¿Alguna vez has sentido como tu mundo se resquebraja y queda reducido a un millón de pedazos?
Eso fue lo que yo sentí el día que regresé al rancho de mi familia. Esperaba encontrar a mi hermana pequeña, feliz por su compromiso y su próxima boda, pero lo único que hallé fue una lápida con su nombre y una nota de suicidio.
Ese mismo día, frente a su tumba, juré vengarme del hombre que la engañó, la usó, y la hirió hasta tal punto que solo encontró consuelo en los brazos de la muerte.
Nathan Reed no sabe lo que le espera. No lo verá venir, le acecharé como un águila a su presa. Le haré pagar cada lágrima que lloró mi hermana por su culpa.
Ojo por ojo y diente por diente. Destrozaré su mundo al igual que hizo él con el mío. Lo haré, si consigo resistirme al embrujo de sus preciosos ojos azules, de su sonrisa burlona y de la forma en que mi cuerpo reacciona a su cercanía, porque… no es posible que termine enamorándome del hombre que acabó con la vida de mi hermana ¿verdad?