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Cuauhtémoc, Chihuahua, La Ciudad De Las Tres Culturas Ruhama Abigail Pedroza García PDF

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CUAUHTÉMOC, CHIHUAHUA: ¿LA CIUDAD DE LAS TRES CULTURAS? EJEMPLO DE UNA COMUNIDAD IMAGINADA EN EL NORTE DE MÉXICO Ruhama Abigail Pedroza García* Resumen: Este artículo analiza la construcción del imaginario “folklorista” de una comunidad que se define como intercultural y está integrada por tres grupos socioculturales: menonitas, mestizos y rarámuris. Ese imaginario surge de un discurso “oficial” en el municipio de Cuauhté- moc, Chihuahua, y pretende justificar los procesos sociales que son la base de las relaciones in- terétnicas en la región. A través de las diferencias materiales y de las distintas capacidades de autogestión y de negociación política de cada grupo, se puede observar la tensión social propia de esas relaciones interétnicas, inmersa en una complejidad cotidiana que cuestiona el discurso oficial que invisibiliza la jerarquía y las diferencias existentes entre estas “tres culturas”. Palabras clave: interculturalidad, menonitas, rarámuris, relaciones interétnicas, Ciudad Cuauhtémoc. Cuauhtémoc, Chihuahua: The City of Three Cultures? An Example of an Imagined Community in Northern Mexico Abstract: This article deals with the process of building the “folklorist” imaginary of a community that defines itself as intercultural, composed of three sociocultural groups: Mennonites, Mestizos, and Rarámuris. This imaginary stems from an “official discourse” in the municipality of Cuauhté- moc, Chihuahua, which tries to justify the social processes that are the basis of interethnic relations in the region. Through the material differences, as well as the diverse capabilities of self-governance and political negotiation of each of these groups, it is possible to observe the social tension character- istic of these interethnic relations, in an everyday complexity which questions the official discourse that masks the hierarchy and differences that exist among these “three cultures.” Keywords: interculturality; Mennonites; Rarámuris; interethnic relations; Ciudad Cuauh- témoc. El 7 de agosto de 2014, el Con- con el fin de “reconocer la convergen- greso del estado de Chihuahua cia y manifestación de las culturas declaró al municipio de Cuauh- mestiza, menonita y rarámuri,1 que témoc “Municipio de las Tres Culturas”, habitan la región. Luego del anuncio, Humberto Pérez, ex presidente mu- * Doctora en Antropología Social, Centro de nicipal de esta población y diputado Investigación y Estudios Superiores en Antro- pología Social. Línea principal de investigación: minorías étnicas, articulación de lo global con 1 “Declara Congreso a Cuauhtémoc ‘Munici- lo local. Correo electrónico: ruhamapedroza@ pio de las Tres Culturas’ ”, La Red de Noticias, gmail.com Chihuahua, 7 de agosto de 2014. 24 Cuauhtémoc, Chihuahua: ¿la ciudad de las tres culturas?... 25 local, en compañía del presidente mu- Imagen 1. Cartel publicitario nicipal de Cuauhtémoc en ese entonces, del Festival 2015, donde cada mujer Heliodoro Juárez, celebró su aprobación representa a uno de los grupos y comentó que “la propuesta traería étnicos. grandes beneficios sociales y de iden- tidad en la región”. Desde entonces, el nombre del municipio es “Cuauhté- moc, la ciudad de las Tres Culturas”. En este marco, desde 1994 y por iniciativa del gobierno municipal se ha llevado a cabo el Festival de las Tres Culturas, que busca “celebrar a las tres culturas que enriquecen al estado de Chihuahua” (sic, 2008). En 2015, durante las dos semanas que abarcó el Festival (imagen 1), la ciudad fue sede de varios conciertos, exposi- ciones, bailables, foros, conferencias, etc., en las que participaron algunos menonitas, rarámuris y sobre todo mestizos, entre los que se contaron cantantes y grupos musicales de re- nombre nacional. La ciudad y los ca- minos que llevan a ella se llenaron de publicidad en torno al Festival, donde aparecían retratados hombres y mu- jeres pertenecientes a cada grupo, vestidos a la manera “tradicional”.2 Fuente: Dónde Hay Feria, 2015. El tiempo de fiesta es, como sabemos, una oportunidad para la afirmación y tival promovido por y desde el gobier- la ruptura del orden cotidiano de las no municipal tiene como objetivo la cosas, se aprovecha para imaginar y creación de un ambiente de celebración poner en marcha mundos y relaciones popular donde convergen tres culturas diferentes, mientras se convierte la en un mismo territorio, a la par que celebración en una representación que se desdibujan las distintas posiciones la sociedad hace de sí misma, afirman- que cada una de ellas ocupa dentro de do sus “valores y perennidad” (Pizano la jerarquía de la relación interétnica et al., 2004: 20). En este caso, el fes- en la zona. Tras bambalinas aparecen las des- igualdades y los conflictos, caracterís- 2 Durante mi estancia asistí a una sesión ticos del proceso de construcción de fotográfica en la ciudad, a la que cada modelo llevó un ajuar propio de “su cultura”. las relaciones que afecta a las tres 26 Ruhama Abigail Pedroza García etnias de la región, que han sido ne- democracias occidentales ponen en gadas desde los espacios de comunica- marcha para “tratar con la diversidad”. ción oficiales y populares. Por ejemplo, En el caso del municipio de Ciudad el municipio de Cuauhtémoc recibe año Cuauhtémoc, es posible observar cómo con año a migrantes temporales, sobre se ponen en juego ambas perspectivas. todo rarámuris, quienes buscan tra- Si bien es cierto que Kymlicka y Keith bajo en las huertas manzaneras y en (2007) argumenta contra sus críticos los campos agrícolas de mestizos y que las políticas multiculturales son menonitas, pero su presencia no es una herramienta a través de la cual celebrada desde la perspectiva del los inmigrantes, las minorías étnicas enriquecimiento cultural, sino, como y los pueblos indígenas reivindican ocurre también en la capital del esta- algunos elementos de su identidad y do (Chihuahua), porque se considera cultura bajo la cobertura del recono- un problema de salud y gobernanza cimiento legal, la perspectiva de Žižek públicos. Por ello, en este artículo me (2008) añade a la crítica el elemento propongo dar cuenta de los procesos invisible de la desigualdad y la estra- sociales mediante los cuales, los dis- tificación de las relaciones sociales en tintos grupos socioculturales insertos el contexto de la primacía de las rela- en la vida cotidiana y económica de la ciones sociales y económicas que giran ciudad se relacionan entre sí. Para ello en torno al mercado. contrastaré el discurso oficial donde El Festival de las Tres Culturas, son invisibles tanto las relaciones di- en este sentido, no ha logrado intro- ferenciadas entre estas “tres culturas”, ducir en la región el espíritu de reco- como la jerarquización que predomina nocimiento positivo que pregona entre en la construcción de tales relaciones. los tres grupos que forman parte del También analizo la forma en cómo se mismo, porque en este municipio el ra- han construido las políticas multicul- cismo invertido (Žižek, 2008: 56) dis- turales y las relaciones interculturales fraza por medio de la celebración la en esta región del país. relación de explotación que se da entre mestizos, menonitas, y los así llamados ¿QUÉ MULTICULTURALIDAD? “tarahumaras”. Como también afirma Žižek: Žižek (2008: 56) define el multicultu- ralismo como “una forma inconfesada, El multiculturalismo es un racismo invertida, autorreferencial de racismo... que ha vaciado su propia posición de que mantiene las distancias”, además todo contenido positivo… pero, no de concebirlo como la forma ideológica obstante, la mantiene en cuanto pri- del capitalismo global. Kymlicka y vilegiado punto hueco de universali- Keith (2007), por su parte, centran su dad desde el que se puede apreciar atención no en el concepto como tal, (o despreciar) las otras culturas. El sino en su operatividad, es decir, en respeto multicultural por la especi- las políticas multiculturales que las ficidad del “otro” no es sino la afir- Cuauhtémoc, Chihuahua: ¿la ciudad de las tres culturas?... 27 mación de la propia superioridad está incorporado en su totalidad a la (Žižek, 2008: 57). Secretaría de Educación Pública (seP), e incluye la enseñanza del español, el Por un lado, la iniciativa del festival inglés y el alemán. El sistema Klein- corresponde además al creciente auge gemeinde está incorporado de manera económico iniciado a partir de la déca- parcial a la seP, porque en su currícu- da de 1990, época en que la región co- la incluye algunas materias de cono- menzó a posicionarse hasta alcanzar el cimiento general y la enseñanza del tercer lugar en desarrollo económico en español y el inglés, pero mantiene su el estado de Chihuahua. Su aparición carácter de educación religiosa. Estos ha resultado uno de los proyectos de dos modelos son los únicos en los que promoción del turismo más importante los niños obtienen un certificado oficial. de la zona, y es posible que responda El sistema Altkolonier se organiza también a un intento por parte del go- todavía bajo el modelo tradicional: seis bierno mestizo para vincular o involu- años de educación religiosa además crar a los colonos menonitas como de matemáticas básicas y escritura del parte del rostro multicultural de la alemán. Los Altkolonier no enseñan región, pues estos últimos, como vere- español o algún otro idioma en sus mos más adelante, a lo largo de la escuelas, es por esto que, a casi 100 historia se han resistido a su integración. años de la llegada de los menonitas a Por el otro lado, la inclusión en este aquel territorio, la mayoría de las festival de la presencia folklorizada del mujeres y niños no habla español. Por indígena rarámuri, corresponde a la otro lado, pocos mestizos hablan tradición más indigenista de nuestro plattdeuscht, que es el idioma materno país, que al ser apropiada por el gobier- de los menonitas, y casi nadie domina no nacional, devino tanto en la ideología la lengua rarámuri. Hoy en día, en las sobre la “vuelta o la búsqueda de las escuelas mestizas y menonitas la edu- raíces” como la celebración de las par- cación no es trilingüe, como corres- ticularidades culturales que resultan pondería al “caso apasionante de más exóticas, al mismo tiempo que ha coincidencia, convergencia y adaptación” limitado, por no decir obstaculizado, el que representaría la ciudad de las Tres ejercicio de los derechos políticos y so- Culturas. Frente a este panorama, ciales de los pueblos originarios. ¿cómo podemos hablar de intercultu- ralidad en una ciudad multicultural ¿PODEMOS HABLAR DE como Cuauhtémoc? Como apunta Jor- INTERCULTURALIDAD? dán Sierra, al referirse al papel que la educación juega en la puesta en esce- La Colonia Manitoba tiene una orga- na de valores y modelos que faciliten nización particular. Cada uno de los la convivencia intercultural: tres subgrupos religiosos cuenta con su propio modelo educativo, de los que La actual situación social multicul- sólo el sistema de educación “liberal” tural, en efecto, caracterizada por un 28 Ruhama Abigail Pedroza García mundo a menudo oscurecido por Huerta pacificó al Centauro del Nor- conflictos de corto y largo alcance, en te, la heredad de los Zuloaga estaba el que la exclusión y negación del arruinada [...] vaqueros y pastores con “otro” está en el ojo del huracán, de- sus familias, carentes de vacas, mulas, manda con urgencia una educación borregos o bueyes, se convirtieron en ética radical, capaz de superar todo resignados agricultores de azadón. tipo de “egocentrismo” —personal o Perdida su condición de trabajadores grupal— latente en toda expresión de la hacienda, muchos acabaron con- de etnocentrismo, xenofobia, racismo virtiéndose en medieros y otros emi- o tribalis mo étnico, para contribuir graron a otros lados (Castro, 2016: 30). así al florecimiento de una conviven- cia intercultural enriquecedora (Jor- Y fue con estos medieros y arrenda- dán Sierra, 2003: 227). tarios que se crearon las primeras rancherías en la zona, en torno a la El discurso político oficial sobre la estación de ferrocarril de San Antonio convivencia entre culturas en Ciudad de los Arenales, y con ellos nació después Cuauhtémoc se ha construido sobre el germen del movimiento agrarista de eufemismos e ilusiones, como argu- la región, que centró sus demandas mentaré a continuación. en la creación de ejidos para la recién formada población campesina. En 1920, EL NACIMIENTO DE UN MUNICIPIO este movimiento comenzó a gestionar el fraccionamiento de la tierra bajo el Ciudad Cuauhtémoc nació como re- liderazgo de Belisario Chávez (Castro, sultado de un conflicto agrario entre 2016: 176); frente a la inminencia del los ex soldados revolucionarios asen- conflicto agrario que se avecinaba, la tados dentro de la propiedad de los Casa Zuloaga gestionó la fragmentación Zuloaga, y los menonitas, que migra- y venta de sus vastas propiedades por ron masivamente a la región luego de medio de su administrador Alfredo adquirir una parte de estas tierras Madero, tío de Francisco I. Madero. (entre 1922 y 1926 se asentaron cerca A la par, los menonitas que forma- de 6 000). Al término del movimiento ban parte de los grupos conservadores armado revolucionario de 1910, la en Canadá (Altkolonier y Sommerfel- familia Zuloaga, que había prestado der principalmente) habían iniciado cierto apoyo a Francisco I. Madero, la búsqueda de un territorio nuevo junto con la gente que trabajaba en la donde poder vivir lo que consideraban hacienda, experimentó una profunda los principios sustantivos de su iden- crisis económica a causa de la desin- tidad étnico-religiosa en aquel tiempo. tegración del sistema hacendario del En sus propias palabras, los menoni- que dependían: tas buscaban A principios de los años veinte, cuan- un lugar... donde quizá nadie más do el presidente interino Adolfo de la quiera vivir, en el cual podamos fun- Cuauhtémoc, Chihuahua: ¿la ciudad de las tres culturas?... 29 dar una colonia, lejos del mundo, lonización si no se hacía efectivo su donde podamos criar a nuestros hijos derecho a tomar plena posesión de sus a salvo de las leyes comunes, en la tierras (Castro, 2016: 188). El conflic- verdadera fe de nuestros padres” to se extendió de 1922 a 1924, año en (Sawatzky, 1971: 35). que la Comisión Nacional Agraria (cna) resolvería dar respuesta a la necesidad Entre 1920 y 1922 enviaron emba- de dotación de tierras para el recién jadores a toda América Latina para formado ejido San Antonio de los Are- explorar los terrenos tanto físicos como nales, con la finalidad de reubicar a políticos en el sur del continente, pues los habitantes de las rancherías men- una de las condiciones que buscaban cionadas. El convenio inicial entre los para llevar a cabo tan grande empresa agraristas y la Casa Zuloaga fue de tenía que ver con la negociación de 1 500 hectáreas por cada jefe de familia, ciertas concesiones jurídico-políticas sumando un total de 75 000 hectáreas. extraordinarias entre las que se encon- La Casa Zuloaga además se encargaría traban: la libertad religiosa y admi- del traslado de la gente y la dotación nistrativa de sus colonias, el derecho de estas tierras; sin embargo, en febre- a sostener sus propias escuelas y man- ro de 1924 la cna dispondría dotar tan tener su propio sistema educativo sólo de 4 000 hectáreas al ejido de San religioso, la exención del servicio mi- Antonio, convenio que los agraristas, litar y de la prestación de juramentos ante la presión del propio gobierno (Sawatzky, 1971: 40). En 1922, una federal, tuvieron que aceptar. En 1926, delegación menonita se entrevistó con el ejido cambió su nombre a Cuauh- el entonces presidente Álvaro Obregón témoc, y en 1927 adquirió el estatus y el secretario de Agricultura, con quie- de municipio (Castro, 2016:193). nes negociaron el documento conocido También en 1922, el gobierno es- como Privilegium (Taylor, 2005: 17). tatal de Chihuahua promulgaba la Ley Una vez concedidas sus peticiones Agraria del estado, que “fijó un límite por el gobierno federal, los menonitas a la propiedad [...] y dispuso el ac- adquirieron 150 000 acres de la Ha- ceso a la tierra para los pequeños cienda de Bustillos a la Casa Zuloaga, agricultores por medio de colonias” y se prepararon para salir de Canadá. (Domínguez, 2004: 11), y que apunta- Cuando en México fue conocida la ba a la creación de una economía noticia de la adquisición de las tierras agraria capitalista basada en la pro- por parte de los colonos extranjeros, piedad privada y la inversión extran- los conflictos con el movimiento agra- jera. En ese mismo periodo, pero a rio no se hicieron esperar. Los habi- nivel nacional, Obregón pugnó por la tantes de algunas rancherías dentro colonización extranjera de los vastos de los terrenos recién adquiridos se territorios deshabitados del norte, negaban a irse, y los menonitas co- especialmente en Chihuahua (Domín- menzaban a presionar al gobierno guez, 2004: 7). Esta empresa, sin em- federal con dar marcha atrás a la co- bargo, enfrentó al gobierno estatal con 30 Ruhama Abigail Pedroza García el nacional en un conflicto de intereses que después con la intervención judi- sobre la cuestión agraria, el control y cial del gobierno canadiense se habrían el aprovechamiento del territorio en convertido en políticas (Janzen, 2014). disputa, y el desmantelamiento de las En la búsqueda de otro lugar donde fuerzas sociales que se activaron con asentarse, ellos mismos negociaron, la Revolución (Domínguez, 2004: 7-10). sobre la base de sus experiencias ante- Pero este conflicto interno no impidió riores,3 a que se les dejase vivir según “el arribo de las colonias menonitas, sus propios criterios, con la venia del cuyos líderes habían logrado obtener gobierno de Álvaro Obregón. Con esto de Obregón grandes concesiones y quiero decir que los menonitas que privilegios para establecerse en 100 llegaron a Chihuahua en 1922, no mil hectáreas del latifundio de los estaban interesados en contribuir al Zuloaga” (Aboites, 1989: 81). Fue así desarrollo regional, ni esperaban que como en menos de cuatro años, con la como respuesta a su presencia, el go- llegada de los menonitas y la “solución” bierno estatal reconociera la emergen- al conflicto agrario, el paisaje físico y cia de un nuevo núcleo urbano, al que étnico cambió de manera drástica, como elevaría a la categoría de municipio registra en su crónica Fernando Jordán en 1927, y que en el arreglo político (1981: 369): de aquel tiempo, la Colonia Manitoba fuera incluida como parte del nuevo En torno a la Laguna de Bustillos, municipio. De hecho, fue en México los terrenos de agostadero se fueron que el crecimiento demográfico propio convirtiendo en tierras de cultivo, y de las urbes alcanzó e, incluso, rodeó de trecho en trecho, sobre las mesetas ocupadas por los campos de avena, fueron creándose pequeñas aldeas de 3 De 1789 a 1874 los menonitas vivieron una tipo europeo, con calles rectas y casas época de paz y prosperidad en Rusia, sin embar- go, al cambiar la política interna, el gobierno ruso amplias, de dos pisos y techos de dos buscó imponer el servicio militar a toda su po- o cuatro aguas, ventiladas y limpias blación sin excepción alguna; los menonitas se y rodeadas de jardín y huerto. En el negaron arguyendo que la zarina Catalina la centro de estos llamados “campos”, Grande, quien los había invitado a poblar Ucra- nia, les había prometido —entre otras cosas— la San Antonio de los Arenales sufría exención del servicio militar. En 1874, los meno- una transformación. nitas emigraron a Canadá, donde el gobierno también les prometió exentarlos del servicio mi- Pero mientras los cronistas de la litar y permitirles practicar su propia religión y época insisten en contar cómo fue que llevar adelante su sistema educativo; sin embar- go, luego de la Primera Guerra Mundial, los go- el territorio chihuahuense adquiría su biernos provinciales de Manitoba y Saskatchewan identidad nacional, los menonitas de quisieron intervenir en el sistema educativo me- aquel entonces se consideraban a sí nonita como una forma de garantizar la imposición mismos exiliados, que habían tenido de la ideología nacionalista en su territorio; por eso, antes de llegar a México los menonitas soli- que salir de Canadá por razones de citaron la concesión de los privilegios menciona- conciencia religiosa en un principio, y dos (Loewen y Wolf, 2014). Cuauhtémoc, Chihuahua: ¿la ciudad de las tres culturas?... 31 los asentamientos menonitas por pri- rista en la región, antes mencionadas, mera vez en América Latina. fueron los principales factores del En Prusia, a finales del siglo xviii, “inconveniente” crecimiento demográ- fue expulsado este grupo de las ciu- fico de los vecinos mestizos de los dades porque lo consideraban una menonitas. Así, desde sus inicios en secta religiosa perniciosa (Estep, 2008: 1922, el ejercicio de la colonización 117). Fue allí donde comenzó el pro- menonita se insertó en una serie de ceso de formación étnica y la adopción conflictos regionales de carácter socio- de la agricultura como estilo de vida: político que contribuyeron a la activa en 1789 salieron de Prusia y llegaron delimitación de sus propias fronteras a Rusia, a lo que hoy es Ucrania, como en términos étnicos, pero también colonos agrícolas. Durante los casi cien territoriales, en contraste con el con- años que vivieron allí, persistieron en texto que encontraron en las estepas su religión y costumbres, en el uso de vacías de Canadá y Rusia, por ejemplo. la lengua y en el sostenimiento su La vecindad con el también inci- propio sistema educativo. Al salir de piente núcleo urbano de Ciudad Cuauh- Rusia y llegar a Canadá en 1874, tam- témoc, fue vista con recelo por parte bién les fueron dadas tierras alejadas de los líderes religiosos Altkolonier, de los principales centros urbanos y quienes prohibieron, por ejemplo, el los elementos en torno a los cuales uso de llantas de hule en los vehículos construyeron su identidad étnica, con- motorizados y tirados por caballos, con tinuaron (Loewen y Wolf, 2015: 8). el fin de desalentar las visitas al pue- En 1922, los descendientes de aque- blo mestizo por temor a la mezcla de llos antiguos peregrinos estaban or- sangre, que es todavía un rasgo em- gullosos de haber hecho lo que debían pleado por los menonitas contempo- con tal de preservar los principios de ráneos para explicar su resistencia a su identidad como pueblo escogido de los matrimonios interétnicos, y su Dios. Es decir, los menonitas como insistencia en mantenerse lejos de los grupo étnico, a lo largo de la historia asentamientos no menonitas.4 han construido las barreras y elemen- Taylor Hansen (2005: 21-22), por tos diferenciadores para evitar el con- su parte, señala el descontento que tacto e intercambio intercultural en hubo entre los pobladores mexicanos cada una de las regiones a las que han frente a la llegada de los menonitas: llegado. Pues para ellos, el aislamien- to o el apartarse de lo que todavía Casi desde el arribo de los primeros muchos consideran el mundo (la otre- grupos de colonos, hubo varios robos dad fuera de su propia comunidad) es cometidos contra los menonitas, prin- más un mandato religioso que una cipalmente de dinero y alimentos. cuestión social (Wall, 1969: 123). Sin También hubo algunos casos aislados embargo, la cercanía de la estación de ferrocarril de San Antonio de los Are- 4 Entrevista con R. Franz, historiador meno- nales y el resultado de la lucha agra- nita, agosto de 2014. 32 Ruhama Abigail Pedroza García de asesinato y violación de mujeres. laciones que las élites regionales, En abril de 1921, el gobierno federal convencidas de su ascendencia criolla, envió un piquete de soldados para sostuvieron con los indios de la región proteger a los colonos. Los asaltos fueron desiguales, racistas y violentas: siguieron, sin embargo, y los meno- las crónicas registran que ya desde los nitas, a pesar de su pacifismo, deci- tiempos de la Colonia, su desplaza- dieron armarse y salir en persecución miento por parte de los españoles y de aquéllos quienes creían culpables. mestizos dentro del territorio chihua- También organizaron patrullas para huense estuvo marcado por el conflicto vigilar las aldeas y sus alrededores y el enfrentamiento violento. “Cazan- durante la noche. A finales de 1929, do indios” se podía hacer carrera social el gobierno federal empezó a destacar y política que redituaría en la conse- piquetes de soldados en cada aldea. cución de cierto tipo de beneficios. Los Los oficiales encargados tenían la agraristas, incluso, argumentaron que autoridad para enjuiciar en seguida las tierras que recién compraban los a las personas acusadas y, si según menonitas les pertenecían por derecho, su criterio eran consideradas culpa- pues algunos de sus antepasados ha- bles, llevar a cabo su ejecución. La bían sido compañeros de correrías de aplicación de esta drástica medida Pedro el Cojo, antiguo cazador de apa- resultó en una disminución notable ches (Castro, 2016: 187). No obstante, de los casos de robos y otros actos como señala Aboites (2000: 486), el criminales contra los menonitas. proceso de mestizaje de las élites crio- llas comenzó a finales del siglo xvi con Este atropellado inicio de las rela- la llegada de ciones interétnicas en la región, orien- tó el desarrollo posterior de ellas y tlaxcaltecas, peones y arrieros mi- contribuyó a la construcción de las choacanos y mexicanos; más adelan- fronteras simbólicas, raciales, territo- te por el arribo de trabajadores del riales e, incluso, económicas que se centro del país que buscaban los viven hoy en aquella región. mejores salarios del ferrocarril [y también hay que tomar en cuenta] el ¿Y LOS RARÁMURI? regreso de los expatriados y el fenó- meno de las maquiladoras La llegada de los españoles al territo- rio de lo que hoy es Chihuahua estuvo pero la negación de la mezcla respon- acompañada de la lucha armada y de a los intereses de las élites burgue- cruenta contra los apaches y comanches, sas del norte del país por vincularse por un lado, y el sometimiento de los con el criollismo, pues identificarse con “pueblos de paz” por el otro, entre los españoles fue el intento de escribir los que se contó a los tarahumaras una historia “épica, blanca y exenta después de someterles poco a poco de indios” (Aboites, 2000: 487), que (González y León, 2000: 43). Las re- tuvo la finalidad de construirse a sí Cuauhtémoc, Chihuahua: ¿la ciudad de las tres culturas?... 33 mismos como los conquistadores del rras de comunidades y pueblos tanto desierto, gracias a la fuerza moral y por las deslindadoras como por los la disciplina austera de los primeros propios terratenientes. pioneros. Los rarámuri, por su parte, respon- Estos atropellos se acompañaron, dieron en función de los acontecimien- además, de la creación de leyes que tos: consideraron al hombre blanco o imponían una estructura política ver- chabochi como una representación del tical, en la que las comunidades y mal, opuesto a todo lo sagrado y se pueblos perderían su propia autonomía, replegaron hacia la sierra (González y lo que llevó a la rebelión de Tomochi León, 2000: 13). Fueron los mestizos en 1892. “criollos” quienes llevaron la disputa por Con la contracción de su territorio el territorio al nivel de las instituciones físico a causa del despojo y el avance jurídicas y legales, imponiendo y ma- de las mineras y de las compañías fo- nejando a conveniencia acuerdos y restales, así como por la imposición de tratados sobre la división y propiedad un modelo organizativo vertical en tiem- de la tierra, reconfigurando a lo lar- pos de la Colonia y la concentración go de tres siglos el rostro de las fron- en misiones o pueblos, los rarámuri teras territoriales y de las relaciones tuvieron que transitar por la ruta de sociopolíticas en Chihuahua. Mientras las relaciones interétnicas, como pue- tanto, los apaches y comanches seguían blos necesitados de asistencia y civili- luchando por la conservación de su zación. De hecho, en el discurso mismo territorio. Por ello representaron un del festival, ellos no son considerados “severo obstáculo no sólo para los go- fundadores del municipio de Cuauhté- bernantes y terratenientes chihua- moc, aunque sí se les observa como una huenses, sino también para la simple especie de presencia fantasmagórica expansión del capital, lo mismo que constante y son relegados al margen para la consolidación del Estado” (Aboi- del diálogo y la negociación política que tes, 1989: 69), hasta su derrota en 1885. se da entre los mestizos y menonitas, Por otra parte, el contexto del mo- quienes se ven a sí mismos como he- vimiento revolucionario en el estado rederos del espíritu conquistador y de Chihuahua estuvo marcado por el progresista del hombre blanco. despojo y la apropiación de tierras ini- En el imaginario folklorista que el ciados por unas cuantas familias que festival impone, los indígenas de la se habían erigido como los defensores sierra tarahumara también ocupan su de la sociedad durante la guerra con- lugar. A ellos se les puede ver andan- tra los apaches. Pero como el mismo do y pidiendo kórima5 por las calles Aboites (1989: 71) señala 5 La práctica del kórima en el ámbito urbano es muy criticada, sobre todo porque conlleva la con la terminación de esa guerra y inclusión de los niños en el trabajo de los adultos. ante el nuevo contexto económico Y mientras los rarámuri la entienden como una local, se abrió paso al despojo de tie- forma de enseñar a los niños a trabajar, los mes-

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