ebook img

Arte Y Mito En La Antigua Grecia PDF

257 Pages·19.846 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview Arte Y Mito En La Antigua Grecia

ARTE Y MITO EN LA ANTIGUA GRECIA THOMAS H. CARPENTER 370 ilustraciones EDICIONES DESTINO THAMES AND HUDSON . Hydria del Pintor de Meidias. Hacia 410.Véase 213 Para Lynne No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Título original: Art and Myth inAndent Greece Traducción: Alvaro Cifuentes Tenorio Cubierta: Exequias, ánfora de cuello. Aquiles matando a Pentesilea, 540-530 a. C. ©1991 Thames and Hudson Ltd, London © Ediciones Desáno, S. A.( 2001 Provenga, 260.08008 Barcelona www.edestino.es © de la traducción, Alvaro Cifuentes Tenorio, 2000 Primera edición: marzo 2001 ISBN:84-233-3293-4 Impreso en Eslovenia por Mladinska Knjiga Impreso en Eslovenia-Printed in Slovenia índice Prefacio 6 1. Introducción 7 2. Una demostración de método. El regreso de Hefesto. Troilo y Aquiles 13 3. Retratos de los dioses 35 4. El dominio de los Olímpicos 69 5. Perseo. Belerofonte 103 6. Heracles 117 7. Teseo 160 8. Los Argonautas. La caza del jabalí de Calidón 183 9. La guerra de Troya 195 10. Las secuelas de la guerra 233 Abreviaturas 246 Bibliografía escogida 247 Lista de ilustraciones 250 índice de temas mitológicos 253 Indice de atributos comunes 256 Prefacio A lo largo del siglo XX se han propuesto numerosas teorías para la interpretación de los mitos griegos y, sin embargo, el lector caerá pronto en la cuenta de que en esta obra no se hace mención de ninguna. Por una parte, esto se debe a que incluso un resumen de todas estas teorías está muy lejos del alcance de este modesto libro y, por otra, a que este estudio no centra su atención en la interpretación, sino en la identificación. El propósito principal de este libro es ayudar a los lectores a identificar escenas mitológicas en las obras de arte griego arcaico y clásico, mostrando al mismo tiempo que a menudo es necesario analizar las representaciones dentro de un contexto evolutivo para lograr comprenderlas. Mi intención es proporcionar unos cimientos fiables sobre los que se puedan construir estudios avanzados, ya que albergo la firme convicción de que la interpretación sólo puede existir precedida de un cuidadoso proceso de observación, identificación, determinación de un contexto cronológico y reconocimiento de las pau­ tas de evolución, cuando éstas existan. Sin duda los lectores se preguntarán cuál era el significado de ciertos mitos para los habitantes de una polis en particular, o para todos los griegos, o por qué una escena y no otra se ilustraba sobre un vaso, un escudo o el frontón de un templo, o por qué se representaba de una u otra forma. Se trata de preguntas harto importantes y espero que mis observaciones puedan servir de base para la búsqueda de respuestas. Las referencias utilizadas en cada capítulo que se recogen en el apartado «Bibliografía escogida» remiten a interpretaciones y análisis recientes. C apítulo i Introducción La mayoría de los estudios sobre mitología griega se basan, de manera bastante acer­ tada, en fuentes literarias, ya que éstas son el principal soporte de los mitos antiguos. Algunos estudios incluyen ocasionalmente una ilustración de una escultura antigua o un vaso pintado, otros utilizan una mezcla de arte antiguo, renacentista y moderno, y los hay también que emplean obras nuevas creadas específicamente para su elaboración, pero en pocos casos el motivo de la elección de las ilustraciones o la conexión entre ellas y el texto queda del todo claro. Así, las escenas flotan en una especie de limbo carente de perspectiva histórica. De hecho, el arte griego antiguo también es una fuente rica para el conocimiento de mitos, que además se puede estudiar en sí misma.. La forma de mostrar una historia puede desarrollarse y cambiar de un período a otro. Así, el contenido, además de la forma, de la representación de un mito del año 580 a. C. (siempre a. C., si no se indica lo contra­ rio) será con toda probabilidad muy diferente del de una representación del mismo mito de 400. En unas ocasiones se muestra una historia de la que no existen rastros en la literatura, en otras los detalles de la historia en la obra de arte son muy diferentes de los de la versión literaria, y a veces se imprime vida a una historia que sólo se conoce en su forma abreviada y posterior. El presente libro es un estudio introductorio sobre los mitos de la antigua Grecia tal y como aparecen en los restos del arte visual producido aproximadamente desde 700 a 323.Aunque se supone que el lector tiene ciertos conocimientos de las épicas homéricas y de las tragedias griegas, esta obra se dirige tanto al lego interesado en la materia como a los estudiantes de clásicas o mitología. Empezaremos con un breve análisis de los tipos de fuentes antiguas que han llegado hasta nosotros, para seguir con un examen bastante exhaustivo sobre el desarrollo en el mundo del arte de dos mitos que nos servirá como demostración de un método de análisis para este tipo de estudios. No obstante, la parte más extensa del libro la constituye un estudio sobre el desarrollo de algunos de los mitos más importantes, abarcando aquí el concepto de mito tanto las leyendas heroicas como las historias sobre los dioses. Al final del libro se facilita una bibliografía con lecturas complementarias para cada capítulo. Nuestra atención debe centrarse en el arte griego antiguo narrativo, es decir, en la representación de escenas que cuentan historias. Por lo tanto, los retratos de los dioses sólo tienen interés porque definen atributos gracias a los cuales se podrá reconocer a una deidad en las escenas narrativas y, en consecuencia, se incluyen pocas esculturas aisladas no arqui­ tectónicas y pocas monedas, ya que a menudo simplemente repiten (o tal vez lo convierten en algo más refinado) un tipo establecido mucho tiempo antes. Al hablar de arte griego no se hace referencia tan sólo al arte de la Grecia egea (Grecia oriental, las islas, la tierra firme 7 y el Peloponeso), sino también al trabajo de artistas griegos o de sus discípulos en la parte occidental (en particular en el sur de Italia, o Magna Grecia, y en Sicilia). El punto de partida se ha fijado en 700, ya que fue alrededor de esa fecha cuando aparecieron en vasos áticos las primeras representaciones del arte griego que recrean con toda seguridad mitos. Nuestro período finaliza en 323, en parte debido a que la muerte de Alejandro marca tradicionalmente el fin de la época clásica, pero también a que es hacia finales del siglo iv cuando cesa la producción de vasos áticos con pinturas de escenas narrativas, una de nuestras fuentes más importantes. Los términos tradicionales «geométrico», «arcaico», «clásico» y «helenístico» se utili­ zan para designar las fases y períodos históricos del desarrollo del arte griego. El período geométrico abarca aproximadamente desde 900 a 700, cuando el arte griego empezó a revitalizarse después del estancamiento de los «siglos oscuros» que siguieron a la destruc­ ción de la civilización micénica. El arte de esta época, en su mayoría vasos pintados y pequeños bronces, se caracteriza por el uso de formas de decoración geométrica, en oposición a las formas libres. Las escenas narrativas con figuras humanas estilizadas em­ piezan a aparecer en los vasos desde alrededor de 750, pero las escenas mitológicas no surgen hasta fines del mismo siglo. El comercio con Oriente se desarrolló a fines del siglo vin y la influencia de las formas y estilos orientales son patentes en el arte del siglo vil; el término «orientalización» se suele utilizar para referirse a los nuevos avances gracias a los cuales las formas geométricas dieron paso a otras más naturales y a la proliferación de formas y figuras fantásticas. El siglo vi fue una época de consolidación y prosperidad para Grecia, y el arte de este período se conoce con el nombre de arcaico. Sin duda alguna, éste fue el período más creativo en lo que se refiere a la representación artística de mitos y muchas de las convenciones que entonces se establecieron continuaron utilizándose en épocas posteriores. El saqueo de la Acrópolis por los persas en 480 y la posterior destruc­ ción de la flota persa a manos de los atenienses marcan tradicionalmejite. el final del período arcaico y el inicio del clásico, durante el cual el arte griego alcanzó su máxima y esplendorosa madurez. Por último, el término helenístico se usa para describir el arte y la historia de la civilización griega desde la muerte de Alejandro en 323 hasta el siglo i. Los grandes cambios políticos y sociales que se produjeron durante el período helenístico corrieron parejos con las grandes variaciones en la forma de entender y representar los mitos, pero todos éstos quedan fuera del alcance de este libro y se tratarán de manera más adecuada en otro estudio. La representación de mitos en las artes visuales hace uso de un «lenguaje» bastante diferente de los lenguajes literarios, que se debe aprender mediante un meticuloso trabajo de observación.Todos los elementos de una representación se deben considerar y exami­ nar en relación con todos los demás elementos, para poder entender completamente el significado de la obra en cuestión. Nada puede ocupar el lugar de la observación cuida­ dosa, pero, si vamos más allá de la misma, encontraremos convenciones que se deben aprender y que forman una especie de código mediante el cual un gesto, un objeto o incluso la dirección de la mirada de un individuo pueden cobrar un significado particu­ lar, a menudo muy diferente del que le daríamos si nos basáramos únicamente en nuestra propia experiencia. Además, la relación entre forma y contenido también dene efecto sobre el lenguaje; por ejemplo, el enfoque que da a un tema un escultor que prepara un frontón sobre la batalla entre los dioses y los Gigantes para la construcción de un templo, es sin duda diferente en muchos aspectos de un pintor de vasos que decora con el mismo tema el interior de una copa cuyo comprador será un particular. Un punto de partida lógico para este estudio consiste en realizar un resumen general de las principales formas de arte narrativo antiguo con las que contamos, en un intento de organizarías por orden cronológico. Cuando más adelante se presenten objetos individuales, podremos discutir los problemas específicos de su «lenguaje» con mayor detenimiento. Para empezar, vale la pena señalar que resulta obvio que las ilustraciones mitológicas que se han conservado representan sólo una pequeña fracción de las creadas, y que un nuevo descubrimiento puede contradecir el día de mañana cualquiera de nuestras afirma­ ciones sobre si una escena o imagen es la más antigua o la más reciente. Por otro lado, incluso más significativa que lo dicho es la virtual desaparición de formas artísticas comple­ tas. Durante los siglos V y rv, las pinturas murales situadas en lugares públicos eran sin duda uno de los principales soportes para la ilustración de mitos. Sin embargo, no se ha conser­ vado prácticamente ninguna y nuestro conocimiento de las más famosas proviene única­ mente de las referencias ocasionales de algunos autores posteriores y tal vez de vagos reflejos de partes de alguna en vasos pintados. Por descontado, casi todos los rastros de tejidos han desaparecido, aunque aun así sabemos gracias a ilustraciones en vasos y a obras literarias que a menudo contaban con escenas figurativas. Del mismo modo, la mayoría de las esculturas talladas en madera o marfil se han visto reducidas a polvo. Muy pocos objetos de oro o plata de la Antigüedad han llegado hasta nosotros, ya que el valor de los metales en sí era mucho mayor a los ojos de algunos que las formas que cobraban. Además, la mayoría de las escul­ turas en bronce antiguas se fundieron para su reutilización y muchas obras en mármol se quemaron en hornos de cal para la fabricación de mortero. En lo que se refiere a las descripciones de obras de arte hoy ya perdidas, dos autores antiguos tienen especial importancia. Plinio el Viejo, un retórico e historiador romano, escribió su Historia natural hacia la mitad del siglo i d. C. En ella nos habla de muchos artistas antiguos y al hacerlo menciona títulos de varias de sus obras. Gracias a su labor conocemos los temas que los antiguos representaron, aunque no los detalles de las obras mismas. Más o menos un siglo después, Pausanias, un geógrafo griego, quizá procedente de Lidia, viajó a lo largo y ancho de Grecia y escribió un relato de lo que había visto en su Descripción de Grecia. Gran parte del libro se consagra a la historia y a la topografía de los lugares que visitó, pero Pausanias sentía una clara fascinación por la religión y el arte, así es que describe muchas representaciones de mitos y leyendas con abundantes detalles. En lo que concierne a nuestros propósitos, las descripciones de Pausanias resultan las más valiosas. Las pinturas sobre vasos son, en muchos aspectos, la fuente más rica de representacio­ nes antiguas de mitos y leyendas. Esto se debe en parte a las muchas que se conservan (enteras o algunos trozos de ellas) y en parte a la creatividad de los pintores que trabajaban con este soporte. Mientras que en la mayoría de las civilizaciones antiguas la pintura sobre cerámica carece relativamente de importancia y casi nunca se convierte en el medio para ilustrar escenas narrativas, en Grecia, en especial durante el período arcaico y el primer 9

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.