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Crisis del signo : política del ritmo y teoría del languaje : edicíon bilingüe = Crise du signe : politique du rythme et théorie du langage PDF

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HENRI MESCHONNIC Crisis del signo. ^ Política del ritmo y teoría del lenguaje signe Politique du rythme et théorie du langage Edición bilingüe traducido del francés por Guillermo Piña-Contreras Comisión Permanente de la Feria del Libro Santo Domingo, República Dominicana, 2000 Henri Meschonnic Crisis del signo : política del ritmo y teoría del lenguaje = Crise du signe : politique du rythme et théorie du langage / Henri Meschonnic; trad. del francés por Guillermo Piña- Contreras.— Santo Domingo : Comisión Permanente de la Feria del Libro, 2000. 107p. 1. Filosofía del lenguaje I. Piña Contreras, Guillermo, tr. II. Título III. Título: Crise du signe : politique du rythme et théorie du langage 401 M578c CEP/INTEC © 2000: EDICIONES FERILIBRO ISBN 99934-802-9-0 EDICIÓN AL CUIDADO DE José Chez Checo DISEÑO DE CUBIERTA Y ARTE FINAL Ninón León de Sáleme IMPRESIÓN Editora Corripio Impreso en República Dominicana Contenido PRESENTACIÓN DIÓGENES CÉSPEDES...................................................................................... 9 CRISIS DEL SIGNO Política del ritmo y teoría del lenguaje Nuevo concepto del ritmo....................................................................... 13 ¿Y el genio de las lenguas?...................................................................... 29 Genio, más genio, todavía más genio ................................................... 35 La poética como crítica del lenguaje en las humanidades.................... 39 Manifiesto por un partido del ritmo ....................................................... 47 CRISE DU SIGNE Politique du rythme et théorie du langage Le rythme n’est plus ce que vous croyez........................................................... 6l Et le génie des langues?........................................................................... 77 Du génie, encore du génie, toujours du génie...................................... 83 La poétique comme critique du langage dans les sciences humaines................................................................. 85 Manifeste pour un parti du rythme......................................................... 93 Presentación DIÓGENES CÉSPEDES Es un honor para mí que la Presidencia de la Comisión Perma­ nente de la Feria del Libro me haya solicitado que haga la presen­ tación de la conferencia, en edición bilingüe francés y español, titulada Crisis del signo: política del ritmo y teoría del lenguaje de Henri Meschonnic. Esta conferencia fue dictada el año pasado en el marco de la Feria del Libro y su presidente, José Rafael Lantigua, aceptó con el beneplácito con que siempre trata los más altos asuntos litera­ rios, la publicación de este texto cuya solicitud le ponderamos en razón de que desde hace unos veinte años se viene difundiendo en el país la poética de Meschonnic y son pocos los textos dispo­ nibles para los lectores a fin de que entren en relación con esta singular teoría de la escritura1. Me atrevo a asegurar que la obra que hoy se pone a disposición de un amplio público interesado no solamente en esta teoría, sino también en los elementos que ella expone acerca del valor de la obra literaria, habrá de aclarar a no pocos espíritus que buscan con 'Exceptuando los artículos de Meschonnic publicados en los números 5, 6, 7 y 8 de la revista Cuadernos de Poética de 1985 a 1986 (“Para la poética”, “El lenguaje, el poder” y “El marxismo excluido del lenguaje”) y el libro Para la poética (Editora de Colores, 1996), no se conoce ningún otro texto de la autoría de Henri Meschonnic. Esta conferencia es un pode­ roso esfuerzo de síntesis de los últimos libros del creador de la poética y una ayuda trans­ parente a fin de que el lector acceda al conocimiento de este discurso, sobre todo a partir de la definición de los conceptos de sujeto y ritmo, tan ampliamente trabajados que no dejan lugar a ningún tipo de confusión. afán un enfoque nuevo que les ofrezca un saber que atraviesa las teorías tradicionales acerca de la literatura y les ponga en el cami­ no de un conocimiento nuevo que explique cómo determinar los conceptos de la poética meschonniciana en su relación insepara­ ble con la historia, lo político, el Estado, el individuo, lo social, el poema, el sujeto y la traducción. Es un privilegio enorme que le ha correspondido a la República Dominicana que en su suelo se hayan traducido estos textos de Meschonnic como libros independientes antes que en otras cultu­ ras con más recursos y tecnología que la nuestra. Y esto lo afirmo en razón de que esta teoría de la poética es una revolución cabal del pensamiento del autor que ha creado un saber nuevo sobre el lenguaje y el poema y los demás conceptos que les son insepara­ bles, sin que exista posibilidad alguna de que nuestros intelectua­ les puedan recuperar -como fue el caso de vanguardias poéticas anteriores- algún concepto aislado de este método y convertirlo en un discurso metafísico, es decir, en una teoría tradicional mantenedora del orden. Al tratarse de un pensamiento entendido como un sistema, cual­ quier intento de aclimatar partes aisladas con la finalidad de recu­ perarlas y definirlas conforme a la metafísica, se convierte ipso fado en un rotundo fracaso. No se adentre el lector en este y otros textos de Meschonnic en la creencia de que una lectura única basta para conocer su poética. Este sistema de pensar de Meschonnic no se reduce a un efecto de salón donde las citas eruditas poseen un poder encan­ tador, tampoco es su pensamiento citable para acomodarlo a una circunstancia festiva o a un efecto de demostración de poder. El uso de uno cualquiera de los conceptos de la poética de Meschonnic al margen del sistema que ella implica, produce un efecto de hilarante ridiculez. Lo que Meschonnic nos presenta es un conocimiento, un tramo de un pensamiento, o sea, de una creatividad, de un ejercicio del pensar. Dominar este pensar es ya un acto de transformación de una teoría tradicional -la del signo- y una posibilidad de que nuestro pensar transforme la teoría de su inventor. 21 de marzo del 2000 Crisis del signo Política del ritmo y teoría del lenguaje Nuevo concepto del ritmo Para la mayoría de la gente, asimilar el ritmo y la política tiene algo de sorprendente e insensato. La noción de ritmo evoca espontáneamente los versos en la poe­ sía, la música, incluso la respiración, los latidos del corazón, las mareas, la alternancia del día y de la noche... aunque también exis­ ten las cadencias de trabajo en las fábricas y las marchas militares. Para casi todo el mundo el ritmo evoca esas cosas que, a simple vista, no ofrecen parentezco alguno con la política o lo político. De ahí surge la necesidad de reconocer la historicidad radical del pensamiento, inseparable de su capacidad y de su necesidad de intervención. Para pensar en relaciones que nunca se piensan. En lo que a la política se refiere todo el mundo tiene una no­ ción. Basta con abrir el periódico cada mañana. Es la vida pública, con todas las formas que pueda adoptar, en una dictadura o en una democracia, según los diferentes regímenes políticos, con su funcionamiento parlamentario o no, las elecciones (fraudulentas o no), las relaciones entre el poder, la fuerza y las libertades indivi­ duales. Eso es la política. Cada quien tiene su concepto. Aparentemente no tiene relación alguna con el ritmo. Y sin embargo. Planteo que existe una política del ritmo y de la teoría del lenguaje. Lo que no tiene nada de evidente. Pero trataré de demostrarlo. En lo que concierne a la teoría del lenguaje, la expresión misma evoca, para la mayoría, la lingüística y, en cierto modo, la filosofía. En efecto, la lingüística es una disciplina técnica que consiste en estudiar cómo actúa el lenguaje y cómo funcionan las lenguas. Y, como toda disciplina, tiene su historia. No muy antigua ya que comienza a principios del siglo XIX. Digamos, sin entrar en deta­ lles, que como todas las ciencias la lingüística está constituida por el estado del saber de una época: lo que sabían y lo que hacían los lingüistas del siglo XIX no tiene mucho que ver con lo que saben y lo que hacen los lingüistas del siglo XX. Además, existen doctrinas muy diferentes y que por lo general se excluyen entre sí. Como la gramática generativa de Chomsky y la lingüística del discurso de Benveniste. Los sociolingüistas han estudiado las políticas lingüísticas, las políticas de la lengua. Por ejemplo, en Francia, durante la Revolución, la lucha contra las lenguas regionales y los dialec­ tos, pues el mensaje revolucionario debía transmitirse en fran­ cés. Esa lucha se mantuvo durante el siglo XIX. La lucha (política y cultural) por la diversidad cultural y las lenguas regionales es muy reciente. Cada país tiene problemas de este tipo. Pero esto no tiene nada que ver con el tema que vamos a estudiar aquí. En cuanto a la filosofía, se puede decir que desde Platón, pero de manera muy diversa, el lenguaje ha sido un objeto filosófico -hasta Heidegger y Derrida; o Austin y la pragmática contemporánea que sigue otra tradición que se inicia con Wittgenstein. Se trata de problemas, que al reflexionar sobre el lenguaje, surgen inevitablemente. Pero ni la lingüística (de los lingüistas) ni la filosofía, cuando se ocupa del lenguaje, no son la teoría del lenguaje. La expresión teoría del lenguaje fue creada por Saussure por oposición a la lingüística de su tiempo y a la filosofía de su tiempo. Y lo paradójico es que esta oposición se mantiene. La teoría del lenguaje es intempestiva. Lo es actualmente, y tal vez lo haya sido siempre. Los lingüistas que describen funcionamientos no elabo­ ran lo que llamo la teoría del lenguaje. Y es siempre contra los filósofos que hay que pensar el lenguaje. Porque ni los lingüistas ni los filósofos que se ocupan del len­ guaje establecen un vínculo con la política, o con el ritmo. Entonces, el campo de lo que llamo teoría del lenguaje es sen­ cillo. Consiste en reflexionar sobre todo lo que escapa a los lin­ güistas y a los filósofos. Sin embargo, se trada de viejos problemas. Del vínculo (¿Qué vínculo?) entre el lenguaje y el cuerpo, entre el lenguaje y el sujeto, entre la lengua y el pensamiento, entre la lengua y el discurso, entre la lengua y la literatura, entre la lengua y la cultura, entre la lengua y las ideas religiosas y políticas. En resumen, se trata, entre otras cosas, de criticar la noción de genio lingüístico1. Lo que nos permite cuestionar el mito que opo­ ne Oriente y Occidente. Entonces ¿cómo y por qué poner en relación la política y la teoría del lenguaje? Hay que pensar lo que resulta difícil de pensar. La teoría consiste en reflexionar sobre lo que no se conoce. Nada que ver con la noción corriente que tenemos, formalista, pedante, arrogante y hueca. Es por esto que el programa de la teoría sigue siendo la llava tesis de Marx sobre Feuerbach: “los filósofos hasta hoy han inter­ pretado el mundo, ahora hay que transformarlo”. Pero con la con­ dición de transformar, de invertir esta proposición diciendo (lo que puede parecer idealista, pero el que lo crea se equivocaría como todo el marxismo se equivocó) que interpretar el mundo es ya transformarlo. Con la condición de no confundir esta interpre­ tación ni con el comentario ni con la hermenéutica. En el sentido que lo tomo, interpretar el mundo significa pensar nuestra rela­ ción con el mundo. Y todos los que han inventado una interpreta­ ción del mundo lo han transformado porque han transformado el pensamiento. Los grandes pensadores, los fundadores de religio­ nes, los autores de grandes descubrimientos científicos. Pensar es un arte. Y hay artistas del pensamiento. No es lo mismo que el saber. Lo que quiere decir inmediatamente que pensar; en el senti­ do fuerte, es inventar un nuevo pensamiento. Y en este sentido, el pensamiento filosófico es aquel que transforma la filosofía, como el pensamiento matemático transforma las matemáticas, como el 1 Cfr. en Des mots et des mondes (Hatier, 1991) y en De la langue frangaise, Essai essai sur utia ciarte obscure (Hachette, 1997). pensamiento poético es lo que transforma la poesía. El resto es simple mantenimiento del orden o el esfuerzo por comprender lo que ya fue pensado. Y si el pensamiento es lo que transforma el pensamiento, pen­ sar es intervenir &n el pensamiento, en la sociedad. Pero además, pensar es trabajar para descubrir la coherencia implícita de una nueva manera de ver las cosas. Es inmediatamente pensar contra tal o cual idea establecida, dominante. Pensar debe estremecer. Pensar supone pues una teoría crítica en el sentido de Horkhe- mier que, en 1937, oponía la teoría tradicional, regional, que “mantie­ ne a la sociedad como está” a la teoría crítica que se empeña en pensar la relación entre todos los elementos de la sociedad y todas las áreas del pensamiento. Y este es el proyecto que yo adopto, pero con una gran diferencia con relación a Horkhemier y a Adorno (igualmen­ te con relación a Marx), es que la teoría del lenguaje está radicalmente ausente en ellos. Y planteo que dicha teoría es fundamental y funda­ dora para pensar tanto la sociedad como las ciencias sociales. Actualmente el pensamiento tiene dos enemigos: el primero es el eclecticismo (la actitud universitaria más corriente) que pretende que puede tomar lo mejor por dondequiera, que quiere pues estar en todas partes al mismo tiempo y que finalmente no resuelve nada. Es el inmovilismo del pensamiento. Es el eclecticismo que cree que lo que llamo el ritmo y la noción tradicional de estilo es lo mismo. Cuando el estilo es solamente lo que el signo permite pensar. Ahora bien, el eclecticismo, que se cree hábil, ni siquiera ve su propia ininteligencia porque no comprende que un pensamiento es un sistema al tiempo que practica lo contrario. Pero representa el último grito, y se considera como un símbolo de su época: es lo contemporáneo por excelencia. Sobre todo cuando posee poderes institucionales o ejerce una influencia sobre la opinión. El segundo enemigo es la separación entre disciplinas (univer­ sitarias) que se basa en la heterogeneidad de las categorías de las Luces, en el siglo XVTII: la estética por un lado, la ética por otro, la política por aquí, la ciencia por allá, etc. Es la regionalización del pensamiento, la tecnificación que impide pensar su interacción. Y es aquí donde interviene la teoría del lenguaje. Porque si yo observo la representación común del lenguaje, la del signo (signi­

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