Description:En su Historia General de España, Juan de Mariana cita con frecuencia la Crónica del moro Rasis, al que considera «historiador antiguo y grave», y del que nos informa que en el año 976 «el moro Rasis envió sus Comentarios, que escribió en arábigo de las cosas de España, a Balharab, miramamolín de África, a cuya persuasión y por cuyo mandado los compuso.» En realidad, Mariana mantiene la admiración que le habían mostrado los distintos historiadores españoles desde el siglo XIII, en tiempos de Rodrigo Jiménez de Rada, buen conocedor del árabe, en su De rebus Hispaniae, y que será continuada en la obra de Alfonso X. Ahmad ibn Muhammad al-Razi (888-955), procedente de una familia interesada en la historia, compuso su Ajbar muluk Al-Andalus, o Historia de los emires de Al-Andalus, en la época de mayor esplendor de la España musulmana, la del califa Abderramán III. Considera la península Ibérica como una unidad geográfica y le concede el protagonismo en su obra, ya que se centra en narrar las acciones de los distintos pueblos que se establecen en ella con el paso de los siglos. La Crónica se compone de tres partes diferenciadas: una descripción geográfica de la península, una historia de la Hispania preislámica, y otra de Al-Ándalus, desde la conquista musulmana hasta el siglo X. La obra original fue traducida al portugués en el siglo XIV: «Et nos maestre Mahomad, et Gil Pérez, clérigo de Don Peynos Porcel, por mandado del mui noble rrei Don Dionis, por la gracia de Dios, rrei de Portogal, trasladamos este libro de arábigo en lengua portogalesa, et ternemos por bien de seguir el su curso de Rasi. De mi, Gil Pérez, os digo que non mentí mas nin menos de quanto me dixeron Mahamad, et los otros que me leieron»; y al castellano en el siglo XV, posiblemente para complementar la monumental Crónica sarracina de Pedro del Corral, obra de ficción sobre Don Rodrigo, el último rey visigodo. De esta versión castellana proceden los tres manuscritos que han llegado a nuestros días: en las bibliotecas de la Catedral de Toledo, de San Lorenzo de El Escorial y pública de Cáceres. La crónica de Rasis fue constantemente utilizada, citada y, también, interpolada a lo largo de los siglos. No es de extrañar, por tanto, que desde el siglo XVI se comenzara a dudar de su valor historiográfico. Pero a mediados del siglo XIX, el arabista Pascual de Gayangos la estudia y publica, demostrando su autenticidad. De aquí procede el texto que editamos. Sin embargo, Gayangos mantiene la duda sobre la originalidad de la historia presislámica: «Es probable que el traductor portugués, no hallando en los escritos de Ar-Rázi una noticia bastante extensa de los reyes de la España primitiva, de la venida de los fenicios, cartagineses y romanos; de la irrupción de los alanos, suevos, vándalos y otras naciones del Norte, de los godos y sus reyes hasta los tiempos de Don Rodrigo, supliría dicha falta con ayuda de los cronicones y memorias que hubiese en su tiempo; quizá también con las poéticas tradiciones de una edad en que la fábula y las ficciones caballerescas remplazaban las mas veces á la historia». Sin embargo, estudios posteriores de Menéndez Pidal, Sánchez Albornoz, y Diego Catalán se inclinan a concederle plena validez.