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Breve Diccionario Etimologico De La Lengua Castellana (OCR) PDF

628 Pages·1987·63.472 MB·Spanish
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BREVE DICCIONARIO ETIMOLÓGICO DE LA LENGUA CASTELLANA BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA DIRIGIDA POR DÁMASO ALONSO V. DICCIONARIOS, 2 JOAN COROMINAS BREVE , DICCIONARIO ETIMOLOGICO DE LA LENGUA CASTELLANA TERCERA EDICIÓN MUY REVISADA Y MEJORADA EDITORIAL GREDOS MADRID © JOAN COROMINAS, 1987. EDITORIAL GREDOS, S. A. Sánchez Pacheco, 81, Madrid. España. PRIMERA EDICIÓN, mayo de 1961. SEGUNDA EDICIÓN' diciembre de 1967. TERCERA EDICIÓN, julio de 1973. l.ª Reimpresión, octubre de 1976. 2. ª Reimpresión, diciembre de 1980. 3. ª Reimpresión, diciembre de 1983. 4. ª Reimpresión, marzo de 1987. Depósito Legal: M. 32792-1986. ISBN 84-249-1331-0. Rústica. ISBN 84-249-1332-9. Guaflex. Impreso en España. Printed in Spain. Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1987. 6024. - INTRODUCCIÓN Decira quiénye psa rqau és ed estiensda a rd eu nl ibrloam ejodre finición. Éstsee hae scriptaore al p úblincooe specialeinzl aidnog üísctoinoc baj,e dteo informabrrleevy e c laramednet elq ou es es abaec erdcea lo rigdeenl aspa la­ bracsa stellcaonmaúsn menctoen ocipdoarsl ag enteed ucadHae. p ensadpou,e s, enc uatrtoi podse l ectoreesst:u diadnett eosd alsa sd isciplaiunnaqsu,ae c or­ dándomdee q uel osd ec ienchiuamsa nístyi ficlaosl ógiloce amsp learnáant,u ­ ralmenmtáes,q ueo troesx;t ranjceurolst qouse t ratdaena dquidreilcr a stellano un conocimiaelngtsooi stemántoim ceor,a menptreá ctipcroo;f esoqrueees n ­ señenc ualqumiaetre riear,u ditnoos l ingüiys tlaisn güiesstpeacsi alizeand os otralse nguarso,m ancoe sn o romanc;e ys, e ng enerya mlu y especialmente, todeol p úbliecdou caddoel engucaa stelqluaenn ao s ec ontenctoenu nc ono­ cimienstuop erficdieas lui diomEal.e timologeilsi tnav,e stigdaed fiolroo lgía hispáneilce ar,u dietnob uscad ed atoys t odoasq uelqluoess ev eacno nf uerzas parfao rmarusnej uicpieor soneanll o ps roblemeatsi mológdiecboesr ráenc urrir a miD iccionario Critico Etimológico, delq ueé stees u nav ersiaóbnr eviya da renovada. Sia le scriebsitorat roab rcao mparayb rae cordaanbtate o dloi brcoosm ol os deW artburog W alde-Hofmaanlcn o,m ponéesrt hae p ensamdáos c,o mop ara­ digmadsi gnosd ei mitaceinóln o,sd eO seaBrl ocyh E mout-MeiHlele dta.d o entraednae stber evdei ccionaa lraig or amna yordíeal ovso cablionsc luidos en elC rítico, pereox cluyenldoosl: o calisnmooc so nocidfouse rdae u nar egión o repúbldiectae rminaldoasv; oc ablopse rteneciesnótlaeo ts é cniacnatsi cuadas y losp oceom pleadhoosy e nd íao sólpor opidoest écnimcuoyse specializados; admitiepnodroo trpaa rtmeu chotse cnicidsem loassc iencbiiaosl ógincaa­s, turalfeíss,i yc aasp licaqduaest iendae sne rc onociddeoa sm plisoesc todreels públicyo e;x cluyeenndfi on,,b astanatrecsa ísmpoesr,so ó laoq uelqluoesn os e hallaynae nl iteraetnue rlaS igldoe O ro,y aunc onc ierteaxsc epcioenne s favodre v ocablomse �ievamlueysc onocidyo dse t odoasq uellqousef acilitan lac omprensdieólon r igdeeno trpaa labmráas m odernaE.n senticdoon trario INTRODUCCIÓN 6 se han agregado aquí muchas palabras usuales que en el Crítico sólo figuran en el Suplemento (p. e., sorbete) o que allí faltan del todo, sea por no figurar en el diccionario académico, o porque aun figurando en él fueron excluidas allí deliberadamente (en particular muchos derivados de étnicos y nombres propios, como elíseos, pléyade o mozárabe) o por un descuido momentáneo (como cachalote, convenio, ferina, friable y bastantes más). Los diccionarios etimológicos en general se abstienen de definir las palabras, contando con que al utilizarlos se tiene a mano un buen diccionario del uso corriente; y no suelen hacer otra excepción a esta norma que las necesarias para distinguir homónimos. Tampoco este libro permitirá prescindir del auxilio de un diccionario corriente, pero he creído prudente ser menos parco en este sen­ tido que ciertos repertorios etimológicos de lenguas extranjeras como el francés o el inglés, por la situación de desventaja en que nos hallamos respecto de estas lenguas en cuanto a buenos diccionarios manuales y bilingües, y teniendo en cuenta que en nuestro caso será algo· mayor que en aquéllos la proporción de los lectores extranjeros respecto de los nativos; como es natural, las defini­ ciones abundarán más o serán más completas en las cabezas de artículo y en Jas voces algo anticuadas o más o menos regionales; y en -cambio raramente se darán en los tecnicismos. De acuerdo con los propósitos históricos de un dic­ cionario etimológico; se prescindirá de las acepciones secundarias y fácilmente comprensibles como tales, y será legítimo enfocar las definiciones dadas en el sentido que mejor facilite la comprensión del origen: es lo que. hago, por ejemplo, al definir escatimar como 'regatear mezquinamente'. Por lo demás, me he esforzado en este libro, con particular ahínco, en explicar y fechar todos los sentidos más antiguos y básicos de cada palabra. Claro está que una obra de esta índole debe prescindir de todo lo inseguro o excesivamente hipotético. En etimología y en la historia del vocabulario, el público desea ser informado de lo seguro y dejar lo aventurado y pendiente de discusión para los especialistas y Jos libros que a ellos se dirigen. La publicación todavía reciente de mi Diccionario Crítico facilitaba en nuestro caso Ja elimi­ nación de todas estas cuestiones: a él deberán recurrir los que sientan curiosi­ dad por ellas. Aquí convenía huir de dos extremos: mostramos demasiado seguros éle nuestra negativa en Jos casos realmente dudosos, y por otra parte meternos francamente eri el terreno de lo hipotético y opinable. El lector no debe extrañar por lo tanto Ja gran cantidad de casos en que hemos reconocido nuestra ignorancia. Si otros no lo practican así, acuérdese de cuánto abundan en nuestro tiempo los que quieren vender como ciencia conocimientos nebulosos <,>. falsos. Pese a este reconocimiento, la ignorancia a menudo no es completa, como lo mostrará un cotejo de esos artículos con los del Diccionario Crítico, pero en Jos casos en que lo que se sabe es demasiado complicado o condicional para exponerlo en pocas palabras, no se podía hacer aquí otra cosa que remitir a Ja obra mayor. Si existía una explicación más o menos insegura o incompleta 7 INTRODUCCIÓN pero probable y que pudiera exponerse sucintamente, se ha hecho así, acompa· ñándola de las reservas necesarias. Y ni siquiera nos hemos prohibido del todo, como lo hicieron autores de obras pareCidas, la posibilidad de referimos a dos etimologías diferentes o de aludir a una sólo para rechazarla. Era lícito y saludable abrir este 'ventanillo hacia lo incierto y hacia la mucha labor que está por hacer, sobre todo cuando sólo se ha practicado así en casos impor· tantes y excepci9nales. La agrupación de los derivados y compuestos con sus simples o primitivos, y el formar con todos ellos un solo artículo, tiene dos objetos. Nos muestra, por una parte, la existencia de familias de vocablos, y las correlaciones existentes entre los elementos integrantes del léxico castellano : precisamente lo más ilus· trativo en un diccionario etimológico para ·el lector común. ·Por otra parte, en un diccionario conciso como éste ahorra muchas palabras y repeticiones. No se extrañe, pues, que el concepto de derivado y de compuesto se haya tomado aquí muy ampliamente, y que en particular se hayan incluido en él los llamados seudo-derivados y seudo-compuestos, o sea, los formados con el étimo de la voz castellana y no con esta misma, y aun los formados con el primitivo de aquél, si el étimo de la voz epígrafe es ya un derivado o compuesto. Por ejemplo, secundario va en el artículo segundo, y primogénito se estudia en el artículo primero; la mayor parte de los derivados del lat. solvere van en el artículo absolver, que de él deriva, y la mayor parte de los derivados del lat. jacere van por la misma razón en el artículo abyecto. La experiencia me demuestra que el público culto es capaz de comprender la conexión semántica existente en estas vastas familias latinas, y que no se interesa tanto por el pormenor fonético, aunque pueda ocasionalmente causarle algún escrúpulo su ignorancia de las leyes de la fonética latina. Sin embargo, en este libro, de acuerdo con su carácter más elemental, he desglosado varias palabras que agrupaba en el Diccionario Crítico, en las cuales el enlace era demasiado difícil de percibir para el público sin estudios filológicos. He constituido aquí, por ejemplo, artículos aparte para voces com.o envidia, vituperar o seguro; también he sepa· rado entre sí algunos vocablos (como ce y che) que aunque pueden mirarse como variantes de una misma raíz, su enlace no puede mostrarse fácilmente al público y ni siquiera está enteramente asegurado. La tarea de redactar este libro, una vez concluido el Diccionario Crítico, parecía cosa breve y sencillísima. Podía limitarme a copiat los resúmenes iniciales de los artículos sin más que hacerles leves y poco variados retoques. Pero pronto se vio que, además de los que acabo de exponer, convenía intro· <lucir, en bien del nuevo libro, cambios mucho más numerosos y esenciales. Por una parte, adoptar muchas veces un estilo más claro y sencillo, más accesi· ble al público en quien pensaba, explicar detalles que hablando a los consul· tores del libro grande podían omitirse como obvios, agregar otros que en éste figuran sólo en el cuerpo del artículo pero aportan algún esclarecimiento o ilus· INTRODUCCióN 8 tración sustancial. Estimé conveniente desarrollar más el pormenor semántico y fechar las acepciones más destacadas¡ muchas veces fechar también las pala­ bras de la lengua originaria, fechas sacadas las más de las veces del cuerpo del artículo de la obra mayor, pero otras veces, y no es nada raro, las indico ahora por primera vez. En definitiva, no hubo artículo que no fuese pensado de nuevo, como si lo redactara de buenas a primeras. Por otra parte, ha transcurrido todo un decenio desde la redacción de mi Diccionario Critico, y aunque no sean muchos años en Ja historia de la filología hispánica, el impulso dado por mi libro ha hecho que fuesen años de rápido p adeianto, y especialmente lo han sido ara mí. He sacado provecho de las crl­ ticas publicadas acerca de mi libro; y este provecho ha sido grande, sobre todo, en cuanto a las fechas de primera aparición y toda la cronología léxica ; pero yo además debo agregar que he sido el más severo y exigente de mis críticos: creo haberme dado cuenta mejor que nadie de cuáles eran los artículos cuyo resultado no satisfacía, y en todos ellos he seguido acopiando materiales y reelaborándolos mentalmente, después de publicados, con paciente tesón. La ayuda de mis colegas críticos ha resultado preciosa, y muy señalada­ mente en el terreno de la·documentación. No doy aquí una lista completa, ni por asomo, de las reseñas de mi obra (V. otras en el suplemento a la. misma, IV, 897-8), pero sí debo llamar la atención hacia aquellas que han resultado más fértiles en la aportación de materiales nuevos, y especialmente los crono­ lógicos: Joseph E. GILLET, Hispanic Review, XXVI (1958), 261-295; Oreste MAcRl:, Revista de Filología Española, XL (1956), 127-170; Ramón MARTfNEZ­ LóPEZ, Boletín de Filología de la Universidad de Chile, XI (1959), 22 págs.; Luis MICHELENA, Boletín de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, X (1954), 373-384; XI, 283-297; XII, 366-373; XIII, 494-500; Joseph M. PIEL, R<'manische Forschungen, LXVII, 364-376; Vittore PisANI, Paideia, X (1955), 252-4, 511-2; XI, 315-6 XIII, 52-54; Bernard PüTTIER, Bulletin Hispanique, LVII, 442-453; LVIII, 84-95, 356-364; LIX, 218; LX, 257-260, y Orbis, V, 502-507; Gerhard RoHLl'S, Revue de Linguistique Romane, XXI, 294-319; C. C. SMITH, Bulletin Hispanique, LXI (1959), 236-272; Max Leopold WAGNER, Romanische Forschungen, LXIX (1957), 241-272; Leo SPITZER, Modern Language Notes, LXXI (1956), 271-283, 373-386; LXXII, 579-591; LXXIV, 127-149. He extractado todas ellas detenidamente, junto con otras reseñas que ahora no cito y otros muchos artículos publicados en el curso de estos años, y de todo ello se ha beneficiado mucho la obra presente. En lo cronológico, sobre todo, se han podido agregar aquí, además, otros muchos datos sacados del Tesoro de Gili (letras Ch-E) y del nuevo DiccionarioHistórico académico, en lo poco publicado, algunos de la E del Diccionario Cuervo, y, sobre todo, el caudal copioso de informes proporcionado por numerosas lecturas mías y por la suma diligencia del Sr. Agustín del Campo, a quien debo muy especial reconocimiento. En conjunto, pues, la información cronológica INTRODUCCIÓN 9 proporcionada por este diccionario ofrecerá al erudito una gran mejora frente a la de la obra básica. Claro está que en una obra de este tipo no se puede dar bibliografía, ni había por qué darla, existiendo el libro mayor. En cuanto a fechación, se ha generalizado aquí, sin excepciones, el procedimiento de dar sólo el año, o cuando ello no es posible, el siglo o una parte del mismo, siempre sin men­ cionar el autor. También ahí el Dlccionario Crítz'co guiará a quien desee saber más. Pero será fácil reconocer o adivinar, bajo ciertas fechas muy repetidas, un autor o una obra determinados, literarios o lexicográficos. He aquí algunas de esas fechas que recurren con mayor frecuencia: Med. S. X, Glosas Emilianenses 2.ª mitad S. X, Glosas Silenses hacia 1100, Botánico anónimo de Sevilla, publicado por Asín h. 1106, Abenbeclárix h. 1140, Cantar de Mio Cid 1155, Fuero de Avilés 1220-50, Berceo 1241, Fuero Juzgo h. 1250, Libros de Alexandre y de Apolonio, y Vida[ Mayor 1251, Calila e Dimna 1256-63 ó h. 1260, Las Siete Partidas 3.•r cuarto S. XIII, Poema de Fernán González h. 1270, h. 1290, l.ª Crónica General h. 1280, General Estoria fin S. XIII, Biblia Medieval Romanceada (Levítico-Deuteronomio) y otros muchos h. 1300, Gran Conquista de Ultramar y Fueros de Aragón, publ. por Tilander 1335, Juan Manuel, Conde Lucanor; y h. 1330, para otras obras del mismo 1330 y 1343, para las dos versiones del Libro de Buen Amor, del cual V. ahora mi edición crítica de 1967, en cuyas notas queda el fundamento de varios cambios aceptados en la segunda edición de este diccionario h. 1350, Poema de Alfonso XI 1386 y 1403-7 para las dos partes del Rimado de Palacio (algunas veces hacia 1400, indistintamente) h. 1400, Glosarios de Palacio, de Toledo y del Escorial princ. S. XV (otras veces l.ª mitad S. XV, o fin S. XIV), Cancionero de Baena varias fechas de 1417 a 1434, y a menudo 1433 o h. 1425, Enrique de Villena 1438, Corbacho de Mtz. de Toledo, y Coronación de J. de Mena h. 1440, Marqués de Santillana y Alfonso de la Torre 1444, Laberinto de J. de Mena (h. 1450, Ilíada y otras obras del mismo) mediados del S. XV, Cancionero de Stúñiga INTRODUCCIÓN 10 s. XV, Biblia Medieval Romanceada (GénesiS-Levítico) varias fechas del S. XV y 2.ª mitad· del S. XIV, Inventarios aragoneses de Serrano y Sanz 1475, Guillén de Segovia 1490, Vocabulario de Alonso de Palencia h. 1490, La Celestina 1492, Cartas de C. Colón 1495, Diccionario español-latino de Nebrija h. 1500, Juan del Encina 1505, Pedro de Akalá, Vocabulista arábigo en lengua castellana 1513, Agricultura de G. A. de Herrera 1514, Lucas Fernández 1517, Torres Naharro 1526, 1535, Femández de Oviedo h. 1530, Garcilaso de la Vega 1535, Juan de Valdés, Diálogo de la Lengua 1539, Antonio de Guevara, Menospredo de Corte 1542 y h. 1560, Bartolomé de las Casas 1555, Andrés de Laguna, Dioscórides 1569, 1578, 1590, Ercilla 1570, Cristóbal de las Casas, Vocabulario de las lenguas toscana y castellana h. 1570, Francisco de Aldaba h. 1573, Eugenio de Salazar, Cartas (h.) 1580, Femando de Herrera h. 1580, Fr. Luis de León, Fr. Luis de Granada 1587, García de Palacio, Instrucdón Náutica 1591, R. Percivale, Dict. in Spanish and Eng/ish 1599, Guzmán de Alfarache, i.a parte 160i, Francisco del Rosal, Origen y Etimología ... de la Lengua Castellancr 1604, Joan Palet, Dice. de la Lengua Española y Francesa 1605, Quijote, t.& parte; La Pícara Justina; G. de Alfarache. 2.ª parte 1607, Oudin, Tesoro de las Lenguas Francesa y Castellana, l.ª ed. 1609, Juan Hidalgo, Vocabulario de Germanla 1611, Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la Lengua Castellana 1613, Cervantes, Novelas Ejemplares; Góngora, Pollfemo y Soledades 1615, Quijote, 2.ª parte 1616, Oudin, Tesoro, 2.ª ed. principios del S. XVII, la mayor parte de la producción de Lope de Vega, Tirso de Molina, Quevedo y Góngora 1620, L. Franciosini, Vocabulario Español e Italiano 1623, J. Minsheu, Diccionario español e inglés h. 1627, Gonzalo Correas, Vocabulario de Refranes

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