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De la idolatría: una arqueología de las ciencias religiosas PDF

112 Pages·1992·32.455 MB·Spanish
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Traduccdieö n BERNAND Y SERGE GRUZINSKI �N DIANASAN CHFZ F. DE1A IDOlATRIA Unaarq ueodloelgi aacs i encias religi.osas FONDDOE C ULTIJRA ECONÖMICA MEXICO ... \ Primera edid6n en franccs, 1988 Primera edld6n en espanol, 1992 PREFACIO "La myoarc osa despues de la creaciön del mundo, sacando la encarnaci6n y muerte, e dse le lq udee slcou bcririmöiento de Indi,aas pu"nta curno neipassfitao l del, e sxipgrleosa nXVIdo asi en egulaj eld eesn u poti eeml eifneacutodd ei tuon acontecimien­ to --descubripmeireon ttoa mbquiiesnyta e cxopnlotaciön del NuevMou ndo-que coynes tiutnu hityo,s oeb reen, rc teio acilo lavamticnted escuiddea dnou stra modern,ip udeasd . Conviene restituigarrl e queel Jleu corresypo1 n6d5,ee0 neeu n·trt-e1 1520 Renacimyi1a e netpocao dä.,-.a ibancadonaodo uinöadn e vis:n e­t trada en ,exe c eisnodusogo nh,aed lxea la hisctcoiriatd .ced .ne O Tal es el jeptriom edre oebste ensayo. Desde ,sal bueemgoos que la experiencia americana hizo retro­ ceder los limictoenso caidlde ola bmriurn dsoo bre un nuevo continente el horiz;sao bnetmeotam sboc iceiqndu een taaJportö unaq urieza mateyari alup e.!ictuac irecnu leasctiimöunl ö el des-­ arrollo de los capitalismos europeos. Tambien se ha querido atri­ buirleb allbousc deeo shu nnm anismo comepnr o1am edtie­do fendsae los derechos odreilg edhneoe ms1abogra reefit ano. los Pero esto equ,yi valsei edmep rneu,e vao hacer de 1a experiencia americana un comp,ul ne mesnutp.l,oeu mnean trnoarginalidad ingndaint(Jea matanzian dd}ioe o seldoisfi (LacasnC taesc aosn tr,:1. elge noci)dq iuoe oscurecnee g--clraoa m os isl1ue1en tadal ­ey de una Espaiia a 1a que se imagina hundida en una continua clr­ cadencirqau.e Pgluoaesrra s que opusierogran na­ Espana con la.<. depso tencias europeas y el pa'(Fpraenlc iqau e desempeiiaron estas e gllnaterra peenc )is aeulsmicerno ne l olvido el interes crucial del os escritos sobre las India.<. OccidentaJes. o nos correspood Tituloroi ngial: aqui' emitijuri cuminoo ra slv• jdare ahbl..=- ·J osy l toesx taoust � De l'idoia!Jie- Um ardc/Noesslop cÜl 1ces religiet<#S res sobre, p loor opt vroi:-e ,„,q 1rrueueram pe en la historia de e 1988, EomONs DU SiUIL ISBN 2.02--010255-2 Eurpao. Es cierto que los eurootrpoeso s sabfan de la existencia de pueb,ld oes otras cu,al ntutrases del descubrimiento de America. Pero el hecho) eSes sp aqii,upo aelra e tsboc1öparae nam ao,Jld ,ar cuendtae Ja existencia dpeo<l iuan priasm uiarlstee ridad que no D.R. 0 199F2O,N OOD tC ULTUlt.AEco N6MIC.A, A.S .DE C.. V ni expuycl osanr seJ ah acbqui'aua el traginrs( piues los indios Carretera Picacho--'!jusc:o 227.F; . 14200 Mexico, Cl eran galmleentujee tsolsi byrn eos esclavos). ISBN 968-16-3774-7 Menocsoo nciqduoiz qau e esa ieexnpceira aafm ueeeril c an origedne una goipgaenratcediseöca n d uplqiueca coicnsoins tiö Impreso en Mexico en reprsoodbusrcueie rlm oe ricaano, daoadlsa hpayct iadenon 7 8 PREFACIO PREFACIO 9 ajustes a veces considerables, las instituciones, las leyes, las creen un enfoque de lo real que se empeña en discernir y circunscribir cias y las prácticas de la Europa medieval y moderna. Se ignora lo que se ha convenido en llamar el dominio de lo religioso. Un do generalmente que la "conquista espiritual" de los indios del Nuevo minio cuya evidencia y positividad se imponen con mayor fuerza Mundo se apoyó en estrategias altamente complejas, basadas en cuanto más se borraron, rechazaron o abandonaron los postu la conquista de los cuerpos y la difusión de la imagen grabada, pin lados teológicos que permitieron concebirlo. Son estas recaídas tada o escenificada, y que intentó la creación de un hombre nuevo paradójicas las que nos interesan aquí, en particular las que adop aJ que imaginaba exento de los pecados del Viejo y del Nuevo Mun tan la fonna de la antropología religiosa y de la historia de las re do. Pero no basta recordar que este laboratorio de la moderni ligiones. Es, pues, una reflexión sobre los espesores de un campo dad, la América hispánica, nos tiende el espejo de nuestra histo -epistemológico o, más exactamente, sobre la continuidad y la con- ria, un espejo más esclarecedor cuanto más defonnante. América solidación de una estructuración singular del saber lo que cons sirvió paralelamente como objeto, como banco de pmebas para vas tituye el tercero y último objeto de estas páginas. Una arqueología tas empresas intelectuales. Una de ellas se tradujo en la proyec en cierta forma. Pero una arqueología menos preocupada por ción sobre estos mundos nuevos de un conjunto de categorías re deducir mpturas - a la manera de Michel Foucault-que por cap ligiosas tomadas de la herencia del paganismo antiguo y de la tarde qué manera las ciencias humanas y sociales mantuvieron, o escolásti<:a;. medieval y que se polarizaron en torno al concepto de incluso restablecieron a su manera, el principio de una trascen idolatría. Este es el segundo objeto de este trabajo. dencia que habían dejado vacío en otros sitios. Por todo ello, no podemos disociar experiencia americana y Cualquier red es tan peligrosa como inevitable: la que ahora exa occidentalización. Más exactamente, la occidentalización --con minaremos en su constitución, inflexiones y metamorfosis atrapa cebida como el efecto a largo plazo de las sociedades y las cultu en sus mallas al observador tanto o más que al observado. A veces ras occidentales sobre América y el mundo-- tiene sus raíces en nos obliga incluso a utilizar términos de los que desearíamos des dicha experiencia. La occidentalización se mue\le en registros hacernos, a expresarnos recurriendo a esquemas cuyo desgaste y múltiples: políticos, sociales, económicos, culturales. En este sen fragilidad hemos denunciado. Hemos tratado de reducir esa para tido, el fenómeno está indisociablemente ligado a la evolución doja sin poder eliminarla pues no es posible, a menos que pequemos del pensamiento occidental. Intentaremos, pues, a partir de la de hermetismo o de hablar en jerga, despreciar un vocabulario tan experiencia americana, explorar la manera como el Occidente familiar que parece evidente. Con algunos términos el desgaste es letrado se empeñó en captar los mundos exóticos que entraban tan flagrante que resulta inofensivo. La úkllatria no es actualmente en su órbita, intentando sujetarlos a esquemas, a sistemas de para nosotros más que una variante de la pasión, un sinónimo interpretación o, mejor dicho, a redes que pudieran a la vez ha envejecido de adulación, y el ídolo sólo una estrella de paso, la di cerlos accesibles y someterlos a sus designios. La América india versión de un momento o de una generación ... Para otros, el des fue, desde luego, a todo lo largo del siglo XVI, el terreno de predi gaste es más insidioso. Es el caso de religión y religWso. Estos con lección de esa empresa intelectual y colonial. Veremos que estos ceptos siguen teniendo autoridad y conservan un sitio de elección instrumentos siempre en acción, estas redes, reducen y aprisio en los medios masivos y la cultura así como en el microcosmos "en nan, aunque lleguen a crear objetos nuevos: las idolatrías mexi crisis" de las ciencias humanas: historia, antropología y sociología cana y peruana. Veremos también cómo, para Occidente, esos confundidas. Aunque, ¿por cuánto tiempo más? objetos sustituyeron a las realidades plurales y singulares que Para medir el significado de esto, para explorar la idolatría e encontró éste en su camino. Dicho lo cual, sería erróneo pensar ' interrogarnos sobre las fuentes y las paradojas de la antropología que las "redes" en cuestión funcionaron exactamente como pan religiosa, hemos elegido el viaje. Un viaje por la América de los tallas opacas. Con el paso del tiempo, sufrieron alteraciones pro indios y de los españoles, de los mundos prehispánicos, de los con fundas: se desplegaron una vez m{tS en torno a nuevas-articulacio quistadores y ~ronistas. Una América que se encabalga a veces nes, se modificaron y desplazaron al contacto con la experiencia sobre China y Africa y en la que se refleja el Mediterráneo antiguo. en el terreno y con los sistemas de pensamiento que se sucedie A lo largo de nuestro recorrido, al que se juzgará quizá demasia ron en la Europa moderna. Pero asimismo, por un curioso efecto do lento a veces y otras demasiado rápido, se agotarán etapas, se de rebote, como igllal número de estratos sucesivos, contribu olvidarán otras, se descuidarán estaciones a propósito y se perde yeron a que el pensamiento occidental se instalara y arraigara en rán pistas en el transcurso. Pero ésos son los riesgos de un viaje. 10 PREFACIO Un viaje a dúo implica a veces miradas divergentes, sensibili dades distintas, pero ¿qué paseante solitario agotarla ese inmenso espacio? En el curso de esta confrontación, que fue objeto de un seminario de dos años, debería ser posible mezclar y fundir la l. DESCUBRIMIENTOS experiencia del etnólogo y la del historiador, las lecciones de los Andes y las de México. Lo que no significa negar la herencia de hábitos de pensamiento distintos sino saber explotarlos en el seno de un procedimiento que, por ser más una arqueología que una historia de las ideas, pretende estar resueltamente abierto a Soy, por más que tú me ultrajas, las cuestiones políticas y antropológicas. Nos pareció que había )a que sabrá defender que desenclavar el americanismo y ligarlo a la historia de Occi fueros de edades tan largas, dente, de la que es una prolongación natural. Porque, en nuestra pues Alegórica Idea, opinión, la pretensión del americanismo de convertirse en una dis Consideración abstracta ciplina en sí oculta lo esencial: el inmenso aporte de América a la soy, que colectivamente episteme occidental. • c~i todo el Reino abraza. Soll JUANA INts DE LA CRUZ, loa para el auto intitulado El cetro de ]osi. EL MtXICO DE lAS MEZQUITAS 1519. Una flotilla de una decena de carabelas Uega frente a las costas de Cozumel. Una isla tropical bajo el sol de Satanás, de "olores maravillosos", a unos cables de la península yucateca, so bre las aguas tibias y desesperadamente límpidas del mar Caribe. Los españoles, como de costumbre, buscan oro, se apoderan de i algunos objetos, pero su jefe, Hemán Cortés, prefiere calmar las ansias de sus hombres. El conquistador abriga otros proyectos. Sobre la isla todos observan con atención los gestos de un viejo indígena en el patio de un "adoratorio". Unos indios queman in cienso. El anciano parece estar predicando. El cronista Berna! Díaz del Castillo recuerda el asombro de los conquistadores ante ese espectáculo insólito, "era cosa nueva para nosotros". Y sin embargo, de inmediato se da por hecho que el anciano es un "sa cerdote de los ídolos" y que se entrega al "culto de los falsos dio ses". Lo exótico se transcribe rápidamente al lenguaje de los recién llegados, que asisten así ;{tuna escena destinada a repetirse cada vez que las circunstancias lo permitan. Los ídolos son de rribados y rotos, el santuario pagano es regado con cal, y a los ídolos los sustituyen una cruz y una imagen de la Virgen. Este arrebato de rabia iconoclasta -que quizá sólo el ojo de Wemer Herzog ha podido comunicamos hoy- termina de manera bas *Sin la ayuda de Thierry Marchaísse y de todos los que participaron en el semi. tante insólita: los conquistadores confian a los "sacerdotes de los nario, este libro no sería lo que es. Vaya nuestro agradecimiento para ellos. ídolos", y por tanto del diablo, la guarda de las imágenes cristianas 11 .· 1 DESCUBRIMIENTOS 1~ y la conservación de los nuevos sitios de culto. Comportamiento paradójico pero que se explica, como veremos más tarde.1 La flotilla prosigue su curso, bordea las costas de Yucatán, luego las del golfo de México hasta las inmediaciones de lo que será Veracruz. Se lucha con los indios, se hacen trueques, se pierde a veces, se elevan altares, se celebran misas, se predica contra los ídolos. Desde el puente de los navíos, más allá de las grandes pla ~... yas de arena y las palmeras, el ojo descubre fértiles y alegres vegas y 0\ se detiene en la línea de las sierras que a veces desaparece tras ~ una cortina de nubes. ~ · Durante todo el viaje, convencido de que para conquistar hay que conocer primero, Cortés no se contenta con dirigir la expe ~ .j dición. Observa y registra lo esencial de lo que ve: los hombres, los víveres, las ciudades, el hábitat... pero también "la secta, los ~ ritos y las ceremonias" de las poblaciones que encuentra: f Tienen sus mezqwtas y adoratorios y andenes todo a la redonda muy eS ancho y allí tienen sus ídolos que adoran ... a los cuales honran y sir ven de tanta manera y con tantas ceremonias que en mucho papel no ¡:: ..-gs ~ podría hacer de todo ello. .. entera y particular relación ... Queman en las dichas mezquitas incienso y algunas veces sacrifican sus mismas <S personas ... y tienen otra cosa horrible y abominable y digna de ser ~ punida que hasta hoy no habíamos visto en ninguna parte y es que .u,; todas las veces que alguna cosa quieren pedir para que más aceptasen ,g::S- su petición, toman muchas niñas y niños y aun hombres y mujeres de mayor edad y en presencia de aquellos ídolos los abren vivos por .. ~ los pechos y les sacan el corazón y las entrañas y queman las dichas u entrañas delante de los ídolos y ofreciéndoles en sacrificio aquel -e u humo ... 2 :~ o Mezquitas, oratorios, ceremonias, ídolos, sacrificios. .. desde ;_¡ 1519 y sus primeros contactos con Yucatán y los pueblos de Mé ! ~ ~ xico, Hernán Cortés abonaba el terreno de lo que sería nuestra 1 mirada sobre las "grandes religiones amerindias". Los ribereños mexicanos del golfo y del Caribe debían por primera vez cubrir los gastos de. este ejercicio inspirando las páginas de una mono ~ grafía destinada al emperador Carlos V. Allí estaba ya quizá lo ~ esencial: la visión de una América india que sigue siendo la nue~ tra, aun cuando para nuestra mirada moderna las "pirámides" hayan sustituido a las "mezquitas". Unas decenas de años más 1 "Itinerario de Grijalva ", en García lcazbalceta (1971), 1, p. 286; Díaz del Castillo (1968),1, p. 99. 2 Anthony Pagden y J. H. Elliou, comps., Cortes, IAters frwn Mt.Xicc, [Carlas de relación], Londres, Vale University Press, 1986, pp. 22, 24. 14 DESCUBRIMIENTOS DESCUBRIMIENTOS 15 \ tarde, en España, el capellán de Cortés, López de Gómara, vuelve d~minico, Bartolomé de las Casas, tomara conciencia de la mag sobre ese episodio e incluso intitula un capírulo de su C<mqWsta de mtud del drama que afectaba a esas poblaciones. Más tarde vol México "La religión de Acu~mil", es decir, de Cozumel. En él de~ veremos a encontrarlo. cribe los templos, la' sacristías, los ministros, los sacerdotes, las ca Fue, pues, la experiencia mexicana la que modificó esa mirada pillas, los dioses, los ídolos, las ofrendas; en él refiere los sacrificios una generación después del descubrimiento de América. Hemo~ de animales y de seres humanos, las peregrinaciones de los fieles ~to q~e He~án Cortés elabora una primera descripción de la que se daban cita en la isla, "tal era -concluye- la religión 1dolatrta a partir de lo que parecen ser manifestaciones distintivas destos acu~milanos".' de una "secta errónea" a la que sitúa de manera insistente en un Detengámonos en estas dos visiones que debían superponerse. marco civilizado: "[Estos indios) viven más política y razonable Expresan y sintetizan un enfoque que los colonizadores, soldados me~te que ninguna de las gentes que hasta hoy en estas partes se y gente de la Iglesia impusieron sin cesar a las altas culruras de ha VIStO. ot6 América a medida que las descubrían y dominaban. Y no es que La tendencia es manifiesta. Desde entonces idólatras e ido todo se haya decidido en esa pequeña isla del Caribe. Las cosas latrí~,serán localizad~s, identificados, etiquetados y descritos. La son evidentemente más lentas y complejas. Además no principian cuesuon, por lo demas, no es filosófica o intelectual. La idolatría con Cortés. qu~ ~bser:? Cortés brindaba .~bién y ante todo un pretexto Para entender mejor, vale la pena un comentario sobre el esce pobt1c~m1btar, puesto que leg1t1maba la conquista dando lustre a nario en el que tomó forma lo que será, para bien o para mal, nue~ tra antropología religiosa. De 1517 a 1519, en tres expediciones, las g~onas ?e una nu~va "Reconquista", como si fuera posible pro segurr en tlerra amencana la cruzada emprendida en España con unos españoles descubren México progresivamente: encuentran tra el Islam. Al mismo tiempo, la acusación de idolatría contri ciudades, templos, una abundancia de ídolos, sociedades civiliza· buía a .arraigar la imagen de unas sociedades complejas, ricas y das y culturas que nada tienen de la austera sencillez de las islas que tocó Colón, esas islas que, en opinión del almirante y del cro ~emoma~, despertando la codicia y justificando todas las agre nista Pedro Mártir, no parecían, a primera vista, conocer "secta ni SJO~es, soc1~dades que "'vivía~ civilmente obedeciendo leyes y teman palaCIOS, templos magmficamente de piedra, rlazas y calles religión". Antes de volverse hacia las tierras mexicanas, los espa ñoles se habían contentado con dispersarse en los archipiélagos ¡1 arregladas con buen orden donde negociaban ... ". La idolatría del Caribe y las costas de Colombia, Venezuela y Panamá. Asia, a es aquí un sinónimo de cultura y civilización, sin importar cuál sea el oprobio que se añada a este concepto. la que se perseguía obstinadamente, parecía alejarse como un e~ pejismo, los indígenas casi siempre eran pobres en oro y sus cultos . El mundo que surgía ante los ojos de los conquistadores era parecían demasiado mdimentarios para atraer en forma sosteni 1rnprevisto e imprevisible. Ni la sencillez conciliadora de las Islas da la atención de los conquistadores. No hay templos, ni oracio ni los re~namientos que se daban por descontados en el japón~ nes ni sacerdotes. Cuando mucho, se hace mofa de lo absurdo de en la Chma del Gran Kan. Las sociedades mayas de Vucatán, los algunas creencias. Para Colón, los araguos que poblaban esas islas totonacas de Veracruz, los nahuas sometidos a Moctezuma -o eran "una gente muy pobre de todo", "llenos de humanidad y sin rebeldes a su hegemonía-componían una asombrosa paleta de maldad alguna", presas de los ataques de los feroces caníbales.4 culturas que los españoles trataron de comprender a medida que Para la mayoría de los españoles se trataba de poblaciones inde ¡. los descubrían e intentaban someterlos al rey. Tarea compleja fensas a las que se apresuraron a explotar, las que desaparecieron 1 hasta para nosotros que, por ignorancia o pereza, seguimos ha por agotamiento en los placeres auríferos. La imposición del tribu blando de los aztecas sin darnos cuenta de que no se trataba más to, el ataque microbiano y las exacciones de todo tipo acabaron que de una rama - así fuera la más poderosa- de las poblacio con los indígenas,!> demasiado pronto como para poder estudiar nes nahuas y que la denominación de mexicas sería históricamen los cómodamente, pero en forma tan brutal como para que un te ~ucho má.~ conveniente. Debemos imaginar las rivalidades, las tens1ones, las enemistades, las guerras que dividían a las grandes ~ López de G6mara ( 1552), f. x. : Pané (1977), p. 89; Colón (1985), p. 43. 8Conés (1963),p. 25. Chaunu (1969),pp.l29-133. 7 Mánir (1964), p. 397. 16 DESCUBRIMIENTOS DESCUBRIMIENTOS 17 ciudades del mundo nahua (Tlaxcala, Cholula, HuejoiZingo, Tex com? ídolos y cuando las mentes se preparan para descubrir a los coco, México-Tenochtitlan ... ), separadas por unas decenas de gentiles (=paganos) y las idolatrías.1 kilómetros, mientras que otras culturas igualmente prestigiosas se Desprovistos de intérpretes y Juego recurriendo a una cadena repartían el resto del antiplano mexicano: zapotecas y mixtecos de intermediarios, Jos conquistadores arriesgaban además su vida en Oaxaca, tarascas en Michoacán ... Pese a vivir aisladas durante a cada instante. Debían situarse en un mundo desconocido que milenios del resto del mundo, ignorantes de la rueda, de la es no era ya el de las Islas. Lo hicieron creyendo recobrar realidades critura y del hierro, estas sociedades complejas poseían otros familiares: "comerciantes", "mezquitas", templos, oratorios, sacri logros y seguían otros caminos t.otalmente ajenos al Occidente: ficios, altares, sacerdotes; en suma, una "secta", una "religión". .. una expresión pictográfica plasmada en los códices de fibras o de Desde ese JTlOmento, lo exótico se vertía en un molde famifuu', tan piel, una ciencia refinada del tiempo y de los calendarios de la familiar que se creyó universal. Las "torres" anónimas que se eri que dependía toda la actividad humana, una complicada práctica gían a ~o largo de las costas mexicanas se convertían para unos en de la oralidad ... 8 mezqmtas y para otros en los "templos" o más bien las "casas" de Nada, ni las palabra.~, ni los gestos, ni la vestimenta, las costum los ídolos. bres o las construcciones, cabía en la comprensión del observador Otros conquistadores compartieron la mirada y las ecuaciones europeo, todo lo desorientaba aun cuando, hay que decirlo, la culturales de Cortés sin alcanzar jamás su agudeza Citemos, para experiencia de las Islas facilitó los primeros contactos. Dédalo de recordar, a algunos de los capitanes que Jo acompañaron en su lenguas, dédalo de culturas, de objetos en cuyo seno era imposi marcha: Berna! Díaz del Castillo, el "conquistador anónimo", An ble orientarse a priori. Las dos expediciones que precedieron a drés de Tapia. .. 12• Díaz del Castillo describe los primeros ídolos la de Cortés ya habían aportado su cosecha de inquietudes y pre que observa en 1517; al año siguiente, el sacerdote Juan Díaz reco guntas. Desde esas torres extrañas que se erigían a lo largo de las ge una de las primeras evocaciones del sacrificio humanc1pero se costas que intrigaban a marinos y soldados: en 1518los conquista muestra prudente: •Secondo le StU maniere, se presume que sono ido/4- dores cuentan unas 15 de ellas en las playas de la isla de Cozu tri." El capellán observa, cree reconocer sacerdotes, identificar mel. .. ¿Los indios eran los descendientes de los judíos expulsa ritos, calcula pero aún no resuelve .u Luego le toca el turno a Hernán Cortés, a quien se debe la primera precisión. Hacia 1532, dos por los emperadores Tito y Vespasiano, como se pensaba hacia 1518, según refiere el cronista Bernal Díaz del Castillo? ¿El el "conquistador anónimo", cuya identidad permanece en el mis país estaba poblado por amazonas? ¿Debía verse en la práctica terio, recoge, para describir Jos cultos de México, lo esencial de la indígena de la circuncisión la influencia cercana de poblaciones red esbozada para Cozume) y las costas mexicanas, comple tándola, revistiéndola a la medida de la grandeza cautivadora de judías y musulmanas, como pensaba en 1518 el capellán de la expedición que dirigía Juan de Grijalva?9 Cuando los españoles, México-T enochtitlan, lo que rios vale un retrato de los "clérigos" indígenas, de sus vcsüclos, de su forma de vida, de su formación; en el curso de sus peregrinaciones, encontraron los restos de un sacrificio humano, parece que no identificaron inmediatamente un~ descripción bastante sugerente de los templos, a los que no vacila en comparar con La Giralda de Sevilla; una presentación el origen de las osamentas y de las flechas ensangrentadas y se li fascinada de Jos ídolos "de maravillosa grandeza y altura y de mu mitaron a un enfoque de lo más convencional: "Reservaban este lugar para castigar a los condenados. "10 No fue sino más tarde, quizá chas labores y figuras esculpidas";14 una enumeración de los sacri ficios ... Todo está imperturbablemente traducido, transcrito en un durante la segunda expedición, cuando el término sacrificio se vocabulario eclesiástico: a la idolatría la sirven con "devoción" unos impuso para designar esa práctica y explicar el hallazgo de los ca "religiosos", en el marco ele su "religión" (es decir, de su orden) y en dáveres, los cráneos y las osamentas que tapizaban el suelo en "capillas"... · tomo a los ídolos. Es, por último, a finales de la primera expedi ción, cuando los objetos figurativos que recogen se consideran 11 Díaz del Castillo ( 19 68) • 1, p. 56. ~Sobre esas culturas véase, por ejemplo, la síntesis de Walter Kriclteberg, Las 12 "Relación de Andrés de Tapia", en García lcazbalceta (1971 ), 11, pp. 554-594; at1hr::s_ culturas mexicanas, México, Fondo de Cultura Económica, 1961. El ~islalúw anónimo ( 19 70). "'t.inerario de Grijalva", en Carcía Icazbalceta (1971),1, pp. 28~. 288, ~7. 15 "Itinerario de Crijatva•. en García Icazbalceta {1971).1, pp. 296-298, 285. 10 Mánir ( 19 64). p. 402. 14 El cqnquistadoran6nimo (1970), p. 74. · 18 DESCUBRIMIEJ\'TOS DESCUBRIMIENTOS 19 Luego toman la estafeta los grandes cronistas: Oviedo, Góma legio español de Lovaina que acoge a Erasmo de 1517 a 1521, al ra ... 15 Sintetizan, fuan, repercuten aún mejor la imagen repetida Toledo de Fonseca, a la Sevilla del inquisidor Manrique, al México • por doquier de la idolatría mexicana. La descripción regresa al del arzobispo Zumárraga y de Vasco de Quiroga, los intelectuales estereotipo. Recurrencia de un discurso, de un vocabulario que ilustres y menos ilustres animan una prodigiosa vida cultural que hasta fmes de siglo y mucho más tarde aún destilan las mismas debate. grandes cuestiones del siglo XVI. España vive entonces los tranquilizadoras certidumbres. últimos destellos de un cosmopolitismo aún medieval. Enfrenta la El lector se asombrará de esas curiosidades repetidas, de esa difusión del humanismo y del erasmismo, entrevé el nacimiento prolijidad, de esos guerreros lo bastante letrados como para con del luteranismo, alberga el misticismo de San Juan de la Cruz y de tar su experiencia en páginas de una frescura que no deja de sor Santa Teresa. antes de sufrir el contragolpe de la represión inqui prender. Encontraremos muchos otros ejemplos. Esto parece sitorial y de terminar su Siglo de Oro. menos desconcertante cuando se devuelve a las posesiones de Car Pero a la pluralidad de lenguas y de culturas que hacen del los V la importancia, la extensión, la prodigiosa riqueza cultural e Imperio de Carlos V el extraordinario mosaico que conocemos, intelectual que fueron suyas.16 Los Países Bajos, una parte de Italia, España añade la pluralidad de las confesiones con las que peno las Coronas de Castilla y Aragón, de Nápoles y Sicilia, los domi samente debe habérselas. A diferencia de Francia o de Italia, la nios austriacos, el Franco-Condado, quedan reunidos bajo la fé España medieval es casi tan judía y musulmana como cristiana. El rula del mismo hombre que añade a todos sus títulos el de em recuerdo del último reino musulmán aún está próximo, puesto perador. Dignidad suprema que le vale una preponderancia que Granada cae el mismo año del descubrimiento de América teórica sobre los demás soberanos de Europa occidental y una (1492) y la conquista del Nuevo Mundo se inscribió histórica y influencia segura sobre las tierras germánicas. El Imperio está luego ideológicamente en las prolongaciones de la Reconquista por doquier. Un Ia.'>gO entre mil, un gesto entre mil: al tomar parte ibérica. Sin embargo, España sólo oficialmente es católica; alber en la desastrosa expedición de Argel en 1541 López de Gómara, ga importantes minorías moriscas convertidas por la espada al el futuro cronista de la conquista de México, encuentra a Cortés. cristianismo; también está poblada por doquier de conversos, ju De una expedición a otra, de México a las costas de Argelia, se per díos de ayer, hoy cristianos sinceros o de fachada, que desempe fila la magnitud planetaria de una dominación que, al tiempo que ñan un importante papel en el pensamiento religioso y humanis se acrecienta con un continente (con excepción del Brasil y del ta de la península Ibérica: Vives, los hermanos Vergara, Constantino norte de Améric.a), busca con menos éxito dominar el Mediterrá Ponc e de la Fuente, entre los más notables ... Es decir -y esto es neo occidental, someter a los príncipes alemanes y, más cerca de esencial para nuestro propósito-- que la definición de la perte nosotros, mantener cercada a Francia. Un Imperio cosmopolita, nencia confesional tiene en España un papel cotidiano hasta el presente en Italia como en Flandes y en las tierras germánicas, punto de que los vocablos que se refieren a ella son los que dis heredero de la cultura borgoñona, abierto a los renacimientos tinguen a los grandes sectores de la población: "viejos cristianos", italiano y flamenco. En suma, los dominios de Carlos V constitu "nuevos cristianos" de conversión reciente, moriscos, conversos. 18 yen la primera potencia de Europa, tanto en el plano material Esa coexistencia cotidiana lleva no solamente a definir las etnias y como en el intelectual. En ellos circulan las ideas, prosperan las los pueblos de España mediante sus creencias: hace del aspecto re universidades. Tan sólo en Es paria, Salamanca (donde florece el ligioso un punto vital en ocasiones, un objeto de constante apre neot omismo) y Alcalá (donde se realiza la Biblia políglota) acogen ciación, de polémicas y más generalmente de reflexiones y a los discípulos del cardenal Cisneros, a los alumnos de Francisco comentarios: la apología del cristianismo frente al judaísmo y al de Vitoria (1492-1546) y de Domingo de Soto ... 11% de los inte Islam, la defensa del Islam contra el catolicismo "idólatra", la afir lectuales españoles enseña fuera de España, mientras que 25% ha mación abierta o más a menudo velada del judaísmo frente a la realizado estudios en el cxtranjero.17 De Bolonia y su famoso Co- ~torial, 1933, p. 200; sobre la cultura letrada en la península, Marcel Bataillon, 15 López de Cómarn (1552); Oviedo (15 47). Ert:JmU:n l'Espagn11, 1937. 16 Sobre el contexto europeo,jc:-an Delumeau, lA Civililali~n• d, la Ret&aissance, 18 Sobre los moriscos: Antonio Domínguez Onlz y Bernard Vincent, Historia iU París, Arth:lllcl, 1967; Manuel Fernández Álvarez, lA España del emperadcr Carlos V, 14$ mori.ccor, Madrid, Alianza Universidad, 1978; sobre los conversos: julio Caro Madrid, 1966. Baroja, Los judíos m la E.<pflña moderna y wnl1!171porán«J, Madrid, Ediciones Istmo, 17 Henry Kamen, Una sociedad amjlicliva: Espmia. 1469-1714, Madrid, Alianza 1978, 3 \"Ois. 20 DESCUBRIMIENTOS DESCUBRIMIENTOS 21 Iglesia: a cada momento, desde lo alto de las cátedras o en el se Roma y visita Nápoles y Sicilia antes de escribir su Historia gmeral creto de los hogares, se hacen comparaciones, se oponen ritos, y natural de las Indias. Entretanto, viaja a América, regresa, atravie creencias, funciones sacerdotales, se miden las diferencias y a sa España y llega hasta Bruselas y los Países Bajos antes de volver a veces las convergencias en términos "religiosos", se intentan "sin emprender la ruta del Nuevo Mundo para terminar sus días en cretismos", y es que, para sobrevivir, hay que conciliar la herencia Valladolid en 1557.10 López de Gómara no tenía aún 20 años cuan y no cristiana y el catolicismo. do se establece en Roma; 10 años más tarde, se halla en Venecia, Más que ningún otro pueblo de Europa, los castellanos están, otros 10 años más tárde, del otro lado del Mediterráneo, frente a pues, acostumbrados a enfrentarse a otras religiones, a contem Argel, donde encuentra a Hemán Cortés. Gómara, es cierto, no se porizar con ellas o a tratar de exterminarlas y de concebir en una embarcó en la aventura americana como lo hicieron Oviedo y tantos perspec~va cristiana, incluso mesiánica, la expansión del domi otros junto con él. Fascinado por la persona del conquistador, teJ' nio ibérico. Esta herencia es tan capital como llena de ambigüe mma sus días en Valladolid entre 1557 y 1566. Se podría alargar la dades y malentendidos, porque lleva a hacer de un sector cultural lista de esos hombres de pluma y mencionar otras biografias colori al que designamos con los términos de "religión" y "religioso" un das, de las·q ue tanto gusta nuestra época. Esa prodigiosa movilidad dato·universal y evidente, cuando no es sino la expresión de rea -¿o hay que llamarla inestabilidad?-se observa también en la fa. lidades totalmente específicas: las tres "religiones" coexistentes cult.¡d de adaptarse a los medios, a los horizontes, a las situaciones (cristianismo, judaísmo e Islam) resultan ser "religiones del Li más diversas e imprevistas. Es indisociable de la sed de conocer, de bro. ., unidas -más allá de sus antagonismos 'encarnizados- por describir, que a menudo imbuye en sus obras, pese a que escriban un patrimonio histórico común, surgidas de un molde análogo, ante todo para recordar sus méritos o hacer ajustes de cuentas. No tan obsesionadas por la primacía del monoteísmo .o del dogma obstante, todos están conscientes de ser los testigos de un aconte escrito, por la ambición de universalidad, como excluyentes de cimiento notable que hay que saber expresar por todos los medios. cualquier otra forma de creencia. Y, sin embargo, eran suficientes De nuevo Gómara: "La.m ayor cosa después de la creación del mun-· para arraigar la idea de úna omnipresencia y de una evidencia de do, sacando la encarnación y muerte del que lo crió, es el descu lo "religioso" y para convencerse de la recurrencia, del parentes brimiento de Indias; y así·las llaman Mundo Nuevo.'.t1 coy. desde luego ... de la incompatibilidad de sus diversas manifes Así pues, movido po¡; esa sensibilidad particular Y. ese apetito taciones. Para muchos españoles, letrados o no, se trataba adem.U enciclopédico -"el deseo de saber"-que engloba la .medicina, de algo muy distinto a un debate de ideas y de fe: era a menudo la la botánica, la geografía. .. Gómara inserta su descripció~ de "la tragedia de una experiencia. Se sabe que el padre de un huma religión de Cozumel" entre una introducción dedicada a la fauna, nista de la talla de Juan Luis Vives había perecido en la hoguera a la flora, a los habitantes de la isla y una digresión igualmente en 1524, condenado por la Inquisición por seguir practicando el apasio~ante dedicada al "pez tiburón". La religión vuelve a surgir judaísmo.19 · varios capítulos más tarde cuando aborda la descripción del gran Formados, pues, en su península en la experiencia de la plu templo de MéxiccrTenochtitlan., de los dioses principales, de los ralidad de lo "religioso" y del enfrentamientO de las religiones, sacrificios. Un capítulo obligado, exótico y sin embargo plagado los castellanos y sus vecinos circulan· de· una tierra a otra y se rozan de términos consagrados que .suenan tan familiares al oído, como con la italianiqad antes de lanzarse en busca de fortuna del otro el comentario sobre el uso de cierta agua sagrada en México: lado del Atlántico, en las Islas, en el golfo de Darién, en México. " ... guardabanla al pie del altar. muy religiosamente para con Pensemos que si bien Carlos V nunca visitó México ni Lima, estu sagrar al rey quando se coronaba y para bendecir al capitán ge vo nueve; veces en Alemania, seis en España, cuatro en Francia, neral 3uando lo elegía para alguna guerra, dándole a beber dos en Mrica, siete en Italia y 10 veces en los Países Bajos. .. Si della". Cortés renuncia a servir en Italia para partir hacia las Islas, algu A ejemplo de sus predecesores, Gómara empleaba sistemáti nos.miembros de su expedición sirvieron en la península. Oviedo, camente, para describir las culturas indígenas, el vocabulario de el cronista de las Indias, deja España en los últimos años del ~iglo XV, aprende toscano, descubre la pintura del QJlattrocento, conoce 20 Ramón Iglesia, Cronistas e historiadorf!3 tÚt la Confuista tÚt Ml:ciro, México, Se~ Diana, 1980, p. 152. 21 L6pez de Gómara (1552) [Dedicatoria al emperador]. 1~ Sobre Luis Vives, Batalllon (1937). 22 /bid.' f. XLIX. DESCUBRIMIENTOS DESCUBRIMIENTOS 2! la Iglesia: los mexiqtnos tenían religiosos, sacerdotes y dioses, ritos, bres, tener templos y estatuas de ídolos, adorar los animales y honrar fiestas y sacrificios, reliquias y ermitas. Siempre las mismas etique los c~n proc~siones, ayunos y sacrificios de sangre, ser supersticiosos tas, las mismas casillas que no tenían más que ser llenadas, con la en muar agueros y tenerlos casi todos los que de los antiguos se condición, desde luego, de saber captar la forma curiosa de los tem escriben.'4 plos, de anotar los horrores sangrientos del sacrificio humano, los refinamientos y los límites de resistencia del autosacrificio, la castidad de los sacerdotes, la extrañeza y la fealdad de los innu C!EZA DE LEóN O LA BÚSQUEDA DE LA INMORTALIDAD merables ídolos, la complejidad y la solemnidad de los ritos. Sin embargo, preocupado por elaborar el inventario de los rasgos cul ~odo habría sido ~uy sim~le si, por grados sucesivos, la experien ~rales que faltaban en las sociedades mexicanas y en consecuen cta peruana no hubtera vemdo a complicar el cuadro. Ahora se nos Cia por establecer lo que las distinguía del mundo occidental, perdonará que re&resemos un poco, que disminuyamos el paso, que Gómara no puso en duda ni por un instante la existencia de la nos detengamos en .lgunos detalles aparentes. Pero ¿cómo no esbo "religión" mexicana. Si bien su forma disgustaba por su crueldad, zar la complejidad r{eográfica y cultural de esa otra América, de sorprendía por su exotismo y su rareza, la "religión"y lo '1-eligioso" una ~érica que s_e ;Jliega menos fácilmente al molde idólatra que no dejaban de estar presentes en el seno de estos pueblos tan de el Mextco de Cortes y que ya provoca dudas que nos acompañarán votos y piadosos: "eran religiosíssimos".13 Sobre este punto todos hasta el fin de nuestro recorrido? Habría que sugerir también por los cronistas están de acuerdo. lo menos el efecto que tuvo en algunos la experiencia de campo, evocar la lucidez de una visión personal frente al estereotipo. ¿Debe reprocharse a los hombres del siglo XVI que hayan creído Cuando en 1532, tras dos incursiones costeras, Jos españoles ~n la transparencia de las culturas y utilizado un lenguaje de su invaden Perú -témlino que abarca entonces toda una parte de tl~mpo para_d escribir lo que tenían ante sí? Desde luego que no. Amér~ca del_ Sur-, México era ya la Nueva España y una sociedad Sm la segundad de una transparencia, no hay curiosidad enci colomal se mstalaba sobre las cenizas de México-Tenochtitlan. clopédica, aunque la descripción caiga en el cliché y destile hasta Las idolatrías mexicanas habían sido progresivamente descubier ~nes de siglo y después las mismas tranquilizantes certidumbres, tas e inventariadas. Al asombro del principio le sucedió cierta fa mcansablemente repetidas por la circulación de los manuscritos, su miliaridad con esos mundos nuevos, cuya irrupción en la historia difusión mediante la imprenta y su traducción a varias lenguas. ~e Europa ha~ía ampliado al infinito Jos límites del Viejo Con Como las cartas de Cortés o las del italiano Pedro Mártir la Con tlnente. Los pnmeros cronistas de la conquista que acompañaron quista tk México contribuyó también poderosamente a difundir e a las tropas de Francisco Pizarro, Francisco de Jerez, Miguel de imponer esa visión de las cosas del Nuevo Mundo. Impresa desde Estete y Pedro Pizarra utilizaron, así, la Jí~ta conceptual 1552 en Zaragoza, reimpresa el año siguiente y publicada en Am qq~ ~ c6m~ había rcsllkádo en Méxicci~;A:'idolatría .. Sin em beres en 1554, fue traducida al italiano en 1556, al francés en 1568 bargo, en la pluma de esos autores los detalles r~lativos a los cultos y al inglés en 15~8 .. : Ofrecía_a Europa entera pautas para pensar y cree_ncias se eliminan en favor de consideraciones más genera para ver a los md10s amencanos, pautas de las que ya nadie se les y sm duda más elocuentes para individuos en conjunto menos apartaría. Para muestra, estas líneas que escribió en 1589 Juan refinados y menos instruidos que aquellos que tomaron parte en Suárez de Peralta, ~ijo de un conquistador ligado a Cortés y que la conquista de México. En todas partes se señala la existencia de pese a ello se preaaba de conocer bien a los indios de México, templos, constntcciones singulares por su arquitectura, mezquitas donde había nacido: consagradas al Sol o a ídolos de madera, como Pachacamac, adon de Hemando Pizarra, uno de los hermanos Pizarra, se dirige para Los ritos y costumbres de los indios eran llanamente las mismas de los obtener más rápidamente el rescate del Inca Atahualpa. prisione· moros, idólatras. Hallaron los españoles al tiempo que pasaron a ro de los españoles en Cajamarca. Del ídolo informe y nauseabun aqu~llas provin~ias grandísimas idolatrías y eran de las que se hallan do que se guardaba en esos lugares y era considerado por los indios escntas de los ntos de los antiguos gentiles: como son sacrificar hom- un dios progenitor y nutricio, Miguel de Estete habría podido 23 /bid., ff. cxxx, cxxxv. 2• Suárez de Peralta ( 1f l49), p. 9.

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