Camino de Sabiduría Consejería Cuidado Psico-espiritual Camino de Sabiduría Consejería Cuidado Psico-espiritual Daniel s. schipani Camino de Sabiduría ConSejería: Cuidado Psico-espiritual Copyright © 2018 Daniel S. Schipani Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotografía, sin permiso previo de los editores. Publicado en Cuba por el Seminario Evangélico de Teología Apartado Postal 1439, Matanzas, 40100, Matanzas, Cuba [email protected] www.setcuba.org Diseño del libro y de la portada: Rachel A. Denlinger. Fotografía de la cubierta: “Sendero en el Bosque”, Winnipeg, Canada © Alicia M. Buhler. Usada con permiso. ISBN 978-164316561-5 Contenido Introducción vii Primera Parte: experiencia y Fundamento Capítulo 1 Reflexión sobre la Práctica 3 Capítulo 2 Sabiduría: Camino y Destino 27 segunda Parte: naturaleza del Modelo Capítulo 3 Carácter Teológico-ético de la Consejería 55 Capítulo 4 Marco Terapéutico de la Consejería 75 Tercera Parte: aplicaciones del Modelo Capítulo 5 Acompañamiento en Camino a la Re-orientación Existencial 99 Capítulo 6 Acompañamiento en Camino a una Buena Muerte 119 Capítulo 7 Acompañamiento en Camino al Matrimonio 137 Bibliografía seleccionada 159 el autor 163 elogios para el nuevo Modelo 165 Introducción En años recientes he trabajado con una comprensión de la consejería (o consejo, o asesoramiento)1 como práctica de sabiduría orientada al crecimiento en sabiduría en el sentido de inteligencia moral y espiritual. En otras palabras, se trata de “sabiduría a la luz de la voluntad de Dios” como una manera de conocer integral o multidimensional que consiste de tres aspectos estrechamente vinculados entre sí: capacidad y disposición para ejercer discernimiento, para hacer las decisiones mejores dentro de las circunstancias personales, familiares y sociales, y para vivir y también morir bien en comunidad.2 1 En español (o, castellano) no hay acuerdo unánime ni consistencia en cuanto al uso y el significado del término “consejería”. Reconozco por lo tanto que hay varias alternativas en cuanto al nombre preciso que se puede dar a esta forma especializada de ministerio de cuidado psico-espiritual. He optado por utilizar generalmente el término consejería —común en Centroamérica y en ciertas áreas del Caribe y en comunidades hispanas en Norteamérica—en lugar de “asesoramiento”—más común en el Cono Sur de Sudamérica. Otra alternativa es la palabra “aconsejamiento (que se prefiere en Brasil: aconselhamento, en portugués). Los términos “asesoramiento” y “asesor cristiano” o “asesor pastoral” no evocan fácilmente el carácter ministerial y la riquísima temática que supone esta forma de ministerio cristiano (por ejemplo en medio de situaciones de crisis existenciales, pérdidas y procesos de duelo, que generalmente requieren mucho más que un mero asesoramiento en sentido estricto). Desde luego, la opción a favor de “consejería” y, especialmente, “consejo” también es potencialmente problemática porque puede comunicar connotaciones no deseadas (por ejemplo, superficialidad y manipulación en el sentido de meramente “dar consejos”). Mi experiencia personal y profesional en diversos contextos socioculturales en las Américas y España, me inclina a utilizar alternativamente los tres términos y dar preferencia a uno u otro según el contexto lingüístico-cultural del multiforme mundo hispanohablante. 2 La propuesta del nuevo modelo en su versión inicial fue publicada originalmente en inglés: Daniel S. Schipani, The Way of Wisdom in Pastoral Counseling (Elkhart: IMS, 2003). Hay vii viii • Camino de Sabiduría – Consejería: Cuidado Psico-espiritual Considero por lo tanto a la consejería como un arte ministerial de cuidado o terapia especial. Está orientada a promover el crecimiento humano mediante una forma de acompañamiento de personas, parejas, familias, o pequeños grupos quienes enfrentan desafíos y luchas existenciales particulares, tales como una decisión vocacional o la muerte de un ser amado, respectivamente. Así entendido, esa forma de consejo o asesoramiento busca despertar, nutrir, y desarrollar la inteligencia moral y espiritual de las personas, es decir la posibilidad de vivir, sufrir, madurar, y morir sabiamente a la luz de la voluntad divina. En perspectiva cristiana, la consejería es una forma de cuidado psico-espiritual según ese paradigma de sabiduría. Su foco particular de atención principal no es la “salud mental”, como en el caso de la psiquiatría, la psicología clínica, y el trabajo social clínico. Es decir que tal consejería no se ejerce según un modelo médico de salud y enfermedad. Obviamente, todo lo que hacemos en la consejería depende en parte de la situación de salud mental y emocional de las personas involucradas y tiende a su vez a afectar la condición de salud mental y emocional de diversas maneras. Sin embargo, nuestra preocupación principal es cómo acompañar a las personas a que vivan y se relacionen mejor, más sabiamente. Es ése el significado de que la meta general es ayudarles a despertar, ejercitar, y desarrollar su inteligencia moral y espiritual en medio de los desafíos y luchas que les presenta la vida. Y eso incluye mejorar o alcanzar la salud psico-espiritual y la llamada sanidad interior, o sanidad del espíritu, tema que abordaremos en este libro. Necesitamos por lo tanto seguir privilegiando las perspectivas y contribuciones teológico-pastorales y éticas, incluyendo criterios de “vida buena”, “plenitud humana”, “salud”, y otros. En la consejería cristiana como así también en el consejo o asesoramiento pastoral esas perspectivas y contribuciones tienen prioridad sobre las provenientes de la psicología y la psicoterapia, aunque estas últimas son indispensables. En términos epistemológicos como también metodológicos, afirmamos entonces que la teología y las ciencias humanas son ambas esenciales y deben considerarse juntas pero sin reducir la una a la otra; y afirmamos también que la relación interdisciplinaria no es simétrica sino que la teología tiene prioridad conceptual sobre la psicología.3 una traducción de ese libro al portugués, la cual fue auspiciada por colegas brasileños del Corpo de Psiquiatras e Psicólogos Cristãos: O caminho da sabedoria no aconselhamento pastoral (S. Paulo: Sinodal, 2004). 3 Sobre este punto véase Daniel S. Schipani, “Bases eclesiológicas: la iglesia como comunidad sanadora”, en Daniel S. Schipani y Pablo A. Jiménez, eds. Psicología y consejo pastoral: Introducción • ix Consejería cristiana y consejería pastoral El subtítulo de este libro—“Consejería: Cuidado Psico-espiritual”—alude a todo asesoramiento realizado desde una perspectiva cristiana, sea o no sea ofrecido explícitamente como parte del ministerio de una iglesia en particular. Todo programa de capacitación pastoral ha incluido desde hace varias décadas cursos sobre cuidado y consejo pastoral. Más recientemente han surgido también programas de consejería y de cuidado psico-espiritual, los cuales están más o menos ligados a currículos de formación ministerial.4 Conviene aclarar, sin embargo, qué tienen en común, por un lado, la consejería como disciplina y práctica profesional ejercida por cristianas y cristianos y, por otro lado, la consejería pastoral practicada por pastores u otras personas como ministerio de la iglesia. También es necesario identificar ciertas diferencias entre ambas y cómo se pueden enriquecer mutuamente. En primer lugar, en cuanto a lo que tienen en común: ambas formas de acompañamiento parten de una concepción del mundo y de la vida, o sea una filosofía, determinada principalmente por el Evangelio, es decir las “buenas noticias” del reino de Dios reveladas por Jesucristo y en proceso de realización. Esto incluye convicciones normativas sobre la naturaleza de la realidad, del conocimiento como tal, y de la plenitud humana.5 Segundo, la consejería cristiana no es una clase especial de terapia; es más bien esa práctica profesional cuya inspiración y orientación filosófica y ética están determinadas por la fe y una teología cristiana. Quienes así ejercen como terapeutas bien pueden trabajar en diversas instituciones y programas no necesariamente vinculados con la iglesia. La consejería perspectivas hispanas, AETH, Decatur, 1997, págs. 3-26; y Daniel S. Schipani, “Psicología y acompañamiento pastoral”, en Daniel S. Schipani; Manual de psicología pastoral: Fundamentos y principios de acompañamiento (Orlando: AETH, 2016), págs. 29-40. 4 En lo que respecta a mi experiencia personal, durante varios años he sido profesor de cuidado y consejo pastoral en Puerto Rico y en Estados Unidos. Actualmente sirvo como profesor visitante en el programa de Maestría en Teología del Seminario Evangélico de Teología, en Matanzas, Cuba; en los programas de Diplomado y de Maestría en Consejería del Seminario Teológico Centroamericano (SETECA), en Ciudad de Guatemala; y en el programa de Certificado en Cuidado Psico-espiritual de la Universidad Bautista en Cali, Colombia. 5 En realidad, no hay tal cosa como consejería o psicoterapia “neutral” en lo que a concepción de la realidad y de la vida humana se refiere. Sin excepciones, todo terapeuta opera de acuerdo a cierto marco referencial que incluye supuestos metafísicos y también valores y normas éticas, además de las normas psicológicas-psicoterapéuticas correspondientes. Ese marco referencial provee criterios y normas que orientan a todo terapeuta en la marcha hacia “adelante”; es decir que son indispensable para determinar si hay o no progreso en el curso de un proceso terapéutico dado y en función de las metas establecidas para dicho proceso. x • Camino de Sabiduría – Consejería: Cuidado Psico-espiritual pastoral sí es una clase especial de práctica de cuidado. Lo que la distingue es su relación directa con el ministerio de la iglesia dentro y fuera de las comunidades de fe. Estrictamente hablando, el consejo pastoral es una expresión especializada de la iglesia como ecología de cuidado y plenitud humana y ejercida generalmente por pastores y pastoras. El diagrama que sigue representa la relación estrecha que existe entre ambas consejerías y cuánto tienen en común. También sugiere que las diferencias entre consejería cristiana y consejería pastoral se pueden apreciar como ofreciendo recursos complementarios, como se explica en el próximo párrafo. Consejería Consejería cristiana pastoral Campos de cuidado complementarios En tercer lugar, hay por lo menos tres dones que la consejería cristiana puede ofrecer a la consejería pastoral: una sólida base psicológica y psicoterapéutica; la utilización competente de diversos recursos clínicos, tales como conocimiento especializado, enfoques, y técnicas; y disciplina profesional, apoyada por supervisión adecuada y consultas oportunas, cursos de actualización, y licenciamiento para el ejercicio legal de la profesión en cierto contexto nacional o provincial/estatal. Por su parte, la consejería pastoral también tiene por lo menos tres dones para ofrecer a la consejería cristiana: una sólida base bíblico-teológica y ética; la utilización competente de diversos “recursos espirituales” (oración, bendición, uso de la Biblia, rituales); y el sentido de vocación o “llamamiento” ministerial (o sea, apostólico) junto con un fuerte vínculo fe-labor profesional y responsabilidad cristiana social. Es necesario apreciar también que hoy día hay contribuciones importantes procedentes de otras tradiciones religiosas, tales como el Judaísmo,6 Islam,7 y Budismo.8 Las mismas procuran servir a personas 6 Dayle Friedman, ed. Jewish Pastoral Care: A Practical Handbook from Traditional and Contemporary Sources, 2nd. Ed. (Woodstock: Jewish Lights Publishing, 2015); Michelle Friedman & Rachel Yehuda, The Art of Jewish Pastoral Counseling: A Guide for All Faiths (New York: Routledge, 2017). 7 Sameera Ahmed & Mona M. Amer, Counseling Muslims: Handbook of Mental Issues and Interventions (New York: Routledge, 2012); G. Hussein Rassool, Islamic Counselling: An Introduction to Theory and Practice (New York: Routledge, 2016).