/09 VICENTE LECUNA Crónica Razonada de las Guerras de Bolívar Segunda edición La Fundación Vicente Lecuna en homenaje al Sesquicentenario de la Independencia de Venezuela. Caracas 19 de abril de 1960 j. VICENTE LECUNA Crónica Razonada de las Guerras de Bolívar Formada sobre documentos, sin utilizar consejas ni versiones im- propias. Conclusiones de acuerdo con hechos probados, y la natu- raleza de las cosas. TOMO I Segunda edición NEW YORK, N.Y. THE COLONIAL BOOKS 1960 PRINTED IN THE UNITED STATES OF AMERICA BY THE COLONIAL PRESS INC., CLINTON, MASS. SIMON BOLIVAR Del natural por Carmelo Fernández. ;(cid:9) ,d4 s.4-CS-311 , , q1.1 NeC,ZDZSICI t3(13.0 `Y.111O' 1.4 10.1% TI-11Ydaa -00,03 üfl -satreik ap uunoal uTivqoa Á nal:rupia ap runoai euao ',Turre° ap runaari euguatuA "q uunaal aluaou sob qui u Á 'suzoureil reqoasa runa usodsa !in ap ni u 'reqoasa tpoqius uauLreD aions uunaaq usnueu saaped sviu ap upoulam n u uno -e4sa oapaci PROLOGO Nos hemos atrevido a escribir esta obra en el deseo de pre- sentar al público exactamente cómo fueron las operaciones mili- tares realizadas por Bolívar, en el trascurso de sus guerras. A pesar de las admirables colecciones de documentos publicadas por Yanes & Mendoza, Blanco & Azpurúa y O'Leary, era necesario una larga investigación para llenar sus lagunas. Compónense aquellas en lo principal de documentos tomados de los copiadores de Bolívar, existentes en su archivo, pero como muchos copiado- res habían desaparecido en su tiempo, perdidos en la guerra, las colecciones no son completas. Nosotros hemos dedicado nuestra actividad a llenar esos vacíos. Parte de los documentos encon- trados los hemos publicado en boletines de la Academia de la Historia y los restantes los conservamos en copia en una colección denominada Documentos Inéditos. Los originales permanecen en los archivos nacionales o se han colocado en el de Bolívar. Realizado este trabajo, se han podido presentar las opera- ciones militares en su verdadera naturaleza, mientras en nuestras obras de historia aparecen deformadas o incompletas por falta de datos, de estudio, o de conocimientos del arte militar clásico. Por tales motivos las campañas de Bolívar dan la impresión de una obra maestra de pintor, cubierta de manchas, remiendos inadecuados, retoques de manos burdas y borrones. Limpiarla ha sido nuestra labor. Multitud de operaciones brillantes pasaban desapercibidas: por ejemplo la maniobra de Barinas con el objeto de aislar a los enemigos y atacarlos por direcciones inesperadas: el campo atrin- cherado de San Mateo, donde podíase conservar la libertad de movimientos: la atrevida persecución a Boyes después de Boca- chica, las maniobras en la primera batalla de Carabobo para inci- tar a Cagigal a tomar la ofensiva, no figuran en nuestros libros de vi historia. La expedición de Los Cayos dirigida hacia el Este en lugar de la vía directa tenía por objeto sorprender a los enemigos. La ocupación de Carúpano durante cierto tiempo para obligar a los enemigos a evacuar el extremo Oriente, o sean las regiones de Güiria y Maturín, el desembarco de Ocumare frustrado por inci- dentes adversos, pero de grandes consecuencias al conmover la República, son operaciones bien concebidas, ajustadas a los prin- cipios y de grandes resultados. Las de Barcelona, trastornadas por Mariño, estaban olvida- das. El movimiento sobre Clarines tuvo un fin útil. A la toma de Guayana, en nuestras obras de historia le falta lo principal: la lucha decisiva para rendir las dos plazas fuertes. Estas se abaátecían de la marina española, dueña de la nave- gación del Orinoco. Desde Barcelona, el general Bolívar enunció la imperiosa necesidad de eliminarla del río, como único medio de rendir las plazas, y en efecto sólo se libertó a Guayana cuando el almirante Brión entró al Orinoco y apoyado por el ejército de tierra al mando de Bolívar, batió la escuadra española en la ba- talla de Cabrián. Esta concepción de Bolívar y la lucha consi- guiente no se mencionan en nuestros libros de historia. El medio más eficaz de alcanzar la superioridad es la sor- presa en vasta escala. La dada a Morillo en Calabozo en 1818 por su oportunidad, precaución en las operaciones y audacia, tiene los caracteres de una obra maestra. Sin lograr los resultados de esperarse, por las resistencias de Páez, y a pesar de las derrotas finales, se pudo mantener el equilibrio de las fuerzas. La expedición a Boyacá es de las operaciones mejor ex- puestas por nuestros historiadores. Nosotros presentamos descrip- ciones del terreno; hacemos notar el cambio gigantesco del teatro de operaciones, cubierto por la estación lluviosa y las distancias, las razones de tomar la vía de Pisba, las admirables maniobras de Sogamoso y de Paipa, y las efectuadas en el campo de Boyacá. Siempre señalose Bolívar por sus persecuciones activísimas. Es el medio eficaz de prolongar los efectos de la victoria. La rapidez de la invasión a las provincias granadinas fue la aplica- ción de este principio. En la campaña de Carabobo se observan: el principio de wunpari aluaalA .ofrqu.x4 aqsanu tia aluaux -zuoua opupnke uti sou sprzuN ap 4a.1.1ua Jarpsa uwouas uZ •SuOVIOD no Junllog ay) plum BSeD ui ua nein as 'nulo u4sa ua soppnpoidal `smog ouj, ouerozauaA Joluld aiqui.ou pp soapólsIg soipuno -ulasaut vi u rallua supulap uIs `supoiiud -SO sauoIsimp sur aluauremsaons inuq ap axons ap -cianea' ti Á ap ulo° pp opirs apprplaA p opuureuas ‘zni opuous soulaq up sonosoN opdtua4 usdle ap ~TM sur no sumo '494 aloe osons -room pp sunmsa seso ouioo uptualua ugulsa reulluz ocie jopl ulsyk ap o3und p apsap cationouXy ap uffuluq uZ .sorra sopo]. ap u9pdaoiad upIclux C upexa ns Jod Salucluoa sol ua sanzaÁnpur saiopuj sosiamp so' ap OpT.Tied reOES andxua-fs unes o .0uau Jainbiuna ua alugumo p omusIanpu pu aaoano ap anu_inisoa ns op-emas somati alons ap suwedutua sapientupu su' ua -susJanpu sareiont sauop -Tpuoa na a4equloo un iup u opulliqo elseq ‘awanreD ap upiud -sa q anos ualaláua Á upIclyi 'en.o!~ i arlunf ap uuuclurea ui ap sanopuxado Á soldaouoo sns Á cuuoqulog ap Euaduiea uj na sulauxa sauoysInaid sns frit-1411~0n ui Á uutuum apsap "MI iOd wad pe ]asad ap rompí" ap soloalpid so' sooun-Buos umaruj, -supuornasuoa sns lod umspap `‘°11'W€1 rp na sapuudsa so' ap otioaiap oonell p anos unoirunut ep :suoureD anos zapsuu.lag ap u9IsJamp apinquipu up :onaing BIVIO° Bzoulyg 1.19 opurn. -aoja tu apufatuas `auoi, -el u iumumu! -Bird areuung u apuune p ouloo `supuoIpp suigoi[umn :n9T-Mpin sulpruiu IEZI111011009 'alud `pupTin29s ap oa4uap olund ja uluun as wad 'uoyunax ns rectio4sa uuxaypnd ou solpuaua sol apuop ~Immo su' re.1111901109 ITA INTRODUCCION Primeros años. La Colonia venezolana, sin minas de oro y plata, había ad- quirido hacia fines del Siglo XVIII, cierto grado de prosperidad por la agricultura y la cría de ganados y caballos. La malaria era el mayor obstáculo al desarrollo del país. Los indios de la Sierra, de clima fresco, no resistían los ardientes de la costa. Para el cul- tivo del cacao se imponía traer africanos refractarios al flagelo y al clima (1). Cualesquiera que fuesen los defectos de los conquistadores, sin duda, por su audacia y heroismo, eran una selección de la raza. Los sucesores dedicados a la vida agrícola, y aislados del resto del mundo, conservaron sus virtudes. En el trascurso del tiempo se formó una brillante sociedad. Los Bolívar descendientes de muchos conquistadores sólo habían conocido en dos siglos la vida americana. Siete genera- ciones de su raza vivieron en la Colonia, Simón de Bolívar el Viejo, contador de la real hacienda y procurador de la Provincia ante el Rey Felipe II; Simón de Bolívar el Mozo, como su padre contador de la real hacienda, obtuvo el 17 de setiembre de 1593, tina encomienda de Indios Quiriquires en los Valles de Aragua, a cuyo lado fundaron sus descendientes la hermosa hacienda de caña dulce de San Mateo, finca principal del vínculo de la fa- milia Bolívar. Dos poseedores de este mayorazgo, traspasado de padres a hijos, Antonio de Bolívar y Luis de Bolívar, alcaldes de Caracas y corregidores en los Valles de Aragua, mantuvieron su rango convenientemente. En la visita efectuada en 1661 a la en- comienda de San Mateo, por el capitán general Pedro de Pones y Toledo, se comprobó en juicio contradictorio, que los Bolívar ( 1) Georges Scelle. La Traite Negriere. Paris, 1906, II, 693.