EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS CRIMINALÍSTICA APLICADA Investigación metanalítica en homicidios - Prueger 1 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS Prof. Lic. Enrique E. J. Prueger Miembro de la Asociación Latinoamericana de Criminalística; socio fundador de la Asociación Argentina de Criminalística y de la Asociación de Graduados en Ciencias Criminalísticas de la República Argentina. Presidió la Comisión Científica de la Asociación Argentina de Criminalística, profesor de Criminalística Aplicada en el I.S.C.E.T. (Instituto Superior de Ciencias Económicas y Tecnológicas de la provincia de Córdoba). Ha dictado cursos y conferencias en distintas universidades de Argentina y del exterior. 2 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS 3 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS A Natalí, que sin su amor y acompañamiento este libro no se hubiera concretado. 4 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS Introducción A través del presente volumen, titulado “Criminalística aplicada”, he tratado de no repetir temas que ya seguramente conoce. Si busca acerca de balística, papiloscopía, documentología, patrones básicos de manchas de sangre, huellas de efracción, cómo se fabrica el papel, estudio de pelos, retrato hablado de Bertillón, identificación de máquinas de escribir, etc.; usted se equivocó de libro, pues estos temas, ya explicados con pormenores en tantos volúmenes más o menos completos, no se encuentran en esta obra. En este volumen se abordan temas de epistemología de la criminalística; la cadena de custodia, sus fundamentos y su aplicación; una metodología concreta del trabajo en la escena del hecho; perfil criminal; acústica en la balística interior y exterior; técnicas específicas de antropometría con manejos de software, todo en relación a un caso concreto. El lector también recorrerá los fundamentos técnicos de la fotografía digital, funcionamiento y aplicación concreta de los sistemas de posicionamiento global (GPS); y las razones por las cuales dichas herramientas son una ayuda eficaz y segura en la función del perito. Asimismo, podrá introducirse en la investigación concreta de homicidios mediante técnicas de interpretación indiciaria, donde observará la relación directamente proporcional entre el homicida, la víctima y sus indicios, para posteriormente orientar o derivar consecuencias de tales constataciones. Están incluidas en este libro técnicas de estudio de un cadáver y sus indicios adyacentes, con la finalidad de ubicar el lugar donde lo tuvieron oculto y su incompatibilidad con el lugar del hallazgo. Encontrará también una metodología de trabajo para la investigación de una matanza o etnocidio. En resumidas cuentas, este texto intenta demostrar que la criminalística es la ciencia natural auxiliar del derecho, y que otras mal denominadas o epistemológicamente incorrectas, así como los profesionales que las ejercen llamándose médicos forenses, químicos forenses, etc., no son más que criminalísticos dentro de sus especialidades. Ahora bien, si supera este filtro con hidalguía, lo invito a adentrarse en esta apasionante ciencia. Este libro no es un final cerrado, es una puerta de un viejo concepto diseñado intelectualmente por Hans Gross, olvidado o desvirtuado por diferentes motivos y que intentamos recuperar para el éxito de la justicia sobre el crimen. 5 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS Propósitos generales de este texto: Mostrar a la criminalística como una actividad humana encaminada a conocer y entender la naturaleza de los indicios y aprovecharla en beneficio de la acción de la Justicia y la Humanidad. Abordar a la criminalística como un cuerpo de conocimiento en continuo desarrollo. Exponer que la criminalística está estrechamente relacionada con otras ramas del saber. Evidenciar que la criminalística se constituye mediante la aplicación del método inductivo, el razonamiento crítico y la imaginación creativa. Identificar a la criminalística como una ciencia natural, cuyo objeto de estudio son los indicios en un posible hecho delictuoso y a partir de estos análisis lograr el esclarecimiento del caso que se investiga. Introducir al lector, estudiante y profesional en una ciencia fáctica natural, que le resultará sencillamente apasionante. Estimular el pensamiento reflexivo y la creatividad. Proporcionar conocimientos, mediante metodología concreta. Introducirlos de manera clara en la aplicación concreta del método científico. Tomar conciencia de que esta hermosa ciencia es de todos. Objetivos Específicos: Al finalizar este volumen, el lector estará capacitado para Saber que la criminalística es mucho más que documentología, balística, papiloscopía, y accidentología vial. Reconocer de una vez por todas que el estudio de la escena del hecho requiere del método científico. Asumir que la interpretación indiciaria debe ser integral. Saber de la importancia de los indicios que identifican, y por sobre todo, los que individualizan. 6 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS Reconocer que existen dos ciencias auxiliares del derecho: la criminología, que estudia conductas; y la criminalística, que estudia indicios. Discernir que las ciencias se identifican por sus objetos de estudio y no por las técnicas o conocimiento que aplican. Entender con claridad que un médico, químico o físico hace criminalística, cuando su objeto es el estudio de los indicios de un posible hecho delictuoso. Mostrar un método tentativo para trabajar en la escena del hecho. Entender de manera clara cómo se define un perfil criminal. Exponer un método concreto para investigar un homicidio complejo. Capítulo I 1. Epistemología de la criminalística. 1.2 Campo de las ciencias fácticas. 1.3 Metanálisis en la investigación. 1.4 Por qué tal confusión. 1.5 Principios científicos de la criminalística. 1.6 ¿Es posible superar este problema? 1.7. Método de investigación (Común a todas las ciencias naturales). 1.8. Importancia del metanálisis en la investigación de homicidios. 1. Epistemología de la criminalística Epistemología (del griego, episteme, ‘conocimiento’; logos, ‘teoría’), rama de la filosofía que trata de las cuestiones filosóficas que envuelven a la denominada teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conocimientos afines, de los orígenes, de los criterios, de las categorías de conocimiento posible y del grado con el que cada uno resulta cierto; así como de la conexión exacta entre el que conoce y el objeto conocido. Para los partidarios del racionalismo (entre los que se distinguieron el francés René Descartes, el holandés Baruch Spinoza y el alemán Gottfried Wilhelm Leibniz) la 7 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS substancial fuente y prueba final del conocimiento era el razonamiento deductivo fundado en principios evidentes o axiomas. En su “Discurso del método” (1637), Descartes promovió el nuevo abordaje que podía permitir alcanzar la certeza y el fundamento de la racionalidad. Desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX la epistemología enfrentó a los seguidores de la razón y a los que pensaban que la percepción era el único medio para adquirir el conocimiento. Por una parte, la Escuela de Viena anexa al denominado empirismo o positivismo lógico e hizo hincapié en que sólo era viable una clase de conocimiento: el conocimiento científico. Sus miembros creían que cualquier conocimiento útil tenía que ser verificable en la experiencia y, por lo tanto, que mucho de lo que había sido dado por adecuado por la filosofía no era ni verdadero ni falso, sino desprovisto de sentido. A la postre, siguiendo a Hume y a Kant, se tenía que establecer una clara separación entre enunciados analíticos y sintéticos. El llamado criterio de verificabilidad del significado ha sobrellevado cambios como consecuencia de las discusiones entre los propios empiristas lógicos, así como entre sus críticos, pero no ha sido descartado. La moderna de estas recientes escuelas de pensamiento, englobadas en el campo del análisis lingüístico o filosofía analítica del lenguaje común, aparenta romper con la epistemología tradicional. Los analistas lingüísticos se han planteado estudiar el modo real en que se usan los términos epistemológicos clave (conocimiento, percepción y probabilidad) y formular reglas definitivas para su uso con objeto de evitar confusiones verbales. Ciencia (en latín scientia, de scire, ‘conocer’), término que en su sentido más amplio se emplea para referirse al conocimiento sistematizado en cualquier campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización de la experiencia sensorial objetivamente verificable. La búsqueda de conocimiento en ese contexto se conoce como ‘ciencia pura’, para distinguirla de la ‘ciencia aplicada’ —la búsqueda de usos prácticos del conocimiento científico— y de la tecnología, a través de la cual se llevan a cabo las aplicaciones. Ahora bien, si tratamos de analizar qué lugar ocupa la criminalística en este universo de conocimientos se hace menester determinar la clasificación de las ciencias. Éstas pueden ser diferenciadas entre las ciencias exactas y las fácticas. Las primeras se fundan en el razonamiento deductivo; la deducción formal o lógica consiste en que a partir de 8 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS unas premisas, representadas con símbolos, y a través de reglas, obtenemos una conclusión (deducimos la conclusión). Basados en principios evidentes y axiomas, aplican el método deductivo, es decir sin aplicación fáctica. De hecho las ciencias exactas por excelencia son la matemática pura y la lógica formal, las demás, es decir todas las otras, son esencialmente fácticas. Las fácticas se componen de naturales y culturales, pero debemos profundizar en esto, pues desde el siglo XIX hasta ahora las clasificaciones previas pueden tornarse arbitrarias. De hecho, el método científico de los griegos se basó en la “deducción”, éxitos obtenidos en el campo de la geometría entusiasmaron tanto hasta el punto de cometer dos serios errores, primero llegaron a considerar a la deducción como único método respetable de alcanzar el conocimiento. Tenían, es cierto, conciencia de que para ciertos problemas la deducción era inadecuada por su génesis abstracta, por ejemplo, al medir la distancia entre dos puntos, no basta con el solo hecho de observar la naturaleza. No obstante, siempre se avergonzaron de esta necesidad y consideraron que el conocimiento más excelso era simplemente el elaborado por la actividad mental o la abstracción. Por muchas razones, se habían sentido satisfechos al aceptar los hechos “obvios” de la naturaleza como punto de partida para sus razonamientos. No existe ninguna noticia relativa a que Aristóteles dejara caer dos piedras de distinto peso para demostrar su teoría. A los griegos les pareció irrelevante la experimentación, pues ésta interfería en la belleza de la pura deducción, de las ideas abstractas. Pero fue Galileo el que revolucionó y echó por tierra la abstracción griega (deducción), pues éste coloca a la inducción por encima de la deducción. En lugar de deducir conclusiones, el Método inductivo toma como punto de partida la observación de la que deriva posteriormente (axiomas, principios, leyes científicas) y además concluye que no puede sostener ninguna generalización, a menos que sea comprobada una y otra vez (estadística); con la aparición del método inductivo, se establece que miles de observaciones que definen una cosa, pueden ser refutadas por una sola y única prueba. La verdad absoluta, es una frase carente de sentido, y los griegos no reconocían tal limitación, y este fue su segundo error, como nos aclara Isaac Asimov. 9 EL PRÁCTICO EN LA INVESTIGACIÓN DE HOMICIDIOS 1.2 Campo de las ciencias fácticas Inicialmente, el conocimiento de la naturaleza era en gran medida la observación e interrelación de todos los aprendizajes, sin establecer divisiones. Los sabios pitagóricos sólo calificaban cuatro ciencias: aritmética, geometría, música y astronomía. En la época de Aristóteles, sin embargo, ya se distinguían otros campos: mecánica, óptica, física, meteorología, zoología y botánica. La química residió fuera de la corriente principal de la ciencia hasta la época de Robert Boyle, en el siglo XVII, y la geología sólo alcanzó la clasificación de ciencia en el siglo XVIII. Para entonces el análisis del calor, el magnetismo y la electricidad se había transformado en una parte de la física. Durante el siglo XIX, los científicos distinguieron que las matemáticas puras se diferenciaban de las otras disciplinas por ser una lógica de relaciones cuya estructura no depende de las leyes de la naturaleza (ciencia exacta). Las ciencias naturales puras suelen dividirse en ciencias físicas y químicas, y ciencias de la vida y de la Tierra. Las substanciales ramas del primer grupo son la física, la astronomía y la química, que a su vez se pueden subdividir en campos como la mecánica o la cosmología. Entre las ciencias de la vida, se encuentran la botánica y la zoología; algunas subdivisiones de estas ciencias son la fisiología, la anatomía o la microbiología. La geología es una rama de las ciencias de la Tierra. Sin embargo, todas las clasificaciones de las ciencias puras son arbitrarias. En las enunciaciones de leyes científicas generales se reconocen vínculos entre las diversas ciencias. Se considera que estas analogías son responsables de gran parte del progreso actual en varios campos de investigación especializados, como la biología molecular y la genética. Han surgido varias ciencias interdisciplinarias, como la bioquímica, la biofísica, las biomatemáticas, o la bioingeniería, en las que se explican los desarrollos vitales a partir de principios físico-químicos. Los bioquímicos, por ejemplo, sintetizaron el ácido desoxirribonucleico (ADN); la colaboración de biólogos y físicos llevó a la idea del microscopio electrónico, que permite el estudio de constituciones poco mayores que un átomo. Se prevé que la aplicación de estos métodos interdisciplinarios produzca también resultados significativos en el terreno de las ciencias sociales y las ciencias de la conducta. Las ciencias aplicadas incluyen campos como la aeronáutica, la electrónica, la 10
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