ebook img

Cartas A Wilhelm Fließ (1887-1904) PDF

342 Pages·1994·22.209 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview Cartas A Wilhelm Fließ (1887-1904)

o!: Slgm. Freud «Todo te lo debo en consuelo, comprensión, estímulo en mi soledad ... » (1. enero 1896) «Enteramente sin público no puedo escribir, pero puedo A0nformarme enteramente con e~ribirlo sólo para ti» (18. mayo 1898) Cartas de Sigmund Freud a su íntimo amigo Wilh 1m Fli 13 Cartas a WIlhelm Flie1S 1887-1904 l El volumen contiene veintinueve ilustraciones fuera de texto y Cartas a WIlhelm FlieB once facsímiles en el texto. 1887-1904 Sigmund Freud Fueron editadas por Jeffrey Moussaieff Masson; Michael Schroter preparó el texto en alemán para la imprenta sobre la base de la trascripción de los manuscritos hecha por Gerhard Fichtner Edición completa Traducción directa del alemán de José Luis Etchcveny Amorrortu editores Buenos Aires .- Indice general Biblioteca de psicología y psicoanálisis Briefe an Wzlhelm Fliefl1887-1904, Sigmund Freud La edición norteamericana de las cartas apareció en abril de 1985 con el título The Complete Letters ofSigmund Freud to Wzlhelm Fliess 1887-1904 en The Belknap Press of Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, y Londres, Inglaterra: © 1985 Y Sigrnund Freud Copyrights Ud. bajo la Convención de Berna, por acuerdo con Mark Paterson y Sigmund Freud Co pyrights. J. M. Masson estuvo a cargo de esta edición: XI Prólogo. Por J. M. Masson © 1985 J. M. Masson, Oakland, California. Su aparato editorial fue traducido y elaborado por M. Schroter para la edición ale XIV Introducción. Por J. M. Masson XXIX Sobre la trascripción. Por G. Fichtner mana: © 1986, S. Fischer Verlag, Francfort del Meno XXXII Sobre la edición alemana. Por M. Schroter Traducción, José Luis Etcheverry Unica edición en castellano autorizada por la Beme Convention 1 Cartas - Ensayos - Aptultes Sigrnund Freud Copyrights Ud. por acuerdo con Mark Paterson 3 Cartas 1-20 y Sigmund Freud Copyrights, Colches ter, Inglaterra, y debida 24 Manuscrito A: Problemas, tesis, series, factores mente protegida en todos los países. Queda hecho el depósito que previene la ley n2 11.723. © Todos los derechos de la edición caste etiológicos llana reservados por Amorrortu editores S. A., Paraguay 1225, 27 Manuscrito B: La etiología de las neurosis 72 piso, Buenos Aires. 34 Manuscrito C/l: A modo de informe sobre motivos 37 Manuscrito C/2: Notas al margen de la conferencia de FlieB «Die nasal e Reflexneurose» La reproducción total o parcial de este libro en forma idéntica o 41 Cartas 22-42 modificada por cualquier medio mecánico o electrónico, inclu 70 Manuscrito D: Sobre etiología y teoría de las grandes yendo fotocopia, grabación o cualquier sistema de almacena neurosis miento y recuperación de información, no autorizada por los edi 72 Manuscrito E: ¿Cómo se genera la angustia? tores, viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente solicitada. 71 Cartas 43-48 85 Manuscrito F/l: Recopilación III. Nr. 1 Industria argentina. Made in Argentina 86 Carta 49 87 Manuscrito F1 2: Epicrisis al Nr. 1, Recopilación III. Nr. 2 ISBN 950-518-544-8 90 Cartas 50-51 93 Manuscrito o: Observaciones a FlieB, «Magenschmerz ISBN 3-10-022802-2, Francfort del Meno, Alemania, 1986, edición original und Dysmenorrhoe» 97 Carta 52 97 Manuscrito G: Melancolía 106 Carta 53 107 Manuscrito H: Paranoia 113 Cartas 54-81 156 Manuscrito I: Migraña, puntos establecidos 158 Cartas 82-84 162 Manuscrito J: Señora P. J., 27 años VII 165 Carta 85 Prólogo 170 Manuscrito K: Las neurosis de defensa Introducción 179 Cartas 86-119 243 Anexo de la carta 119 Sobre la trascripción 244 Cartas 120-126 Sobre la edición alemana 256 Manuscrito L: Arquitectura de la histeria (y otros apuntes) 259 Cartas 127-128 263 Manuscrito M: Arquitectura de la histeria (y otros apuntes) 266 Carta 129 268 Manuscrito N: Impulsos (y otras noticias) 271 Cartas 130-132 275 Anexo de la carta 132 276 Cartas 133-139 287 Anexo de la carta 139 287 Cartas 140-147 307 Anexo de la carta 147 308 Cartas 148-281 506 Carta 282 (de FlieB a Freud) 507 Carta 283 508 Carta 284 (de FlieB a Freud) 508 Carta 285 510 Carta 286 (de FlieB a Freud) 512 Carta 287 517 Apéndices 519 Introducción a la primera edición de 1950. Por Ernst Kris 562 Concordancia 571 Esquema sexual y esquema normal (dibujos y trascripción) 574 Indice de abreviaturas 575 Indice de las ilustraciones con indicación de la fuente 577 Bibliografía 601 Indice de nombres VIII Prólogo La edición de cartas escogidas de Sigmund Freud a Wilhelm FlielS que apareció en 1950 con el título Al/s den Anftingcn der Psy choanalyse despertó en todo lector, también en mí, el deseo de dis poner de una edición completa y no abreviada de esta fuente única. En 1978 me dirigí a Anna, la híja de Freud, le hablé sobre mi interés y le expresé mi convicción de que en las cartas inéditas yen los fragmentos omitidos sin duda se hallarían informaciones valiosas. Anna me permitió revisar las cartas correspondientes a 1897, y pude demostrarle que efectivamente contenían un mate rial importante para la historia del psicoanálisis; admitió ella entonces considerar la posibilidad de una edición completa. Pero sólo cuando se sumó a mi parecer K. R. Eissler, el amigo íntimo y respetado consejero de Miss Freud, ella terminó de persuadirse y me autorizó a emprender una reedición. En ese momento no advertía lo complicado y laborioso de la tarea que me aguardaba, los muchos países que debería visitar, las bibliotecas que revi saría, las numerosas piezas documentales que me veria precisado a exhumar. Al cabo de mi trabajo se habían sumado, a las 168 car tas y manuscritos que la primera edición reproducía completos o fragmentarios, 133 piezas hasta entonces inéditas. Es una osadía preparar una obra de esta magnitud que previsi blemente modificará la imagen de un grande hombre. Pero la mayoría de los lectores concordará conmigo en que esta edición completa de las cartas a FlielS revela y dibuja a un Sigmund Freud más humano. Es cierto que la documentación menos fragmen taria de su pensamiento acerca de algunas teorías psicoanalíticas clave contradice en muchos aspectos la exposición que el propio Freud, muchos años después, presentó para la posteridad en sus obras publicadas. Acaso esto sea inevitable. Y del mismo modo lo es que el acceso a manifestaciones que no estuvieron destinadas a la publicidad imponga al hístoriador imparcial conclusiones difí ciles y muchas veces impopulares. En esta nueva edición he in tentado presentar las cartas con la mayor objetividad posible, absteniéndome de toda interpretación o valoración de mi partl' XI Cuando Anna Freud se decidió a permitir una edición completa de esta edición. Su agudeza crítica me resultó siempre de gr,m de las cartas, puso a mi disposición con pareja generosidad su utilidad. tiempo y su saber. Pasé muchas horas en su casa de Maresfield Mark Paterson, de Sigmund Freud Copyrights, nunca dejó de Gardens (que había sido también la morada de su padre en sus alentarme en mi trabajo. En llse Grubrich-Simitis encontré siem últimos años), donde consulté la biblioteca particular de Freud y pre valiosos consejos. Muriel Gardiner se entusiasmó desde el revisé estantes y cajones en busca de documentos que me ayuda comienzo con el proyecto. Y Elenore FlieE, la viuda del hijo de ran a aclarar esta o aquella alusión contenida en las cartas a FlieE. Wilhelm FlieE, Robert, se hizo mi amiga personal durante la pre Entretanto mantuve asiduas conversaciones con Anna Freud paración de esta obra. Me pesa que no pueda presenciar la pu acerca de las cartas y su contenido. Pronto se apoderó de ambos blicación del libro terminado; le habría causado gran alegría. el entusiasmo por la búsqueda exhaustiva en el escritorio de Algunas de las cartas contenidas en este volumen provienen de Freud, donde se hallaron escritos que se creía perdidos hacía la Biblioteca Nacional Universitaria de Jerusalén, donde habían mucho tiempo. Tengo la impresión de que Miss Freud sabía que sido deposit.:tdas por Pauline FlieE Jacobsohn, la hija de Wilhelm aún quedaba mucho material por descubrir, y le causaba alegría FlieE. Pe ter Swales me llamó la atención sobre su existencia; estoy descubrir parte de él. Indudablemente compartió conmigo el en deuda con la señorita Jacobsohn, quien me autorizó a utili elevado disfrute del trabajo en cierto modo detectivesco a que me zarlas. La princesa Eugenia de Grecia tuvo la amabilidad de po obligó la compilación de este volumen. ner a mi disposición extractos de las anotaciones de Marie Bona Mi agradecimiento, pues, va dirigido en primer lugar a la extinta parte. Anna Freud y a las muchas pruebas de amistad con las que me John Broderick, Paul Hefron y, en particular, Ronald Wilkinson, distinguió. Por otra parte, esta tarea no habría podido empren junto con los colaboradores del departamento de manuscritos de derse sin la ayuda de K. R. Eissler. Me dedicó mucho tiempo y la Library of Congress estuvieron en todo momento dispuestos a energía, y me allanó el carnina, en la Library ofCongress y en otras asistirme en la búsqueda de materiales de difícil acceso y me pre instituciones, para consultar un enorme tesoro de fuentes ori pararon fotocopias de todo lo que necesité. ginales, muchas de las cuales han enriquecido las notas de esta Por último, quiero agradecer a las siguientes personas que me obra. ayudaron de diversas maneras: Angela Harris, Susan Mango, Quienquiera que se interese por estas cartas tiene una deuda de Annie Urbach, Robert Wallerstein y Trude Weisskopf. gratitud hacia Marie Bonaparte, que las rescató, y hacia Ernst Una obra de esta magnitud no se habría podido llevar a cabo sin Kris, que uunto con Anna Freud) las dio a publicidad por pri asistencia financiera. Por su generosa ayuda, agradezco a la New mera vez. Land Foundation, al Fund for Psychoanalytic Research de la Aso Sin la colaboración de Gerhard Fichtner, que es el responsable ciación Psicoanalítica Norteamericana, a la National Library ofM e por el texto en alemán de las cartas, este volumen no habría sido dicine y al National Endawment for the Humanities. posible. A pesar de las variadas obligaciones que lo retienen en la Universidad de Tubinga, encontró tiempo para visitarme en Ber J.M.M. keley (California) y ofrecerme su asistencia erudita. Además, una parte considerable del mérito de esta edición corresponde a mi asistente de investigación Marianne Loring, quien colaboró tanto en la restitución del texto definitivo como en las notas. Fue mi compañera de travesía intelectual durante los seis años de trabajo en estas cartas y no es una exageración decir que sin su coopera ción jovial, diestra y sin retaceos yo no habría llegado a puerto. Hacia los dos nombrados, Gerhard Fichtner y Marianne Loring, estoy más agradecido de lo que soy capaz de expresar. Me siento obligado a mencionar de manera especial a Lottie Newman por su colaboración en las fases iniciales preparatorias XII XIII Introducción nas, reuniones que ellos después llamaron sus «congresos» priva dos». La relación se profundizó: FlieIS se convirtió en el amigo más íntimo de Freud, y este le contó con más franqueza que a cualquier otro sus sentimientos e ideas sobre asuntos profesio nales y personales. No se averigua con seguridad lo que pudo atraer a estos dos hombres uno hacia otro. Son evidentes, sin embargo, algunas afi nidades: los dos eran judíos, médicos ambos, y llenos de ambi ciones científicas. Y lo que probablemente es aún más impor Se puede decir que las cartas de Sigrnund Freud a Wilhelm Flieg, tante: los dos pudieron comprobar muy pronto que se intere el amigo más íntimo que tuvo, son, para la historia del psico saban por aspectos de su especialidad que se apartaban de los análisis, la fuente singular más importante. No fueron escritas caminos trillados de la medicina académica; esto se expresó, en con la idea de publicarlas; abarcan el lapso que va de 1887 a 1904, tre otras cosas, en el hecho de que ambos habían viajado a París o sea, el período en que el psicoanálisis fue creado y desarrollado. para trabajar bajo la dirección de Charcot. Un gusto por .la inves Durante los diecisiete años por los que se extiende este epistola tigación y la aventura de la ciencia parece haberlos umdo en el rio, Freud escribió algunas de sus obras más revolucionarias, en campo profesional. Además, en sus encuentros mostraron una tre ellas, Estudios sobre la histeria (1895d), La interpretación de los sue inusual predisposición a contarse detalles de su vida privada y ños (1900a) así como el famoso historial clínico de Dora (1905e familiar. El sondeo intransigente de Freud sobre las consecuen [1901]). Nunca el fundador de una rama enteramente nueva de cias psíquicas de las vivencias sexuales tempranas de sus pacien las ciencias humanas se ha explicado de una manera tan franca tes tropezó con el rechazo de sus colegas médicos más conselVa y circunstanciada sobre los procesos mentales que lo condujeron dores y determinó un aislamiento que indudablemente explica la a sus descubrimientos. Ninguno de los posteriores escritos de creciente asiduidad de sus cartas. Durante muchos años, FlieB Freud es comparable, en frescura y elocuencia, a estas tempranas fue su «único público». cartas, y ninguno descubre con parangonable dramatismo los En una carta inédita del 17 de abril de 1893, dirigida a Sil cuña pensamientos más íntimos que lo animaban mientras creaba el da Minna Bernays, Freud expone su simpatía y admiración por psicoanálisis. El resultado es un documento insólitamente cau FlieKl «Es un hombre singularísimo, la bonhomía misma, creo tivador, que este libro reproduce por primera vez completo. que llegado el caso la bondad misma a pesar de todo su genio. Al iniciarsp la correspondencia, Freud era, a los 31 años, Privat Además de ello, la claridad meridiana, el coraje». Y también, en d07.l'nt dl' nl'Ufopatología pn la Universidad de Viena. Acababa las mismas cartas al amigo, se expresa casi con reverencia. Así, dp casarsl' con Marlha Bí'rnays tras un noviazgo prolongado y dice el1º de enero de 1896 (carta 85): «Los de tu especie no debe dl'splI{'s dl' haoer fl'sidido seis ml'SPS pn París para estudiar con rían extinguirse. .. ; nosotros, los demás, tenemos demasiada ne PI c('lporl' nl'lIrólogo Jpan Martin Charcot. Flieg, dos años más cesidad de tus iguales. Todo te lo debo en consuelo, comprensión, jovpn (}l1P Frl'lId, ya había alcanzado renombre como otorrinola estímulo en mi soledad, en contenido de vida, que de ti lo tomo, y ringólogo en Berlín. En el otoño de 1887 hizo un viaje de estudios por añadidura en salud, que ningún otro habría podido devol a Viena y allí, evidentemente por sugerencia del destacado mé venne». dico Josef Breuer (1842-1925), asistió a las lecciones de Freud. Es poco esclarecedor interpretar, como hacen muchos, la inten Poco después de su regreso, Freud le escribió la primera de la sidad de esta simpatía como un fenómeno de trasferencia, o sea, larga serie de cartas que darían testimonio de la progresiva plas ver en la relación con FlieIS, ante todo, un necesario precursor del mación del psicoanálisis. autoanálisis de Freud. Cada relación de amor -y esta lo fue, sin En los cinco años que siguieron, se escandió entre Freud y FlieIS duda- contiene un misterio que desafía al análisis. Freud supo un intercambio epistolar regular. En 1890 comenzaron sus en referirse después a los componentes homosexuales de esta arnis- cuentros en Berlín, Viena (donde FlieIS conoció a la que sería su esposa, Ida Bondy) y muchas otras ciudades austríacas yalema- 1 Se la cita en detalle en la nota 2 del Manuscrito e/l. (Nota del editor.) xv XIV tad,2 y, como se sabe, los dos hombres eran de la opinión de que muy distinto que ella. FlieB sintió por Freud, según declaración todos los seres humanos tienen disposiciones bisexuales. de este mismo, una amistad tan apasionada como la de Freud Es instructivo en este sentido lo que apuntó Robert FlieB (el hijo por FlieB». de Wilhelm FlieB) al iniciador de los estudios freudianos, Sieg Las dificultades en cierne provinieron, en parte, de la rigidez con fried Bemfeld. Le escribe:3 «Usted está enteramente en lo cierto la que FlieB defendió sus teorías y las reclamó como su propie cuando señala el carácter intensamente emocional de la signifi dad intelectual. Se aferró con resolución a su hipótesis de que to cación que estos dos hombres tuvieron el uno para el otro. Algo dos los sucesos importantes de la vida de un ser humano estaban de esto he sabido por los dos; por mi padre, desde luego, en el predeterminados por una periodicidad biológica. En cuanto a curso de muchos años, pero también por Freud, durante una sus hipótesis sobre el papel de la nariz, en cambio, Freud las veía larga conversación que tuve con él en 1929, en la que se expresó con menos escepticismo. En la continuación de sus notas, escribe con una franqueza que de ningún modo era usual en él en cues Marie Bonaparte: «En los nexos de la nariz con el resto del orga tiones personales». nismo hay algo verdadero. Freud tuvo en sí mismo la prueba de De la correspondencia se recibe la impwsión de que Freud fue, de ello, en conexión con sus espasmos cardíacos, que desaparecieron los dos amigos, el más generoso, y que se abría a la relación sin repentinamente tras un tratamiento nasal. Pudo ver también có reservas, mientras que FlieB se mantenía más bien reticente. En mo FlieB calmaba los dolores del parto por este medio. Por lo que realidad, Freud estaba tan absorto en la comunicación de sus pro se refiere a la bisexualidad, FlieB no podía pretender prioridad pios descubrimientos que no parece haber advertido que FlieB se alguna por la idea misma en el campo de la biología, aunque iba distanciando de él en los últimos años del siglo y que poco a Freud la hubiera conocido a través de él. "Y si él me ha dado la poco la amistad se extinguía. bisexualidad, yo le había dado antes la sexualidad" [citado en Marie Bonaparte (1882-1%2), una de las discípulas y analizandas alemán]. Es lo que me dijo Freud». predilectas de Freud, ha dejado una exposición inédita de la rui Esta conciencia de Freud de no deberle en definitiva tanto a FlieB na de la relación entre Freud y FlieK4 A partir de las cartas, refiere fue fruto de años posteriores, y acaso la manifestó únicamente en ella, «se advierte que la amistad con FlieB ... [ya] tras la publica presencia de Marie Bonaparte. Por la época de su amistad con ción del libro sobre los sueños, o sea desde 1900, empezó a aflojar. FlieB, creía que los dos se interesaban de igual manera por los Freud no lo había advertido. Tanto, que hube de mostrárselo. problemas de la teoría sexual. Sin embargo, la verdad es que en Hasta tal punto se resistía, por amistad hacia FlieB, a sospecharlo tre ellos existía una oposición incalculable, sobre todo en lo que se de envidia. FlieB no pudo soportar la superioridad de su amigo; refiere a los sentimientos provocados por la sexualidad humana. tampoco toleró -esto, según palabras del propio Freud-su crí Freud tenía razón en lo que declaró a Marie Bonaparte, a saber, tica científica a la teoría de los períodos. Para colmo, Ida FlieB, que había sido él quien esclareció a FlieB, aunque fuera imper "una mujer malévola" [citado en alemán], hizo, por celos, todo lo fectamente, acerca de la importancia de la sexualidad para la posible para enemistar a los dos amigos, mientras que Martha psicología médica. Freud comprPndía bien que FlieB podía brindar a su esposo algo La ruptura final de la amistad fue para Freud una vivencia trau mática, y, en los años que siguieron, apenas si mencionó alguna vez a FlieK De sus cartas a sus colegas y discípulos C. G. Jung, Karl Abraham y, en particular, Sándor Ferenczi, se desprende que 2 Cf. el extracto, reproducido en Jones (1953-57, vol. 2, págs. 106 y sig.), de una carta a Ferenczi del 6 de octubre de 1910: «Que yo ya no tengo necesidad había hablado con ellos acerca de FlieB, pero lo hizo sólo raras de aquella revelación total de la personalidad es algo que usted no sólo ha veces y nunca con la precisión que Ferenczi, al menos, habría advertido sino que también lo ha comprendido y reconducido con acierto a deseado.5 Anna Freud, según me lo comunicó personalmente, no su ocasión traumática [?] ... Desde el caso FlieB, en cuya superación usted precisamente me ha visto ocupador?], esta necesidad se ha extinguido en mí. Un fragmento de cubrimíento homosexual se ha contraído y empleado en el 5 Hasta hoy, s610 los epistolarios con Jung (Freud 1974a) y con Abraham aumento del yo propio. He salido airoso donde el paranoico fracasa». (Freud, 1965a) han sido editados. En una carta inédita a Ferenczi del 17 de 3 En una carta inédita del 28 de agosto de 1944, en lengua inglesa; se en octubre de 1910, escribe Freud: «Probablemente imagine usted muy dis cuentra en el Archivo Bernfeld de la Librury ofCongress. tintos secretos que yo me habria reservado, u opine que va unido a ello un 4 Véase la nota 9, infru, y el texto a que se refiere. (Nota del redactor.) sufrimiento particular, mientras que yo me siento más allá de todo y saludo XVI XVII

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.