en su mayor parte por soldados del derrotado ejército alemán. En vano las últimas divisiones de «panzers» intentaban detener el avance ruso. Como una marea que lo arrolla todo, los ejércitos soviéticos aplastaban lo que se interponía a su paso. Su artillería, disparando a cero, hacía saltar en pedazos el suelo y a los alemanes que estaban aferrados a él. Si alguno quedaba vivo, lo trituraban los tanques. Los pequeños núcleos de resistencia eran deshechos por la infantería. Y a los que, después de tantas pruebas, aún podían sostenerse sobre sus pies, los perseguía a sable desnudo la salvaje caballería de los cosacos, que había pisoteado ya miles y miles de cadáveres desde Stalingrado, en su arrollador galope a través de Ucrania.