UNIVERSITAT JAUME I DE CASTELLÓ DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA Y CULTURAS EUROPEAS ANTONIO DE ZAYAS. POÉTICA Y POESÍA PARNASIANAS (1892-1902) Tesis Doctoral presentada por Vicente José Nebot Nebot Director de la Tesis Doctoral Dr. Santiago Fortuño Llorens Curso 2013-2014 ÍNDICE 1. Estado de la cuestión …………………………………..........................4 2. Antonio de Zayas y su tiempo 2.1 La cultura española entre siglos ……………………………….20 2.2. Biografía de Antonio de Zayas …………………….................24 • Antonio de Zayas en la vida cultural de entre siglos ……............26 • Antonio de Zayas, diplomático ………………………….............33 • Últimos dìas de Antonio de Zayas ………………………............41 3. La obra poética (1892-1902) de Antonio de Zayas 3.1. Poesías (1892) ………………………………………………....45 • Introducción …………………………………………………........45 • Análisis de Poesías …………………………………………….....48 • Significaciñn de Poesías en la obra poética de Antonio de Zayas ………………………………………………..60 3.2. Joyeles bizantinos (1902)………………………………………63 • Introducciñn ………………………………………………………61 • Parnasianismo …………………………………………………….65 • Exotismo ………………………………………………………….91 • Decadentismo …………………………………………………….105 3.3. Retratos antiguos (1902) ………………………………………117 3.3.1. Introducción……………………………………………...117 3.3.2. La écfrasis parnasiana de Retratos antiguos……………..123 • Ut pictura poesis: el tópico, antecedentes y modelos de Retratos antiguos…………………………..123 -El Siglo de Oro ………………………………………...125 -Neoclasicismo …………………………………………128 -Romanticismo y los estetas finiseculares ……………...129 -Prerrafaelismo …………………………………………132 -La poesìa modernista hispanoamericana ………………133 -La poesìa modernista espaðola ………………………...135 1 • El debate modernista de la “Carta-prñlogo”…………….139 • La correlaciñn poético-pictórica…………………………147 -La escuela primitiva o prerrafaelista …………...........161 - Pisanello ……………………………………….163 - Antonello de Messina.………………………….167 - Jan Van Eyck ………………………………….168 -La escuela italiana ……………………………............172 - Leonardo da Vinci ……………………………..172 - Rafael Sanzio …………………………………..175 - Tiziano Vecellio ………………………………..178 - Paolo Veronés ………………………………….184 - Tintoretto ……………………………………….189 - Carlo Maratta …………………………………...191 - Anónimos ……………………………………….192 -La escuela española …………………………………...195 - Antonio del Rincón ……………………………..197 - Vicente de Juanes ……………………………….199 - Sánchez Coello ………………………………….201 - Pantoja de la Cruz ……………………………….204 - El Greco …………………………………………207 - Francisco de Zurbarán…………………………...214 - Diego Velázquez ………………………………...217 - Bartolomé Esteban Murillo ……………………...226 - José de Ribera …………………………………...227 - Alonso Cano …………………………………….228 - Juan Carreño de Miranda ………………………...230 - Francisco de Goya ……………………………….232 - Anónimos ………………………………………..237 -Las escuelas germánicas ……………………………….241 - Alberto Durero …………………………………...241 - Jans Holbein el Joven …………………………….242 - Antonio Moro …………………………………….246 - Pedro Pablo Rubens ………………………………249 - Rembrandt Harmenszoon van Rijn ……………….252 2 - Frans-Hals ………………………………………...255 - Anton Van Dyck ………………………………….256 - Anónimos ………………………………………....261 -La escuela francesa ……………………………………263 -La escuela inglesa ……………………………………..272 • Poéticas parnasianas y el simbolismo de la etopeya………….……………………………………..274 • Estilo, métrica y su funciñn expresiva……………………..295 4. Conclusiones………………………………………………………………...303 5. Bibliografía …………………………………………………………………314 • Bibiliografìa general ………………………………………………………314 • Bibliografìa de Antonio de Zayas …………………………………………323 -Libros de poesía …………………………………………………….323 -Otros libros ………………………………………………………….324 -Artículos …………………………………………………………….324 -Poemas en revistas ………………………………………………….325 -Traducciones ………………………………………………………..327 -Antologías …………………………………………………………..328 -Antologías colectivas ……………………………………………….328 • Bibliografìa sobre Antonio de Zayas ………………………………………329 -Libros ……………………………………………………………......329 -Artículos ……………………………………………………………..331 • Obras literarias citadas ………………………...............................................338 6. Anexos ………………………………………………………………………..341 • Expediente personal • Hemeroteca 3 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN Los escasos y breves estudios sobre la obra literaria de Antonio de Zayas (1871- 1945) coinciden en destacar el injusto olvido de su figura en la Historia de la Literatura y su adscripción casi exclusiva al parnasianismo entre las diversas formas que adoptó el Modernismo hispánico. Las primeras críticas que recibió su obra -diez años después de publicar su primer libro, Poesías (1982), sin repercusión ninguna1- se debieron a las numerosas reseñas aparecidas en la prensa -La Correspondencia de España, El Imparcial, El Liberal, El Día, El Correo Español, El País, La Época, La Lectura y El Globo- sobre Joyeles bizantinos y Retratos antiguos, poemarios publicados ambos en 19022. Entre los autores de dichas reseñas se hallan los hermanos Machado, Manuel y Antonio, Ramón Pérez de Ayala y Eduardo Benot3, y sus juicios muestran la admiración hacia la poesía de A. de Zayas, además de apuntar su condición de poeta parnasiano. Éstas son algunas valoraciones de Antonio Machado (2001: 171): […]Joyeles bizantinos constituye por su espíritu y por su forma un libro parnasiano, si llamamos parnasianismo a aquella intención de arte que persigue una absoluta impersonalidad en la obra. […]Las evocaciones de Zayas tienen magia esplendente de color y de luz, y una admirable precisión de contornos. […]Como prodigio de arte puramente descriptivo, como alarde de esa maravillosa facultad de visión de lo externo, que da a Antonio de Zayas un puesto único entre nuestros poetas… Y respecto a Retratos antiguos (2001: 174): En los Retratos antiguos llega el poeta a un perfecto dominio del verso y de la lengua. Me encantan estos sonetos endecasílabos que unen a la tersura clásica cierta gracia y cierta flexibilidad de arte nuevo. Creo que Zayas ha 1 Poesías (1892). J. M. Aguirre no incluyó ningún texto de Poesías en su edición crítica de Zayas (1980) justificando su decisión en dos aspectos, el primero por ser una obra repudiada por el autor, y el segundo “porque los poemas que lo componen tienen escaso o nulo valor artìstico” (1980: XII). Amelina Correa explica que Poesías “consiste en un conjunto de composiciones de retñrica decimonñnica al uso, influido por Gaspar Núðez de Arce, José Zorrilla y un romanticismo ciertamente trasnochado”, y tampoco incluye ningún texto en su edición crítica de Zayas (2005: 18-19). 2 Las citadas reseðas se hallan reproducidas en “Juicios emitidos por la prensa sobre libros del autor”, en Zayas, 1903: 233: 284. Otras reseñas no contenidas en dicha compilación: Don Ramiro (1903) y Zeda (1902). Fernando González Ollé sitúa la más temprana alusión elogiosa hacia Antonio de Zayas en la persona de “su amigo Valera, cuando lo relaciona entre los asistentes a su tertulia” (1982: 133). 3 Los Machado fueron íntimos amigos de A. de Zayas; los tres asistieron a lo largo del año 1893 a la tertulia de Eduardo Benot, académico, escritor, llegó a ser ministro de Instrucción Pública y fue una personalidad que gozó de una alta estimación entre los intelectuales de la época. Joyeles bizantinos está dedicado, precisamente, a Eduardo Benot. 4 realizado un verdadero prodigio de estilo, al transcribir en poesía los inmortales cuadros de los grandes maestros.4 Manuel Machado se sorprende del éxito de Joyeles bizantinos entre la crítica por ser un libro lleno de “novedades y rarezas” y compara a A. de Zayas con José María de Heredia, poeta parnasiano francés (1903: 263): He dicho implícitamente, al comparar con Heredia al autor de Retratos antiguos, que Zayas es un poeta que no canta. Pinta, o mejor aún, esculpe. Rinde con exactitud suprema la naturaleza o el arte, el paisaje o la estatua, y desaparece perfectamente detrás de su obra. Sin embargo, después matiza su visión sobre el parnasianismo de A. de Zayas (1903: 265): Porque Zayas añade al color la idea. Porque el parnasianismo de Zayas no se limita, como el de Heredia, a la forma, puramente externa, sino que copia también lo íntimo: porque Zayas, poeta, puede decir lo que al pintor no le fue dado jamás, y revelar la vida, el alma del retrato.5 Pocos años después [1908], A. de Zayas traducirá la obra maestra de Heredia Les Trophées, que le reportará grandes elogios y consolidará su imagen de poeta parnasiano. En la encuesta de El Nuevo Mercurio sobre el Modernismo, contestada por treinta y tres escritores a lo largo del año 1907, M. Machado destaca a A. de Zayas entre los mejores poetas españoles del momento con la siguiente caracterización (2000: 423): Zayas es el último de los parnasianos, el Heredia español, absolutamente impersonal, y dueño de la forma.6 4 El 4 de abril de 1905, A. Machado publicará en El país otra reseña dedicada a un poemario de A. de Zayas, Noches blancas, también elogiosa y destacando, aunque no tan explícitamente, el parnasianismo de sus versos: “Zayas sabe pintar lo que ve con magia singular”, en Machado (2001: 202). 5 Sobre este fragmento dice J. M. Aguirre que “Manuel Machado se siente en la necesidad de defender la obra de su amigo de un posible ataque modernista contra su frialdad emocional parnasiana” (1982: 178), juicio que entendemos acertado y tendremos ocasión de desarrollar. M. Machado, como su hermano, publicará otra reseña sobre un libro de A. de Zayas, Paisajes -en El Liberal, 26 de enero de 1904-, poemario donde se percibe un simbolismo ausente hasta entonces en el autor y que gustará más al crítico: “Si antes, Joyeles y Retratos antiguos despertó Zayas vuestra discreta admiración, ahora sentiréis con él sus Paisajes. Y eso es mejor.”, cito Machado, Manuel, Impresiones. El Modernismo. Artículos, crónicas y reseñas (1899-1909), ed. de Rafael Alarcón Sierra, Valencia, Pre-Textos, 2000, p. 357. 6 El Nuevo Mercurio, 3 de marzo de 1907. 5 Eduardo Benot también se suma a los elogios en su reseña sobre Joyeles bizantinos, señalando, como Manuel Machado, la habilidad poética de A. de Zayas para configurarle a su escritura no sólo una dimensión externa de la realidad (1903: 236): Así, con rara maestría pinta usted la realidad visible y la invisible. Pero donde Eduardo Benot se muestra severo y nada halagador es en la versificación empleada por A. de Zayas. En el prólogo de Joyeles bizantinos ya expone su autor las innovaciones formales ejecutadas en la obra y expresa su conocimiento sobre las futuras críticas negativas. Benot reprocha a A. de Zayas la distribución errónea de los acentos en el verso. Considera que el alejandrino -el más usado en Joyeles bizantinos- en la métrica castellana debe obligatoriamente tener los acentos rítmicos en las sílabas segunda, sexta, novena y décima, por lo que no extrañará que las magníficas descripciones de usted puedan parecer a algunos poesías de oro puro, pero sin verdadera versificación (1903: 243). En el lado opuesto se halla Antonio Machado, que considera “un adelanto” (1903: 246) despojar al verso alejandrino de los mismos acentos fijos a que nos tiene acostumbrados la tradición poética. No obstante, conviene destacar en los hermanos Machado que pese a la efusiva admiración por ambas obras de A. de Zayas, subyace en sus reseñas cierta desaprobación ante la frialdad parnasiana7. La misma oscilación entre el elogio y la censura -ahora más explícita que en los Machado- suscita la opinión de J. M. Aicardo cuando juzga la poesía de A. de Zayas en su estudio sobre la literatura española entre 1901-1905, De literatura contemporánea (1901-1905). Aicardo resume el origen y las características del Parnaso francés, por lo que, si bien se aprecia la admiración hacia sus integrantes, se muestra reticente en la doctrina del “arte por el arte” (1905: 289). Considera a A. de Zayas un “moderno y aun modernista poeta” y “cultìsimo parnasiano”; y atribuye a Retratos antiguos poseer unos versos casi todos buenos y muchos muy buenos, contribuyen al deleite noble, a la suprema complacencia artística (1905: 384-394). 7 Opinión que mantienen, entre otros, Fernando González Ollé (1982:134) o J. M. Aguirre (1974: 265- 280). Ramón Pérez de Ayala, Fernando de Antón del Olmet, Carlos del Río, Quintiliano Bueno, Melchor Almagro, Manuel Bueno, Don Ramiro, Zeda, Carlos Peñaranda y otras seis reseñas sin firmar, completan los nombres de estos primeros críticos de la obra zayesca, en relación a los poemarios Joyeles bizantinos y Retratos antiguos. 6 Pero, donde Aicardo observa la mayor elegancia parnasiana es en Joyeles bizantinos, en Paisajes (1903) y en Noches blancas (1905). Sin embargo, los elementos que a su juicio demuestran esta perspectiva son contradictorios (1905: 397): El verso pulimentado, la estrofa martirizada, el consonante rebuscado, el ritmo imitativo, la armonía adrede quebrantada, la combinación métrica o exhumada o introducida; todo esto lo emplea el Sr. Zayas junto con preciosos versos endecasílabos del patrón genuino castellano. La poesía de A. de Zayas también mereció los elogios de Rubén Darío (s. f: 69): He aquí al poeta más español de todos los que hoy escriben versos en España. De él debió decirse hace algún tiempo: “Poeta diplomático. Es un seðor. Continúa la tradición propia; es de la familia de los viejos poetas hidalgos, prendados de nobleza, de prestigios, de heroísmo, de ceremonia. Con todo su vocabulario, su elegancia decorativa, los saltos libres de su ingenio, le ponen entre los innovadores.” Asimismo, R. Darío señala la influencia en los sonetos de A. de Zayas de J. M. de Heredia -la traducción de Los Trofeos “ha aumentado sus prestigios” (s. f: 71), afirma R. Darío- y de los poetas del siglo de oro español F. de Quevedo y L. de Góngora, y frente a los críticos que le han declarado seguidor de los clásicos, parnasiano o modernista, R. Darìo asegura que A. de Zayas es “simplemente un poeta, un artista del verbo” (s. f.: 72)8. Salvo alguna reseña aparecida en prensa posterior a las mencionadas9, no existen en vida del autor más críticas o estudios sobre su obra. Sin embargo, su participación social, política y literaria -tertulias, un notable cargo político como diplomático, escribe en revistas clave del Modernismo como Helios y Renacimiento- y la amistad mantenida con reconocidos escritores provocan la mención de su figura en cierto número de escritos, aportando, sobre todo, datos biográficos10. Francisco Villaespesa, por ejemplo, recordando la tertulia de “Fornos” en un poema homñnimo, enumera a sus miembros, y A. de Zayas es descrito, de forma clara, como un poeta parnasiano (1954: 875): Zayas, el domador de la poesía a golpe de buril y de cinceles, 8 González Ollé considera que R. Darìo es “más panegirista que crìtico” en esta semblanza sobre A. de Zayas (1982: 133). Asì termina R. Darìo el texto citado: “(…) asì vive su lozano vivir mi buen amigo, que acabará sus días deo volente, de embajador y académico entre los hombres y portalira glorioso premiado por los dioses” (s. f.: 73). 9 Véase la Bibliografía de este trabajo. 10 Dichas menciones serán detalladas en la posterior biografía de A. de Zayas. 7 esmaltador de líricos joyeles que el mismo Benvenuto envidiaría. No obstante, como ha subrayado Fernando González Ollé, la presencia de A. de Zayas en dos Historias de la Literatura, en vida del autor, “supone el reconocimiento de un prestigio generalizado en aquellos momentos” (1982: 131)11. Habría que sumar el argumento de J. M. Aguirre al respecto, quien cita la antología de Emilio Carrere publicada en 1906 para seðalar que en la “Nota preliminar” -muy breve para la extensa nómina de poetas recogidos- se dedica el mismo espacio a A. de Zayas que a J. R. Jiménez o A. Machado -la mayoría ni se mencionan- (Aguirre, 1980: VIII). Éstas son las palabras que dedica Carrere (1906: 7): Antonio de Zayas, pulido, elegante y retórico, tiene alguna semejanza con José María de Heredia. Retratos antiguos es un prodigio de gusto y de cultura. En la misma dirección podríamos citar también la Biblioteca de autores andaluces de Francisco Cuenca, cuya publicación data de 1925 y en la que se destaca la originalidad poética de A. de Zayas, su perfección formal y la habilidad para sugestionar al lector recreando figuras históricas. Además, lanza una afirmación cuya veracidad situaría a A. de Zayas en un lugar importante en cuanto al estudio del Modernismo en España (1925: 389): Es el poeta que introdujo el parnasianismo en España vistiendo con ricas galas los más castizos paisajes y los más clásicos tipos creados en el proceso de nuestra historia. Las palabras de Ricardo Gullón, recordando sus conversaciones con J. R. Jiménez, corroboran la anterior afirmación sobre A. de Zayas: “un poeta espaðol casi olvidado”, fue “el importador a la Penìnsula de los primeros libros parnasianos y simbolistas” (1990: 17)12. 11 Las dos historias de la literatura a las que se refiere González Ollé son Cejador y Frauca, Julio, Historia de la lengua y la literatura castellana (comprendidos los autores hispanoamericanos) (época regional y modernista), Madrid, Tip. de la Rev. De Arch., Bibl. y Museos, tomo X, 1919, nuestra consulta ha sido en la siguiente edición: Madrid, Gredos, 1973: 220; y Salcedo Ruiz, Ángel (1917: 584): La literatura española. Resumen de Historia Crítica, Madrid, Tip. Artística. Ambas historias de la literatura inciden en el parnasianismo de A. Zayas y su semejanza con Heredia. 12 Idea que repite en las páginas 233 y 276 del mismo libro, y en Conversaciones con Juan Ramón Jiménez (1958: 64) y en “Recuerdo de Manuel Machado” (1974:11). En Direcciones del Modernismo, además de las mencionadas, aparecen varias referencias sobre Zayas: como traductor de los parnasianos franceses (p. 17), como integrante de la nómina de escritores modernistas publicada en la obra de A. Machado Soledades, Madrid, Pueyo, 1907, reedición ampliada y modificada de la de 1903 (p. 208), como 8 Tres años después de su muerte, Melchor Fernández Almagro dedica unas pocas páginas a A. de Zayas en su libro En torno al 98. Política y Literatura (1948), expresando la cualidad del poeta para trasmitir a sus versos su propio estilo de vida elegante y aristocrático, a la vez que incide en su filiación parnasiana e influencia de José María de Heredia (1948: 181-184). Resulta curiosa la defensa de Fernández Almagro hacia el anti-modernismo adoptado por A. de Zayas en el transcurrir de los años (1948: 181): Antonio de Zayas se sentía ajeno al ir y venir de los gustos generales. Precisamente la estricta Cronología le situaba en la generación del modernismo, y esta coincidencia, que era en él razón para luchar y no convivir, le llevó a reacciones de sentido contrario.13 Asimismo, conviene señalar la más temprana alusión al olvido de la figura de Antonio de Zayas -los futuros estudios sobre el autor incidirán constantemente en ello- cuando Fernández Almagro considera injusta su ausencia en la antología de Federico de Onís (1934)14. Años más tarde -1965-, Enrique Díez-Canedo también destacará la cualidad aristocrática de la poesía de A. de Zayas y su caso único en el parnasianismo español (1965: 115): De todos los poetas señoriales que hoy lucen en el Parnaso español, ninguno con mayor fecundidad que don Antonio de Zayas (…) apareció entre los poetas de nuestra renovaciñn literaria (…) como representante del parnasianismo puro. Antonio Sánchez Trigueros, en Villaespesa y su primera obra poética (1974), cita la reseña de A. de Zayas dedicada a La copa del rey de Thule (1898) de F. Villaespesa y sitúa la poesía de nuestro autor con estas palabras (1974: 143): poeta parnasiano y traductor de Heredia (p. 233), como colaborador de Helios (p. 284) y Renacimiento (p. 296), y por su amistad con los Machado (pp. 233 y 276). 13 Calificamos de “curiosa” esta opiniñn porque cuantos se han detenido a estudiar este punto de la obra zayesca deducen que la manifestación anti-modernista de Zayas se debió a su creciente ideología conservadora y tradicionalista. 14 Onís, Federico (1934): Antología de la poesía española e hispanoamericana, Madrid, Centro de Estudios Históricos. Quizá la amistad fuera la causa del recuerdo de A. de Zayas en En torno al 98. Política y Literatura: “El duque de Amalfi representñ su vida con arte muy sincero, y a su memoria vuelvo mi corazñn, fiel a la amistad secular de los Zayas y los Almagro” (1948: 184). 9
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