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Aspectos de la morfología del verbo latino y su relación con el verbo español PDF

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David E. López Aspectos de la morfología del verbo latino y su relación con el verbo español Melius est reprehendant nos gramatici quam ISSN: 1995-4743 non intelligant populi San Agustín Año 9 Vol. 2, n.º 25 Julio-Diciembre 2015 Aspectos de la morfología del verbo latino y su relación con el verbo español AKADEMOS es una revista cuatrimestral. De amplio espacio editorial, para la publicación David E. López de trabajos inéditos de investigación, artícu- Investigador Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades, CICH. los de análisis, reseñas y opinión, en los dis- tintos tópicos de las ciencias, la tecnología, las [email protected] artes y la cultura. Fecha de recepción 00/00/2013 San SFaeclvhaad doer ,a Ecle Spatalvcaiódno 0r,0 C/e0n0/t2ro0a1m3érica Fecha de recepción 21/09/2015 • Fecha de aceptación: 21/10/2015 Abstrac which are more visible. One of the deepest mark can be found in the morphology of the verb in the The so-called neolatin languages o Romanic ones neolatin languages, of which we can say that the are the result of a development process, that goes form of the Latin verb was kept with great alle- from vulgar Latin or spoken Latin to independent giance, as we can see in the case of the Spanish verb. languages. This process started with the falling of the Roman Empire; afterwards the spoken Latin Resumen of the former Roman provinces begun to acquire its own features, far away from a unique political center. Las así llamadas lenguas neolatinas o romances son In this manner French, Italian and Spanish were el resultado de un proceso de desarrollo del la- emerging, among other neolatin languages. tín vulgar o latín hablado que, luego de la caída del Imperio romano, fue adquiriendo sus pro- Even though we talk about neolatin languages as pias características en las diferentes ex colonias a new linguistic phenomenon, it is still remark- hasta convertirse en lenguas independientes. able in them a deep track of the mother language. De esta forma surgió el francés, el italiano y el This mark goes beyond lexical and phonetic aspects, español, entre otras lenguas neolatinas. 9 Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades Julio-Diciembre 2015, n.º 25, ISSN: 1995-4743 Si bien cuando hablamos de lenguas neola- de museo que nada tiene que ver con nues- tinas tratamos de un fenómeno lingüístico tro presente. nuevo, es observable todavía en ellas la hue- lla profunda de la lengua madre, y esta hue- Por todo ello, el estudio de la morfología lla va más allá de aspectos visibles como el del verbo latino y su relación con el español léxico o la fonética. Una de las huellas más quiere reivindicar el valor del estudio de lo profundas de la lengua madre se encuentra clásico y de las fuentes de nuestra cultura, en la morfología del verbo de las lenguas sin pretender menoscabar los estudios sin- romances que, en términos generales, con- crónicos y sin negar validez a otros enfo- servó con bastante fidelidad el verbo latino, ques. Simplemente decimos que es un enfo- como puede observarse en el caso concreto que necesario. del verbo español. El estudio no es exhaustivo. Consciente- Palabras claves: morfología, aoristo, lexema, mente se omiten aspectos del verbo, como tema, deponente, conjugación, flexión, modo, tiempo, clasificaciones según su conjugación, su sig- aspecto, indoeuropeo, romance, neolatino, morfema, nificado y su origen, entre otros aspectos. desinencia. Esto nos permite hacer el trazo fundamen- tal de la morfología del verbo. Introducción Parte primera: el verbo latino Los estudios diacrónicos de la lengua espa- ñola tuvieron un gran apogeo en finales del La.hipótesis.del.indoeuropeo siglo XIX y durante la primera mitad del XX, impulsados por los hallazgos de la gramá- La hipótesis que sostiene que el sánscrito, tica comparada. Los mismos, actualmente, el griego y el latín son lenguas afines y tie- parecen haber caído en desuso, corriendo nen un origen común es una de las gran- con ello la misma suerte que estudios his- des contribuciones científicas de William tóricos y clásicos de otras áreas del conoci- Jones (1746-94), un gran orientalista inglés. miento, que han sido sacrificados en aras de A este origen común es a lo que llamamos lo contemporáneo, lo tangible, lo inmediato, indoeuropeo. lo útil. En esta búsqueda de la utilidad es- tamos a punto de caer, no obstante, en una Con el desarrollo de la así llamada gramática condición cultural peligrosamente ignara. comparada, en el siglo XVIII, nuevos miem- bros se fueron agregando a la familia indo- Pese a lo anterior, es necesario afirmar una europea, entre los que tenemos el germáni- vez más la necesidad de ir a las fuentes; si co, el eslavo y el iranio. bien el estudio de las mismas no puede ser visto con petulancia intelectual, como pura El concepto de indoeuropeo se refiere, según curiosidad o como el examen de una pieza Monteil (2003: 28), “a la lengua común a Universidad Dr. José Matías Delgado 10 David E. López Aspectos de la morfología del verbo latino y su relación con el verbo español partir de la cual algunas alteraciones parti- se extiende hasta la mitad septentrional del continen- cularizadoras han dado lugar a las lenguas te indio, a través de Irán y de Afganistán. indoeuropeas conocidas”. Hay que aclarar, no obstante, que no conocemos esa lengua Para Monteil (2003: 29), indoeuropeo es una ni tenemos escrito alguno de ella; pero sí co- noción puramente lingüística; esto es, no sir- nocemos a su numerosa descendencia. ve más que para designar una lengua que está detrás de un conjunto de ecuaciones lingüísticas. Watkins (1995: 57), por su parte, define al Estas ecuaciones podrían expresarse así: entre indoeuropeo de la siguiente manera: lenguas como el griego, el latín y el sanscri- to “existen una serie de correspondencias”. Indoeuropeo es el nombre que por razones geográficas Entre estas Monteil menciona una serie de se asigna a una familia lingüística amplia y genética- números y nombres del campo familiar. mente bien definida, que comprende la mayor parte de las lenguas de Europa, antiguas y actuales, y que En el caso de los números, podemos ver sus correspondencias en el siguiente cuadro: Tabla 1: Los números en el indoeuropeo Número (Español) Latín Griego Sánscrito Tres Tres Tráyah Cuatro Quattor Qatvárah Cinco Quinque Pánca Siete Septem Saptá En términos geográficos, el indoeuropeo se En el caso de nombres de parentesco, pue- entendía desde la Península India hasta el den observarse las correspondencias en el Atlántico; mientras que en términos tempo- siguiente cuadro: rales podría situarse en el tercer milenio a. C. (Monteil, 2003) Tabla 2: Los nombres de parentesco en el indoeuropeo Nombres (Español) Latín Griego Sánscrito Padre Pater Pitár Progenitor Genitor Janitr Madre Mater Matar Hermano Frater bhrátar 11 Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades Julio-Diciembre 2015, n.º 25, ISSN: 1995-4743 Para explicar estas correspondencias, según que traspasó los límites de la península itá- Monteil (2003), debe excluirse el así llamado lica, difundiéndose por toda Europa, y más préstamo lingüístico, sobre todo porque su dis- allá de sus confines. tancia geográfica y cronológica lo habrían impedido. Tampoco es posible explicar por Según Tagliavini (1973), la expansión del la vía del azar. La única explicación posible latín por el vasto territorio que abarcó el es el “origen común”. Imperio trajo como consecuencia, primero, que ejerció una gran influencia –y también Tomemos un ejemplo que suele aducirse la padeció – sobre las lenguas de los diferen- para explicar la idea del indoeuropeo. Ima- tes pueblos y, segundo, el latín pasó de ser ginemos que desconocemos una lengua una lengua relativamente unitaria en Roma llamada latín. Pero en nuestros estudios a convertirse en una lengua que se fue dife- de las lenguas romances observamos que renciando en las distintas regiones. Añade entre ellas existe una extraña relación de el gran filólogo italiano que estas diferen- afinidad.1 Concluimos, en nuestro análisis cias fueron limitadas y controladas mientras comparativo, que ninguna de las lenguas existía un fuerte nexo de las provincias con neolatinas pudo copiar a otra contempo- la metrópoli; pero con la caída del Imperio ránea o generarse a partir de una de ellas. y su disolución política, las diferencias se Entonces llegamos a una hipótesis genética: ahondaron hasta el surgimiento de las len- todas ellas debieron haber tenido un tronco guas neolatinas o romances. común del cual derivan; ese origen común ciertamente no lo conocemos, pero eso no A las provincias romanas llegó el latín en sus es razón suficiente para negar su existen- variadas formas. Como nos informa Lapesa cia. A ese tronco común le llamamos latín. (1973), por un lado llegó el latín literario a Luego, al cabo de unos años, un estudioso través de sus poetas y sabios;2 pero también de la historia del romance descubre escritos el así llamado sermo vulgaris o latín vulgar, en latín, la lengua que origina todos los ro- que no es otra cosa que la lengua hablada mances; entonces, encontramos elementos por los diversos sectores sociales; y que empíricos de nuestra hipótesis, de algo que también recibe los nombres de sermo plebeius ya sabíamos. Algo parecido es lo que suce- o sermo cotidianus (Obediente Sosa, 2000: 28). dió con el indoeuropeo. El latín, lengua indoeuropea 1 A propósito del uso del término afinidad o al de parentesco, Ta- El latín es, en su origen, la lengua de una co- gliavini (1973) afirma que es preferible hablar de lenguas afines, en lugar de parentesco. marca situada junto al Tíber, en la región de 2 Una evidencia de que en las provincias estaba en uso el latín lite- la Lacio. Con el crecimiento y la expansión rario lo tenemos claramente en España: Quintiliano (siglo I d. C.), de Roma llegó a convertirse en una lengua el gran retórico romano después de Cicerón, es de origen español. Universidad Dr. José Matías Delgado 12 David E. López Aspectos de la morfología del verbo latino y su relación con el verbo español Es obvio que con la caída del Imperio, la Menéndez Pidal (1905: 8) concluye que desaparición de una metrópoli que sirviera nuestra lengua, además de derivar del latín de unidad política y lingüística, la pérdida vulgar, es un hecho todavía más complejo: de todos los logros del Imperio en materia científica, artística y educativa, originó que Pero si el latín vulgar explica la parte más grande cada ex provincia siguiera su propio rumbo y castiza de la lengua española, no puede explicarla político, y también en su desarrollo lingüís- toda. Gran porción de nuestro idioma, como de to- tico, en el cual prevaleció el latín vulgar que, dos los romances, procede del latín literario. con el tiempo, dio lugar a lo que conocemos hoy lenguas romances. En otras palabras, el El griego y el latín forman parte de las así español –y con él todas las lenguas roman- llamadas lenguas de flexión, es decir, lenguas ces– surgen como una evolución del latín que expresan las relaciones de las categorías vulgar o de una especie de lengua común como sustantivos, determinantes, adjetivos, o koiné latina. (Tagliavini, 1973). Obediente participios y gerundios mediante cambios, Sosa (2000: 30) explica este proceso de la alteraciones o quiebres morfológicos, y no siguiente manera: mediante el orden de la oración, como su- cede en nuestra lengua y en el resto del ro- Las grandes innovaciones experimentadas por el mance. En resumen, expresan las relaciones latín vulgar van a alcanzar su apogeo una vez el sintácticas mediante la forma de las palabras. Imperio desmembrado; la lengua hablada en cada (Martínez Bigorra, 1976) provincia va a dar rienda suelta a sus propias ten- dencias sin que haya nada que las frene; el resultado Un ejemplo nos ayudará a entender lo an- será la fragmentación lingüística de la Romania y la terior. En la oración simple en español yo subsiguiente aparición de las lenguas romances. Es- tengo un perro, tomemos el sustantivo perro. tas lenguas son, por tanto, la continuación no tanto Del mismo podríamos decir que es el ob- del latín literario o lengua clásica como del latín jeto directo de la oración, y que completa popular o vulgar. (…) la acción del verbo transitivo activo tengo. ¿Cómo sabemos que es el objeto directo? En este mismo tópico, Menéndez Pidal En general, lo sabemos por el orden de la (1905) afirma que tras el desmembramien- oración: sucede al verbo tener y sobre aquel to del Imperio se siguió usando el latín en recae la acción directa del verbo. No sabe- gran parte del mismo, pero especialmente mos que es objeto directo por marcas mor- en la región occidental. Esto sucedió muy fológicas que tenga la palabra perro que nos a pesar de las invasiones de pueblos ex- lo indiquen; de esta manera, la forma perro traños, sobre todo los bárbaros. Anota el no sufre alteraciones si es sujeto (el perro sabio español que el latín se siguió hablan- tiene hambre), si es objeto indirecto (di un do de manera alterada y diversa en cada hueso al perro), o si está en aposición (tengo provincia. hambre de perro). 13 Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades Julio-Diciembre 2015, n.º 25, ISSN: 1995-4743 En cambio, para expresar las relaciones an- relativa libertad del periodo latino la sustituye un teriores en latín, la palabra perro tendría que orden fijo. (Tagliavini, 1973: 320) sufrir alteraciones morfológicas que indiquen su función en la oración. Si digo tengo un perro, A los diferentes cambios o alteraciones el latín escribiría canem habeo (el perro/canem morfológicas que sufren los sustantivos, como objeto directo va en el caso llamado los determinantes, las formas pronomina- acusativo); pero si dijera el perro tiene hambre, les, los adjetivos y algunas de las formas no podría escribir canis famem habet (el perro/ca- personales del verbo en las diversas relacio- nis como sujeto de la oración, el caso llamado nes que expresan en la sintaxis latina se les nominativo); pero también famem canis ha- conoce con el nombre de declinación, de las bet y canis habet famem, entre otras. Con ra- cuales la lengua de Horacio conoce cinco zón, Vineis (1995: 395) afirma que en cuanto modelos o paradigmas para declinar todas al orden de los constituyentes de la frase en esas formas lingüísticas. latín en la época clásica “es totalmente libre y admite todas las combinaciones”, aunque Descripción general del verbo latino hay una cierta preferencia por el orden sujeto- objeto-verbo, al igual que en griego. Cuando hablamos de las diferentes trans- formaciones que sufre el verbo en su pro- No obstante todas las posibles combinacio- ceso de significación, es preferible que las nes, el significado seguiría siendo el mismo, mismas sean llamadas conjugación, y no flexión como en nuestra oración a propósito del verbal, como algunos suelen llamarla.3 Los perro. Nótese que la palabra perro, canis, su- verbos no se flexionan, sino que se conjugan. fre alteraciones que indican su función en la oración; esta función la indican sus cambios Los sustantivos y las demás formas decli- morfológicos, no su posición en la oración. nables en latín se clasifican según su termi- Pero esto solo sucede en la oración en latín nación o desinencia en el caso llamado geni- y en griego, no en español. tivo singular; con esta información sabemos a qué paradigma pertenece una forma, y a En suma, los sustantivos alteran su forma –y partir de aquí podemos declinarla. En el las otras formas ya mencionadas– según su verbo, en cambio, sabemos a qué paradig- función en la oración o en el discurso. Por ma o conjugación pertenece determinada eso decimos que el latín, también el griego, forma cuando observamos la terminación o es lengua de flexión. Esta diferencia radical desinencia del infinitivo presente (Kinchin, entre la sintaxis del latín y la de las lenguas 1982). Así, decimos que 4 pertenece romances es de suma importancia: La mayor diferencia entre la sintaxis del latín clá- sico y la de las lenguas neolatinas es, de cierto, la 3 Encontramos ejemplos en casi todas las gramáticas. distinta colocación de las palabras en el periodo; la 4 Alabar, venerar. Universidad Dr. José Matías Delgado 14 David E. López Aspectos de la morfología del verbo latino y su relación con el verbo español a la primera conjugación (por su terminación hablante hacer notar su actitud personal en , a larga), 5 a la segunda (por ante la acción”. Cuando esta acción es pre- su terminación en – , e larga), 6 a la sentada objetivamente, “como un hecho in- tercera (por su terminación en – , e breve), dependiente de sus sentimientos”, tenemos y 7 a la cuarta (por su terminación en el modo indicativo (Tomás vino ayer). Por otro – , i larga). lado, cuando el hablante la presenta subjeti- vamente, es decir, “con un sentimiento per- En todo verbo es posible encontrar seis ac- sonal de duda, temor, deseo, etc.”, estamos cidentes gramaticales:8 modo, voz, tiempo, ante el modo subjuntivo (quizás venga Tomás aspecto, persona y número. De estos ac- hoy); por último, cuando el hablante presenta cidentes, solo el número no es propio del la acción “como una orden que da al oyente”, verbo; los cinco restantes son los que lo tenemos el modo imperativo (¡Tomás, ven!). diferencian de una forma nominal, que es aquella con la que más se asemeja el verbo.9 ¿Cuántos modos verbales tenemos en latín? Contamos claramente con los tres ya men- El sustantivo, en cambio, presenta accidentes cionados –indicativo, subjuntivo e imperati- propios que lo diferencian de otras formas vo-; en griego, en cambio, se puede hablar en latín: caso y género. No así el número, que con propiedad de un modo optativo. Conta- es común a ambos y a otras formas. Es un lu- mos, además, con las formas no personales gar común, no obstante, una distinción muy o nominales: infinitivo, participio, gerundio clara entre verbo y sustantivo: el primero de- (forma sustantivable), gerundivo (forma ad- signa acciones, existencia y procesos; mien- jetivable) y el supino. No olvidemos que va- tras que el segundo objetos o cualidades. rios estudiosos del griego helenístico, entre ellos Zerwick (1974), considera modos a al- La noción de modo del verbo nos indica, en gunas de las así llamadas formas nominales del general, la perspectiva del hablante en cuan- verbo, en concreto, al infinitivo y al participio. to a lo que expresa la forma verbal, a saber, el modo expresa la subjetividad del hablante En cuanto a voz, en latín existen claramente en su consideración de la semántica verbal. la voz activa y la pasiva; esta última como Por eso es posible hablar del proceso ver- una forma sintética, y no perifrástica, como bal como real u objetivo, deseado o posible. Cuando el proceso verbal es considerado como real, tenemos el modo indicativo; en 5 Advertir. 6 Leer. cambio, los modos subjuntivo e imperativo 7 Escuchar expresarían procesos verbales considerados 8 También suelen ser llamados accidentes verbales. como posibles, deseables o probables. 9 De hecho, en algunas ocasiones resulta difícil distinguir una for- ma verbal de una nominal. Por ejemplo, screw o draw, en inglés. ¿Cuándo se refieren a un sustantivo y cuándo a un verbo? O, en Lázaro y Tusón (1989: 57) piensan que el español, cant-o (verbo) y canto (sustantivo); así como grit-o (ver- modo es la categoría verbal que “permite al bo) y grito (sustantivo). 15 Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades Julio-Diciembre 2015, n.º 25, ISSN: 1995-4743 sucede en las lenguas occidentales modernas. nuó empobreciéndose en el latín vulgar, sustituyendo En latín yo puedo decir, por ejemplo, laud- varias formas sintéticas por otras analíticas. o, yo alabo, donde el sujeto gramatical es el agente de la acción verbal. Pero puedo decir, Pierre Monteil (2003) habla también de la también, laud-or, soy alabado, donde el sujeto voz impersonal, y por ella entiende aque- del verbo no es el agente de la acción, sino lla “desprovista de autonomía morfológica” que la padece. En el primero de estos casos (pluit, llueve; tonat, truena, etc.). hablamos de voz activa, mientras que en el segundo hablamos de pasiva. Esta última se El tiempo de la acción verbal en latín puede expresa en latín con una forma verbal, y no ser categorizado en tres: pasado, presente y con una perífrasis, circunloquio o rodeo. futuro.11 La idea de tiempo de la acción ver- bal –tense, en inglés- no puede ser separada Pero en la voz latina encontramos otro as- de la idea de aspecto de la acción. En este pecto desconocido en español y en las len- punto, Monteil (2003) anota que las lenguas guas occidentales modernas: los verbos de- occidentales modernas conceden un gran ponentes. ¿Qué es un verbo deponente? Se espacio a la noción de tiempo, pero que trata de verbos que desde un punto de vista esto no era así en el indoeuropeo, donde morfológico se presentan únicamente en la la oposición fundamental era en torno a la voz pasiva, pero que su significado es activo. perspectiva de aspecto. Incluso en los tiempos compuestos o peri- frásticos se debe tener mucho cuidado en la La categoría de tiempo verbal en latín, en traducción de estos verbos. Así, el verbo hor- suma, es definida de la siguiente manera: tor significa yo exhorto; pero si yo digo horta- tus sum, esto no debe ser traducido como un La noción de tiempo verbal consiste en localizar el pasivo perifrástico (yo soy exhortado), sino de proceso en su duración, representada en forma de manera activa, esto es, debe traducirse como una línea continua, sobre la cual una marca deter- un perfecto activo: yo he exhortado. (Kinchin, mina, a un lado y otro de sí misma, una duración 1948; Janssens, 1990; Monteil, 2003) pasado y una duración por venir. Esta marca corres- ponde generalmente al instante de la duración en que Por ejemplo, el verbo misereor10 está morfo- se sitúa el acto del habla, y equivale al presente del lógicamente en la voz pasiva, pero su signi- hablante. (…) (Montiel, 2003: 305) ficado es activo: yo tengo compasión; lo mismo podría decirse de furor, yo robo. Este mismo fenómeno lo encontramos en griego. A este 10 Desde un análisis estrictamente morfológico, tanto misereor como furtor son indicativo presente pasivo, primera persona respecto, Menéndez Pidal (1905: 178) anota: singular; pero desde un punto de vista semántico son activos. No es posible encontrar las formar miserere y furtare, que serían las El verbo latino ya representaba un estadio empo- formas esperadas del infinitivo presente activo correspondiente. 11 En griego tenemos un tiempo adicional: el aoristo, que señala brecido del verbo indoeuropeo, pues carecía de la voz una acción terminada en un tiempo remoto con respecto al pre- media, del modo optativo, del número dual; conti- sente del hablante. Universidad Dr. José Matías Delgado 16 David E. López Aspectos de la morfología del verbo latino y su relación con el verbo español Al referirnos a aspecto, según Monteil (2003), ere en el infinitivo presente activo, legere) y no se sitúa un proceso por referencia al mo- cuarta conjugación (verbos terminados en – mento en que se produce el acto del habla, en el infinitivo presente activo, ). Así “sino por una especie de referencia inter- también, hay quienes identifican una quin- na al proceso mismo”. En otras palabras, ta conjugación, a la que llaman mixta; esta cuando hablamos de aspecto nos referimos conjugación sería una especie de fusión de a la acción en términos de un proceso a la tercera y la cuarta, y el verbo que la re- punto de acabarse, en su comienzo, mien- presentaría muy bien sería (tomar, tras dura, en su término, acabado, etc. El capturar). (Janssens, 1990; Martínez Bigo- aspecto en latín está contenido en los pro- rra, 1976) cedimientos morfológicos, mientras que en otras lenguas se hace mediante palabras que En cualquier forma verbal encontramos un se añaden al verbo. tema, constituido por una parte invariable del verbo en determinada parte de la conju- Cuando decimos, por ejemplo, (yo gación, y unas desinencias o morfemas, que nos alabaré), que en latín es un indicativo imper- dan información gramatical del verbo, tales fecto activo, de la primera persona singular, como: modo, voz, tiempo, aspecto, persona nos referimos a una acción que se realizará y número. en el futuro, con respecto al presente del ha- blante; y hasta aquí tenemos con ello la idea En el infinitivo laudare, por ejemplo, laud- de tiempo. Pero la forma verbal es también sería el lexema, el cual nos da información imperfecta, y con ello señalamos características sobre el significado del verbo. –are, en cam- específicas de la acción, la cual es considerada bio, serían las desinencias o morfemas que, inconclusa o no acabada; con ello tenemos la en este caso, podrían ser descompuestas en: idea de aspecto de la acción que, como de- -a-, que nos da información sobre la conju- cíamos, es inseparable de la idea de tiempo. gación a la que pertenece el verbo, que en De ahí que podamos hablar de aspectos de la nuestro caso se trata de la primera. Este acción, y esto lo hacemos con las categorías morfema suele ser llamado vocal temática. El de perfecto, pluscuamperfecto e imperfecto. morfema –re nos informa sobre el modo y el tiempo del verbo, en este caso nos dice que se Las conjugaciones latinas trata de un infinitivo presente activo. La mayoría de latinistas habla de cuatro En la medida en que el verbo se conjuga, conjugaciones, las que son conocidas como entre el lexema y los morfemas se añaden al- primera conjugación (verbos terminados en – gunos infijos invariables para determinadas en el infinitivo presente activo, formas del verbo. De esta manera, el lexema ), segunda conjugación (verbos terminados en es modificado parcial o totalmente. A este – en el infinitivo presente activo, lexema modificado para ciertas partes de la ), tercera conjugación (verbos terminados en – conjugación solemos llamarlo tema (stem, en 17 Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades Julio-Diciembre 2015, n.º 25, ISSN: 1995-4743 inglés).12 Por ejemplo, para todas las formas convierte en laudab-; esta –b- interpuesta perfectivas de la primera conjugación, el entre el lexema y los demás morfemas in- lexema es modificado mediante la adición dicaría, entonces, imperfección de la acción de una -v- que indica perfecto; en nuestro expresada por el verbo. Así, decimos que el caso, laud- se convierte en laudav-. De igual tema del imperfecto en la primera conjuga- modo, para todas las formas imperfectas de ción es laudab-; esto es válido tanto para la la primera conjugación, el lexema laud- se voz activa como para la pasiva. Tabla 3: La primera conjugación: laudāre (voz activa) Modo indicativo Latín Español Presente laud -ō alab-o -ās -as -at -a -āmus -amos -ātis -áis -ant -an Pretérito imperfecto laud-ābam alab-aba -ābās -abas -ābat -aba -ābamus -abamos -ābātis -abáis -ābant -aban Futuro imperfecto laud-ābo alab-aré13 -ābis -arás -ābit -ará -ābimus -aremos -ābitis -aréis -ābunt -arán Continua… 12 En los sustantivos cada uno suele tener un tema; en el verbo, en cambio, hay múltiples temas en el proceso de la conjugación. 13 Esta forma tendría su origen en cantare habeo, dicere habeo, que en un principio significaban he de cantar, tengo que decir. Poco a poco fue adquiriendo el significado de un futuro imperfecto, sustituyendo a amabo. Universidad Dr. José Matías Delgado 18

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-ent alab-e. (Pretérito)Imperfecto laud-ārem. -ārēs. -āret. -ārēmus. -ārētis. -ārent alab-are/ase15 .. La ausencia de un pretérito indefinido en la-.
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