Description:En una iglesia de la vecina Yuma, un reloj de torre había dado las dos de la madrugada. La noche era tranquila, con cielo nublado. La prisión de Yuma, Prisión Territorial, cercana a la frontera con California, y a unos cuarenta kilómetros de la de México, se llamaba también “Prisión de los Desesperados”. Toda la escoria del Estado que no se ahorcaba, iba a parar allí para una larga reclusión. Y no era nada extraño que quien pudo escapar del patíbulo, yendo a parar a la prisión, muriera allí a manos de otros reclusos. Era imponente la mole de piedra de la prisión, con su alta muralla, por encima de la cual, día y noche, por el pasadizo, hacían guardia los centinelas. Las puertas al exterior tenían varios rastrillos con verjas de hierro, y tras ellos, hombres armados vigilaban.