Ft SIDADAUTON”- flFPf ‘ UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID FACULTAD DE FILosoFÍA Y LETRAS DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA EsPAÑoL SISTEMA POÉTICO YTRADICIÓNESTÉTICe4 ENL4 OBRA DE ALEJANDRA PIZARNIK TESIS DoCToiL DIRECTOR: DR. TEODOSIO FERNÁNDEZ RODRíGUEZ CATEDRÁTICO DE LITERATURA HISPM.JOAMERICANA DOCTORANDO: MARIA CAROLINA DEPETruS LES TÜO YH n.iai nii FEGSTRO GENERAL ENTRADA -2001- 2k ÍNDICE AGRADECIMIENTOS Ç7) Y, ENTRE TODOS, NARCISO (PRÓLOGO) (9) INTRODUCCIÓN (13) 1. El espejo de la búsqueda (17) II. La literatura crítica sobre la obra de Alejandra Pizarnik (22) a) La literatura crítica desde la publicación de Árbol de Diana (1962) hasta 1972 (25) b) La literatura crítica desde 1972 hasta el presente (33) III. Una propuesta de lectura (69) PRIMERA PARTE (73) POÉTICA DE LO MIs4o (77) CAPÍTULO 1. ACERCA DEL SER: ONTOLOGÍA DE LA POETA (85) 1. Las comunidades ,la poeta y el amado (89) II. El denso contrapunto del sí mismo: el desdoblamiento, el espejo y la sombra (106) III. La resistencia entre el espejo y el mismo (120) CAPÍTULO II. ACERCA DEL ESPACIO: POÉTICA DEL TEMOR, DEL DESEO Y DEL SILENCIO (127) 1. Primer indicio especular: el poema en prosa (129) II. Poética del temor y poética del deseo: el jardin y el bosque (139) III. Último indicio especular: poética del silencio (164) CAPÍTULO III. ACERCA DELTIEMPO :MEMORIA Y MUERTE (175) 1. La memoria como identidad (177) II. La muerte como identidad: el ciclo de Scheherazade (187) III. La identidad en negativo: opacidad y transparencia (203) SEGUNDA PARTE (213) POÉTICA DE LO OTRO (217) CAPÍTULO 1. LA UNIÓN DE LOS CONTRARIOS: BÚSQUEDA DEL ABSOLUTO Y CONDICIÓN TRÁGICA DEL HECHO POÉTICO (223) 1. El surrealismo en Argentina y Pizarnik (225) II. La fusi6n de los contrarios y la pdctica de la poesía (233) III. La condición trágica del hecho poético (252) CAPÍTULO II. POÉTICA DEL INSTANTE (261) 1. La palabra instantánea: transgresión del signo lingüístico (266) II. Unión y distancia en el instante (279) CAPÍTULO III. POÉTICA DE LA R1SA (287) 1. La poesía como juego: fiesta contra trabajo (288) II. La risa como desposesión: humor y absurdo contra seriedad y realidad (302) 4 CAPÍTULO IV. POÉTICA DEL CUERPO (315) 1. Metafisica en actividad: la materialidad de la poesía (316) II. La gimnasi aerótica :práctica de la ausencia (327) CAPÍTULO V. EL EJERCICIO EXTREMO DE LA POESÍA: POÉTICA DE LA DESNUDEZ Y MUERTE (341) 1. La búsqueda de la desnudez: la mística y Pizarnik (342) II. Realización de la ausencia :la muerte como posibilidad (354) III. El resto irrealizable l:a muerte como imposibilidad (364) EL SALTO EN EL ESPEJO (EPÍLOGO) 37l) APÉNDICE: ÍNDICE CRONOLÓGICO DE OBRAS Y TEXTOS CITADOS DE ALEJANDRA PIZARNIK (385) BIBUOGRAFÍA (389) 1. Bibliografla de Alejandra Pizamik (389) II. Bibliografía sobre Alejandra Pizarnik (392) III. Bibliografía general (396) 5 AGRADECIMIENTOS A Adrian y a mis padres, por la paciente y constante presencia, por la confianza y el - estímulo permanentes. Al Dr. Teodosio Fernández Rodríguez, por su guía, por sus consejos y su confianza - en este trabajo. A la Fundación Caja Madrid, por financiar parte de este proyecto. Mi - agradecimiento especial a la Sra. Margarita Ruiz. A la Biblioteca Nacional de España. A los bibliotecarios de la Sala General de - Lectura, en especial a la Sra. Francisca Mateo Macías por su constante cordialidad. A mi hermana Mariana Depetris, a Carlos Javier Morales Villanueva, a Jorge - Pronsato y a Noemí Chotro, por facilitarme material bibliográfico para la elaboración de este trabajo desde Estados Unidos, Francia y Argentina. Muy especialmente a mi madre, que buscó y encontró en múltiples librerías de Córdoba (Argentina) textos “inconseguibles” y fundamentales para este estudio. A la Universidad Autónoma de Madrid, en especial a las señoras secretarias del - Departamento de Filología Española, Anunciación y Luisa Fernanda. A la Biblioteca del Congreso de Argentina. - A la Biblioteca Hispánica de la Agencia Española de Cooperación Internacional. - 7 entre todo sN,arciso (Prólogo) Y, ENTRE TODOS, NARCISO (PRÓLOGO) Comencemos con aquel camero de oro que salvó a Frixo, hijo de Minia, cuando a poco estaba de ser sacrificado en el monte Lafistio. El camero, que volaba, voló efectivamente hacia Cólquide donde fue inmolado por Frixo a Zeus. Su vellón de oro fue el motivo de la búsqueda que acometieron los Argonautas una generación más tarde. Entre ellos iba un hombre que no tenía la fortaleza necesaria para remar pero que, con su cítara, lograba la unidad de los bogadores marcando la cadencia del ritmo. Era Orfeo, hijo de Eagro y Calíope ,la más importante de las musas. Orfeo tenía el extraño poder de encantar, con su música y su poesía, tanto a dioses como a mortales, tanto a lo inmóvil como a lo vivo. Donde él cantaba, dicen, volvía la calma, salvo tal vez en sí mismo. Su intranquilidad derivaba de este deseo de constante búsqueda: cuando murió su mujer Eurídice, Orfeo encaró un nuevo viaje que lo llevó a los infiernos. Allí logró hechizar a los demonios con su Jira pero perdió irremediablemente lo que fue a buscar desconsolado. Aseguran que en el siglo VI a. de C. unos discípulos de Orfeo pregonaron la inmortalidad del alma y la impureza del 9 1 Y, entre todos ,Narciso (Próiogo,) cuerpo. Pero donde fueron más fieles a su guía fue en considerar la muerte como una liberación. Varios héroes de la antigüedad tuvieron la ambición de igualar a los dioses; tal el caso de Aquiles, tal el de Prometeo. Prometeo, hijo de Japeto el Titán y Climene, vivía en aquella edad de oro donde los dioses compartían la mesa con los mortales. Fue precisamente en un banquete donde Prometeo engañó a sú primo Zeus, quien tomó con muy mal humor esta picardía y castigó a los hombres escondiendo el fuego. Prometeo, entonces, robó una parcela de fuego de la forja de Hefesto, la escondió en un tallo de hinojo y la devolvió a los mortales para, así, escindir la semejanza entre fieras y hombres, y establecer de una vez la cercanía de éstos con los dioses. Después vino el castigo de Prometeo, ejemplarmente condenado a que un águila le devorara el hígado durante el día para que creciera incesante durante la noche. Esta circularidad logró mudarla Prometeo, después de ser liberado por Heracles, por otra de signo diferente: la inmortalidad. Será primero con el Sturm und Drang y después con los romnticos y malditos, que las hazañas de este héroe transgresor recaerán en la póesía o, más precisamente, en el poeta: habrá en todos ellos una confianza, asentada en esta nueva posibilidad prometeica del poeta, en la capacidad de ver lo oculto de la realidad y conquistar así, desde el arte, nuevas potestades para la humanidad. 1-lay otros héroes ejemplarmente condenados como Prometeo, pero humanamente sujetos a sus infatigables tautologías. Son Ixión, Tántalo, Ticio, Sísifo. Para ellos, no hay posibilidad de salir de la circularidad de la rueda, no hay forma de quebrar el ourobor oLsa. transgresión redunda en sequedad, el absurdo de hacer para lo
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