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De Descartes A Leibniz PDF

344 Pages·1994·36.106 MB·Spanish
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FREDERICK COPLESTON, S. l. Profesor Emérito de Filosofía de la Universidad de Londres HISTORIA DE LA FILOSOFIA Vol. IV DE DESCARTES A LEIBNIZ EDITORIAL ARIEL, S. A. BARCELONA Títulooriginal: AHISTORYOFPHILOSOPHY Vol. IV: DescartesfoLeibniz Burns and Oates Ltd. -The BellarmineSeries:xv Traducciónde JUAN CARLOS GARCÍA-BoRRÓN Edicióncastellana dirigida por MANUELSACRISTÁN 1.3 Y5.3 edición en ColecciónConviviun1: 1972y 1982 1.3 edición en ColecciónAfiel Filosofía: octubre 1984 2.3 edición: febrero 1991 3.3 edición: abril 1996 © Frederick Copleston Derechos exclusivos de edición en castellano reservados para todo el mundo y propiedadde la traducción: © 1972Y1996: EditorialAriel, S. A. Córcega, 270-08008 Barcelona ISBN: 84-344-8700-4(obra con1pleta) 84-344-8724-1 (volun1en 4) Depósito legal: B. 13.879- 1996 In1preso enEspaña Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puedeserreproducida, ° ahnacenada translnitida en lnanera alguna ni porningún Inedia, ya sea eléctrico, quínlico, ° lnecánico,óptico,degrabación defotocopia,sinpennisopreviodeleditor. PROLOGO Al final del volumen anterior de esta Historia de la Filosofía expresé la esperanza de abarcar en éste todo el período que va de Descartes a Kant, ambos inclusive. Pero mi esperanza de tratar toda esa parte de la filosofía moderna en un solo libro, no se ha cumplido. Me he visto obligado a dedi car tres libros al período en cuestión, y, por razones de conveniencia, he he.cho un volumen distinto de cada uno de esos libros. El primero, de Des- 'cartes a Leibniz) trata de los grandes sistemas de filosofía racionalista en el continente en el período prekantiano. El volumen siguiente, de Hobbes a Hume, se ocupa del desarrollo de la filosofía británica a partir de Hob bes, e incluye la filosofía escocesa del "sentido común". Por fin, en el volu men de WoIff a Kant trataré de la Ilustración francesa y de Rousseau, de la Ilustración alemana, de la aparición de la filosofía de la Historia, de Vico a Herder, J, por último, del sistema de Kant. El título, de Wolff a Kant, no es, desde luego, muy acertado, pero puede recomendarlo, en cierta medida, el hecho de que en su época pre-crítica Kant estaba instalado en la tradi ción wolfiana, mientras que un título como de Voltaire a Kant resultaría excesivamente extraño. Lo mismo que en .1os volúmenes anteriores, he dividido la materia por filósofos individuales, en lugar de ir siguiendo sucesivamente y por separado el desarrollo de los distintos problemas filosóficos. Además, he concedido a algunos filósofos una extensión considerable. Y, aunque creo que la división por filósofos es la más conveniente para los lectores a los que principal mente me dirijo, el método tiene indudablemente sus desventajas. Al tener que enfrentarse con numerosos pensadores diferentes, y con descripciones más o menos detalladas de las ideas de éstos, el lector se expone a no cap tar el cuadro completo, en sus líneas generales. Por otra parte, aun cuando yo creo que la antigua 9ivisión en racionalismo continental y empirismo británico está justificada (siempre que se añadan ciertas cualificaciones), una adhesión rígida a ese esquema podría dar la impresión de que la filoso fía continental y la filosofía británica en los siglos XVII y XVIII se movieron a 10 largo de dos rectas paralelas, desarrollándose cada una de ellas con entera independencia de la otra; y ésa sería una impresiónc,errónea. Descar tes ejerció una modesta influencia en el pensamiento británico; Berkeley estuvo influido por Malebranche; las ideas políticas de Spinoza deben algo 8 HISTORIA DE LA FILOSOFÍA a Hobbes; y la filosofía de Locke, autor del siglo XVII, ejerció una gran influencia en el pensamiento de la Ilustración francesa del siglo XVIII. Para remediar en parte los inconvenientes que podían preverse como resultado del método de división adoptado, decidí escribir un capítulo intro ductorio destinado a presentar al lector un cuadro general de la filosofía de los siglos XVII y XVIII. Cubre, pues, el período discutido a 10 largo de tres volúmenes, que, como antes he dicho, empezaron por ser concebidos como uno solo. Naturalmente, he colocado tal introducción al comienzo del pri mero, y los otros dós volúmenes no llevarán capítulo introductorio. Una introducción descriptiva de ese tipo supone inevitablemente muchas repeticiones. Quiero decir, que las ideas que se discuten en posteriores capí tulos con mayor extensión y detalle habrán sido ya más o menos esbozadas en la introducción. Pero considero que las ventajas resultantes de incluir una introducción descriptiva general compensan ampliamente las desventajas que las acompañan. Al término de cada uno de los volúmenes anteriores he añadido una revi sión final. Pero en este caso, la próxima cubrirá el período completo, 10 mis mo que 10hace la introducción; es decir, que la ofreceré después de la expo sición de la filosofía de Kant. En el curso de esa revisión final me propongo discutir, no solamente desde un punto de vista histórico, sino también desde otro más filosófico, la naturaleza, importancia y valor de los diversos modos de filosofar de los siglos XVII y XVIII. Creo que reservar tal discusión para luego de haber hecho la exposición histórica del pensamiento de dicho perío do es mejor que interrumpir la exposición misma con reflexiones filosófi cas generales. Añadiré, finalmente, algo acerca de las referencias. Referencias a volú lnenes, capítulo y sección, son referencias a esta Historia de la Filosofía. En cuanto a las referencias a los escritos de los filósofos estudiados, he pro curado presentarlas de forma que sea útil a los estudiantes que deseen bus car los textos correspondientes. Algunos historiadores y expositores tienen la costumbre de hacer citas por volumen y página de la edición crítica reco nocida (cuando ésta existe) de los escritos del filósofo en cuestión; pero tengo mis dudas en cuanto a la prudencia de esa costumbre, en un volumen como el presente. En los capítulos sobre Descartes, por ejemplo, he citado por el volumen y página de la edición Adam-Tannery; pero también he hecho referencias al capítulo y sección, o a la parte y sección, de la obra de que se tratara. El número de personas que tienen fácil acceso a la edición Adam-Tannery es muylimitado, así como son pocos los que poseen la recien te y espléndida edición crítica de Berkeley. Son, en cambio, fácilmente obte nibles las ediciones baratas de los escritos más importantes de los princi pales filósofos; y, en mi opinión, las referencias deben hacerse teniendo en cuenta las conveniencias-de los estudiantes que poseen tales ediciones, más bien que las de los pocos que poseen o tienen acceso a las ediciones críticas reconocidas. INDICE PRÓLOGO 7 l. INTRODUCCIÓN. 13 Continuidad y novedad: la primera fase de la filosofía moderna en su relaci6n con el pensamiento medieval y renacentista.- El racio nalismo continental: su naturaleza, su relaci6n con el escepticismo y el neoestoicismo; su desarrollo. - El empirismo británico: su naturaleza y su desarrollo.- El siglo XVII.- El siglo xvm. Filosofía política.- La aparici6n de la filosofía de la historia. Emmanuel Kant. 11. DESCARTES.- I 66 Vida y obras.- El objetivo de Descartes.- Su idea del méto do.- La teoría de las ideas innatas.- La duda met6dica. 111. DESCARTES.- 11 . 90 Cogito, ergosum.- El pensar y el sujeto pensante.- El criterio de la verdad.- La existencia de Dios.- La acusaci6n del círculo vicioso.- La explicaci6n del error.- La certeza de las matemáti cas.- El argumento ontol6gico para probar la existencia de Dios. IV. DESCARTES.- 111 . 113 La existencia de cuerpos.- Las substancias y sus atributos princi pales.- La relaci6n entre mente y cuerpo. 121 V. DESCARTES.- IV • Las cualidades de los cuerpos.- Descartes y el dogma de la transubstanciaci6n.- Espacio y lugar.- Movimiento.- Duraci6n y lugar.- Movimiento.- Duraci'6n y tiempo.- El origen del mo vimiento.- Las leyes del movimiento.- La actividad divina en el mundo.- Cuerpos vivientes. VI. DESCARTES.- V . 135 Consciencia y libertad del hombre.- La libertad y Dios.- ~tica provisional y ciencia moral.- Las pasiones y su control.- La naturaleza del bien.- Comentarios a las ideas éticas de Descar tes.- Observaciones generales sobre Descartes. VII. PASCAL 148 Vida y espíritu de Pascal.- El método seométrico, su alcance 10 HISTORIA DE LA FILOSOFÍA y sus límites.- El "corazón".- El método de Pascal en la apolo gética.- La miseria y la grandeza del hombre.- El argumento de la apuesta.- Pascual como filósofo. VIII. EL CARTESIANISMO. 167 La extensión del cartesianismo.- Geulincx y el problema de la interacción. IX. MALEBRANCHE 172 Vida y escritos.- Los sentidos, la imaginaclon, el entendimiento; evitación del error y consecución de la. verdad.- Dios como la única verdadera causa.- La libertad humana.- La visión de las verdades eternas en Dios.- Conocimiento empírico del alma. Conocimiento de otras mentes y de la existencia de cuerpos. Existencia y atributos de Dios.- Malebranche en relación con Spinoza, Descartes y Berkeley.- La inHuencia de Malebranche. X. SPINOZA.- 1 . 194 Vida.- Obras.- El método geométrico.- La inHuencia de otras filosofías en el pensamiento de Spinoza.- Interpretaciones de la filosofía de Spinoza. XI. SPINOZA.- 11. 203 La substancia y los atributos.- Modos infinitos.- La producción de los modos finitos.- Mente y cuerpo.- La eliminación de la causalidad final. XII. SPINOZA.- 111 218 Niveles o grados de conocimiento.- Experiencia confusa; ideas universales; falsedad.- Conocimiento científico.- Conocimiento intuitivo. XIII. SPINOZA.- IV 225 La intención de Spinoza en su explicación de las emociones y la conducta humanas.- El conatus; placer y dolor.- Las emociones derivadas.- Emociones activas y emociones pasivas.- Esclavitud y libertad.- El amor intelectual de Dios.- La "eternidad" de la mente humana.- Una inconsecuencia en la ética de Spinoza. XIV. SPINOZA.- V . 238 Derecho natural.- El fundamento de la sociedad política. Soberanía y gobierno.- Relaciones entre estados.- Libertad y tolerancia.- InHuencia de Spinoza y diferentes apreciaciones de su filosofía. XV. LEIBNIZ.- 1 . 249 Vida.- El De arle combinatoria y la idea de armonía.- Escri tos.- Diferentes interpretaciones del pensamiento de Leibniz. XVI. LEIBNIZ.- 11 . 257 La distinción entre verdades de razón y verdades de hecho. Verdades de razón, o proposiciones necesarias.- Verdades de hecho, o proposiciones contingentes.- El principio de perfec- ÍNDICE 11 ción.- La substancia.- La identidad de los indiscernibles.- La ley de continuidad.- El "penlogismo" de Leibniz. XVII. LEIBNIZ.- III 277 Substancias simples o mónadas.- Entelequias y materia prima. La extensión.- Cuerpo y substancia corpórea.- Espacio y tiem po.- La armonía preestablecida.- Percepción y apetito.- Alma y cuerpo.- Ideas innatas. XVIII. LEIBNIZ.- IV 300 El argumento ontológico.- El argumento que infiere la existencia de Dios a partir de las verdades eternas.- El argumento basado en las verdades de hecho.- El argumento basado en la armonía preestablecida.- El problema del mal.- Progreso e historia. ApÉNDICE.- Breve bibliografía 313 íNDICE ONOMÁSTICO • 327 1NDICE DE MATERIAS 333 CAPÍTULO PRIMERO INTRODUCCION Continuidad y novedad: la primera fase de la filosofía moderna en Sll relación con el pensamiento medieval y renacentista.- El racionalis mo continental: su naturaleza}su relación conel escepticismo y el neo estoicismo su desarroUo.- El empirismo británico: su naturaleza y J. su desarroUo.-El siglo XVII.-El siglo XVlll.-Filosofía políti ca.- La aparición de la filosofía de la· historia.- E1nmanuel Kant. 1. Suele decirse que la filosofía moderna comenzó con Descartes (1596-1650), en Francia, o con Francis Bacon (1561-1626) en Inglate rra. Quizá no sea inmediatamente evidente que esté justificada la apli cación del término "moderno" al pensamiento del siglo XVII. Pero está claro que su uso implica que hay una ruptura entre la filosofía medieval y la post medieval, y que cada una de ellas posee características importantes que la otra no posee. E indudablemente los filósofos del siglo XVII estaban conven cidos de que había una tajante distinción entre las viejas tradiciones filosó ficas y lo que ellos mismos estaban tratando de hacer. Hombres como Fran cis Bacon y Descartes estaban completamente persuadidos de que iniciaban algo nuevo. Si durante mucho tiempo se aceptaron en todo su. valor las opiniones de los filósofos renacentistas y post-renacentistas, fue así, en parte por la con vicción de que en la Edad Media no hubo realmente nada que mereciese el nombre de filosofía. La llama de la reflexión filosófica independiente y crea dora, que había ardido tan brillantemente en la Grecia antigua, se apagó prácticamente hasta que fue reanimada en el Renacimiento y aumentó su esplendor en el siglo XVII. Pero cuando por fin empezó a prestarse mayor atención a la filosofía medieval, sevio que aquellaopinión era exagerada. y algunos escritores pusie ron de relieve la continuidad entre el pensamiento medieval y el post-medie val. Es suficientemente obvio que pueden encontrarse fenómenos de conti- 14 HISTORIA DE LA FILOSOFÍA nuidad en las esferas política y social. Está claro que los modelos de sociedad y organización política del siglo XVII no llegaron al ser desprovistos de todo antecedente histórico. Podemos observar, por ejemplo, la formación gradual de los diversos Estados nacionales, la emergencia de las grandes monarquías y el desarrollo de la clase media. Ni siquiera en el campo de la ciencia es la discontinuidad tan grande como en otro tiempo se supuso. Investigaciones recientes han puesto de manifiesto la existencia de un cierto, aunque limita do, interés por la ciencia empírica dentro del período medieval. y en el volu men anterior de esta Historia llamamos la atención sobre las implicaciones de la teoría del ímpetus propuesta por algunos físicos, estudiosos del movi miento, en el siglo XIV. De un modo similar, es posible observar una cierta continuidad en la esfera filosófica. Podemos ver cómo la filosofía consigue gradualmente en la Edad Media su reconocimiento como una rama de estu dio diferenciada. y podemos ver aparecer líneas de pensamiento que antici pan posteriores desarrollos filosóficos. Por ejemplo, el movimiento filosófico característico del siglo XIV, generalmente conocido por el nombre de movi miento nominalista,! preludió, en varios aspectos importantes, el empirismo posterior. Igualmente, la filosofía especulativa de Nicolás de Cusa,2 con su anticipación dealgunas tesis deLeibniz, forma un vínculoentre elpensamiento medieval, el renacentista y el de la Edad Moderna pre-kantiana. Del mismo modo, loshistoriadores han puesto de manifiesto que pensadores comoFrancis Bacon, Descartes y Locke, estuvieron sometidos a la influencia del pasado en un grado mayor que el reconocido por ellos mismos. Ese énfasis puesto en la continuidad era indudablemente necesario como corrección de la aceptación excesivamente fácil de las pretensiones de no vedad exhibidas por los filósofos del Renacimiento V del siglo XVII. Expre sa un reconocimiento del hecho de que hubo una filosofía medieval, y de la posición de ésta como una parte integrante de la filosofía europea en gene ral. Al mismo tiempo, si la discontinuidad pudo ser destacada con exceso, también puede serlo la continuidad. Si comparamos los patrones de la vida política y social en los siglos XIII y XVII, saltan en seguida a la vista obvias diferencias en la estructura de la sociedad. Del mismo modo, aunque es posible seguir en el período medieval la huella de los factores históricos que contribuyeron al hecho de la Reforma, no por ello dejó ésta de ser en cierto sentido una explosión, que hizo pedazos la unidad religiosa de la cristiandad medieval. y aun cuando las semillas de la ciencia posterior pueden ser descubiertas en el suelo intelectual de la Europa de la Edad Media, los resultados de las nuevas investigaciones históricas no han sido tales que hagan necesario alterar substancialmente la importancia concedida a la ciencia renacentista. Del mismo modo, cuando ya se ha dicho todo cuanto puede decirse legítimamente como ilustración de la continuidad entre 1. Vol. 111, caps. III-IX. 2. ¡bid., cap. 15.

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