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Comportamiento antisocial y delictivo: teorías y modelos. PDF

21 Pages·2014·13.67 MB·Spanish
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COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL YDELICTIVO: TEORíAS y MODELOS .a. Francisca Fariña", María JoséVázquez* y Ramón Arce** Introducción El comportamiento antisocial es un fenómeno heterogéneo que in- cluye diversos tipos de conductas desviadas (Redondo, 2008).Sibien la versatilidad de estas conductas es admitida por la mayoría de los investigadores (Romero, Sobral y Luengo, 1999),este hecho ha gene- rado discrepancias en cuanto asu influencia sobre la teoría y lainves- tigación en este campo. Así, algunos autores como Farrington (1992), Gottfredson yHirschi (1990)sostienen que el comportamiento antiso- cialha de estudiarse de forma global, careciendo de sentido establecer diferencias en lacausación de cada tipología delictiva, en tanto que las múltiples actividades antinormativas son conceptualmente análogas. Encambio,otros como Garrido, Stangeland yRedondo (1999),Mirón y Otero-López (2005)sedecantan por un análisis segmentado, alestimar que las diferencias entre las diferentes tipologías de comportamiento antisocial deben quedar ya reflejadas en elfundamento teórico, puesto que cada comportamiento antisocial presenta sus factores de riesgo y protección específicos.Esmás,cada uno de losindividuos que loejerza va a precisar el ajuste del modelo explicativo a sus déficits o efectos indirectos (ArceyFariña, 1996,2007,2009,2010).Esteposicionamiento permite, a nuestro entender, controlar la confusión que se produce al estudiar dicho fenómeno de forma global; esto es, al integrar en un mismo grupo actos delictivos que, si bien pueden estar relacionados, Universidad de Vigo.España. Universidad de Santiago de Compostela. España [151 16 osirro EINTERVENCIÓN SOCIAL COMPORTAM1ENTO ANTISOCIAL YDEUCTIVO ... 17 no son idénticos. Alrespecto laliteratura precisa que en la evaluación Ezinga, Weerman, Westenberg yBijleveld,2008).No cabeduda de que del riesgo de reincidencia, la estimación se ha de efectuar en función este nuevo paradigma supone un salto cualitativo en el análisis de la del individuo ydel historial delictivo, así como de lasdirectrices ema- conducta antisocial alconjugar lopersonal ylosocial desde una aproxi- nadas en las investigaciones empíricas sobre eltipo de conducta delic- mación multimodal ymultinivel, que implica, por un lado, losfactores tivaemitida (Echeburúa, Fernández-Montalvo yCorral, 2009;Garrido, de orden cognitivo, emocional y comportamental y,por otro, las áreas López, Silva,López-Latorre yMolina, 2006;Pérez,Redondo, Martínez, que median en elcomportamiento del individuo, lafamiliar, la acadé- García yAndrés-Pueyo, 2008). mica o laboral en su caso, y la socio-comunitaria. Este acercamiento Para que se produzca un comportamiento antisocial tienen que psicosocial se revela prometedor, a nuestro juicio, no sólo para aislar coincidir en el tiempo diversas variables que, a su vez, pueden estar aquellos factores que subyacen alarealización de laconducta adapta- interrelacionadas, lo cual es reflejado profusamente (Andrés-Pueyo y da o inadaptada, sino también para guiar la adopción de estrategias Redondo, 2007;García yCollado, 2004;Redondo, 2008).Talcompleji- eficaces,tanto en elnivel preventivo como de intervención. dad, ha provocado que este fenómeno se explique desde multitud de Elcarácter complejo, evolutivo y multicausal del comportamiento perspectivas, las cuales sehan orientado alamaximización de alguno antisocial imposibilita reducir su explicación causal a un único enfo- de lossiguientes tresfactores:elbiológico, elpsicológico yelsociológi- que, eneste capítulo seabordan diferentes propuestas sobre elmismo. co.Cabe reseñar que laescasa eficacia de estos modelos y su excesivo reduccionismo explicativo dio lugar apropuestas más ambiciosas; nos Una aproximación biológica referimos alenfoque integrador que aúna estos tres grupos de factores alacomprensión del comportamiento antisocial y delictivo en una misma teoría. Si bien dichas aproximaciones han producido importantes aportaciones, no resultan operativas ni aumentan signifi- Lainvestigación biopsicológica nosadvierte de larelación entre lacon- cativamente elnivel deexplicación del problema (ArceyFariña, 2007). ducta antisocial y algunos factores con eminente carga biológica: los Atal efecto, estos autores, en un intento de ajustar las teorías integra- instintos de supervivencia; los procesos bioquímicos como la testos- doras y la generalización del comportamiento antisocial y delictivo a terona, laadrenalina, lanoradrenalina, la serotonina; las disfunciones larealidad del sujeto, proponen elparadigma de «nomodelo» (Arcey electroencefalográficas; las alteraciones cromosómicas, elTrastorno de Fariña, 1996).Elno modelo supera limitaciones de los modelos tradi- Atención conHiperactividad, alta irnpulsividad ylainfluencia genéti- cionales, en tanto que apuesta por un enfoque integral que da cabida ca(Andrés-Pueyo yRedondo, 2007).Aeste respecto, Fernández-Ríos y auna combinación de variables en elque, además da acceso alasdife- Rodríguez (2007)critican lamarcada tendencia delapsicología abiolo- rencias (déficits, necesidades y características) individuales o sociales. gizar elorigen del comportamiento antisocial, como lodenotan diver- Por ende, asume que elsujeto no está definido completamente por un sosestudios (Kaplan yTolle,2006;Rutter, 2006;Rutter,MoffittyCaspi, estilo de comportamiento prosocial o antisocial, sino que emite am- 2006).Cabe referir que, aunque existen fundamentos biológicos para bos tipos de comportamiento. Deahí que una de las cuestiones que ha laconducta prosocial y antisocial (Knafo y Plomin, 2006),difícilmente suscitado gran interés, yque serecoge en esta propuesta, haya sido la se puede hallar un gen único, por lo que se ha de trabajar con genes capacidad del ser humano para responder de forma racional en situa- generalistas (Fernández-Ríos yRodríguez, 2007).Atenor de las limita- ciones de riesgo y,en último término, para resistir y rehacerse sobre ciones de este enfoque cobra importancia la influencia del aprendizaje las adversidades. Esta premisa, aunque retorna su auge con la psico- social sobre la conducta y los propios procesos bioquímicos. En este logía positiva, ya había sido contemplada por teorías del desarrollo sentido, Redondo (2008)postula que todo cambio terapéutico tendría psicosocial como la de Moffitt (1993a)ola de Loevinger (1976)(véase, quehacerse desde loselementos más moldeables delsujeto,tales como 18 DELITO EINTERVENCIÓN SOCIAL COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL YDELICTNO .. 19 sus comportamientos y hábitos, para afectar después a sus sistemas gratificantes que las derivadas de la conducta antisocial, así como el cognitivos-emocionales y, más específicamente, a aquellos factores de refuerzo positivo de las conductas prosociales. riesgo de raíz más biológica (la impulsividad). Seguidamente, expon- Sibien la aproximación al comportamiento antisocial desde el mo- dremos más detenidamente el planteamiento etiológico de cada una delo bioquímico puede resultar, según el enfoque clásico, útil en el tra- de las perspectivas biológicas. tamiento farmacológico; sin embargo, en el reeducativo no alcanza la suficiente validez, puesto que asume que este tipo de comportamiento Teorías basadas en la biofisiología se manifiesta de forma uniforme, de modo que puede predecirse en Mientras la perspectiva biotipológica estudia la conducta delictiva razón de los factores biológicos. Tratando de superar la limitación de con base en ciertas características físicas (Kretschmer, 1948; Lom- esta asunción, surge una nueva fórmula del modelo que da cabida a broso, 1878; Sheldon, 1949), la teoría bioquímica la explica en razón la prevención y a la reeducación de las conductas delictivas; específi- a los procesos bioquímicos inherentes al individuo (Mackal, 1983). camente, sostiene que los factores biológicos y los ambientales están Asumiendo pues, que los procesos biológicos median en el com- recíprocamente implicados en este tipo de conductas. En este caso, la portamiento antisocial y pro social del individuo, se sostiene que en conducta varía en función del suceso, del individuo, del código ge- la tendencia antisocial convergen factores psicobiológicos como el nético, de las experiencias personales, de las condiciones biológicas y nivel de arousal (Farrington, 1992) o el cortisol (Murray-Close, Han, ambientales y de la anticipación de las consecuencias. Cicchetti, Crick y Rogosch, 2008), las catecolaminas y las hormo- Por su parte, el modelo neuropsicológico contempla la existencia nas gonadales (Aluja, 1991; Carrido, Stangeland y Redondo, 1999). de una relación directa entre el funcionamiento de las estructuras Adícionalmente, se postula que el hipotálamo (centro nervioso re- neurofisiológicas y el funcionamiento psicológico; en concreto, la gulador de conductas básicas de supervivencia, como la conducta literatura advierte de una relación entre el hipotalamo, la motivación antisocial) y la glándula pituitaria (productora de hormonas como y la emoción, resaltando la influencia de las estructuras cerebrales la testosterona) desempeñan una función relevante en el control y (las límbicas del cerebro anterior, la amígdala y el septum) en la producción del comportamiento antisocial. manifestación de la conducta delictiva. En esta línea, se encuentran De acuerdo con la sociobiología, la conducta delictiva es producto los estudios que toman en consideración los sistemas cerebrales res- de la combinación entre el código genético y cerebral y el ambiente; ponsables del control de las reacciones emotivas que intervienen en por lo que, no es innata sino que requiere de un aprendizaje (Jeffery, determinadas conductas desviadas (Cómez, Egido y Saburido, 1999). 1978). Así, los investigadores tratan de verificar la influencia de sus- En este sentido, Morgado (2007) refiere que las lesiones de la corteza tancias bioquímicas, como las vitaminas, los minerales, la glucosa y de frontal, especialmente las ventromediales, originan deficiencias en la ciertos contaminantes ambientales como el mercurio oel plomo, sobre generación de emociones sociales como el orgullo, la vergüenza, el la conducta antisocial y delictiva. También, estudian la interacción en- remordimiento o la culpabilidad; también asume que, en algunas de tre las alergias y el comportamiento desviado, al presuponer que la esas regiones de la corteza cerebral, es probable que los psicópatas influencia de éstas en el cerebro puede desencadenar trastornos emo- presenten anomalías. Precisa, además, que las lesiones de la amígdala cionales y conductuales (Carcía-Pablos, 2003). Por último, cabe desta- y otras regiones del cerebro emocional pueden afectar a motivaciones car la propuesta de Jeffery (1978) dirigida a la búsqueda de un equili- básicas como el apego social y la agresividad, pudiendo originar, de brio bioquímico cerebral mediante una dieta adecuada, la estimulación ese modo, conductas antisociales y delictivas. o psicofármacos; a la creación de un ambiente físico que favorezca y Otra línea de trabajo se centra en la presencia de diversos neuro- potencie la interacción social, y a la presentación de alternativas más mediadores y neuromoduladores cerebrales; así, Carcía-Pablos (2003) 20 DELITO ElNTERVENClÓN SOClAL COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL YDELICTIVO.. 21 señala que algunos estudios sobre las anomalías electroencefalográfi- el disocial- tienen una base social o sociológica que derivan en una cas (Zayed, Lewis y Britian, 1969)hallaron que las disfunciones en el adaptación biológica a las carencias y a las demandas (Arcey Fariña, electroencelfanograma (EEG) están asociadas aconductas antisociales. 2007).Enestesentido, algunos estudios muestran que losmenores que Según Karli (1975),el comportamiento antisocial está condicionado, padecen problemas de conducta yun trastorno por déficit de atención, además de por el estado fisiológico, por el desarrollo ontogenético, la en comparación con los que sólo manifiestan problemas de conducta, propia situación ylas experiencias pasadas en situaciones semejantes. tienden apresentar comportamientos antisociales más tempranamente Ahora bien, hemos de precisar que ninguno de losfactores anteriores y de forma estable (Loeber,Creen, Keenan yLahey,1995).Como resul- influiría en elcomportamiento sin lamediación de losmecanismos ce- tado de tales trabajos sepuede asumir que lapresencia oausencia del rebrales. Enconcreto, elcontrol nervioso delaatención, de laexcitabili- trastorno por déficit de atención, en menores con problemas de con- dad yde lareactividad, asícomo de losprocesos de activación, cambio ducta, esun indicador significativo del inicio temprano de laconducta I yrefuerzo, afectan directa eindirectamente sobre elinicio yel control delictiva (Moffitt,2003). de la conducta antisocial. En consecuencia, seestima que la conducta Adicionalmente, las investigaciones sobre el genoma humano se I antisocial se encuentra motivada tanto por factores internos como ex- centran enlasanomalías cromosómicas, como elsíndrome del duplo y ternos alorganismo (Caprara, 1981). (XYY), oelcariotipo 46XYQx, y el denominado por Kahn, Reed, Bates, I La biología molecular abre una nueva línea de análisis en la bús- Coates y Everitt (1976)«y larga», para explicar la conducta antisocial. queda de la carga genética de un sistema para controlar las conductas Así, Carcía-Pablos (2003)señala que las personas con 46XYQX tienden desviadas. Como consecuencia, trata de averiguar silosindividuos ge- a ser agresivas y violentas. Con relación al cariotipo «y larga», Kahn, I néticamente relacionados manifiestan tendencias antisociales simila- Reed,Bates,Coates yEveritt (1976)observan que losmenores con esta res.Esmás, existen estudios sobre laconducta antisocial que enfatizan anomalía cromosómica son, con frecuencia, difíciles, inquietos, con I lainfluencia de la carga genética, aunque advierten que su efecto será tendencia alabsentismo escolar ycon problemas de adaptación alme- reforzado oneutralizado por factores medioambientales (Krahé, 2001). dio.Asu vez, [acobs, Brunton, Melville, Brittain yMcClermont (1965) Todavía más, Retz y Rósler (2009)precisan que la importancia de la afirman que existe una correlación positiva entre el cariotipo XYY y la I genética y la influencia del entorno varían dentro de los subgrupos conducta delictiva, definiendo aestos sujetos como peligrosos, violen- de individuos con conducta antisocial, por lo que consideran que el tosyconpropensión aldelito. Por contra, otros estudios observan que I estudio del fenotipo relacionado con la antisociabilidad requiere asu- la incidencia de la trisomía XYY en sujetos delincuentes no es tan alta mir un enfoque multivariado. Según Milles y Carey (1997),el efecto como sepreveía, resultando, incluso, estos sujetos menos agresivos y modulador de la genética y de los factores ambientales en laetiología violentos que otros reclusos (Price y Whatmore, 1967).Por lo tanto, I del comportamiento antisocial puede cambiar en elcurso del desarro- la hipótesis que asocia el cromosoma y con la conducta antisocial no llodel individuo; así,en laedad adulta la carga genética posee mayor se encuentra bien establecida (Sarbin y Miller, 1970).De esta forma, I peso, mientras que en la adolescencia y en la niñez el modelo social aunque sepuede considerar que lossujetos con una trisomía XYY pre- será más influyente. sentan un mayor riesgo, que el resto de la población, a que su perso- I Otros investigadores neurobiólogos se interesan por el efecto de nalidad evolucione hacia rasgos antisociales, esto no significa que los lasanomalías clínicas sobre elcomportamiento antisocial, suponiendo portadores de este cariotipo seencuentran predeterminados genética- que laexistencia de desórdenes en una edad temprana ha de tener un mente aser agresivos odelincuentes. Deeste modo, sepuede sostener I fuerte impacto en la socialización del individuo (Retz y Rosler, 2009). que los resultados existentes no permiten llegar a conclusiones gene- Ahora bien, tampoco se puede obviar que algunos trastornos -como rales einequívocas sobre lainfluencia de las anomalías cromosómicas I I I 22 DELITO EINTERVENCiÓN SOCIAL COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL YDELlCTIVO.. 23 sobre la conducta humana, ya que sólo se establecen relaciones y no las personas que actúan de forma extrovertida o introvertida en una explicaciones causales con laconducta antisocial. situación determinada tienden a comportarse de esa forma en otros Teniendo en mente estas aportaciones, estimamos que la conducta contextos.Enestecaso,laextroversión aparece comouna dimensión de antisocial no depende exclusivamente de labiología; asíRetz y Rosler lapersonalidad relacionada conuna serie de rasgos diferentes, como la (2009)advierten que sibien losfactores biológicos están implicados en sociabilidad, la impulsividad, la actividad, la vivacidad y la excitabili- la formación de esta conducta, no la determinan, por lo que entende- dad; mientras que la introversión seencuentra asociada a rasgos como mos que no predisponen necesariamente hacia la desviación ni tam- la timidez y la tranquilidad. Por tanto, la dimensión extroversión, en poco lo contrario. Ahora bien, la aproximación biológica al compor- contraposición conlaintroversión, reflejaelgrado enqueuna persona es tamiento antisocial puede ser útil para el diagnóstico yel tratamiento sociabley participativa al relacionarse con otros sujetos.Por otra parte, clínicoen individuos que presentan alguna patología psíquica. el neuroticismo está vinculado arasgos como baja tolerancia a la frus- tración y alta hipersensibilidad, ansiedad e inquietud. Aeste respecto, Una aproximación psicológica Eysenck y Ranchman (1965)observaron que en un polo se sitúan las alacomprensión del comportamiento antisocial y delictivo personas cuyas emociones son inestables, intensas yque seexaltan con facilidad, mostrándose, además, malhumoradas, susceptibles, ansiosas Sielenfoque biológico secentraba en factores orgánicos, elpsicológico e intranquilas (neuroticismo); en el otro extremo están los sujetos cu- seocupa principalmente de losprocesos que orientan la conducta, in- yas emociones son estables, excitables con menos facilidad, calmadas, terviniendo sobre lainterpretación de losestímulos recibidos ylatoma ecuánimes, despreocupadas yconfiadas (estabilidad). Concretamente, la de decisiones. Esteenfoque seha destacado por elestudio de factores dimensión neuroticismo-estabilidad emocional serefierealaadaptación como lapersonalidad, elrazonamiento cognitivo, los mecanismos so- del individuo alambiente yalaestabilidad de su conducta a través del ciocognitivos ylacompetencia emocional, entre otros. tiempo (Engler,1996).Apoyándose en lahipótesis de altaybajaemotivi- dad, Eysenck(1978)amplia su teoría,proponiendo lavariable psicoticis- Teoríasbasadas en lapersonalidad mocomouna dimensión másdelapersonalidad. ASÍ,esteautor describe Lateoría de lapersonalidad de Eysenck (1970,1976,1978)plantea que a las personas con alto psicoticismo como solitarias, problemáticas, in- la conducta delictiva esproducto de la influencia de las variables am- humanas, crueles, carentes de sentimientos, buscadoras de sensaciones bientales sobre losindividuos condeterminadas predisposiciones gené- yhostiles.Enalgunos casos,estadimensión secaracterizaporlapérdida ticas.Estoes,laconducta delictiva seexplicapor medio deprocesos psi- oladistorsión de larealidad, y laincapacidad para distinguir entre los cofisiológicos,comolaemotividad, laexcitación yelcondicionamiento, acontecimientos reales y la fantasía. Ello sugiere que la persona alta que originan un determinado tipo de personalidad, el cual incide en en psicoticismo puede tener perturbaciones en el pensamiento, en las la tendencia conductual del individuo ante determinadas situaciones emociones y en la conducta motora, así como alucinaciones o delirios. (Garrido, 2005). De esta forma, el factor psicoticismo incluye también algún grado de Esta teoría postula tres dimensiones temperamentales de la per- psicopatía; es decir,trastornos caracterizados por laconducta antisocial sonalidad: a) extroversión-introversión, b) neuroticismo-estabilidad eimpulsiva, elegocentrismo ylaausencia de culpa (Eysenck,1978).Sin emocional y c) psicoticismo (Redondo y Andrés-Pueyo, 2007).Estas embargo, se ha de considerar que tanto el neuroticismo alto como el dimensiones son continuas y varían entre losindividuos, predominan- psicoticismo no indican necesariamente que la persona sea neurótica o do, en la mayoría de las personas, las puntuaciones intermedias entre psicótica,sinoque simplemente esossujetosposeen unas cualidades que losextremos. Estos rasgos de personalidad son generalizables, es decir, les condicionan a actuar de una determinada manera ante el entorno. 24 DELITO EINTERVENCIÓN SOCIAL COMPORTAMfENTO ANTISOCIAL YDELlCTrvO .. 25 Según postulan Redondo yAndrés-Pueyo (2007),los diversos grados de síntesis, según Feldman (1989) la conducta antisocial o delictiva está adaptación individual se hallan condicionados por la combinación, de más fuertemente relacionada con las altas puntuaciones en las tres di- cada individuo, de sus características personales en estas dimensiones y mensiones (extraversión, neuroticismo ypsicoticismo) que en una sola. de sus propias experiencias ambientales. Por otro lado, el rasgo búsqueda de sensaciones de Zuckerman tam- Los principios teóricos de Eysenck sirven para explicar, en parte, la bién está vinculado con el comportamiento antisocial. En este sentido, conducta antisocial y delictiva, al relacionarse con puntuaciones altas las dimensiones de Eysenck (1976) y el rasgo búsqueda de sensaciones en extraversión, neuroticismo y psicoticismo. En efecto, la dimensión de Zuckerman (1969, 1974) parten del mismo constructo psicológico neuroticismo o alta emotividad actúa como un reforzador de los hábi- «el nivel óptimo de estimulación», lo que sugiere que la búsqueda de tos antisociales que sehan ido forjando desde lainfancia, de ahí que sea sensaciones y la dimensión extroversión tienen mecanismos de mani- más difícil sustituir las conductas desviadas por otras más saludables; festación conductual y sustratos biológicos similares (Aluja, 1991). Esta es más, el aumento considerable de la emotividad inhibe el control de deducción se fundamenta en que uno de los componentes de la extra- la conducta delictiva. Igualmente, un neuroticismo elevado se asocia versión, concretamente la impulsividad, puede dividirse en rapidez de con síntomas de ansiedad ante los estímulos dolorosos, lo cual difi- actuación ante un impulso y aventurismo o búsqueda de sensaciones culta el aprendizaje social. Bajo estas premisas el autor presupone que (Garrido, 2005). Una interpretación plausible aesta interacción se basa las puntuaciones altas en esta dimensión se relacionan con la conducta en que una baja activación cortical estimula la búsqueda de nuevas antisocial o delictiva. En cuanto a los extravertidos, el autor sostiene emociones, instigando al sujeto alarealización de conductas de riesgo, que se condicionan de forma más lenta, soportan mejor la estimulación como la conducta antisocial y la delictiva (Garrido, Stangeland y Re- aversiva, tienen más resistencia al dolor, presentan una mayor necesi- dondo 1999).En 1976, Whitehill, Demyer-Gapin yScott observaron que dad de estimulación y manifiestan niveles más bajos de autocontrol los individuos desinhibidos buscan, en mayor medida, la estimulación que los introvertidos y, en consecuencia, tienen más probabilidades sensorial, confirmándose así la hipótesis de Zuckerman (1974), quien de emitir comportamientos antisociales. Así pues, la relación entre la afirma que los sujetos con comportamientos antisociales son altos bus- extraversión, el neuroticismo y la conducta delictiva queda refleja- cadores de sensaciones. Al mismo tiempo, Aluja (1991) asume la exis- da como sigue: el extrovertido neurótico tiene escasas competencias tencia de una relación entre labúsqueda de sensaciones yla dimensión sociales, mientras que el introvertido estable se muestra eficazmente psicoticismo. En este sentido, Pérez (1987) especifica que la necesidad de socializado, ya que él se condiciona bien (introversión) y la sobreansie- estimulación es el factor que explica la relación entre la extroversión y dad (bajo neuroticismo) no le afecta. Pero, los introvertidos neurótico s el psicoticismo con la conducta antisocial y delictiva. De facto, Otero- y los extrovertidos estables tienen un nivel de socialización interme- López, Romero y Luengo (1994) observaron que labúsqueda de sensa- dio, ya que en cada caso uno de los polos inhibe la socialización y el ciones mostraba un efecto significativo en la implicación delictiva de otro la potencia (Feldman, 1989). Igualmente, la última dimensión de los sujetos. Concretando más, Taylor, Kemper, Loney y Kistner (2009) la personalidad identificada por Eysenck, el psicoticismo, se relaciona advierten que el nivel de sociabilidad y la emocionabilidad negativa positivamente con la conducta delictiva. podrían interactuar con la impulsividad en la predicción de delincuen- Complementariamente, los resultados del trabajo de Coma-í- cia juvenil. Siguiendo estos supuestos, Lykken (1995) propone un mo- Freixanet, Grande, Valero yPunti (2001) corroboran lateoría de Eysenk delo que explica el desarrollo del comportamiento antisocial basándo- con respecto de la conducta delictiva autoinformada, en tanto que se se en laexpresión elevada de rasgos temperamentales como, búsqueda cumple en el nivel de dimensiones para el psicoticismo, de rasgos para de sensaciones, impulsividad y ausencia de miedo. En un intento de la extraversión, y para el neuroticismo sigue la dirección predicha. En constatar este modelo, Herrero, Ordóñez, Salas y Colom (2002) halla- 26 DELITO EINTERVENCIÓN SOCIAL COMPORTAMIENTO ANTISOCIALY DELlCTIVO.. 27 ron que los adolescentes, en comparación con delincuentes adultos, influencia de los factores ambientales prevalecen sobre los de perso- puntuaron más alto en impulsividad ybúsqueda de sensaciones, aun- nalidad. Por otra parte, y considerando que el aprendizaje está con- que no apreciaron diferencias en ausencia de miedo. Prevén, también, dicionado por el entorno (Feldman, 1989),un individuo introvertido que la población adulta no delincuente en estas dimensiones se sitúa puede aprender tanto conductas prosociales como antisociales; esta por debajo de los adolescentes, debido alefectode lamaduración bio- dimensión, contrariamente alo que sostiene Eysenck, puede conducir lógicayde laexposición alosprocesos de socialización. Deahí que los aconductas antisociales. autores afirmen que laadolescencia esuna fasedel ciclovital en laque lavulnerabilidad alcomportamiento antisocial sepresenta muy inten- Teoríasbasadas en elrazonamiento cognitivo y emocional sa. En teoría, aquellos que seencuentren en elextremo superior de la Segúnlateoríacognitivo-conductual elmodo cómounapersona piensa, distribución de estos rasgos serán más vulnerables alcomportamiento percibe, analiza y valora la realidad influye en su ajuste emocional y antisocial, aunque el resultado queda condicionado por las oportuni- conductual (Garrido, 2005);así,laliteratura relaciona elcomportamien- dades que leofrezca elmedio (Herrero yColom, 2006);asícomo por el to antisocial con estructuras cognitivas distorsionadas o prodelictivas efectodel tratamiento sobre lamotivación para elcambio de conducta (Herrero,2005;Langton, 2007),entanto que éstas precipitan, alimentan, (Garaigordobil, Álvarez yCarralero, 2004). amparan o excusan las actividades delictivas (Redondo, 2008).Estas A las variables de personalidad, Eysenck (1970, 1981) añade el distorsiones pueden hacer que cada sujeto, para justificar su compor- condicionamiento y elproceso de socialización como factores media- tamiento antisocial, describa el delito desde su propia perspectiva, dores en la adquisición de la conducta antisocial o delictiva. En con- llegando incluso éstas, en casoscomoeldelincuente sexual,afuncionar creto, considera que laadquisición del comportamiento social serea- como«teoríasimplícitas», explicativas ypredictivas delcomportamien- lizamediante un proceso de condicionamiento, cuyo resultado deriva to, hábitos y deseos de las víctimas (Ward, 2000).Estos pensamientos, de la condicionabilidad del individuo, que depende, en gran parte, en ocasiones, aparecen de forma automática, siendo resultado de los del código genético del sujeto, de lacapacidad de condicionamiento y aprendizajes acumulados alolargode lavida (Beck,2000;White,2000). del modelo de éste (García-Pablos, 2003).Dehecho, aquellos que po- Enconcreto,laterapia de control cognitivo aduce que lafaltade control seen peor condicionabilidad, esto es, que aprenden más lentamente del sujetosobresu conducta desviada sedebe alderrumbamiento de la a inhibir su comportamiento antisocial tienen más posibilidades de autonomía cognitiva, cuyamisiónconsisteenhacer posiblediscernir los convertirse en delincuentes (Garrido, 2005),debido a que presentan estímulos de la realidad externa de las fantasías y,en último término, dificultades para interiorizar pautas de comportamientos adaptadas dar un sentido lógicoyrealista alospensamientos (Santostefano, 1990). (Herrero, 2005).Este proceso alude ala «conciencia moral» adquirida Alrespectoelautor señala que laruptura uomisión de algunos detalles a través del aprendizaje que subyace a la aplicación de un estímulo específicosdelarealidad externa, fusionados conalgunas fantasías, dan aversivo o un castigo sobre la conducta antisocial. Así, un nivel óp- lugar apercepciones distorsionadas delasituación, queadvierten deun timo de desarrollo sociomoral tiende a inhibir la conducta antisocial déficitodisfunción en losprocesos cognitivos. (Eysenck, 1978;Kolhberg, 1976;Piaget, 1983),pero ésta seincrementa Adicionalmente, la teoría sobre inteligencia emocional propuesta ante un déficit (Palmer, 2007). en 1997por Mayer y Salovey sugiere que procesar adecuadamente Agrandes rasgos, esta teoría ha generado avances en el tratamien- la información emocional es una habilidad que se necesitaría para to clínico de algunas patologías mentales. En este sentido, Garrido funcionar de forma adaptada y afrontar adecuadamente los retos co- (1986)advierte que laspredicciones basadas en lapersonalidad no son tidianos (González-Pienda, ValleyÁlvarez, 2008;Morgado, 2007).De fiables para las dimensiones que puntúan en la media, puesto que la hecho, se considera que muchas patologías y problemas de compor- 28 DELITO EINTERVENCIÓN SOCIAL COMPORTAMfENTO ANTISOCIAL YDELlCTNO .. 29 tamiento tienen su origen, aunque sea potencialmente, en manifesta- desarrollar la madurez moral precisa para adoptar decisiones racio- ciones emocionales inapropiadas (Redondo y Andrés-Pueyo, 2007). nales y éticas. De hecho, la falta de asunción de posiciones vitales y Al respecto, la teoría general de la tensión sostiene que la conducta cognitivas, a través de experiencias concretas de colaboración y ayu- antisocial deviene de un proceso cíclico, que aparece al originarse las da, dificultan la adopción de una perspectiva social y,por tanto, impi- tensiones en las interacciones negativas, desencadenando un estado den alcanzar el estadio más elevado de desarrollo sociomoral (Palmer, emocional negativo que insta a la ejecución de la conducta antisocial 2007). Para Vygotsky (1979), las concepciones sociomorales dependen para disminuir la tensión experimentada (Agnew, 2006). En este de la interpretación del sujeto que, a su vez, está influido por los valo- sentido, algunos estudios vinculan el sentimiento de tensión con la res y la cultura de su sociedad. tendencia a cometer ciertos delitos, en especial, los violentos (An- La teoría neocognitiva del aprendizaje sostiene que tanto los am- drews y Bonta, 2006; Tittle, 2006). Según Redondo (2008), muchos ho- bientes perturbados como la existencia de un sistema de pensamiento micidios, asesinatos de pareja, lesiones, agresiones sexuales y robos distorsionado posibilitan el que surjan problemáticas como la conduc- con intimidación son cometidos por individuos que experimentan ta antisocial, la delincuencia, el consumo de drogas yel fracaso escolar fuertes sentimientos de ira, venganza, apetito sexual, ansia de dinero (Garrido yLópez-Latorre, 1995).Su tesis principal se basa en que existe y propiedades, o desprecio hacia otras personas. A tal efecto, la teo- un sistema de creencias alienado que bloquea el funcionamiento psi- ría general del delito de Gottfredson y Hirschi (1990) señala que el cológico saludable del individuo. Así, cuando el individuo incorpora nivel de autocontrol es un mecanismo determinante en las conductas einterioriza los esquemas antisociales, que extrae de sus interacciones disruptivas y antisociales (Ezinga, Weerman, Westenberg y Bijleveld, con el entorno social, está estructurando un pensamiento que le impi- 2008). Estudios empíricos muestran evidencias significativas de la de funcionar de forma adaptativa y saludable. relación entre un bajo autocontrol y una alta prevalencia de delin- Según los autores de la teoría de la elección racional (Clarke y Cor- cuencia (Longshore, Chang y Messina, 2005). nish, 1985; Wilson y Herrnstein, 1985), el comportamiento antisocial La teoría sociomoral de Gibbs (2003) entiende que el comporta- tiene que ver con una elección individual razonada. La probabilidad miento antisocial se asocia a un desarrollo sociomoral retrasado que de que un individuo tome la decisión de cometer una conducta delic- aparece acompañado de un pensamiento egocéntrico. Más aún, asume tiva está en función de su valoración favorable de costes y beneficios y que existe una vinculación entre mayor distorsiones de carácter anti- de las circunstancias que rodean la toma de decisiones. Esta valoración social y estadios inmaduros de razonamiento moral (Redondo, 2008). se guía por el principio de hedonismo que busca el placer y evitar el Para Lunness (2000), un pensamiento inmaduro se suele caracterizar dolor o las consecuencias desagradables, y por el de utilitarismo que por ser egocéntrico, externamente controlado, concreto, instrumental, busca el beneficio a corto plazo. Ahora bien, cabe señalar que los in- impulsivo y relativo a corto plazo; mientras que uno maduro tiende a dividuos que deciden delinquir no siempre realizan una estimación ser sociocéntrico, internamente controlado, empático y prosocial. Así, objetiva de las alternativas, ya que, en ocasiones, pueden sobrevalorar el razonamiento moral aporta un conocimiento, que implica habilida- una opción o bien no considerar otras más saludables. des afectivas, emocionales y prácticas para atender a los sentimientos Esta perspectiva, por tanto, reconoce la influencia mediadora de propios y ajenos. Estas habilidades capacitan al individuo para asumir un déficit en el procesamiento de la información sobre el comporta- activamente las normas y leyes sociales que posibilitan la adaptación miento antisocial. De hecho, algunos autores como McGuire (2006) y al medio y, en último término, responsabilizarse del daño causado Sutherland (1947) concluyen que los delincuentes presentan un estilo (Garrido y López-Latorre, 1995). Según Kohlberg (1976) no todos los cognitivo diferente; en este sentido, se ha llegado a plantear la existen- individuos tienen la oportunidad de vivir experiencias que lepermitan cia de «patrones de pensamiento delictivo». De acuerdo con Palmer 30 DELITO EINTERVENCIÓN SOCIAL COMPORTAMIENTO ANllSOCIAL yDELICTIVO.. 31 (2007),estos patrones informan de falta de empatía, deficiencias nota- mecanismos fundamentales en el aprendizaje de la conducta, en ge- bles en la toma de decisiones, conducta irresponsable y propensión a neral, y de los hábitos delictivos, en particular. En este caso, los in- autopercibirse como víctimas de las circunstancias. Eneste perfil tam- dividuos con este tipo de hábitos más consolidados se convierten en biénesfrecuente encontrar, según loshallazgos de Mohamed-Mohand modelos delictivos para otros más inexpertos o aprendices. Seentien- (2008),mentira y simulación, inseguridad, actitudes críticas, menos de, pues, que elcomportamiento, loshábitos y lasexplicaciones de los acatamiento de las normas y reglas sociales, ambivalencia emocional primeros muestran a lossegundos, patrones de comportamiento anti- y percepción de menor competencia social. Resulta notoria la falta de social que, en último término, sirven para iniciar, mantener oconsoli- capacidad para resolver problemas sociales; en esta línea, Ross y Fa- dar el aprendizaje delictivo (Redondo, 2008).Ahora bien, laejecución biano (1985)advierten que los delincuentes presentan un déficit en la de esta conducta también seencuentra modulada por elefectode otros adquisición de destrezas cognitivas de carácter interpersonal. factores psicosociales: a) la desvinculación moral, b) la percepción de Si bien de la lectura de las teorías mentadas puede concluirse, autoeficacia yc)laexistencia de motivación concreta (Garrido, Herrero precipitadamente, que un déficit cognitivo y una mala gestión de las yMasip, 2002).Por tanto, la comprensión del comportamiento antiso- emociones origina elcomportamiento antisocial; sinembargo, esta re- cialrequiere, talycomo advierte Bandura, distinguir entre aprender y lación no siempre esdirecta, por loque en su lugar sostenemos que el ejecutar conductas delictivas. desajuste cognitivo y emocional es un indicador de riesgo frente alas Al igual que Bandura (1973), Feldman (1989) considera que el influencias criminógenas del entorno. individuo puede aprender tanto a delinquir como a no hacerlo. El autor entiende que el individuo aprende a delinquir por medio de Una aproximación socialy sociológica un proceso de entrenamiento deficiente en conductas prosociales, así alacomprensión del comportamiento antisocial y delictivo como por el efecto directo del refuerzo diferencial, el moldeamiento social y las inducciones situacionales (Carcía-Pablos, 2003).El man- Los modelos explicativos de base en el entorno social y la sociología tenimiento de laconducta delictiva seapoya en los procesos cogniti- indican que la comprensión de la génesis y evolución del fenómeno vos, quienes dotan de coherencia alpensamiento ya laconducta rea- delictivo deriva del estudio de losfactores ambientales ysociales. Así, lizada. Eneste caso, el sujeto utiliza las percepciones distorsionadas procesos como la vinculación e identificación con los grupos prima- yelajuste de laescala de valores como estrategias autojustificadoras; rios (padres, hermanos, abuelos y amigos) y secundarios (medios de ambos procesos ayudan a fundamentar el delito a la vez que favo- comunicación), la persistencia de oportunidades, eletiquetamiento, la recen ladesvinculación moral (Garrido, 2005;Garrido, Stangeland y desorganización social y la asunción de normas subculturales, entre Redondo 1999). otros, centran elinterés de las teorías que exponemos acontinuación. Teoríasbasadasen laruptura devínculos sociales Teoríasbasadas en elaprendizaje social con losgrupos y lasnormas convencionales Una de las teorías explicativas más complejas del comportamiento an- Desde que en 1947Sutherland formulara la teoría del asociacionismo tisocial es la teoría del aprendizaje social (Andrés-Pueyo y Redondo, diferencial han sido varios los investigadores que se han interesado 2007),siendo el modelo de Bandura (1987)uno de los más conocidos. por el efecto de la vinculación con grupos anticonvencionales sobre Enestaperspectiva teóricalaobservación delcomportamiento de otras la conducta, en general, y la delictiva, en particular (Elliot y Merril, personas esuna fuente de estimulación, antecedente y consecuente de 1941;Sykes y Matza, 1957).En un trabajo de campo reciente (Fariña, múltiples aprendizajes. Para Akers (2006),el modelado es uno de los ArceyNovo, 2008),hallamos que losmenores de riesgo de desviación 32 DELITO EINTERVENCIÓN SOCIAL COMPORTAMfENTO ANTISOCIAL YDELlCTNO .. 33 socialmuestran signos deuna socialización diferencial disfuncional no Sicentramos nuestra atención hacia elefectode lasnormas conven- sólo en el nivel social (aislamiento social y escasa interacción social)y cionales, la teoría de la anomia, es decir, de la ausencia de normas en familiar (escasa integración-apego familiar), sino también en variables la estructura u organización de la sociedad (Durkheim, 1986;Garrido, propias de la comunidad (barrio-vecindario). Estos resultados consta- Stangeland y Redondo, 1999)informa de la función normativa de la tanlatesisdel asociacionismo diferencial, entanto que seha verificado conducta antisocial, en el sentido de que permite distinguir losindivi- que un contexto de riesgo de desviación social facilita la emisión de duos adaptados de losinadaptados dentro de lasociedad, en razón de comportamientos antisociales. Pues bien, esta teoría asume que larup- la adhesión a las normas sociales.Según Durkheim (1986)la cohesión tura o debilitación de vínculos con personas socialmente competentes de la sociedad se debe a la presión que ejercela conciencia moral sobre potencia la afiliación agrupos desviados, en los cuales se aprenden y sus miembros; este proceso de control colectivo demanda cierto grado refuerzan los comportamientos antisociales. Concretando más, estima de uniformidad que no consiguen asumir algunos individuos, por lo que el sujeto que durante su proceso de socialización y aprendizaje que son definidos como desviados. Así pues, cuanto más congruente estáexpuesto amás definiciones antisociales que prosociales tiene más sea la conducta del sujeto con la conciencia moral colectiva mayor será posibilidades de realizar un acto delictivo. Según Akers (2006)este su integración en lacomunidad ymás reforzado será su estatus social. aprendizaje deriva de cuatro mecanismos interrelacionados: a) la aso- Otra definicióndelcomportamiento antisocial comoestrategia de adap- ciación diferencial con personas que muestran hábitos y actitudes de- tación normal a las disfunciones de la estructura social sehalla en los lictivos;b) laadquisición por elindividuo de definiciones favorables al trabajosdeMerton (1980),queexplicanelcomportamiento antisocialen delito; e) el reforzamiento diferencial de comportamientos delictivos, torno a la discrepancia que existe entre las necesidades creadas por la yd) laimitación de modelos prodelictivos (Redondo yAndrés-Pueyo, sociedad ylosmedios con losque cuenta elindividuo para alcanzarlas. 2007).Ahora bien, no se puede obviar que algunos de estos menores Siguiendo esta misma dirección, las teorías subculturales conciben también poseen valores, actitudes, normas ycreencias convencionales; que la discrepancia entre los medios y los fines perseguidos puede en este sentido la teoría de la neutralización de Sykes y Matza (1957) conducir no sólo a la disconformidad con las normas convencionales, sostiene que losvalores prosociales son anulados por los antisociales, sino también ala adherencia agrupos no convencionales y,en último tras redefinir el acto delictivo mediante mecanismos autojustificado- término, alaaparición de conductas antisociales (Garrido et al., 1999). res.Almismo tiempo, contempla laposibilidad de que elcompromiso Así, Cohen (1955)presume que la unión a grupos que presentan pro- con unos valores humanos universales desemboca, en ocasiones, en blemas de ajuste social se debe a que el individuo encuentra en ellos desistir de laconducta desviada. la aceptación o reconocimiento social que no llegó a percibir del gru- Igualmente, la teoría del arraigo social de Hirschi (1969)postula po de referencia. Alrespecto, elModelo de Reputación Social refiere que que la inclusión del sujeto en las redes de contacto y apoyo social fa- para algunos adolescentes el logro de la reputación se consigue con vorece la resistencia a las conductas de riesgo como las antisociales y comportamientos trasgresores que son recompensados en términos de delictivas. Por elcontrario, lafalta de vinculación: apego olazos afecti- estatus social entre los compañeros (Buelga, Musitu y Murgui, 2009; vos, participación oamplitud de la implicación en actividades sociales Gini, 2006;Sussman, Unger y Dent, 2004).De facto, losestudios han positivas, compromiso o grado de asunción de compromisos sociales corroborado que las conductas violentas en el medio escolar (Martí- y las creencias oconjunto de convicciones favorables alos valores es- nez, Murgui, Musitu yMonreal, 2008),conductas delictivas (Buelga y tablecidos conlospadres, lafamilia ylosamigos, asícomo conlasnor- Musitu, 2006;Emler yReicher,2005)oconductas disruptivas enelaula mas convencionales aumenta lavulnerabilidad del sujeto para realizar (Estévez, Murgui, Musitu yMoreno, 2008)permiten aalgunos adoles- una conducta antisocial. centes alcanzar su reconocimiento social.

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que cada comportamiento antisocial presenta sus factores de riesgo y doras y la generalización del comportamiento antisocial y delictivo a.
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