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Cronica De Un Grupo PDF

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Colección PSICOTECA MAYOR Psicología, psiquiatría y psicoanálisis GILI-O'DONNBLL El juego MANNONI, M. La primera entrevista con el psicoanalista MINUCHIN, S. Familias y terapia familiar WINNICOTT, D. W. Realidad y juego SMALL, L. Psicoterapias breves KAËS, R. El aparato psíquico grupal KAËS-ANZIEU Crónica de un grupo LAPASSADE, G. La Bio-energía - Ensayo sobre la obra de Wilhelm Reich LEMOINE G. y P. Teoría del psicodrama En preparación VERDIGLIONE, DELEUZE Y OTROS Psicoanálisis y semiótica CHERTOK-DE SAUSSURE Nacimiento del psicoanalista BERGERET, J. La personalidad normal y patológica WINNICOTT, D. W. The Piggle. Psicoanálisis de una niña pequeña SERIE FREUDIANA dirigida por Oscar Masotta TAU'SK, V. Trabajos psicoanalíticos MASOTTA, O. Lecciones de introducción al psicoanálisis. Vol. I FREUD-WEISS Problemas de la práctica psicoanalítica (Correspondencia) FREUD-ABRAHAM Correspondencia René Kaës Didier Anzieu CRONICA DE UN GRUPO Título del original francés: Chronique d'un groupe © Bordas, París, 1976 Traducción: Hugo Acevedo Cubierta: Rolando-Memelsdorff 1ra. Edición en Barcelona, octubre de 1979. © by GEDISA S. A. Muntañer 460, Entio. 1a. Teléfono: 211 05 16 Barcelona/España ISBN: 84-7432-076-3 ISBN: 84-400-213-X (Colección) Depósito Legal: B. 32227-1979 La reproducción total o parcial de este libro en forma idéntica o modi- ficada, escrita a máquina o con sistema multigraf, mimeógrafo, impreso, etc. no autorizada por los editores, viola los derechos reservados. Cual- quier utilización debe ser previamente solicitada. Impreso en Gráficas Diamante Zamora 81 – Barcelona Impreso en España Printed in Spain I N D I C E Presentación d el. do.cum.en.to. e i.ntr.od.ucc .ión a .la lec.tura p.or . René Kaës 9 . . . . . . . . . . . . . Primera sesión 27 comentarios de René Kaës, 36; comentarios de Didier Anzieu, 49. . . . . . . . . . . . . . Segunda sesión 55 comentarios de R.K., 62; comentarios de D.A., 69. . . . . . . . . . . . . Tercera sesión 73 comentarios de R.K., 79; comentarios de D.A., 84. . . . . . . . . . . . . . Cuarta sesión 87 comentarios de R.K., 92; comentarios de D.A., 95. . . . . . . . . . . . . Quinta sesión 99 comentarios de R.K., 108; comentarios de D.A., 114. . . . . . . . . . . . . . . Sexta sesión 117 comentarios de R.K., 125; comentarios de D.A., 128. . . . . . . . . . . . . . Séptima sesión 133 comentarios de R.K., 142; comentarios de D.A., 145. . . . . . . . . . . . . Octava sesión 149 comentarios de R.K., 157; comentarios de D.A., 160. . . . . . . . . . . . . . Novena sesión 163 comentarios de R.K., 173; comentarios de D.A., 177. . . . . . . . . . . . . . Décima sesión 181 comentarios de R.K., 191; comentarios de D.A., 195. . . . . . . . . . . . . Undécima sesión 197 comentarios de R.K., 205; comentarios de D.A., 208 . 7 . . . . . . . . . . . Duodécima sesión 211 comentarios de R.K., 221; comentarios de D.A., 225. . . . . . Décimotercera sesión (suplementaria) 231 comentarios de R.K., 223; comentarios de D.A., 236. . . . . . . . . . . . . . . ANEXOS 237 . . . Cuadro de notas individuales de e v a l u a c i ó n 240 . . . . . . . . . . . BIBLIOGRAFIA 241 8 PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO E INTRODUCCION A LA LECTURA por René Kaës El protocolo que constituye el objeto de la presente publicación se ha elaborado sobre la base de las notas manuscritas que tomé como observador en el curso de una temporada de grupo de diagnóstico ocurrida en 1965. Su monitor era Didier Anzieu. Él y yo hemos completado este protocolo con nuestros propios comentarios; en el texto que se va a leer los hemos señalado, respectivamente, con nuestras iniciales: RK y DA. Las diferentes circunstancias que presidieron la organización de la temporada y el desarrollo del grupo merecen que las precisemos y distingamos de las atinentes a la elaboración del protocolo propiamente dicho. 1.1. El proyecto de la temporada se formuló por primera vez en el curso de la reunión anual de la Asociación Regional de Psicólogos, que habría de ser su promotora. El orden del día de la reunión hacía hincapié en las necesidades de formación en el caso de los psicólogos, así como en el papel que podía desempeñar la Asociación para responder a ello. Se formuló la idea de proponer una temporada de grupo de diagnóstico y se me encomendó la organización de ésta dentro del marco de las actividades de la Asociación. Me puse, pues, en contacto con el futuro monitor del grupo, a quien transmití, además, una solicitud proveniente de los responsables de la Asociación acerca de una conferencia pública en la Universidad sobre un tema de su elección. Satisfechos con aprovechar cumplidamente y para el mayor número posible la llegada 9 del monitor, los responsables de la Asociación difundieron entre todos sus afiliados una información relativa a ambas actividades, a la segunda de las cuales se la puso bajo la égida conjunta de la Sociedad Regional de Filosofía y de la Asociación de Psicólogos. Se inscribieron veintitrés personas, en su mayoría miembros de la Asociación; once de ellas iban a preferir aplazar su inscripción para una temporada posterior, organizada de allí a cinco meses con el mismo monitor 1. Se previo una duración de cuatro días: desde el jueves a las 16 hasta el domingo a las 12 y 30. El grupo se componía de cinco mujeres y siete varones; diez eran psicólogos, y dos psiquiatras. La edad oscilaba entre los 25 y los 50 años. Se solicitó una contribución de 200 francos por persona. Los observadores eran un colega, docente de otra universidad, y el coautor del presente documento. 1.2. Cuando los participantes inician la temporada, cada uno de ellos ya ha efectuado un trabajo psíquico de tipo particular a propósito del grupo de diagnóstico y del monitor. También éste y los observadores han pasado por ese período de trabajo previo, al que llamo preelaboración (Kaës, R., 1973 b) y que se le puede comprender como el tiempo de la movilización de las disposiciones transferenciales anterior a toda puesta en situación efectiva de grupo de diagnóstico. Es un trabajo que puede ser descrito en términos de regresión y de elaboración de defensas contra la futura situación. Lo que particulariza a la preelaboración en el caso que aquí nos interesa es la circunstancia de que ésta posee desde un primer momento una dimensión grupal e institucional. En efecto, la demanda de formación y la oferta que la revela y responde a ella se toman dentro de la textura de relaciones institucionales y grupales y de una razón social: la de la Asociación de Psicólogos; allí convergen o se precisan ciertas identidades profesionales (prácticos, docentes, investigadores, clínicos y consejeros de orientación); allí se enfrentan diferentes opciones relativas al contenido y los métodos de formación del psicólogo y, por sobre todo, diferentes concepciones de la psicología. Así, los sostenedores de la «dinámica de grupo», como entonces se decía, constituían una corriente minoritaria y, a la vez, dividida entre tendencias de orientación teórica y metodológica divergentes y hasta juzgadas opuestas (lewinianos, morenianos, rogerianos, freudianos; clínicos, 1 Iba a ser el grupo llamado de la Camargue (cf. Didier Anzieu, Le groupe et l'inconscient, 1975, págs. 154 y 189-190). 10 experimentalistas...). También por eso, sin duda, no bien se solicitaba la intervención de un monitor —clínico, psicoanalista y docente— en un terreno en el que la psicología clínica se hallaba aún poco desarrollada dentro de la dirección de los grupos de formación, era poco menos que necesario que aquélla se prolongara merced a una actividad pública, didáctica, notoria (en vista de su notoriedad) y gratuita (a diferencia del costo de la temporada). Dentro de ese contexto, los participantes que se inscriben en la temporada toman posición en el campo de fuerzas por que atraviesa la Asociación a propósito del grupo de formación por ella promovido, campo en el que figuran los observadores y el monitor; y éste ya ocupa un sitio bien deslindado en el espíritu de cada uno de los participantes, así como en el de los promotores y los observadores: «No hemos traído a un cualquiera...», pude oír a menudo, y también yo lo pensé. Espera tal tenía su reverso, y éste apareció en el curso de la temporada y hasta mucho después. La preelaboración no fue, claro está, un trabajo previo exclusivo de los participantes. Lo que yo aguardaba del grupo y el monitor, de mi compañero de equipo y de mí mismo, dentro de la posición de observadores que iba a correspondemos, revela haber desempeñado un papel, en lo que a mí concierne, en el desarrollo de la temporada y sobre sus consecuencias. Yo deseaba desarrollar en la región una corriente de interés por la psicología social clínica y proseguir mi propia formación en el trabajo psicoanalítico dentro de los grupos de formación. Además —y éste no es uno de los motivos menores de mi actividad—, no hacía mucho que yo había realizado una primera experiencia como participante y conservaba de ella un recuerdo más bien desagradable. Quería probarme a mí mismo y tranquilizarme escogiendo el monitor que parecíame el mejor según mi ideal de entonces. Hoy me parece con mayor claridad que el hecho de esperar ver triunfar a aquel monitor ideal era también ponerlo a prueba a él mismo. Mi colega coobservador y yo nos manteníamos en »sa posición admirativa —¡pero cuán insidiosa!— del alumno que hace del maestro un héroe; seríamos testigos privilegiados y hasta colaboradores de la realización de hechos insignes. Era, pues, menester que en cierto modo le dificultásemos la tarea. No dejé de hacerlo-, y así fue como, por ejemplo, apenas di información ninguna, en el curso de nuestro trabajo en común, sobre las circunstancias que habían determinado la preparación de la temporada. No comuniqué al monitor mis personales reacciones respecto de sus interpretaciones cuando éstas me parecían desacertadas, o demasiado largas, o insuficientes. Sólo le 11 señalé mi acuerdo y mi aprobación, y reservé para mi compañero de equipo algunas críticas del monitor, sin reconocer mi sentimiento de rivalidad para con éste. Aquellas circunstancias, que definen la intertransferencia y que sólo hube de descubrir posterior y progresivamente, hoy me parece que tornan necesario lo que no practicábamos a la sazón, esto es, el análisis de la prehistoria del grupo y el análisis de las relaciones intertransferenciales dentro del equipo intérprete. Las disposiciones previas a la temporada (la falta de su análisis institucional) y el estado de adelanto de la técnica y la teoría del grupo de diagnóstico en 1965 ejercieron cierta influencia sobre lo que sucedió en el curso de la temporada. Las torpezas de carácter técnico que hoy revelaré, las insuficiencias o los errores en el establecimiento de la situación operatoria y las modalidades o los contenidos de la interpretación que íbamos a poder apreciar de otra manera diez años después han contribuido, no obstante, a estimular la investigación sobre el método y la teoría del grupo de formación; por ejemplo, a propósito de lo imaginario en los grupos y de la ilusión grupal (Didier Anzieu, 1966, 1971, 1972), de la transferencia y el liderazgo como expresión de la resistencia (A. Béjarano, 1972), del proceso ideológico, de la regresión, del aparato psíquico grupal y del análisis intertransferencial (R. Kaës, 1971, 1973 b, 1976 a, 1976 bj. Las inevitables «flaquezas» que entonces experimentamos nos han estimulado: representan en parte la calidad de la experiencia que los participantes pudieron vivir, y el interés científico que este documento presenta es tributario de esas dificultades. 1.3. Redactar el protocolo de los intercambios entre los par- ticipantes de un grupo de diagnóstico requiere un doble disposi- tivo: de registro y de transcripción. Uno y otro plantean proble- mas de carácter técnico relacionados con la tarea por efectuar y con su finalidad. El registro debe permitir conservar la huella sonora, escrita o en imagen de los acontecimientos sobrevenidos en el curso de la temporada y, de ser posible, de aquellos que, relacionados con ellos, sobrevienen fuera del tiempo y el espacio inmediato de las sesiones. Miras tales parecen requerir el registro integral no sólo de los intercambios verbales, gestuales y gráficos, sino también de las posiciones, posturas y actitudes de los participantes: se nece- sita, por tanto, la preparación de todo un dispositivo complejo, 12

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