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Carrel, Alexis. La Incognita Del Hombre [1935] [2020] PDF

2020·1.4 MB·Spanish
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Preview Carrel, Alexis. La Incognita Del Hombre [1935] [2020]

Annotation Poseemos tan amplia cantidad de datos acerca de los seres humanos, que su misma inmensidad nos impide usarlos adecuadamente. Para que sean utiles nuestros conocimientos, tienen que ser sinteticos y concisos. (Dr. Alexis Carrel) Con este formidable bagaje, unido a un espíritu especialmente penetrante y sutil, emprende la difícil tarea en La Incognita del Hombre-su obra mas conocida-de trazar una síntesis de todos los datos que se tienen acerca del ser humano,del cuerpo y de la conciencia,de la relación que existe , además,entre el organismo humano y las relaciones sociales. ¡Notable libro éste en que la claridad que lo hace asequible a todas las personas no se resienta un ápice por la rigurosidad científica 2 ALEXIS CARREL La Incognita del Hombre 3 Sinopsis Poseemos tan amplia cantidad de datos acerca de los seres humanos, que su misma inmensidad nos impide usarlos adecuadamente. Para que sean utiles nuestros conocimientos, tienen que ser sinteticos y concisos. (Dr. Alexis Carrel) Con este formidable bagaje, unido a un espíritu especialmente penetrante y sutil, emprende la difícil tarea en La Incognita del Hombre-su obra mas conocida-de trazar una síntesis de todos los datos que se tienen acerca del ser humano,del cuerpo y de la conciencia,de la relación que existe , además,entre el organismo humano y las relaciones sociales.¡Notable libro éste en que la claridad que lo hace asequible a todas las personas no se resienta un ápice por la rigurosidad científica ©1935, Carrel, Alexis ISBN: 5705547533428 Generado con: QualityEbook v0.60 Edición pdf: FS, 2020 4 INDICE S EMBLANZA DE ALEXIS CARREL PREFACIO CAPÍTULO I DE LA NECESIDAD DE CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS CAPÍTULO II LA CIENCIA DEL HOMBRE CAPITULO III EL CUERPO Y LAS ACTIVIDADES FISIOLÓGICAS CAPÍTULO IV LAS ACTIVIDADES MENTALES CAPÍTULO V EL TIEMPO INTERIOR CAPÍTULO VI LAS FUNCIONES DE ADAPTACIÓN CAPÍTULO VII EL INDIVIDUO CAPÍTULO VIII LA RECONSTRUCCIÓN DEL HOMBRE 5 SEMBLANZA DE ALEXIS CARREL A LEXIS Carrel: médico, biólogo y pensador francés, que unió la materia y el espíritu. Fue un extraordinario ejemplo de un hombre de ciencia abierto a las honduras del pensar. La influencia de los consejos de su madre, determinaron su personalidad moral y su fe cristiana. En Lyon, en 1893, inició sus estudios en medicina. Rápidamente, atraería la atención de sus colegas por sus aportes a la cirugía experimental vinculados al transplante de venas y órganos, el rejuvenecimiento artificial de tejidos cultivados, y la técnica operatoria de la anastamosis vascular. En 1903, llegó a Lourdes con un tren de enfermos peregrinos. Presenció la milagrosa curación de una jovencita que padecía una peritonitis tuberculosa. A pesar de la imposibilidad científica de esta curación, Carrel movido por una genuina honestidad intelectual, da testimonio de su realidad en el libro de comprobaciones médicas en la oficina de Lourdes. La reacción de sus colegas fue furiosa. Todo el ámbito académico se transformó para él en una continua borrasca hostil. Entonces, luego de cuatro meses de cavilaciones en Paris, decidió trasladarse a Canadá para dedicarse a la agricultura y ganadería. Pero el destino lo llevó allí al Hospital General de Quebec. 6 Los médicos de aquella institución hospitalaria lo convencieron para que continuara sus investigaciones en medicina experimental. Luego se estableció en Chicago. Allí, recibió la devastadora noticia de la muerte de su madre. Logró superar la amarga pérdida mediante un frenético ritmo de trabajo. Carrel descolló no sólo como investigador sino también como conferencista reputado. En 1912, se le concedió el Premio Nobel de Medicina por sus innovadores aportes en el campo quirúrgico. En 1916 actuó como médico voluntario en la primera guerra mundial. Allí siempre permaneció cerca de los campos de batallas más feroces. En 1933 fue convencido para plasmar en una obra sus reflexiones que unían la inquietud humanista con la experimentación científica. Así, nació La incógnita del hombre, obra que se convertiría en una suerte de Biblia para una generación ávida de trascendencia. En 1935, surgió su idea de fundar una institución que se abocara a “una reconstrucción del hombre civilizado”. Carrel manifestó entonces: “es necesario un centro del pensamiento sintético, una institución consagrada a la integridad del conocimiento que podría llamarse ¨Instituto del Hombre o de la Civilización¨“. En 1941 escribió La conducta en la vida. Cuando estalla la Segunda Guerra, regresó a su Francia natal para colaborar con sus compatriotas. 7 Su corazón dejó de propagar su música en este mundo en 1944. Esteban Ierardo 8 DEDICO ESTE LIBRO A MIS AMIGOS FEDERIC R. COUDERT, CORNELIUS CLIFFORD Y BORIS A. BAKHMETEFF 9 PREFACIO E L que ha escrito este libro no es un filósofo. No es más que un hombre de ciencia. Pasa la mayor parte de su vida en laboratorios estudiando a los seres vivientes, y el resto del tiempo en el vasto mundo, contemplando a los hombres y procurando comprenderlos. No tiene la pretensión de conocer las cosas que se encuentran fuera del dominio de la observación científica. En este libro se ha esforzado por distinguir claramente lo conocido de lo que pudiera conocerse; por averiguar con la misma claridad, la existencia de lo desconocido y de lo incognoscible. Ha considerado al ser humano como la suma de las observaciones y de las experiencias de todos los tiempos y de todos los países, pero, lo que ha descrito, lo ha visto por sí mismo o bien lo ha obtenido directamente de los hombres con los cuales se ha asociado. Ha tenido la buena fortuna de encontrarse en condiciones que le han permitido estudiar, sin esfuerzo ni méritos de su parte, los fenómenos de la vida en su turbadora complejidad. Ha podido observar casi todas las formas de la actividad humana. Ha conocido a los pequeños y a los grandes, a los sanos y a los enfermos, a los sabios y a los ignorantes, a los débiles de espíritu, a los locos, a los habilidosos, a los criminales. Ha frecuentado campesinos, proletarios, empleados, hombres de negocios, comerciantes, políticos, soldados, profesores, maestros de escuela, sacerdotes, aristócratas, burgueses. El azar lo ha colocado en el camino de los filósofos, de los artistas, de los poetas y de los sabios. Y a veces, también, junto a los genios, los héroes, los santos. Al mismo tiempo ha visto desarrollarse los mecanismos secretos que, en el fondo de los tejidos, en la 10

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