UNIVERSITAT AUTÒNOMA DE BARCELONA Departament de Didàctica de la Lengua i la Literatura i de les Ciències Socials, Facultat de Ciencies de l’Educació Programa de Doctorat en Didàctica de la Llengua i de la Literatura De lo universal a lo global: nuevas formas del folklore en los álbumes para niños Brenda V. Bellorín Briceño Tesis doctoral dirigida por la Dra. Teresa Colomer Martínez octubre 2015 A Lito, Ninoska y Bea. All significant narratives are retold, and are meant to be retold—even though every retelling is making a new. Karl Kroeber A G R A D E C I M I E N T O S Como suele ocurrir en los cuentos narrados a la luz de lumbre, la aventura académica que se recoge en estas páginas empezó una vez que dejé atrás el hogar para ir a tierras le- janas a buscar suerte. Teresa Colomer, quien ya había tenido a bien incluirme años antes en el proyecto del Máster en Libros y Literatura para Niños y Jóvenes (BL-UAB), me dis- pensó un segundo favor al convidarme a ser parte de GRETEL y a realizar el doctorado en el Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura de la Universitat Autònoma de Barcelona, lugar donde se me concedió la beca de investigación PIF que me permitió realizar este trabajo. El tercer regalo que me otorgó mi tutora fue la gracia de su lucidez, al aconsejarme, instruirme y acompañarme en la investigación como sólo saben hacerlo esas hadas madrinas que con su gloria nutricia dan todo a sus protegidos. Por ello le estaré siem- pre agradecida. Agradezco a Maité Dautant, cazadora de pulso estable, por sacarme de la oscura tripa del lobo y ayudarme a coserlo todo junto —como si nunca hubiese estado roto— con su magnánimo acompañamiento intelectual y afectivo y su paciencia infinita. Sus atinados aportes, sin duda, fueron cruciales para que este trabajo tuviese un final feliz. También a María Cecilia Silva-Díaz, quien me inició en este viaje muchos, muchos, años atrás introduciéndome al mundo de la literatura infantil y después impulsándome a hacer el doctorado. A lo largo de la escritura de la tesis me ha acompañado como la muñeca de Basilisa, orientándome y ayudándome a encender la luz en las espesuras del bosque con su lectura crítica y minuciosa de partes del trabajo. A Verónica Uribe, quien pese a estar a tantas lunas de distancia, siempre estuvo pre- sente, leyendo cuanto escribía, dándome sus impresiones y recomendaciones. Un lujo sólo concebible en un cuento de hadas francés de antaño. A Fernando de Freitas, que me acompañó durante buena parte del camino de las agujas, buscando y compartiendo las películas y los libros del corpus, auxiliándome con la base de datos de Excel y en tantas cosas más. A Luis Freites y Mercedes Palomar quienes en distintos momentos fueron leyendo partes del trabajo y me ayudaron en la revisión a recoger las lentejas y los guisantes que hacían parecer que la tarea era imposible. A Núria Vilà por su disposición a la hora de darle orden al material y por las preguntas y consejos que oportunamente me dio como miembro de la comisión de seguimiento de mi tesis. A Ana Palmero, quien, una vez más, ha convertido con su formidable diseño mis harapos en un vestido de tela de oro y piedras preciosas, una calabaza en una carroza dorada, ratones en caballos, una rata en un cochero y lagartijas en lacayos. En esta ocasión, para mi fortuna, ha contado con la ayuda resuelta de Alejandra Varela, quien embelleció cuadros y gráficos, escaneó imágenes e hizo todo cuanto pudo con su varita mágica. A Beatriz Bellorín, Ezequiel Bellorín y Evelyn Alonzo por toda la ayuda brindada con el procesamiento de los datos estadísticos en Excel y en SPSS, algo que para mí es cosa de hechiceros. A todos mis compañeros de GRETEL que, como las palomitas mansas, tortolillas y demás avecillas del cielo de los cuentos de hadas de las películas, me hicieron compañía como amigos y como interlocutores, y me aliviaron de obligaciones y preocupaciones para poder dedicarme a leer y escribir. Agradezco especialmente a Mireia Manresa por hacerme sentir bienvenida en Barcelona desde el primer día y por compartir conmigo su clarividencia en lo académico y en lo personal; a Ana María Margallo por brindarme la calidez de su amistad y los beneficios de su sapiencia; a Lara Reyes por todo su apoyo cuando el camino se hacía más intrincado y por darle sentido a las cosas con su trabajo sin par en el aula; a Martina Fittipaldi por la camaradería incondicional; y a Celia Turrión, compañera de intereses y saberes, por su generosidad. Me gustaría agradecer además a todos los que me han ayudado desde el Departamento y particularmente a Alfons Valenzuela, Toñi Carrascosa, Ana Celia Vílchez y Ton Vendrell por el apoyo en los trámites administrativos. También quisiera hacerle el debido reconocimiento a las instituciones y personas que hicieron posible esta investigación más allá de los confines de la Universidad (que no han sido pocas). Al Banco del Libro, cuyo centro de documentación es en mi imaginario el sitio de donde debe partir cualquier estudio que emprenda porque es el lugar donde me formé y donde siguen estando mis referencias principales y afectos. Le agradezco de manera especial la búsqueda y préstamo de libros y demás materiales a Carolina Holmes, Luis Chavarri e Isabel Trujillo, así como su acompañamiento. 8 A la Fundación Germán Sánchez Ruipérez por apoyar esta investigación no sólo facili- tando el acceso a las obras que conformaron el corpus que analicé, sino también por el ase- soramiento de su personal. Le estoy muy agradecida a Ángela Marcos y su equipo. A la International Jugendbibliothek, literalmente un castillo en el que puede disfrutar como becaria de tesoros bibliográficos difíciles de hallar bajo la guía espléndida de Jochen Weber, Lucia Obi, Nadine Zimmermann, Steve Em y mucha gente más. A Casa Anita, o lo que es igual, a Oblit Baseiria por dejarme utilizar la librería como si fuese una biblioteca. A la Biblioteca Pública del Retiro en Madrid por hacer un préstamo especial de libros durante el verano del 2013. A los amigos que estuvieron a mi lado durante todo el recorrido y que me alentaron a seguir adelante en momentos de duda —Noriko, Miriam, Maite, Diana, Cybele, Carlos P., Pancha, Helen, Tato, María Angélica B., Carole, Cote, Guillermo, Bel, Andreina, Mariate y Luz Pata— y aquellos que fueron apareciendo con dádivas y buenas intenciones en algún punto del viaje. A María Angélica L., quien nunca me desamparó ni dudó por un instante que yo pudiera convertir paja en oro porque sabe, como buena hilandera, cuál es el origen de los textos. A Pablo L. e Irene, quienes, junto a sus hijos, me han acogido en su casa como a otra más de la familia, dejándome sentarme en sus sillones, beber de sus sopas y dormir en sus camas. A Pablo R., quien me ha permitido entender que mi reticencia a casarme con el Rey Rana es la expresión de mis sentimientos más profundos y me ha ayudado reconciliarme con ellos. A Camila por las muchas horas de risueña conversación espectral. A María Fernanda, que aunque ya no está será siempre el almendro que da oro y plata. Y, por último a papá, mamá, Bea y Carlos y al resto de la familia por hacer todo lo posible porque no me pinchara con el huso y luego por resguardar el seto de rosas hasta que estuviese lista para despertar. 9
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