Description:EN la séptima planta de un elegante edificio enfrentado al Rockefeller Center tenía lugar una reunión secreta. Al menos, según los parámetros de política internacional desarrollados por la Secretaria de Estado, a cuyo frente se hallaba míster Haig. O cualquier otro míster, con tal que asumiera la dirección de Asuntos Exteriores. Los complicados ocupaban un vasto salón, austeramente decorado, con una mesa redonda en el centro y cinco cómodas butacas en torno. Únicamente había tres personas. Semejaban picatostes —o cuerpos extraños—flotando en un puré de garbanzos por el color amarillento de las moquetas y las paredes del amplio recinto.