Isabel Elliot solo desea una vida tranquila, en un sitio donde valoren su comida, y no la traten como a una esclava. Desde que murió su madre dejándola de trece años, con su padre alcohólico, aprendió las dificultades de la vida. Pero cuando este también muere, ella tiene que dejar su casa en Savannah Georgia, para ir a vivir con su tía política que no hace más que humillarla y ponerla a trabajar casi hasta desfallecer. Su único consuelo son precisamente las recetas que su madre le enseñó desde muy pequeña, y que siempre le dijo que el mejor ingredientes para que quedaran tan buenas, era el amor. Con la ayuda de una buena amiga, ella se entera de que hay un puesto vacante para cocinera de un enorme rancho en Montana y aunque no le hace mucho caso al principio, luego, cuando las cosas empeoran, decide probar suerte y días más tarde, se encuentra rumbo al rancho “4D” Charles Brandon, es en realidad el heredero de una gran fortuna y el título de barón Clarencott, pero él no quiere saber de esa vida que dejó hace mucho, y está feliz viviendo con sus amigos, a los que considera su familia. Como uno de los socios del rancho más grande y rico de la región, no le hace falta dinero, pero si una esposa o eso pensaba antes de que pusiera sus ojos en la mujer equivocada. Entonces conoce a la nueva cocinera y toda su vida se pone de cabeza.