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Carlos Marx. Historia de su vida PDF

578 Pages·1932·11.47 MB·Spanish
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CARLOS MARX BIBLIOTECA CARLOS MARX Dirigida por W. Roces. Sección VI BIOGRAFÍAS EDITORIAL CENIT, S. A. , MADRID Franz Mehring CARLOS MARX HISTORIA DE SU VIDA 1 9 3 2 EDITORIAL CENIT, S. A., MADRID TRADUCCIÓN DEL ALEMÁN POR W. ROCES ImprentaHelénica,PasajedelaAlhambra,3. Madrid.-Teléfono18014. RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. ES PROPIEDAD DE EDITORIAL CENIT, 1932. PRÓLOGO Franz Mehring, escritor de procedencia burguesa con unprestigio bienganado en el campo tradicional, abrazaen la cuarentenalacausa socialistayy durantelos treintaúltimos años de su vida, los másmadu rosylos más fecundos,batallaardorosamente conla pluma en lamano contra laburguesíayjunto al proletariado.Prontose convierte, por su dominio soberano de la filosofía, la historia y la literatura, enfocadas conlalógica férrea de la dialéctica marxistay del materialismo histó rico, en uno de los más grandes continuadores de las tradiciones glo riosas del socialismo científico alemán y en maestro descollante del proletariadointernacional.PeroMehring eraalgo másque un brillante escritoryuninvestigadorilustre del socialismo. En él, como en Marx, la teoríaiba unida con nervios y músculos a lapráctica, yylaidea era carne de vida y sangrante realidad. En los últimos años de su vida, cuando pudo gozardeunavejezgloriosa, la deserción de la socialde mocracia ante el gran crimen de la guerra le situó, con otras pocas almas grandes, enlaplataformaacusadoray militante, que no eramás que la práctica consecuencia de la obra de todauna vida. Con Carlos Liebknecht, con Rosa Luxemburgo, con Clara Zetkin, Mehring alzó, enaquellos años de vesania, labandera del internacionalismo frente a las potencias de la barbarie y sus agentes, las «veletas chirriantes», y hubo de purgareste crimen con un arresto carcelario, con que el go bierno de los consejos «socialistas» quiso coronar su vida intachable debatallador. A poco de esto, caían asesinados por la soldadesca en las calles de Berlín, en versión alemana de la «ley de fugas», Carlos Liebknecht y Rosa Luxemburgo, yMehring no pudo sobrevivir a este crimen monstruoso, en que no había solamente autores, sino también cómplicesyacasoinstigadores, padres morales de la idea. Los temas y problemas en que Mehring, enunatreintenade años detrabajo incesante, hincó larejadela dialéctica marxista sonlegión interminable y caen enlos más diversos campos de lacultura. Sus tra bajos de críticaliterariavan desde Calderón a Heine y desde Hebbel a Gorki, y llenan varios volúmenes. En sus estudios filosóficos pasa revista, desdelaatalaya de la concepción materialista de la historia, atodas las corrientes de lafilosofía antigua, clásicaycontemporánea, sin olvidar la críticareligiosaen sus relaciones con el socialismo. Nos 8 PRÓLOGO hadejado trabajosadmirablessobre el militarismo ylaciencia guerre ra. Pero donde su personalidad altísimamás descuellaes en las inves tigaciones históricasy en la historia del movimiento obrero y de sus grandes figuras. Entre su magno legado de publicaciones se cuentan dosgrandeshistoriasdeAlemaniayPrusia,ysu «LeyendadeLessing constituyetalvez elúnicoestudiohistórico serioqueexiste de la época fridericiana. Los cuatro volúmenes de su «Historia de laSocialdemo cracia, son unafuente agotadora e inagotable de investigación sobre los orígenes y el proceso histórico del socialismo en sus diversas ten denciasy delaclase obreraalemana. Mehring hubo de pasarse decenios enteros de su vidaen íntimo contacto con la obrade Marx, laborando infatigablemente sobre ella paradaralaprensaunarsenal de materiales inéditos que le fueran a confiados. Su edición de los Escritos varios» de Marx, Engels y Lassalleysu intervención personal en la edición de la «Correspon dencia entre Marx y Engels, como representante de la familia del primero - trabajos ambos precursores de laedición monumental que actualmente está publicando elInstituto Marx-Engels de Moscú-, su íntimo conocimiento delahistoriauniversal de la épocay su dominio del movimiento obrero internacional hacían de Mehringla persona llamadaaentregarnos, como remate de la obra ingente que llena su existencia, estamagnabiografíade Carlos Marx que es, a la par que la«Historiade suvida»,una magnifica historia viva de los orígenes delsocialismocientífico y delos movimientos mássalientesde laclase obreradurante dostercios del siglo pasado. La gran afinidad espiri tual y de temperamento entrebiógrafo ybiografiado, laidentificación pasional eintelectivadelprimerocon el hombrey la obra estudiados, no turban jamás en Mehring ese respeto alaverdad objetiva que es deberdetodo historiador; deberque se acentúa, por exigenciademé todoyrespeto al nombre, silahistoria que se traza es marxistay el tema investigado la personaylavida de Marx. En las maravillosas páginas de Mehring, vemos reviviry cobrarcuerpoy genio y figura al Marxpolítico,economista, revolucionario, filósofo de la historiay de lasociedad, al Marx caudillo y tácticoy organizadorde la clase obre ra, alfundadoryguíade la Internacional, al indomable polemista y alamigo yalenemigo siempreleal. Todo ellocifrado enel Marxhom bre, consus luces ysussombras, comoen lavida misma, no disecada porun erudito ni elevada a los altares por un ciego adorador, sino plasmada históricamente por quien, además de gran historiador, era unhombre nobleyy grande. W. R. CAPITULO I AÑOS DE JUVENTUD 9 2 1. Familia y primeros estudios. Carlos Enrique Marx nació en Tréveris el 5 demayode1818. Desus antepasados es muy poco lo que sabemos, pueslos años de tránsitodel siglo XVIII al XIX fueron en el Rinaños de azares guerreros que de jaron su huella en el desbarajustey asolamientodelosregistrosciviles deaquella comarca.Todavíaeshoyeldíaen que noha podidollegarse auna conclusión clara respecto a la fecha de nacimiento de Enrique Heine. Afortunadamente, Carlos Marx vino al mundo en un período de mayor calmay, porlo menos, el año de su nacimiento lo sabemos con certeza. Pero, como hace unos cincuenta años, hubiese fallecido, de jando un testamento nulo, una hermana de su padre, no fué posible averiguar, apesarde todas las indagaciones judiciales que se hicieron para encontrar los herederos legitimos, la fecha del nacimiento y la muerte de sus padres, o sea de losabuelospaternos de Carlos Marx.El abuelo se llamaba Marx Leví, nombre que luego redujo al de Marx, y fué rabino en Tréveris. Debióde morirhaciaelaño 1798;porlo menos, ya no vivía en 1810. Su mujer, EvaMoses porsu nombre natal, vivía todavíaen 1810, y murió, porlo que puede conjeturarse, alrededor del año 1825. Entre sus muchos hijos, hubo dos que se dedicaron al estudio: Sa muelyHirschel. Samuel hízose rabino, ocupando el puesto de su pa dre en Tréveris, y tuvo un hijo, llamado es, que hubo de ser tras ladado aGleiwitz, villasilesiana,comoaspirante ala mismadignidad. Samuel nació en 1781 y murió en 1829. Hirschel, el padre de Carlos Marx, nació en 1782, cursó la carrera de Jurisprudencia y se hizo abo gado y luego Consejero de justicia en Tréveris, donde en 1824se bau tizó, convirtiéndose al cristianismo con el nombre de Enrique Marx; murió en elaño1838.EstabacasadoconEnriquetaPressburg, unajudia holandesa,entrecuyosantepasadossecontaban,alolargodelossiglos, segúnnos dice su nietaEleanorMarx, todaunaserie de rabinos. Murió en 1863.Este matrimonio dejó también una descendencia numerosa, si bienen el momento de las particiones hereditarias, acuyo expediente debemos estas noticiasgenealógicas, no vivían más que cuatro hijos: 12 FRANZ MEHRING /CARLOS MARX Carlos Marx, único varón, y tres hermanas suyas: Sofía, viuda de un abogado de Mastricht llamado Schmalhausen; Emilia, casada en Tré veris con un ingeniero llamadoConrady, y Lisa,casada con un comer ciante de laCiudad del CaboapellidadoJuta. A sus padres, cuyo matrimonio había sido muy feliz, debió Carlos 3 Marx, que era con su hermana Sofía el hijo mayor de lafamilia, una infancia gozosa ylibre de cuidados. Sus «magnificas dotes naturales> 1 despertaban ensu padre la esperanza deque se pondrían algún díaal 1 servicio de la humanidad; y su madre decía de él que era un niño de suerte, a quien todo le salia derecho. Pero Carlos Marx no fué, como Goethe, hijo de sumadre,nicomoLessingySchiller, hijo de supadre. Su madre, velando cariñosamente por el esposo y los hijos, vivía con sagrada porentero a la paz de su hogar; no llegó, en todos los días de su vida, a hablar el alemán a derechas, ni tuvo la menor parte en las batallas del espíritu reñidas por su hijo, como no fuese para dolerse maternalmente de que su Carlos, con todo el talento que Dios le había dado, no siguiese en la vida el camino derecho. Andando el tiempo, parece que Carlos Marx llegó a entablar relaciones bastante íntimas con sus parientesmaternosdeHolanda,sobre todo conun «tío, Felipe, de quien hablarepetidasvecescon gransimpatía, llamándoleun «mag nífico solterón», y que debió de acudir más de una vez a sacarle de apuros. También el padre, a pesar de que murió cuando acababa Carlos de cumplir los veinte años, parece que miraba alguna que otravez con secreto temor aquel «demonio, que llevaba dentro su hijo favorito. Perolo que a élleatormentabanoeranloscuidados mezquinos ypeno sos de la pobrecitamadreporlacarrerayelbienestarmaterial delhijo, sino elvago presentimiento de un carácter duro como el granito, sin lamenorafinidad conelsuyo, dulceyblando. EnriqueMarx, quecomo judío,renano yjuristaparecequedebía estaracorazadocontriple cora za contratodos los encantos de aquellaPrusia de hidalgos rurales, era, a pesar de todo,un patriota prusiano; no en el sentido insípido y necio quehoy damos a esta palabra, sinoun patriotaprusianoporelestilo de aquellos que nosotros, viejosya,alcanzamostodavíaaconocerenhom bres como Waldeck o como Ziegler: un hombre nutrido de cultura burguesa, creyente con la mejorfe del mundo enel viejo racionalismo fridericiano; un «ideólogos, en una palabra, de aquellos que tanto, y conrazón sobrada,odiabaNapoleón. Lo queéste entendíapor «ideolo gía, esa necia palabra», era precisamentelo quealimentabael odiodel padre de Marx contra aquel conquistador que había dado alos judíos renanos laplenitud de sus derechos civiles y a los territorios del Rin el Código de Napoleón, aquella joya tan celosamente guardada por ellos ytan insaciablementeatacada porlareacción prusiana.

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