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Comentario al Nuevo Testamento SANTIAGO y 1-3 JUAN – Simon Kistemaker PDF

341 Pages·2010·5.69 MB·English
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Preview Comentario al Nuevo Testamento SANTIAGO y 1-3 JUAN – Simon Kistemaker

2 [p 3]   COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO por SIMON J. KISTEMAKER Exposición de Santiago y de las Epístolas de Juan 2001 4 [p 5]   CONTENIDO Abreviaturas Exposición de la Epístola de Santiago Introducción Comentario 1. Perseverancia (1:1–27) 2. Fe (2:1–26) 3. Dominio propio (3:1–18) 4. Sometimiento (4:1–17) 5. Paciencia (5:1–20) Bibliografía selecta—SANTIAGO Exposición de las Epístolas de Juan Introducción Comentario: La Primera Epístola de Juan 1. Prefacio: La Palabra de Vida (1:1–4) y Caminad en la Luz, parte 1 (1:5–10) 2. Caminad en la Luz, parte 2 (2:1–17) y Creed en Jesús, parte 1 (2:18–29) 3. Creed en Jesús parte 2 (3:1–24) 4. Amad a Dios, parte 1 (4:1–21) 5. Amad a Dios, parte 2 (5:1–12) y Epílogo (5:13–21) [p 6]   Comentario: La Segunda Epístola de Juan Comentario: La Tercera Epístola de Juan Bibliografía selecta—I, II, III JUAN 5 [p 7]   LISTA DE ABREVIATURAS Versiones de la Biblia en español BdA Biblia de las Américas BJ Biblia de Jerusalén NBE Nueva Biblia Española NTTz Nuevo Testamento de Teizé RVR Reina-Valera, Revisión de 1960 VP Versión Popular, Dios Habla Hoy Materiales en idioma inglés ASV American Standard Version (Biblia) Bauer Walter Bauer, W.F. Arndt, F.W. Gingrich, and F.W. Danker, A Greek‐English Lexicon of the New  Testament, 2d. ed. Bib Biblica BS Bibliotheca Sacra CBQ Catholic Biblical Quarterly CTJ Calvin Theological Journal 1 Clem. First Epistle of Clement EDT Evangelical Dictionary of Theology EvQ Evangelical Quarterly ExpT Expository Times GNB Good News Bible HTR Harvard Theological Review Interp Interpretation ISBE The International Standard Bible Encyclopedia, rev. ed., editada por G. W. Bromiley, 1979 JB Jerusalem Bible (Biblia de Jerusalén) JBL Journal of Biblical Literature JETS Journal of the Evangelical Theological Society [p 8] JTS Journal of Theological Studies KJV King James Version (Biblia) LCL Loeb Classical Library edition LXX Septuaginta MLB The Modern Language Bible 6 Moffatt The Bible: A New Translation by James Moffatt NAB New American Bible NASB New American Standard Bible NEB New English Bible Nes-Al Eberhard Nestle; Kurt Aland, rev., Novum Testamentum Graece, 26th. ed. NIDNTT New International Dictionary of New Testament Theology NIV New International Version (Biblia) NKJV New King James Version (Biblia) NovT Novum Testamentum NTS New Testament Studies RSV Revised Standard Version (Biblia) RV Revised Version (Biblia) SB H. L. Strack and P. Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch ScotJT Scottish Journal of Theology SWJournTheol Southwest Journal of Theology Talmud The Babylonian Talmud TDNT Theological Dictionary of the New Testament TR Textus Receptus: The Greek New Testament According to the Majority Text Thayer Joseph H. Thayer, Greek‐English Lexicon of the New Testament Tyn H Bul Tyndale House Bulletin WJT Westminster Theological Journal ZPEB Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible 7 [p 9]   Exposición de la Epístola de Santiago [p 11]   Introducción [p 12]   Bosquejo A. ¿Es esta una epístola? B. ¿Cuáles son las características de la epístola? C. ¿Quiénes fueron los primeros lectores? D. ¿Quién escribió esta epístola? E. ¿Cuál es el mensaje teológico de Santiago? F. ¿Cuándo y dónde fue escrita esta epístola? G. ¿Cuál es la historia de epístola? H. ¿Cómo puede bosquejarse Santiago? [p 13] A. ¿Es esta una epístola? Santiago comienza su carta con un encabezamiento y un saludo (1:1), emplea los pronombres voso‐ tros y nosotros a lo largo de su epístola y con frecuencia apela a sus lectores llamándolos “hermanos mí- os amados” o “hermanos míos”. El no identifica por nombre a ninguno de los destinatarios, no aporta información personal acerca de ellos ni menciona ningún detalle personal acerca de sí mismo. Concluye la epístola sin una bendición y un saludo final. Esta carta no es, entonces, un documento personal sino más bien una epístola general. Las epístolas generales del Nuevo Testamento (las de Pedro, Juan y Judas y la Epístola a los hebreos) y otras cartas, preservadas durante siglos en las arenas de Egipto pero recientemente descubiertas, tienen la misma forma literaria. Algunos eruditos desean establecer una distinción entre los términos epístola y carta. Es- tos sostienen que las cartas por lo general exhiben temporalidad, en tanto que las epístolas muestran permanencia y universalidad.1 Otros, empero, consideran que estos términos son sinónimos. 1. Un discurso Si usamos el término carta o epístola tenemos que describir lo que dicha palabra significa. ¿Es una carta el equivalente de un discurso o de un sermón? Consideremos primeramente esta pregunta, ¿es la epístola de Santiago un discurso? Algunos eruditos han señalado que esta epístola se parece a una dia- triba. La diatriba, un tipo de discurso caracterizado por la ironía, la sátira y el uso de motes, era común en los círculos helenísticos. Algunos estudiosos han detectado similitudes entre las diatribas griegas y la 1 Véanse, entre otros, Adolf Deissmann, Bible Studies, trad. Alexander Grieve (1923; reimpresión ed. Winona Lake, Ind.: Alpha, 1979), pp. 45–51. Véase también Walter W. Wessel, ISBE, tomo 2, p. 961. 8 epístola de Santiago, como el uso de preguntas retóricas, ejemplos tomados de la naturaleza y de la his- toria, juegos de palabras, el uso de la aliteración y la asonancia, analogías, refranes y citas.2 [p 14] Aunque las similitudes son obvias (véase, por ejemplo, la serie de breves preguntas, pregun- tas retóricas y mandamientos que se encuentran en 4:1–10), lo cierto es que Santiago no es un helenista sino un judío. Santiago es un escritor inspirado que en su epístola presenta la revelación de Dios. A cau- sa del contenido sagrado de su carta tanto el sarcasmo amargo como la ironía y el uso de motes—rasgos característicos de las diatribas helenísticas—están ausentes. Por consiguiente, llegamos a la conclusión de que la Epístola de Santiago no debe ser considerada un discurso con el estilo de una diatriba. Enton- ces, si no es un discurso, ¿podemos llamar a esta carta un sermón? 2. Un sermón El apóstol Pablo da instrucciones a la iglesia de Colosas de que lean la carta que les envió y que lue- go hagan un trueque con la carta que él envió a la iglesia de Laodicea (Col. 4:16). Y en su primera epís- tola a la iglesia de Tesalónica le dice a los creyentes: “Os encargo ante el Señor que este carta sea leída a todos los hermanos” (1 Ts. 5:27). Las cartas dirigidas a iglesias o individuos eran escritas “para ser leídas  en la iglesia en voz alta”.3 Presumiblemente, la carta que Santiago envió a “las doce tribus dispersas entre las naciones” (1:1) era leída en los cultos como un sermón del Pastor Santiago. La Epístola de Santiago puede dividirse en dos partes aproximadamente iguales; los primeros dos capítulos constan de cincuenta y tres versículos y los últimos tres de cincuenta y cinco versículos. Las dos partes son, en efecto, dos sermones sucesivos que tocan temas comunes. Después del saludo, el primer sermón se inicia y concluye con el tema de la fe (1:3; 2:26). El segundo comienza haciendo notar que nosotros, los que enseñamos, seremos juzgados, puesto que todos nosotros tropezamos con lo que decimos (3:1–2), y termina aconsejando que al pecador se le convenza del error de su camino (5:20). En suma, la Epístola de Santiago está compuesta por dos sermones. Además, los sermones judíos de los primeros siglos de la era revelan similitudes notables con la car- ta que Santiago escribió a su grey dispersa. Estos sermones utilizan el diálogo, el método de dirigirse a los oyentes de las sinagogas llamándolos hermanos y los numerosos temas que se mencionan en la carta de Santiago.4 [p 15] No puede pasarse por alto la posibilidad de que Santiago haya predicado ante el auditorio de una sinagoga (2:2) este material sermónico, el cual eventualmente se transformó en epístola. Esta epísto- la encarna las características de un sermón, pero el encabezamiento y saludo al principio de la carta hacen que no sea un sermón sino una epístola. B. ¿Cuáles son las características de la epístola? Principalmente, las características de esta carta son estilísticas y culturales. 2 Referirse a Martín Dibelius, James: A Commentary on the Epistle of James, rev. Heinrich Greeven, trad. Michael A. Wi- lliams, ed. Helmut Köster, Hermeneia: A Critical and Historical Commentary on the Bible (Filadelfia: Fortress, 1976), p. 1. Compárese con James Hardy Ropes, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle of James, serie International Critical Commentary (1916; reimpresión ed., Edimburgo: Clark, 1961). pp. 10–18. Consúltese además Peter H. Davids, The Epistle of James: A Commentary on the Greek Text, serie New International Greek Testament Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1982), p. 23. 3 P. B. R. Forbes, “The Structure of the Epistle of James” EvQ 44 (1972): 148. 4 Wessel llega a la siguiente conclusión: “La varieded del material que hay en la epístola tiene su paralelo en el que se origina en los sermones de la sinagoga judía”. ISBE, tomo 2, p. 962. 9 1. Características estilísticas En primer lugar, aunque la epístola esté escrita en un griego que puede compararse favorablemente con el mejor del Nuevo Testamento (es decir, con el griego de la Epístola a los hebreos), su estilo litera- rio muestra un colorido peculiarmente hebraico. He aquí un ejemplo de paralelismo hebraico: Santiago 1:9 Santiago 1:10a el hermano pero el de condición humilde que es rico debería enorgullecerse debería enorgullecerse de su alta posición de su baja posición Otros ejemplos aparecen en 1:15, 17, 19–20, 22–23; 2:22; 4:7, 10.5 En segundo lugar, la carta está llena de imperativos. Alguien ha llegado a contar 54 de ellos.6 El uso frecuente del imperativo indica que el escritor es una persona que habla con autoridad, y que cuenta con el respeto de los miembros de su iglesia. Al mismo tiempo demuestra su amorosa preocupación pastoral por aquellos a quienes se dirige. En tercer lugar, el escritor comunica su mensaje eficazmente por medio de numerosos ejemplos y comparaciones tomados de la naturaleza y de la vida humana. En el primer capítulo, por ejemplo, se refiere al viento y a las olas, al sol naciente y al calor quemante, a la planta y a su flor, a las luminarias celestiales y a las sombras cambiantes, a la imagen del espejo y al dominio de la lengua. El estilo de esta epístola es atrayente: captura y retiene la atención del lector porque las imágenes que utiliza son natura- les. [p 16] Finalmente, Santiago vincula oraciones y cláusulas repitiendo un verbo o un sustantivo. Hasta en la traducción esta característica estilística es evidente. Nótese este ejemplo tomado de 1:13–15: Al ser tentado, ninguno diga: “Soy tentado por Dios”. Pues Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a na- die; cada uno es tentado cuando es arrastrado y seducido por su propio mal deseo. Entonces, cuando el deseo ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, cuando ha crecido totalmente, da a luz la muerte. 2. Características culturales Santiago y sus lectores están totalmente familiarizados con los nombres que aparecen en la historia del Antiguo Testamento: Abraham, Isaac, Rahab, Job y Elías. La inclusión de estos nombres es una indi- cación preliminar de que Santiago dirige su carta a lectores cristianos de orígen judío. 5 Franz Mussner en su comentario Der Jakobusbrief, 2a. ed., Herder Theologischer Kommentar zum Neuen Testament (serie; Freiburg: Herder 1967). pp. 30–31, menciona cierto número de paralelismos tomados del texto griego. Estos son 1:5, 9, 13; 3:9; 4:8, 9; 5:4. 6 He contabilizado solamente los verdadeeros imperativos y no los participios que toman el lugar del imperativo. Abarcando el uso del imperativo, C. Leslie Mitton, en The Epistle of James (Grand Rapids: Eerdmans, 1966), p. 235, men- ciona sesenta casos. 10 A lo largo de su epístola, Santiago hace referencia a las tres partes del canon del Antiguo Testamen- to—la Ley, los Profetas y la Literatura Sapiencial. Al dirigir la atención de sus lectores a la totalidad de la ley, los exhorta a guardarla (2:10). Además, en cuanto a tener paciencia frente al sufrimiento, el escri- tor les dice que tomen como ejemplo a los profetas (5:10). Y cuando les recuerda la perseverancia de Job, está haciendo alusión a la literatura sapiencial (5:11). Estas referencias indican que el Antiguo Testamento era un libro que tanto el escritor como los lecto- res conocían bien. Santiago y los destinatarios de esta carta pertenecían a las doce tribus (1:1). Ellos eran el pueblo que Dios había escogido “para heredar el reino” (2:5). Ellos eran el pueblo que llamaba a Abraham “padre” (2:21). Santiago también habla de “las lluvias del otoño y de la primavera” (5:7). Esta es una descripción que cuadra bien con el clima de Israel, no así con el de otros países que rodeaban el Mar Mediterráneo. Por consiguiente, el escritor revela que vive en Israel y que los lectores también tienen allí su orígen. C. ¿Quiénes fueron los primeros lectores? Los lectores eran judíos, tal como lo indica claramente la carta: “A las doce tribus dispersas entre las naciones” (1:1). La designación doce tribus es una referencia bíblica a Israel (Ex. 24:4; Mt. 19:28; Lc. 22:30; Hch. 26:7; Ap. 21:12) que debería ser interpretada de un modo figurativo y no literal. Santiago se dirige a representantes de estas doce tribus que, a causa de la obra de Cristo, son ahora el nuevo Israel. [p 17] De hecho, Santiago llama hermanos a los lectores que son “creyentes en nuestro glorioso Se- ñor Jesucristo” (2:1). Se trata de judíos cristianos que viven “dispersos entre las naciones” (1:1), pero que no obstante saben que son el pueblo de Dios. Santiago no aporta en su epístola ninguna evidencia de estar dirigiéndose a cristianos gentiles. Los lectores de esta epístola son exclusivamente judíos, a excep- ción de los ricos opresores a quienes Santiago reprocha (5:1–6). Los destinatarios de esta epístola son judíos; ellos se congregan para el culto en una “reunión”—una traducción de la palabra sinagogue (2:2). Se los llama “pueblo adúltero” (4:4); el original griego tiene la palabra adultera (4:4), que es obviamente una figura tomado del Antiguo Testamento que tiene que ver con el contrato de casamiento entre Dios (como esposo) e Israel (como esposa). Entienden también el término hebreo Sabaoth, que en la versión que utilizamos en esta obra se traduce “Todopoderoso” (5:4). Además, ellos llaman a los ancianos de la iglesia para que los visiten y para que oren por los enfermos (5:14). Pero esta iglesia no tiene supervisores. La expresión supervisor (véase Hch. 20:28; Fil. 1:1; 1 Ti. 3:2; Tit. 1:7; 1 P. 2:25) encuentra su orígen en aquella parte de la iglesia cristiana que tenía membresía de origen gentil. El término anciano, por otra parte, nos recuerda al de los líderes de Israel que se llamaban ancianos; este término refleja, por lo tanto, una influencia judía. Estos judíos, entonces, son cristianos. El escritor se presenta como “siervo de Dios y del Señor Jesu- cristo” (1:1). Aparte de dirigirse a los lectores como a hermanos que creen en Jesucristo (2:1), escribe que Dios ha escogido “hacernos (al escritor y a sus lectores) nacer por la palabra de verdad” (1:18, bastardi- llas añadidas). Los lectores pertenecen a Jesús, cuyo buen nombre es calumniado (2:7). Estos cristianos judíos habían sido dispersados entre las naciones. Aunque la expresión dispersos aparece solamente en Juan 7:35, Santiago 1:1, 1 Pedro 1:1, la misma tiene un paralelo verbal en el relato escrito sobre la persecución de la iglesia en Jerusalén. Después de la muerte de Esteban, la iglesia de Jerusalén fue dispersa por toda Judea, Samaria (Hch. 8:1), hasta llegar a Fenicia, Chipre y Antioquía (Hch. 11:19). Es entonces por medio de Hechos que sabemos que los cristianos dispersos eran judíos que habían sido expulsados de Jerusalén.

Description:
Nes-Al Eberhard Nestle; Kurt Aland, rev., Novum Testamentum Graece, 26th. ed. NIDNTT. New International Dictionary of New Testament Theology.
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