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Cirque Du Freak 05 - La Ordalia de la Muerte PDF

2001·0.2133 MB·other
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Sinopsis: Para probar que Darren es digno de pertenecer al clan vampírico debe someterse a una serie de cinco pruebas extremadamente peligrosas, hechas para vampiros completos que han entrenado mucho por muchos meses, el problema es que Darren es un niño, semi-vampiro y no ha recibido entrenamiento más que de tres días!! Si pasa las pruebas será reconocido por el clan pero si falla será conducido a la cámara de la muerte y ejecutado (si es que las pruebas no lo matan antes) en la fosa de estacas.
 
PROLOGO
(Aparece en la parte final de "La montaña de los vampíros" como un avance)
Cerca, a mi derecha, se escuchó un sibilante sonido. Salté a un lado mientras el fuego invadía el espacio, reprendiéndome a mí mismo: aquella ráfaga había estado cerca, pero no me alcanzó. Debería haberme quedado en mi terreno, o rodearlo cuidadosamente. Al avanzar como lo había hecho, podría haber tenido un serio problema.Ahora las llamas danzaban en rápidas oleadas por toda la Cámara. El aire se había vuelto terriblemente caliente, y ya me costaba respirar. A mi derecha, a escasas pulgadas de mis pies, un agujero empezó a silbar. No me moví cuando brotó el fuego y mordió mi pierna: podía soportar una pequeña quemadura. Detrás de mí, un agujero más ancho escupió una ráfaga mayor. Avancé con tanta ligereza como siempre, evitando lo peor de su mordisco con un suave balanceo. Sentí las llamas lamer la piel de mi espalda, pero ninguna me quemó.Lo peor era cuando dos o más géiseres brotaban de golpe de agujeros muy próximos entre sí. No había nada que pudiera hacer cuando quedaba atrapado entre un grupo de fieras columnas, excepto echarme al suelo boca abajo y arrastrarme con sumo cuidado a través de la pared de llamas más delgada.Al cabo de unos minutos, mis pies agonizaban, pues recibían las peores quemaduras. Escupí en la palma de mis manos y froté la saliva sobre las plantas, lo que me produjo un pequeño alivio temporal. Podría haber andado sobre las manos, para darles un respiro a mis pies, pero eso habría expuesto al fuego mi cabeza y mi cabello...No había modo de saber cuánto tiempo había transcurrido. Debía concentrar hasta el último atisbo de mi atención en el suelo y en el fuego. La más mínima distracción tendría consecuencias fatales...Comencé a retroceder por donde había venido, pero los agujeros aún estaban escupiendo fuego y me cerraban el paso. A regañadientes, di un rodeo hasta la esquina, listo para aprovechar la primera oportunidad que se me presentara. El problema fue... que no la hubo.El gorgoteo de los conductos a mi espalda me indujo a detenerme. Las llamas brotaron del suelo detrás de mí, abrasándome la espalda. Hice una mueca de dolor, pero no me moví: no tenía a dónde. El aire era muy escaso en aquella zona de la estancia. Agité las manos delante de mi cara, intentando crear una corriente de aire fresco, pero no dio resultado.Ante mí, las columnas de llamas ahora formaban virtualmente una pared de fuego, de al menos seis o siete pies de anchura. Apenas podía ver el resto de la estancia a través de las agitadas llamas. Mientras estaba allí, esperando que surgiera un hueco por el que pasar, las bocas de varios conductos sisearon a mis pies al mismo tiempo. ¡Una gran bola de fuego surgía de ellos y estaba a punto de estallar justo debajo de mí! Sólo dispuse de una fracción de segundo para pensar y actuar.Si me quedaba allí, me carbonizaría.Si retrocedía, me carbonizaría.Si me echaba a un lado, me carbonizaría.¿Y si avanzaba a través de la gruesa cortina de fuego? Probablemente también me carbonizaría, pero al otro lado había aire y un suelo seguro... si lo conseguía. Era una decisión terrible, pero no tenía tiempo para lamentarme. Cerré los ojos, la boca, me cubrí el rostro con los brazos y me sumergí en el crepitante muro de llamas.



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