JOSÉ LUIS CASADO SOTO (Santander) Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia, Premio Nacional del Mar, en la convocatoria de los Virgen del Carmen de 1988. Director fundador del Musco Marítimo del Cantábrico, del Anuario de Estudios Marítimos "Juan de la Cosa" y del Laboratorio para Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas. Ejerció la docencia en el Instituto de Enseñanza Media de Camargo, Cantabria, ( 1970-72) y en la Universidad de Bilbao como encargado de cátedra entre 1972 y 1976. Ha sido Secretario de la Institución Cultural de Cantabria, Delegado Provincial de Bellas A11es y Presidente del Centro de Estudios Montañeses. Ha comisariado cuarenta y tres exposiciones de carácter temático. Ha dirigido o codirigido diez campañas de excavaciones arqueológicas. Ha dirigido y dirige diversos proyectos colectivos de investigación sobre historia, técnica y patrimonio marítimos. Ha impartido cursos y conferencias en reuniones científicas nacionales e internacionales. Ha publicado treinta y tres libros sobre historia de la tecnología naval. etno-historia e historia regional, así como más de cien trabajos de investigación en libros colectivos y revistas especializadas españolas y extranjeras. JOSÉ LUIS CASADO SOTO CANTABRIA VISTA POR VIAJEROS DE LOS SIGLOS XVI Y XVII Nueva edición corregida y aumentada CENTRO DE ESTUDIOS MONTAÑESES CONSEJERÍA DE CULTURA Y DEPORTE GOBIERNO DE CANTABRIA SANTANDER 2000 TÍTULO: Cantabria vista por viajeros de los siglos XVI y XVII. ©José Luis Casado Soto de textos, traducciones, transcripciones y calcos EDITA: Centro de Estudios Montañeses el Gómez Oreña, 5, 3º, 39003, Santander con la colaboración del Instituto de Estudios Cántabros IMPRESIÓN: Imprenta Cervantina S.L. el Río Miera sin, 39011, Santander l. S. B. N.: 84-930673-4-2 DEPÓSITO LEGAL: SA-614-2000 PARA ROSA, DE NUEVO. ÍNDICE Pág INTRODUCCIÓN 7 I VIAJES REGIOS POR CANTABRIA (1496-1580) 13 1.1. Los hijos de los Reyes Católicos 14 I.2. El primer viaje de Carlos I a España 21 I.3. Otros viajes del Emperador 55 I.4. Felipe II y su cuarta esposa 67 II DESCRIPCIONES GEOGRÁFICAS E ITINERARIOS (1517-1564) 91 II.1. Cantabria en Ja cosmografía de España de Fernando Colón 92 II.2. Memoriales sobre Nueve Valles de Asturias de Santillana 109 II.3. Los monasterios de Liébana según Ambrosio de Morales 120 III CANTABRIA EN LA CARTOGRAFÍA FLAMENCA (1565-1584) 125 III.1. Ortelius y Mercator 126 III.2. Braun y Hoefnagel 131 III.3. Waghenaer 141 IV EL MEMORIAL DE JUAN DE CASTAÑEDA (1592) 147 V DOS VIAJES CORTESANOS DEL SIGLO XVII (1623-1689) 197 V.1. El Príncipe de Gales y su séquito 198 V.2. Los que esperaban a Mariana de Neoburgo 253 VI DOS TEXTOS DE PORTUGUESES (1622-1645) 261 VI.1. Descripción de las costas de Cantabria por Pedro Texeira 262 VI.2. La población general de España de Méndez Silva 279 VII EL ITINERARIO DE PELEGRINO ZUYER (1660) 289 VIII DESCRIPCIÓN DEL PUERTO DE SANTANDER (1700) 347 INTRODUCCIÓN Tiene el lector en sus manos la nueva edición de un libro publicado por primera vez hace ahora veinte años, y muy pronto agotado. Ante la per manente demanda del mismo, el Centro de Estudios Montañeses ha tomado la iniciativa de ponerlo otra vez a disposición del público y, muy especial mente, de las nuevas generaciones de etnógrafos e historiadores que en él pueden encontrar materiales de singular interés. Ocupado el autor en otros menesteres, no ha podido dedicar todo el tiempo que hubiera necesitado para replantear la obra, no obstante, lo que sí ha procurado ha sido corregir las erratas que se deslizaron en la primera ver sión, completar alguno de los epígrafes con datos localizados con posteriori dad a la misma y facilitar el seguimiento y comprensión de los textos revi sando las introducciones a los mismos. La mayor novedad ha consistido en la incorporación de algún epígrafe completamente nuevo, el más significati vo de los cuales es aquel donde se recoge la muy interesante experiencia del noble inglés que pasó por estas tierras en 1623, trabajo publicado aparte por el autor hace algunos años en la Revista Altamira, órgano del Centro ¡fe Estudios Montañeses (LIII -1998-, pp. 87-124). Las relaciones de viajeros constituyen un tipo de documento cierta mente peculiar, tanto por su rareza como por las características de la infor mación que suelen contener. En ellos la subjetividad del observador propor ciona datos y matices, sobre la realidad a que se va enfrentando en el discu rrir de sus desplazamientos, que no suelen aparecen en los otros tipos de documentos con que habitualmente trabaja el historiador. En los últimos años asistimos a un renovado interés por esta clase de testimonios del pasado. Por lo que respecta a España, las descripciones y opi niones de viajeros constituyen un fenómeno literario abundante y amplia- .... ;_ --·. ~ --=:~-: -~ -. --- .· ~· ' --- . ·~·- mente difundido desde el Renacimiento. Las colecciones más abundantes en referencias sobre viajeros por España las publicó R.Foulche-Delbosc en Bibligraphie des voyages en Espagne et Portugal, París, 1896 y A. Farinelli en Viajes por España y Portugal. Desde la Edad Media hasta el siglo XX. Nuevas y antiguas divaganiones bibliográficas, Roma, 1942; también se puede encontrar una amplia bibliografía en la obra publicada por el Instituto Nacional del Libro, Libros para viajar por España, Madrid, 1881. La más completa colección de relatos de viajeros editada hasta el presente se la debe mos a J. García Mercada!, Viajes por España, editada por Aguilar en tres volúmenes, Madrid, 1959, felizmente reeditados de nuevo por la Junta de Castilla y León. Las crónicas, memoriales, itinerarios, descripciones y relaciones de viajes, constituyen una clase muy particular, entre los documentos supervi vientes del paso del tiempo, que aporta información especialmente estimable sobre multitud de aspectos que normalmente no se consignan en los más comunes, de carácter administrativo, económico o judicial. Precisamente por ello adquieren más valor las referencias que nos proporcionan estos raros testimonios sobre el carácter de las gentes, la apariencia y peculiaridades de los paisajes, villas y pueblos, las descripciones de costumbres y formas de vida, ideologías y creencias, etc. Todo ello desde el punto de vista de indivi duos frecuentemente ajenos a la tierra que visitan, cuando no procedentes de muy lejanos países, lo que tenía la virtud de acusar el contraste entre sus hábitos y experiencias con los que se encontraban en las nuevas realidades que visitaban, contraste a veces ciertamente notable, teniendo en cuenta las dificultades entonces existentes al desplazamiento. Aquellos viajeros fueron gentes que dejaron descripciones, juicios e interpretaciones a menudo un tanto precipitadas, en razón de la sorpresa que experimentaron ante tradiciones y costumbres muy diferentes a las de sus lugares de origen, pero que, en otras muchas ocasiones, acertaron a interpre tar lo que veían con agudas percepciones, plasmándolo por escrito en pene trantes síntesis y perspectivas muy expresivas de las distintas facetas de las realidades que atravesaron en el curso de sus travesías. Lo normal era que los autores de relatos de viajes fueran personajes en cierto modo peculiares y, desde luego, procedentes de las estrechas capas cultas de aquella sociedad estamental, fuertemente estratificada y jerarqui- zada. Aunque se trate de escritos plasmados por la mano de hombres dedi cados a oficios tan diversos como el de diplomático, cortesano, religioso, comerciante, militar, etc. las ideas previas se manifiestan presentes en todos ellos, condicionando, mediatizando y tiñendo con el propio color la mirada sobre "el otro". A este respecto no es difícil tropezar con los tópicos genera dos por la ideología y la identificación con los intereses del propio país o su Corona, cuando no los aprendidos en la literatura que entonces circulaba. En el siglo XVI y sucesivos se dió una mayor facilidad que en los tiempos precedentes para el desplazamiento y circulación de las personas, en gran medida protagonizada por nobles, soldados y comerciantes. Aquella fue una centuria también caracterizada por la enorme difusión de material escri to y gráfico salido del nuevo invento de la imprenta. Ambos hechos tuvieron la virtud de permitir, de un lado, un progresivo mayor conocimiento de los demás y, de otro, la acumulación de ingentes cantidades de animadversión entre las emergentes naciones. Fenómeno éste que se acusaba cuando los monarcas de los diferentes pueblos europeos se enzarzaban en cruentas gue rras en que implicaban de lleno a sus súbditos, o, lo que era aún peor, en interminables y enconados conflictos religiosos. Curiosa y paralelamente, ello estaba en rotundo contraste con Ja desenfadada benevolencia con que cada colectivo nacional contemplaba sus propias o pretendidas virtudes, con harta frecuencia magnificadas hasta la exageración. Considerados en conjunto, los textos de esta naturaleza suponen un cúmulo de referencias vívidas y coloristas sobre hábitos y formas de vida hace mucho irremediablemente desaparecidas, de las que con frecuencia constituyen el único testimonio que ha llegado hasta nuestros días. Tanto o más raros aún que los documentos escritos, son las imágenes procedentes de aquellos tiempos, las representaciones gráficas de cualquier aspecto de un pasado tan lejano. A las recogidas en la primera edición de este libro se han añadido un buen número de las que hemos localizado desde entonces, siempre procedentes de las dos centurias a que la obra se dedica. El conjunto de dibujos y gravados que se incluyen, tiene además la cualidad añadida de ser los más antiguos que se conocen sobre estas tierras de Cantabria y sus gentes. Los textos que aquí publicamos habían permanecido inéditos en su mayoría, hasta que los diéramos a la imprenta hace ya dos décadas. En los
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