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Caroline Myss El poder invisible en acción PDF

218 Pages·2011·1.42 MB·Spanish
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Caroline Myss El poder invisible en acción -1- Caroline Myss El poder invisible en acción Título original: Invisible Acts of Power Traducción: Ana Pérez © 2004 by Caroline Myss © 2006, Ediciones B, S.A., Barcelona Traducción cedida por Ediciones B, S.A. © 2006, RBA Coleccionables, S.A., para esta edición Pérez Galdós, 36. 08012 Barcelona Publicado por acuerdo con el editor original, The Free Press, una división de Simon & Schuster, Inc. Diseño de la cubierta: Lorenç Martí ISB: 84-473-470-4 Depósito legal: M-6778-2006 Impresión y encuadernación: ATANES Impreso en España -2- Caroline Myss El poder invisible en acción A David Smith, mi querido amigo y colega, con sincera gratitud -3- Caroline Myss El poder invisible en acción Índice Agradecimientos………………………………………………………………………………………………………………….….5 Introducción……………………………………………………………………………………………………………………………7 PRIMERA PARTE LAS ETAPAS DEL PODER 1. Gracia, intuición y poder ……………………………………………………………………………………………15 2. Del poder visible al invisible ……………………………………………………………………………………...37 SEGUNDA PARTE EL CAMINO HACIA EL FORTALECIMIENTO 1. Los dones de la Tierra: El primer chakra………………………………………………………………….….56 2. Los dones del apoyo financiero y creativo………………………………………………………………….83 3. Los dones de la autoestima……………………………………………………………………………..……….102 4. Los dones del corazón ……………………………………………………………………….…………………….124 5. Los dones de la elección……………………………………………………………………………….………….149 6. Los dones de la sabiduría …………………………………………………………………………..……………167 7. Los dones del espíritu ………………………………………………………………………………………….….185 8. Hechos de poder invisibles ………………………………………………………………………………..……206 -4- Caroline Myss El poder invisible en acción Agradecimientos Estoy profundamente agradecida a la gran cantidad de personas que, con sus cartas, contribuyeron a este libro. Aunque no pude utilizar las más de mil doscientas que me enviaron todas esas amables personas, pueden tener la seguridad de que su influencia está presente en todas y cada una de las páginas de este libro. Nunca podrá dar las gracias a esas personas como merecen, porque han cambiado mi propia vida más de lo que puedo explicar, como espero que cambien también la del lector. Y a mi editora de toda la vida, la inteligente Leslie Meredith, mi infinita gratitud, estima y reconocimiento por ser mi «compañera de creación» durante más de diez años. Sin el apoyo de una editora como ella, que tiene un alma llena de inspiración, dedicación a nuestros proyectos y fe en los resultados, como todos los demás que hemos publicado juntas, no habría sido una obra tan estimulante. Mi profundo afecto y reconocimiento también a Ned Leavitt, mi agente literario, por su constante apoyo a este trabajo, así como a todas mis otras ideas. Es, sin lugar a dudas, un hombre paciente. Y muchas gracias también a Dominik Anfuso, directora editorial, que es una persona sumamente positiva y cálida del equipo de apoyo creativo de Free Press, y a Martha Levin, mi campeona y directora; a Suzanne Donahue, editora asociada; a Carisa Hays, directora de publicidad y a Cassie Dendurent Nelson, jefa de publicidad. Mi querida cuñada Amy, que se ha convertido en mi hermana, merece más que mi afecto y mi gratitud por su gran dedicación a mi obra. Ella aporta las capacidades organizativas de las que siempre careceré, un esmero por la perfección y un cuidado de los detalles que me permiten relajarme y centrarme en el proceso creativo. Ella es mi mano derecha, una gran colega y una amiga de confianza. Tami Simon, propietaria de Sound True Productions, en Boulder, Colorado, merece más que mi gratitud por convertir el texto de este libro en una serie de grabaciones de audio. -5- Caroline Myss El poder invisible en acción Tengo un magnífico círculo d amigos muy queridos, cada uno de los cuales me ayudó con sus intuiciones y su apoyo, a quienes quiero expresar mi gratitud con profundo amor y afecto: Michael Gluck, Mary Neville, Penny Tompkins, Donald MacKay, Penny Simon, Chandra Sammons, Lynn Bell, Jim Curtan, Pat Pilkington, Dawn Jiosi, Charles y Sue Wells, Barbara Porter, Kathy Musker, Ingred Williams, Merly Martin, Prentiss Prevette, Mauren Connolly-King, Sue Marco y Peter Occhiogrosso. También estoy agradecida a Andy Bettis por dejarme utilizar su despacho y su ordenador mientras residía en Findhorn, Escocia, durante los últimos y desesperados días de trabajo para cumplir los plazos. Mi gratitud también para Ted Falkiewicz, Peter Harlan y Gail Prauss, que organizaron sus actividades y agendas en función de las exigencias de mi horario de escritura. Y, con todo mi amor y devoción, quiero expresar mi agradecimiento a mis ángeles en la tierra, sin quieres la vida sería un viaje muy difícil: mi madre y mi hermano Ed. Hay gente a la que quieres más de los que eres capaz de expresar con palabras. Nunca podré escribir lo mucho que mi hermano y mi madre significan para mí. Tengo la bendición de contar con una familia maravillosa y afectuosa que incluye a los siguientes ángeles terrestres: mi querido amigo Donald Meshirer, mis primos Pan y Andy Kruzel, Marylin y Mitch Kaminski, Colleen Daley y Chris y Richard Witek, que nunca han dejado de ser una fuerza positiva para mi corazón y mi espíritu. A mis sobrinos: Angela, Allison, Joe, Rachel, Sarah y Eddie, que se presentaban a media noche con sus «mensajes instantáneos» de apoyo para comprobar cómo le iba a su «tiíta», los quiero y valoro más de lo que sabrán jamás. Y, por último, mi agradecimiento a mis creativos ángeles terrestres que comparten conmigo, día tras día, los rigores de la existencia y me ayudan a tener éxito y a sobrevivir a las exigencias que me plantea la vida: mi socio y apreciado amigo David Smith, y mi esforzada ayudante, Judy Haskett, que lleva años a mi lado. Sin Judy, mi vida profesional sería todavía más volátil y caótica de lo que es. De nuevo, con una profunda gratitud y muchísimo amor, os lo agradezco a todos. -6- Caroline Myss El poder invisible en acción Introducción Crecí en una familia católica, donde éramos bilingües en inglés y el idioma de los ángeles. Los milagros podían ocurrir cualquier día. El poder invisible de los ángeles y los santos estaba por todas partes y su existencia se daba por sentada, como un hecho corriente. Habría sido impensable no creer en ellos. Cada día era el día de algún santo y la oportunidad para reconocer la importancia de una virtud o energía en particular que personificaba ese santo. Invocábamos regularmente las virtudes de los santos y de los ángeles: san Judas nos daba valor para afrontar las causas imposibles; san Antonio nos ayudaba a encontrar objetos perdidos; san Francisco protegía a los animales y nos enseñaba la compasión por todas las formas de vida. Incluso siendo adulta, cuando no hace mucho quería agilizar la venta de mi casa, pedí prestada una figurita de san José a un íntimo amigo de la infancia y, siguiendo la tradición, la enterré boca abajo en el patio trasero de mi casa. El lector puede pensar lo que quiera, pero lo cuestión es que vendí la casa pocos días después de aquel pequeño ritual. Para algunos de nosotros, cuando éramos niños los ángeles y los santos fueron el primer contacto con el poder invisible. Estos seres incorpóreos habitaban nuestro mundo espiritual y nos protegían con du apoyo. Nunca estábamos solos y, cuando los llamábamos o les rezábamos, siempre nos respondían. Ellos fueron nuestra comunidad espiritual. Sus vidas eran un modelo del poder de la fe, una prueba de que ninguna fuerza física que hubiese sobre la faz de la fierra, desde la opresión política hasta la enfermedad, podía vencer a Dios. Desde entonces, los santos y los ángeles han sido fuerzas invisibles en mi vida. Pero ahora también creo en un poder incluso mayor: la energía o gracia que mueve nuestro aparentemente impersonal pero íntimamente interconectado universo. Recibimos infusiones de gracia cada día pero, sumergidos como estamos en las tareas cotidianas de ganarnos la vida y cuidar de nuestra familia y amigos, su sutil poder nos puede pasar inadvertido. La gracia -7- Caroline Myss El poder invisible en acción unifica todo el conjunto de nuestra vida, y todas nuestras vidas colectivamente. Nos observa a todos y vendrá en nuestra ayuda si lo pedimos. He deseado muchas veces poder convencer a otras personas de que tengan fe en esta fuerza inconmensurable que nos rodea y nos protege. Siento una gran felicidad al saber que, incluso en los peores momentos, nuestras oraciones son escuchadas y atendidas. He visto y experimentado demasiados milagros para pensar de otro modo. Como cualquier persona, he tenido que mover montañas en mi vida privada y profesional. Cuando estoy luchando con todas mis fuerzas, esforzándome sin llegar a ninguna parte, generalmente me doy cuenta de que es el momento de dar un paso atrás y recordar que: «Si tienes fe como un grano de mostaza, le dirás a esa montaña: ”Aléjate de ahí”; y ella se alejará.» Como aconseja el Tao Te Ching: «Haz tu trabajo y después da un paso atrás. Ése es el único camino hacia la serenidad.» No Hay nada imposible cuando se tiene fe en uno mismo y en el propio propósito. La fe es una fuerza activa —no pasiva—, un poder invisible, como el amor. No es simplemente una creencia en la bondad, es una creencia llevada a la acción en el momento presente. En el antiguo sistema de creencias hindú, la fe también confiere protección, al trasmitirnos confianza y seguridad en que estamos haciendo lo correcto. La fe nos permite adoptar una actitud positiva y de esperanza incluso ante reveses aparentemente irremediables. Dios obra de manera anónima, invisible, a través del poder de la fe, el amor y la gracia. Puede que esto obedezca a que los humanos somos demasiado entrometidos para que se nos permita presenciar una intervención divina directa. Recordemos que, en la antigua mitología, los mortales que osaban mirar directamente a un dios —que no había adoptado una forma terrenal— se volvían ciegos o locos ante la visión. Dios nos envía con frecuencia su gracia divina a través de agentes humanos que ejecutan actos de bondad no aleatorios. Como suelo explicar en mis seminarios a las personas que estudian conmigo la espiritualidad y la intuición, todos nacemos para asistir a la escuela terrena. Estamos en este planeta para aprender a ser seres espirituales dentro de un cuerpo físico, a adquirir conciencia de nuestro propósito superior. La vida en la tierra sólo consiste en aprender a utilizar adecuadamente el poder personal. Por lo tanto, este libro es un curso de la escuela terrena sobre cómo utilizar el poder personal de un modo que potencie nuestro crecimiento espiritual, al tiempo que contribuye a la evolución de las personas que nos rodean, ya l conjunto del alma global. Dar y recibir son artes que se aprenden. De niños, primero aprendemos a dar y recibir de formas visibles: nos alimentan, nos protegen y nos abrigan, y nosotros aprendemos a -8- Caroline Myss El poder invisible en acción alimentar, proteger, abrigar y cuidar a los demás. Cuando maduramos, llevamos a cabo otros actos vitales de cuidado: escuchamos a nuestros amigos y seres queridos; les damos ánimos y rezamos por ellos; aprendemos a ser más eficaces en el mundo y también a fortalecer a los demás. Aprender a utilizar el poder personal significa adquirir conciencia de qué hacemos con nuestra energía y a quién se la entregamos. «Aquellos que se superan a sí mismos son fuertes», escribió Laozi. También supone estar dispuestos a someternos a la guía divina, que generalmente se nos presenta en forma de intuición. Si encontramos nuestra brújula interior y actuamos según sus dictados, podremos desarrollar plenamente nuestro poder y cumplir la misión vital para la que nacimos. Yo llamo a esta misión el Contrato Sagrado, que incluye no sólo el trabajo que realizamos diariamente sino también todas las relaciones que mantenemos y a todas las personas con las que nos encontramos, todas las personas a quienes ayudamos y todas las que nos ayudan a nosotros. Es bastante habitual que un escritor no sepa cómo empezar un libro, pero a mí me costó acabar éste. Cuando empecé, sólo intentaba escribir una explicación sencilla de cómo somos llamados a actuar para ayudarnos los unos a los otros. Pero la escritura de este libro acabó convirtiéndose para mí en un despertar espiritual personal. En los libros que había escrito antes, mi intención siempre había sido enseñar un nuevo método para ver y entender nuestro espíritu y nuestra vida. En este libro que el lector, además de eso, redefina su visión del poder en este mundo. Quiero ayudarle a darse cuenta de que, con independencia del dinero que tenga, de su sexo, raza o edad, posee poder. Y que puede marcar la diferencia en su mundo y en la vida de todas y cada una de las personas con quienes se encuentre. Mientras estaba escribiendo este libro, pedí a los lectores y suscriptores de mi página web que me explicaran sus experiencias con la gracia y los actos de servicio que habían cambiado sus vidas. Me sentí honrada y abrumada al recibir mil doscientas cartas en sólo seis días. Me di cuenta que una cosa es hablar en abstracto sobre la bondad humana y nuestro potencial para ser bondadosos y otra bastante diferente entrar en contacto con cientos de historias reales de personas de carne y hueso que han ejercido su poder para sanar y para ayudarse mutuamente, para marcar la diferencia. Me asombró la entrega y la ternura humanas que transmitían todas aquellas historias. Son una prueba fehaciente de que el tremendo poder de la compasión, el honor y la gracia sigue existiendo, incuso en plena crisis -9- Caroline Myss El poder invisible en acción nacional y mundial. También demuestran que no estamos solos en este mundo y que, incluso en las épocas de mayores calamidades, nuestras oraciones son escuchadas y contestadas. He trabajado como intuitiva médica durante más de dos décadas y he enseñado a otras personas a desarrollar la intuición durante más de diez años. En lo que hago más hincapié con mis alumnos es en aquellos —y todo el mundo— ya son intuitivos, pero tienen que abrirse a los mensajes que están recibiendo. Muchas personas se resisten a oír los mensajes que les envía su intuición, a menudo porque no quieren afrontar los cambios que tendrían que hacer si los escucharan y actuaran según esa guía. Pero las historias que contiene este libro demuestran que realmente podemos marcar profundas diferencias si escuchamos a nuestra intuición y actuamos en consecuencia. En los capítulos de este libro doy instrucciones sobre cómo identificar y cómo seguir los dictados de la intuición. Estas historias muestran que todo lo que hacemos importa. En realidad, no existe un acto de servicio o bondad que sea insignificante. Esta idea está presente en la mayoría de las tradiciones espirituales del mundo. El Tao Te Ching aconseja: «Haz lo grande mientras todavía sea pequeño.» Y el filósofo y activista social Martin Buber escribió: «Las cosas que me ocurren día tras día, las cosas que me reclaman día tras día: ésas son las que contienen mi tarea fundamental.» Cada día somos llamados a ejecutar actos grandes y pequeños de gracia y valentía. Y los efectos de los actos más minúsculos se multiplican por mil. Buda enseño: «La felicidad es la acumulación del bien». Cada vez que alguien dice: «Por favor, Dios, ayúdame», el universo lo oye. Es posible que los dioses dejen que casi nos ahoguemos antes de responder enviándonos un bote salvavidas —porque estamos en la escuela terrena para aprender a construir botes y a conducirlos a remo—, pero siempre acaban por responder. El poder de un solo deseo puede cambiar la vida de una persona. Y, una vez qua abramos la mente y al corazón a la posibilidad de la respuesta, la obtendremos, aunque no se trate de la repuesta que queríamos o no llegue en la forma que esperábamos. Las historias que aquí se relatan son una prueba de lo personal que es nuestro universo aparentemente impersonal y de lo interconectados que estamos. Gracias a ellas, he descubierto una comunidad espiritual de ángeles corpóreos. Estos ángeles se disfrazan de amigos, de familiares y con frecuencia y en especial, de desconocidos. Están a nuestro alrededor y aparecen en el momento justo, y a menudo crítico, para ayudarnos cuando lo necesitamos. Crean sentido y esperanza donde antes había dolor y desesperación. Como las personas de estas historias, tenemos una comunidad espiritual invisible que nos apoya, pero también tenemos el poder de salir de nosotros mismos y crear más sentido y más bondad, más -10-

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Caroline Myss. El poder invisible en acción. -11- actos de bondad no aleatorios. Y, por descontado, el bien que hacemos inevitablemente acaba beneficiándonos. Antes de que se me tienden a caer en la zona del miedo o me encuentro pensando sin esfuerzo alguno en la suerte que tengo por lo
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